“Cada mañana, para ganarme el pan,
voy al mercado donde se compran mentiras.
Esperanzado,
me pongo en la cola de los vendedores.”

 Hollywood, deBertolt Brecht. (1898-1956)
Poeta y dramaturgo alemán.

Fue un placer conocerlos. Digo. Luego de ciento veintitantos días dijeron que nanay,  que siempre no. Ni conteos, ni cuentos, ni recuentos: Va de nuez. Con los mismos y con más de lo mismo ¿diferentes resultados?

 Y para elevar la vilipendiada moral ciudadana las floridas “adelitas  blanquiazules”  dieron el divertimento semanal: Confundir Harvard con las azules  tranzas del fuero y hacer pleititos de lavadero, tendedero de mantas incluido, de la consulta petrolera.

 ¿De la consulta al referéndum cabalga el miedo? La angustia por los supuestos resultados y la mendaz propaganda en contra, para saber lo por todos tan sabido: El que parte y comparte se lleva la mejor parte.

  Ah, la historia, la  terca historia. Ayer,  cuentas de vidrio por oro;  hoy, cuentos de vidrio por oro negro.

 Y ahora resulta que López Obrador cultiva rosas blancas,  de  literaria genética cubano-chiapaneca.  El incomparable José Martí y el mítico Bruno Traven  “expropiados” para la no privatización petrolera.

 Mientras, las azules flores de la discordia asoman facineroso,  cuatrero, rufianesco botín de odios y oros en el seno panista, en la matriz partidista.  Espino,  Martínez y sus huestes, que son legión, pasan las horas sembrando vientos para llevar agua a sus molinos. Molinos que del Rey quisieran.

 De las farsas a la bufonada,  amarillas, azules y coloradas, claro, con los dineros del pueblo.

 Y luego oiremos hablar de ingobernabilidad cuando ahora ya sin asombro vemos incapacidad manifiesta, latrocinio en grado sumo, injerencistas y serviles suspiros al colonialismo virreinal, traiciones en puerta, indisciplina de servidores públicos y una falta total de respeto al Presidente Calderón,  a la institución presidencial,  al Poder Ejecutivo que representa.

 Si al final de la tarde todos los gatos son pardos, recordemos  la vigencia de Lampedusa: Cambiar para que todo siga igual. O para que siga peor, corregiría más de uno.

 Mejor a otra cosa lector, y comparto con usted  otro poema del escritor alemán Bertolt Brecht, intitulado Leyendo el periódico mientras se hace el té:

 “Por las mañanas temprano leo en el periódico
          los magnos planes
del papa y de los reyes, de los banqueros y de los
           barones del petróleo.
Con el otro ojo vigilo
 el jarro de agua para el té,
cómo ésta se enturbia y comienza a hervir y se aclara
            nuevamente
hasta que se desborda el jarro y apaga el fuego.”

“Largo aprendizaje
el del cinismo.

Cualquier fe
te pagará con frío,
y el invierno es largo,
dura demasiado.
Vivirás todo lo necesario
para ver
coincidir a los contrarios.
Y si eres poeta
te liarás
con las cosas pequeñas,
Gritarás por diminutas
injusticias y te alejarán
los partidos políticos.
La censura serán los amigos,
tú mismo,
impávido al contemplar
por vez primera
que gira la tierra
y que ya nada
nada lo para.”

Marta Pessarrodona. Poeta catalana.
Lección de Cosas,
versión de Joaquim Marco.

 Pues nada. A lo visto, en épocas de inflación se llega al trueque hasta de las palabras. Así, a los crímenes de estado se les llama acciones concertadas, a los ilícitos de presunción penal, faltas de ética, a los riesgos de infiltración mafiosa, espionaje, errores de edición a la censura de imagen.

 Por si fuera poco, a los favoritos de los gobiernos ni destitución ni cárcel, invitación a dejar sus cargos y a lo mejor juicio político que no sirve para maldita la cosa. Aunque la sociedad esté harta de tanto chanchullo y el verbo solapar gubernamentalmente se conjugue en todos sus tiempos, con preponderancia en el imperativo, por supuesto.

 Mientras azules, pintos y colorados se desgarran las vestiduras el alza brutal a los alimentos y servicios predice amén de una escalada de zafarranchos una nueva y antidemocrática generación de desnutridos, el atestamiento de los escasos hospitales de más y más enfermos carenciales.

 Ante las lluvias e inundaciones salta a la vista la improvisación, corrupción y falta de planeación en los asentamientos humanos sin que los responsables de tales delitos sean molestados y se inste a culpar al mal tiempo de sus trapacerías y no entre otras causas a la deforestación, la acumulación de basura y a la infame y criminal costumbre gubernamental de hacer de ríos, mares y lagunas canales de drenaje. ¿Uno de los bisness son las reconstrucciones? Cualquier inundación sería entonces para tales sinvergüenzas un negocio redondo.

 Dislates de Perogrullo y diálogo de sordos en el Senado mientras la inclemente diáspora del campo se acentúa y los actores políticos insisten en convertir el petróleo de asunto nacional a legado personalísimo de entre otros, ciertos autores, coautores, beneficiarios y cómplices del Fobaproa y otras marranadas.

