PATA DE PERRO
Inicio / Las Ultimas / Internacionales | Economìa | Policìa | Ciencia y Tecnología | Personajes y Entrevista | Invitadas/ Denuncia Ciudadana | Foro /

Inmarcesible
Casa Presidencial
Columna por un Momento
ParadigMas



 



Rencontrando al campeón
Agosto 21, 2011

POR RAMIRO GOMEZ-LUENGO

-- 1a. Parte --

Rodolfo, el Gato González, no puede contener las palabras: “Te juro que de la pura emoción se me salen las lágrimas, porque me sentí como en mis mejores tiempos: estelarizando una mega función en algún casino de Las Vegas por unos cuantos miles de dólares”.

Y es que a pesar de que el Gato González se retiró profesionalmente en 2004,  decidió subirse nuevamente a un cuadrilátero, pero esta vez no fue en EU, o ya de perdis en la arena Coliseo, sino en una pelea de exhibición con motivo de la función de box amateur que se organizó para los internos en el auditorio del Reclusorio Oriente, donde purga una condena de 30 años de cárcel por haber asesinado a golpes a dos personas.

A sus 53 años de edad, la cárcel y los excesos han dejado honda huella en el físico del Gato González, quien fue considerado uno de los últimos grandes ídolos del boxeo mexicano entre los años 80 y 90 a tal grado, que se dio el lujo de estelarizar dos películas: Buscando un campeón y El ídolo, alternando con viejas glorias del cloroformo nacional como Vicente Saldivar, Rubén Ratón Macías, Kid Azteca y Ultiminio Ramos, entre otros.

La exhibición de tres rounds con el también ex peleador Eduardo el Vampiro Gómez, quien también purga una condena, fue intensa y emocionante a tal grado, que al final de la misma el Gato,  tras revelar sentirse  mal “porque no pensé que iba a venir tanta gente”, fue traicionado por las lágrimas, mientras ex campeones mundiales de la talla de Ultimio Ramos, José Pipino Cuevas, Isidro Pérez, Héctor López y Enrique García, le daban ánimos.

Carisma traidor

El destino le dio cualidades para ser un grandioso campeón de box: técnica, punch, valentía y carisma, pero el Gato González olvidó que el corazón necesita ser iluminado para vencer las tentaciones del pecado, y se  perdió en el mal camino hasta caer en las tinieblas de la maldad que se alimentan del éxito, las  adulaciones, las drogas  y el alcoholismo.

La vida del  ex medallista de oro en dos ocasiones y figura importante del boxeo nacional al disputar en tres ocasiones un campeonato del mundo ha sido paralela a la de un gato, del cual se dice tiene siete vidas, y es que en varias ocasiones salvó la existencia de puro milagro, al verse involucrado en trágicos accidentes de tránsito y asaltos.

Rodolfo es sencillo y amable. Tiene carisma y pudo ser uno de los grandes ídolos del boxeo, como Rodolfo Chango Casanova, Rubén el Ratón Macías, José Toluco López y Rubén Puas Olivares.

-¿Por qué tu vida destrampada?- le cuestiona el perro pregunton.

"El éxito me mareó y las malas amistades me llevaron al mal camino olvidándome de los consejos de mi madrecita a quien le pido perdón; nunca me he olvidado de ella porque cuando gané miles de pesos lo primero que hice fue comprarle su casita y ayudar a mis hermanos".

Hijo de familia humilde. Es el octavo de 15 hermanos. Nueve mujeres y seis hombres. En su infancia fue vendedor de periódicos y monaguillo. Se metió al boxeo para ayudar a sus padres, y su vida era ordenada. El todopoderoso le dio facultades para destacar y ganar fama y fortuna. En una pelea cobró más de 200 mil dólares (unos 2 millones de pesos). "El deporte me hizo disciplinado, pero conocí las fantasías amargas del alcohol y fui débil para zafarme".

