“Me hablaste de esperanza, la tuvimos,
remotamente allá, cuando los días
eran tan nuestros como nuestro pan
o nuestro vino.
Ah, la esperanza, yo la tuve, y era
maravillosa más que la alegría.”

Alfonso Costafreda. (1926-1974)
Poeta catalán.

El Atencazo por unas flores. El Antrazo por unas chelas. Si al parecer el que no encubre, miente: Que se vayan todos. Como dijo López Obrador: Las escaleras se barren de arriba para abajo.

Si los policías actuaron mal, los mandos y sus mandos,  peor.

Y ahora resulta que los mandos de los mandos de los mandos son unos angelitos, que el fascismo no asoma sus narices por ningún lado y menos por esos lares, que la cortina de humo antrera es casual, que la honestidad y transparencia de Iván Company es proverbial, que la moda es ser juez y parte, que los hijos de Martita son blancas palomas y nuestros paupérrimos jóvenes, delincuentes, que nuestros gobernantes, procuradores, diputados y senadores están libres de cualesquier sospecha, que la maestra vive de ingresos honestos y paga puntual sus impuestos, que la elección perredista en el DF es modelo de democracia, que la Suprema Corte imparte Justicia, que el crimen está perdiendo la batalla, que la corrupción es un invento de opositores, que el alza al precio del crudo empobrece a todos pero no enriquece a ninguno, que por dadivosos, ciudadano por ciudadano, voto por voto, legislador por legislador, consultado por consultado, toditos los mexicanos queremos regalar a extranjeros el petróleo y dividendos colaterales y que toda infame ejecución es un suicidio lamentable. Pues eso.

Mejor a otra cosa lector, y comparto con usted de Tierra sin sentido, el poema  Versos escribo,  de Alfonso Costafreda, -estudio de Jaime Ferrán,  selección de Anne Marie Costafreda- Ediciones Júcar, España, 1981:

“Todo es inevitable. Ahogando la luz surge,
poderosa y tenaz, la pesadilla.
En el cuerpo ligero late la pesadumbre:
un mar de sombras se desborda
de la orilla inmortal a nuestra orilla.
Pero versos escribo en busca de claridades.
Y en la fe de mi verso, sabiendo, sin vacilar afirmo
el absoluto sentido de la vida en una tierra sin sentido.”

"Una estrella
no se apaga
ni aun cuando
la sople
el alba."

Francisco Pino. Poeta español.
1910-2002.

Si como quiere el poeta "el nombre es arquetipo de la cosa" Andrés Manuel López Obrador y "presidente legítimo" son lo mismo. Y nuestro querido y zafio IFE necea hasta la risa con su pánico a las palabras, posterior a su número fobia ante el conteo del voto por voto, casilla por casilla y contemporáneo de la "arbitraria" Consulta Ciudadana y del "antidemocrático" Referéndum.

Con semejantes ñoñerías y chocheces, el IFE hace gala de miopía, estulticia e inoperancia y flaco favor le hace al Presidente Constitucional que despacha en Los Pinos.

¿Considerará el IFE que decretar sandeces en uno de los momentos más álgidos del régimen puede borrar la figura de "presidente legítimo" del imaginario colectivo de los millones de ciudadanos que votaron por López Obrador para ocupar la presidencia? ¿Considera su magistral torpeza que con decretos pueden borrar del ánimo popular la convicción de que López Obrador es el único líder honesto capaz de enfrentar el maremágnum de la corrupción que campea en el país y revertir la antidemocrática miseria insultante que padecen millones de mexicanos?

 Y contra la apabullante convicción de los seguidores del "presidente legítimo", no valen multas ni decretos.

Mejor a otra lector, y comparto con usted "Ruiseñor" y "Alondra" del poeta español Francisco Pino, de su libro Versos para Distraerme, Editora Nacional, Madrid, 1982:

RUISEÑOR.

"Surtidor.

A media noche
gotea el sol."

ALONDRA

"Adiós
a la sombra.

Y en el alba
de los que se desabrazan
sombra."

   "Por donde pasó el viento
son altas las hierbas
y los ojos lágrimas
sólo de mirarlas."

Eugenio de Andrade. (1923-2005)
Poeta portugués.

De las monedas de Judas al tiempo aire televisivo la receta es la misma: La testa de tu amigo por treinta segundos de gloria. Y si a la falta de respeto a la investidura se añade rencor palafrenero se sobre entiende que la guerra no está perdida. Al tiempo,  que la solidez de las encuestas no se derriba con humillaciones ni moralina.

En tanto los fans de Santiago, "totalmente Palacio"... Nacional, se encabritan de lo lindo con el relevo de su cargo senatorial, la iniciativa injerencista regresa maquillada, el autoritarismo saca la diestra, se pretende remediar la debacle de PEMEX con malos discursos, los banqueros preparan dos siglos o más de ganancias colonizadoras.

  La hambruna afila el zarpazo frente a las bocas hambrientas del 70 por ciento de la humanidad, creación divina para algunos gobernantes que por supuesto ni protestan ni protegen a sus gobernados ante el inminente panorama de tal genocidio, a la Santa Madre Iglesia se le olvida darle a Dios únicamente lo suyo y de domingo a domingo y entre semana también mete mano en los asuntos del César, y el crimen, señores, se enseñorea.

San Judas -pero Tadeo-  nos ayude pues al gobierno al parecer se le olvida que el hambre, la explotación laboral y la mano dura rompen más diques que los huracanes.

Mejor a otra cosa lector, y comparto con usted el siguiente poema del portugués Eugenio de Andrade,  intitulado "Urgentemente",  de su libro Antología Poética 1940-1980, -traducción, prólogo y selección
de Ángel Crespo- Plaza Janés Editores, Madrid, 1981.

         "Es urgente el amor.
Es urgente un barco en el mar.
          Es urgente destruir ciertas palabras,
soledad, odio y crueldad,
algunos lamentos,
muchas espadas.
           Es urgente inventar alegría,
multiplicar los besos, las cosechas,
es urgente inventar rosas y ríos
y mañanas claras."