 Todo ello sin que al parecer gobernantes y legisladores recuerden que las sociedades hartas de injusticias e ineptitudes arman revoluciones. Tal vez porque los hambrientos, carentes de sentido del humor, no disfrutan del circo.

 Mejor a otra cosa lector, y comparto con usted el poema A la orilla del mar, del poeta catalán Joseph Piera, versión de Jaime Siles, incluido  en La Nueva Poesía Catalana de Joaquim Marco y Jaume Pont, Plaza Janés Editores, España, 1984:

   “A la orilla del mar u hoja  de la Historia
Qué salmos de olvido.
Qué alegría de anuncio.
Qué sonidos recortan la memoria.
Qué continuo dar vueltas
como un perro-noria-insecto
suicida hacia qué luz.
     Imágenes sin palabras que te envuelven con su
      gozo.
El cuerpo casi de creciente luna
o de olas que se van y al punto vuelven
orquestina de plaza.
Una corte de juglares como puntos suspensi-
       vos huyendo
dentro de la sombra,
este pueblo.”

"Te digo la palabra adiós:
Porque ya no es posible descolgarte auroras,
Porque tu ocaso nos cortó las alas,
Porque tememos esperar la arruga.
(confieso desde hoy que fui cobarde
al presentir crepúsculos,
confieso, sí, que fuimos talados con suspiros,
confieso que zarpé a destiempo.)
Te digo adiós en su palabra misma
Y con el mismo tramo en la pupila.
(no temo que se agite tu búsqueda imprecisa
porque sé que previste tus andadas
y que a mí me rozaste con tu olvido)
Te digo que se agostó tu capricho adolescente.
Te digo adiós por vez postrera,
Con la hoguera en tu recuerdo,
Con la estancia de ayer...
Lugar donde queda la imagen de cómo eras."

Xorge del Campo. (1947-2008)
Poeta mexicano.
De su libro "Fogata de  Zarzas en la Aurora)

 "Dueño de lo más importante, el don natural, la naturaleza poética, Xorge del Campo no necesita prólogos" escribió José Emilio Pacheco al prologar su primer libro " Fogata de Zarzas en la Aurora", Editorial Pájaro Cascabel, México 1966. Ahora  que  Xorge del Campo nos precede en el camino, su vasta obra literaria e histórica tampoco requiere presentación alguna.

 Como a muchos escritores mexicanos la mafia cultural y política, la canalla, la infame turba que tiene secuestrada la cultura en México,  a Xorge del Campo también le negó apoyo, publicaciones, becas, premios, a pesar de ser uno de los grandes eruditos en la historia de México y un poeta y narrador singular.

Sin embargo su obra perdurará y enriquece el acervo nacional de la cultura y la historia mexicana.

Hoy, que lamentamos su partida, recuerdo -y escribo a vuela pluma-
lar tardes del café, las tertulias sobre poesía, historia,  allá por los años ochentas y noventas en los cafés, hoy desaparecidos, ubicados a pocos pasos del viejo Excélsior.

 Eran los tiempos cuando Xorge del Campo también escribía en la Sección Metropolitana del antiguo Excélsior creada por Francisco Rodríguez Díaz, Ilán Semo, Julio Ulloa Zepeda y a la que esta servidora fue invitada a publicar y coordinar.

En aquellos entonces, cada jueves nos reuníamos ya en la librería-cafetería ubicada en el antiguo local del legendario bar Waikiki, enfrente de Excélsior, cuyo dueño, Franklin y su esposa, Angelita, reunían a muchísimos escritores, poetas, periodistas,  ya en "La Calesa" a pocos metros y en la misma acera de Reforma del viejo Excélsior.

En la que coloquialmente y más bien en chunga llamábamos "Mesa de los Humanistas" nos reuníamos el poeta, escritor e historiador Xorge del Campo, el poeta andaluz Juan Cervera Sanchís, el novelista Raúl Rodríguez Cetina y el poeta Raúl Cáceres Carenzo, "El Fabricante de estrellas", el Reportero Cor, Leopoldo Meráz;  el locutor y periodista Joaquín Gutiérrez Niño, la reconocida astróloga Chela Bracho y su hija, Kitty Bracho, la escritora Lila Yolanda Andrade, el periodista y  Doctor en Sicología Fernando Allier, el poeta y crítico de arte Luis Bruno Ruiz, el ingeniero y periodista Armando Durán, el escritor Agustín Jiménez y entre muchos otros,  quien este Café con Letras escribe. En la también en broma llamada la "Mesa de los Matemáticos" se reunían Franklin, el excelente fotógrafo Mario Casasola López y muchos otros cuya afición al buen café y al dominó reunía, cuyos nombres, la memoria infiel de momento olvida.

Como un mínimo homenaje al escritor, poeta, historiador y amigo Xorge del Campo, (1947-2008)  comparto con usted, lector, dos poemas de su libro Flauta de Ceniza, Ediciones Luzbel, México, 1985:

"La consabida flauta atreve llamas
sin una sinfonía como escudo.
Me quedo mudo.
Y a solas por mi casa
enmudecida y leve."

 "Oh, ceniza en lumbre que no acaba.
Cerré los ojos apenas un instante.
Los abrí. La noche estaba advenediza
y ví de pronto con semblante árido
que retornó, imprevista,
la lumbre a su ceniza.