Como boxeador amateur tiene un récord impresionante difícil de superar. Fue campeón en peso ligero y medallista de oro en torneos internacionales celebrados en Cuba, Tailandia, etcétera, así como  ganador de las máximas preseas en Juegos Centroamericanos y del Caribe. Sostuvo 76 peleas y sólo en ocho ocasiones conoció el fracaso.

Con su estilo fajador, boxeo de clase dominando las dos guardias: derecha e izquierda, debutó profesionalmente en 1978 a los 19 años de edad, y con 19 peleas invicto, disputó el campeonato mundial ligero de la AMB a Claude Noeal, perdiendo decisión en 15 asaltos el 12 de septiembre de 1981, en Atlanta, Estados Unidos.

 Volvió a tener dos oportunidades para conquistar el título universal, igual que el maestro tepiteño, José Huitlacoche Medel, ambos considerados los únicos peleadores mexicanos que en  más ocasiones disputaron un cetro;  Medel fracasó ante el japonés Harada y contra el brasileño Eder Jofre.

.(rluengo4@hotmail.com)



El Nivel
--1a. parte ---

El Nivel
--2a. parte ---



El Nivel
--3a. parte ---



Todo menos placer



¡Hasta siempre negro!



Delfines, Cocodrilos y Ballenas



Heráclito

La Reina del Camino



 
Rencontrando al campeón
Agosto 28, 2011

Por RAMIRO GOMEZ-LUENGO

-- 2a. Parte --
El segundo combate campeonil fue en Italia, el 10 de enero de 1981, ante el local Patrizio Oliva, fracasando el Gnato en decisión discutida, ya que se dijo que el mexicano merecía la victoria. La tercera y última oportuidad fue el 22 de septiembre de 1988 en Los Ángeles, California, ante Roger Mayweather, quien lo noqueó en el doceavo asalto.

Tuvo diferentes managers. El primero fue el Güero García (ya fallecido), don Ignacio Beristain, actual manejador de moda que ha forjado a grandes campeones como Gilberto Román, Daniel Zaragoza,  Ricardo Finito López y Humberto La Chiquita González. También estuvo en el establo de don Pepe Hernández (Q.E.P.D) quien descubrió a dos grandes ídolos mexicanos: Raúl Ratón Macías y José Toluco López. Finalmente, con don Lupe Sánchez (Q.E.P.D.) ex dirigente de Pipino Cuevas, ex campeón mundial welter, Ricardo Pajarito Moreno, José Medel, etcétera.

Dios le dio tanta chispa a Rodolfo que fue llamado al cine filmando dos películas: Buscando a un Campeón y El Ídolo, donde fueron llamados varios ex titanes del ring como el maestro Kid Azteca, Rodolfo Chango Casanova, Raúl Ratón Macías, Ultiminio Ramos, Vicente Saldívar, quienes hacían escenas en la que le daban consejos al Gato González porque en esa época era la figura del momento.

Su consagración ante la afición capitalina fue noqueando en 10 al que fue extraordinario peleador colombiano, Alfredo Pitalua, ranqueado mundialmente en los pesos ligeros. Este encuentro fue el 16 de febrero de 1980. También le  ganó a René Arredondo, ex campeón mundial ligero.

Rodolfo colgó los guantes el 6 de marzo de 2004, perdiendo decisión ante Omar Vásquez. De 1997 a 2003 estuvo inactivo. La mayoría de sus peleas fueron en Las Vegas y en Los Ángeles, California, donde ganó miles de dólares.

Trampa al tiempo

“Estoy arrepentido de lo que hice, por esa razón, desde este lugar le pido a los familiares de la gente que afecté que me perdonen, ya que me estoy rehabilitando, se los juro”, asegura el Gato, quien entrena a más de 150 internos.”

El Gato afirma que las noches en prisión son profundas como un sueño. Un sueño intranquilo del que se despierta agotado. “Las noches y los días se estancan en el tiempo de la prisión. Da igual que sea domingo o lunes o martes en este pantano monótono donde vivo atrapado”.

