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XALOSTOC EN LA IGNOMIA
 

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS

* Inseguridad Polìaca y Deficiencia
de Servicios Pùblicos Desalientan
a Industriales

--III Parte ---
ECATEPE, MEX..- La Corona es, junto con La Jumex, La Costeña, Bimbo y Cubiertos Cufín, una de las empresas más exitosas no sólo de Xalostoc, sino del país, y es la única que se rige por un código de ética muy estricto. Todos sus empleados son vecinos de las colonias aledañas. Tiene los mejores sueldos, prestaciones y buen trato a sus empleados, ya que cuentan que así lo prometieron sus dueños a la Virgen de Guadalupe, tras encontrar en su natal Jalisco un tesoro que los hizo multimillonarios

Don Antonio González, fundador de La Corona siempre fue visitado por todos los candidatos a alcaldes, diputados locales y federales e incluso a gobernadores del PRI, que le prometían mejoras para la Zona Industrial de Xalostoc, lo cual nunca cumplieron.

Llegó la ocasión en que Don Antonio abandonó su tradicional amabilidad al recibir a un candidato priísta a la alcadía, a quien ya no le ofreció un banquete y mucho menos un cheque en blanco.

Lo recibió fríamente junto con su comitiva en su oficina privada, pero ni siquiera les ofreció una silla. El tampoco se sentó.   Se concretó a escucharlos y cuando terminaron les dijo:

“Ya no creo en ustedes. Siempre me vienen a pedir apoyo y se los doy, pero ya me canse de que no controlen a su policía. ¡Son unos ladrones!...y ustedes lo permiten, porque mantienen el parque industrial sin alumbrado público. Además aquí nos inundamos con una llovizna, al grado que hace meses mis carros de carga auxiliaron a unos pasajeros de un microbús a bajar a su pasaje, luego de que se quedaron varados en medio de las aguas pestilentes.   Ese día murieron cinco personas por asfixia frente a mi empresa, al inhalar los gases venenosos de la unidad que quedó atrapada.

“Ese día reflexione en todo lo que les he dado: ¡ millones ¡, que no han servido para nada.  Xalostoc esta en la ignomia.   Por eso no les ofrecí una silla.  No la merecen.  Esta vez, dijo con la mandíbula temblándole de rabia, no tendrán mi apoyo.  Gracias por su visita”.

Tras decir esto, el otrora amable Don Antonio se dirigió a su escritorio y se sentó en su amplio y mullido sillón de piel, mientras con una seña daba la orden a uno de los suyos para que acompañaran a los políticos a la puerta.

 

Ese candidato priísta, Jorge Torres Rodríguez,  ganó la presidencia municipal de Ecatepec y durante su trienio se esforzó por recuperar el aprecio de Don Antonio. Autorizó la construcción de un gran colector que decreció casi en un 80% las inundaciones, repavimentó  e iluminó las calles y mando construir un pequeño monumento a la Zona Industrial de Xalostoc justo en la calle Carlos B. Zetina, la cual inauguró el ex gobernador Mario Ramón Beteta, quien entonces era presidente del Consejo Empresarial.

Don  Antonio murió hace poco más de un año, y Xalostoc sigue en el abandono, pese a que económicamente es una de las zonas más importantes del país.
Por ello, los habitantes de las comunidades que están inmersas en este parque fabril están de acuerdo en buscar una nueva opción “y si pertenecer a otro municipio nos garantiza que pavimentarán las calles que faltan, que habrá agua, luz, escuelas y seguridad pública, pues adelante. Votaremos por otro municipio, otro partido, una mujer, un gay, lo que sea, pero que atienda las necesidades de la gente”, aseguró Rosa Hernández, una de las primeras pobladoras de El Salado Xalostoc.

 
La falta de seguridad pública es tal que a diario se registra el robo hormiga de productos y materia prima que transportan los vagones del tren que llegan a la Estación de Ferrocarriles Xalostoc, de los cuales muchos hacen servicio especial a las empresas, que resienten fuertes pérdidas económicas con esas prácticas ilícitas que se realizan a la luz del día, ante la falta de vigilancia.
 
Los saqueos más cuantiosos a los vagones  los realizan por las noches e incluso han  tirado partes de una barda que divide la Estación del Ferrocarril con la colonia El Salado, por donde cargan vehículos con diversos materiales, principalmente cemento y varilla, que venden a bajos precios.
 
Las bandas que se dedican a este robo proceden de otras comunidades  y en su mayoría son menores de edad, cuyas edades fluctúan entre los 9 y 13 años.

 

 


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