Bernard Corteggiani (AFP)

MERIDA, YUCATAN, 28 de enero.- Michelito, el famoso torero de once años, gana y establece el récord al matar seis toros el domingo en la plaza de toros de Mérida, su ciudad natal en México.

El pequeño prodigio se llevó para su casa las orejas de los toros y fue ovacionado por la multitud tras una presentación fuertemente cuestionada por grupos defensores de los animales y de los derechos de los menores.

No es un domingo cualquiera para Michelito y su padre. A los once años, este precoz prodigio fanco-mexicano peleará con seis jóvenes toros.

Seis muertes en una sola corrida: algo único para un torero tan chico. Pero Michelito, estrella en México, lo asume con mucha seriedad, respetando al detalle la tradición.

 “Cuando toreo en pantalones cortos, coloco mis medias por fuera”, dice el pequeño torero.

Michelito es local aquí en Yucatán. Aquí nació. A los cinco empezó a torear con público. A los seis mató el primer toro. Lo lleva en la sangre: su padre es un matador francés y su madre directora de la plaza de toros de Mérica. Pero sus progenitores no lo explican todo.

 “No es algo frecuente. Sobretodo con el trabajo que hay detrás de cosas así… hay gente que nacimos estrellados y otros con estrella. Michelito nació con estrella”, afirma su padre.

Cuando torea en Fancia, Michelito lo hace con vacas de 70 kilos y no está permitido matarlas.

En México, a los toros jóvenes le cortan y arrancan los cuernos. Pero estos animales pesan casi 250 kilos –siete veces el peso de Michelito. Esta diferencia no le produce miedo a Michelito, quien cumplió su promesa: matar a seis toros. Por esta gesta, se queda con las dos orejas de cada bestia y es felicitado por su triunfo.

Lejos de la luces, Michelito es un niño como todos. Le gustan las historietas del “Hombre Araña” y toca la guitarra. Se ve como una estrella de rock… pero el llamado del toreo es mucho más fuerte.

“Hay diferentes tipos de toreros: artistas, espectaculares, y variados. Creo ser un matador variado porque tengo sentimientos... Siento profundamente cuando peleo—yo toreo con mi corazón, lo siento en el alma”.

Esta última corrida podría colocar a Michelito en el Libro Guinness de los Récords Mundiales. Para él la corrida de toros dejó de ser un juego. Su sueño es poder ser profesional a los 14 años.