“La cárcel es un mundo pequeñito” -dice el Gato, quien cierra un puño lleno de cicatrices y deja un hueco en la palma de la mano para agregar: “es así, otro mundo, distinto al de allá afuera”. Entrecierra un ojo para mirar a través del túnel que forma con su mano y señala: “Aquí todo es angustia, soledad y desesperación”.
“Aquí hay que estar activo para sobrellevar los días; jugar a ignorar la cárcel para no estar pensando tonterías y no estar ahí nomás, acostadillo”, señala tras revelar que su “trampa al tiempo” dentro del reclusorio consiste en impartir clases de boxeo.

El gimnasio del Gato es un patio flanqueado por un bloque gris de paredes descarapeladas (uno de los ocho dormitorios que tiene el reclusorio), junto a un pasillo oscuro con enrejado azul del que cuelga ropa interior, calcetines y ropa beige reglamentaria. Justo a un costado de una galería de tiendas improvisadas con palos y plásticos, así como tendederos con ropa colgada.

Ahí, bajo un rótulo con el rostro de David Beckham, el Gato enseña a internos sentenciados, o con proceso abierto por diversos delitos, los secretos del deporte que lo elevó a la fama durante la década de los 80, cuando estuvo cerca de convertirse en campeón del mundo.

Crimen a domicilio

La madrugada del 5 de octubre de 2007 un hombre yacía muerto en la habitación de una casa de la colonia 20 de Noviembre. El pasillo que conducía a la estancia estaba regado de sangre. Había otro hombre inconsciente en el suelo. Murió horas más tarde. Ambos perdieron la vida a consecuencia de los golpes que recibieron. Uno más había sobrevivido. Ese domicilio pertenecía al ex boxeador Rodolfo el Gato González. La puerta quedó abierta por la premura de la huida.

Cuando la policía llegó, sólo encontró los vestigios de una noche tensa, botellas desperdigadas, una casa revuelta, un cadáver, un hombre agonizante y otro seriamente golpeado, pero sin riesgo de muerte.

Aterrado y todavía con los estragos del alcohol encima, el Gato había escapado con lo que llevaba puesto. Durante seis meses estuvo a salto de mata. Con la barba crecida y el pelo largo, vivió como un indigente empujando un carrito con unas cuantas pertenencias. Dormía en las calles, comía lo que le regalaban en los mercados.

“Andaba en la calle todo mugroso, todo chilapastroso, para que no me reconocieran; es feo, porque era el Gato, pero de basurero... después de ser un Garfield”, bromea el esteta pero sin mostrar algo que pueda distinguirse como una sonrisa.

Evadió por un tiempo la cárcel, pero la hostilidad de la vida callejera y la incertidumbre de que tarde o temprano la ley le daría alcance se le hicieron insoportables. En un arrebato de desesperación decidió poner fin a ese calvario y regresó a la casa donde seis meses antes se le descompuso la vida.

“La policía hacía guardia, confiada en que un asesino regresa a la escena del crimen: Yo me presenté solo.  Cuando llegué, luego luego me agarraron. Al otro día los diarios daban la noticia de mi arresto, acusado de doble homicidio”.

“Me pintaron como si fuera un monstruo. Que yo maté a dos, que a tres... si yo no soy Supermán. Es cierto que estuve tomando esa noche, no lo niego; se encontraban en mi casa, de acuerdo; pero como se estaban peleando entre ellos y no pude calmarlos, me fui con mis botellas a beber a otro lado.

“Yo no estuve cuando pasó eso; cuando regresé ya vi todo. ¡Por qué me incriminan!”, insiste el Gato con voz destemplada por repetir tantas veces la misma historia sin éxito. Fue encarcelado y más tarde sentenciado a 30 años de prisión.

“Así, ya para qué salgo: tengo 53 años, ya no tiene caso. Es como si me dieran cadena perpetua, mejor ya me muero… está muy cabrón”, resopla y la voz se le apaga hasta hacerse casi imperceptible. Por primera vez parece un hombre vulnerable, con la mirada perdida en algún punto de sus manos cicatrizadas.

.(rluengo4@hotmail.com)



Rencontrando al campeón

-- 1a. Parte --




Rencontrando al campeón

-- 2a. Parte --




El Nivel
--1a. parte ---

El Nivel
--2a. parte ---



El Nivel
--3a. parte ---



Todo menos placer



¡Hasta siempre negro!



Delfines, Cocodrilos y Ballenas



Heráclito

La Reina del Camino



 
El Nivel
Agosto 16, 2011

Por RAMIRO GOMEZ-LUENGO

--3a. parte ---

El dueño de El Nivel precisa que otra de las tradiciones de su cantina son las botanas, “ya que desde la primera copa te servimos el primer guisado, y así te podemos ofrecer hasta cinco platillos diferentes; puedes beber y comer por el mismo precio, disfrutando un caldo de camarón, arroz, mole de olla, mole verde, o rojo, paella, frijoles charros, chiles rellenos y pancita, así como los frijoles tarascos, especialidad de la casa, que llevan carne de puerco, cebolla y chile piquín”.

Paradójicamente, don Jesús le confesó en esa ocasión al perro de marras que no bebía ni una copa, “porque además de que en tantos años he visto como se ponen algunos con el alcohol, mi organismo lo rechaza; es más, ni en mi casa tengo botellas”.

-Más de 80 años de edad. Jornadas de trabajo de 12 horas diarias de lunes a sábado. ¿Ha pensado en retirarse del oficio don Jesús?

-Pues sólo que me quiten el local los de la UNAM, porque le voy a confesar algo: el día que salga de mi barra y me quede acostado en la cama, sentiré que hasta ahí llegué, porque para mí la vida está aquí, donde he visto y oído tantas historias que no terminaría de contarlas.

Pese al cierre de El Nivel, aún es posible observar de repente deambular por la zona a varios de los que fueron sus empleados, como Rogelio Frausto, quien fue mesero desde 1984, doña Guillermina, el Brujo, el Botanero o a Don Rogelio, el Colosio del Centro Histórico, quienes hasta la fecha no han sido indemnizados por el Profesor Jirafales.

“Pero no sólo los empleados quedamos huérfanos de trabajo y salario”, señala Rogelio Frausto, tras revelarle al perro que a más de tres años de que cayó la cortina de El Nivel “he podido ver por ahí, flacos ojerosos y cansados, a varios de los poetas, ingenieros, bohemios y escritores que conformaban el llamado grupo de Los Nivelungos, “quienes diario estaban en la barra de la cantina, sobre todo el Tío Monchivaís y el Doctor Tatatí Tatatí”.

Frausto no puede evitar que las lágrimas se asomen a sus ojos cuando rememora los buenos tiempos vividos en El Nivel y precisa que una de sus anécdotas favoritas era la que contaba que el ex presidente Sebastián Lerdo de Tejada,  quien expidió la licencia del lugar, “que hasta entonces sólo tenía un permiso”, a diario mandaba a la cantina a un secretario para que le trajera  una sangría; “pero un día que la cantina estaba cerrada, se ofuscó tanto, que de inmediato expidió un decreto mediante el cual prohibió que se cerrara el lugar bajo cualquier


.(rluengo4@hotmail.com)



El Nivel
--1a. parte ---

El Nivel
--2a. parte ---


Todo menos placer



¡Hasta siempre negro!



Delfines, Cocodrilos y Ballenas



Heráclito

La Reina del Camino


Mi último fracaso



Inconsciente colectivo

 
El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de los autores. Todos los derechos están reservados.
Queda prohibida la reproducción parcial o total del material publicado.
 Reportajes Metropolitanos - Derechos Reservados © 2006  www.reportajesmetroplitanos.com.mx