* Fue inagurado el 16 de septiembre de 1910, para Celebrar el Centenario de la Independencia
y el cumpleaños de Don Porfirio Dìaz
Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
La
historia del “Angel Dorado” inició el
23 de agosto de 1877, cuando el gobierno de México
acordó erigir un Monumento a la Independencia de
México. En 1878 lanzó una convocatoria a
arquitectos y escultores. Lo ganaron los norteamericanos
Clus y Shultze, domiciliados
en Washington, pero se cansaron de la tardanza del gobierno
para echar andar la obra y terminaron vendiendole los planos, y fue hasta 1900, en pleno esplendor del régimen del general Porfirio Díaz, cuando resurge la idea de la erección
del monumento, con el que tambièn festejaron el cumpleaños de Don Porfirio.
Los
"científicos" de don Porfirio habían
visto el mundo y entre ellos, don Antonio Rivas Mercado,
quien optò por seguir la moda de fin de siglo, en
la que se preferìan las columnas en monumentos públicos,
como la de la Victoria de Berlín, la Colón
en Barcelona, la de Vendome en París, la Alejandrina
en San Petersburgo, la de Alejandro en Alejandría.
Don
Porfirio, colocó la primera piedra
“El
2 de enero de 1902, el general don Porfirio Díaz,
luciendo su guerrera constelada de condecoraciones de deslumbrante
pedrería, colocó la primera piedra del monumento.
La argamasa le fue ofrecida en un recipiente de plata y
la paleta que usó, era del mismo precioso metal.
Fue un acto solemnísimo, seguido por una deslumbrante
fiesta del fastuoso gran mundo porfiriano, que tenía
por espejo París”, se relata en una revista
de aquéllos tiempos, la cual cita que:
Fue
hasta 1906 cuando terminaron los trabajos de cimentación,
muy complicados -a causa de que el suelo destinado al emplazamiento
del monumento en la cuarta glorieta del Paseo de la Reforma-
era inconsistente y movedizo.
El monumento crecía. La columna se elevaba ya a más
de la mitad de la altura calculada. En esto, Rivas Mercado
comprobó que se inclinaba peligrosamente hacia el
norte, amenazando desplomarse.
Se suspendieron los trabajos. Se produjeron enconadas disputas
entre los técnicos. Total: los cimientos estaban
mal calculados, en relación con el suelo movedizo
y el peso del monumento. Hubo que deshacer lo ya hecho.
Tres mil cuatrocientas piedras, primorosamente labradas,
de la columna, fueron desmontadas una a una.
Se procedió a una nueva cimentación, más
de acuerdo con las exigencias de las características
del suelo. A 23 mts. de profundidad se construyó
una plataforma de grava, arena y arcilla, reforzada con
pilotes de perfumada madera de ciprés y sobre ella,
otra con otros fuertes pilotes de concreto.
En
total, se utilizaron 107 kilómetros de pilotes. La
nueva cimentación estuvo lista en mayo de 1909. Se
construyó a marchas forzadas el nuevo pedestal y
la columna, porque se había fijado la fecha de su
inauguración, para el siguiente año, centenario
de la Independencia de México.
En
julio de 1910, el monumento quedó terminado. Y se
inauguró el 16 de septiembre de 1910, durante las
fiestas conmemorativas de la Independencia. La profusión
de estatuas, medallas y relieves que lo adornan, es obra
del escultor Enrique Alciati. El "Angel Dorado",
fue diseñado por el arquitecto Jesús Contreras
y realizado por el mismo escultor.
Durante cuatro dècadas, la bella figura alada femenina permaneciò impacible en el Paseo de la Reforma, como el referente principal de la capital mexicana, hasta que ocurriò el terremoto del 28 de julio de 1957.
El
Angel voló!, gritó la gente, tras el terremoto
que sacudió al Distrito Federal a las 2:45 de la madrugada
de aquel dìa. Fue la primera vez que lo llevaron
a reparación, y no estuvo en la celebración
de las fiestas patrias, como lo había hecho desde que
fue inaugurado el 16 de septiembre de 1910, por el entonces
Presidente Porfirio Díaz, para celebrar el Centenario
de la Independencia y su cumpleaños.
A
49 años de aquella caída, El Angel volvió
a reparación,en 2006, y el 15 de septiembre de ese año fue reinagurado, luciendo en todo su esplendo. Su brillo engalana nuevamente “el secuestrado”
Paseo de la Reforma, y aùn es testigo mudo de la historia
de Mèxico. De las Alegrías y
tristezas de los mexicanos.
El Angel de la Indenpedencia tiene 8,000 libras de oro de 23 quilates
y medio, con un costo de 28,000 pesos fuertes de de la època de Porfirio Dìaz, que confiò el dorado de la estatua al dorador Pedro Hidalgo.
Las deslumbrantes láminas de oro, fueron incrustadas
en el bronce, mediante "pestañas", aseguradas
en el ánima de concreto que rellenaba el Angel.
La
terraza en que se asienta, tiene cuatro faroles con sus
balaustradas. Cuatro sólidos pedestales, como contrafuertes
de la columna y otro al frente, donde campean un león
coronado de laurel y un genio que lo conduce.
Cuatro
estatuas sentadas, representan la Paz, la Ley, la Justicia
y la Guerra, en cada uno de los ángulos del zócalo.
En las paredes, aparecen esculpidos 20 nombres de los precursores
de la Independencia. También, en cada uno de los
ángulos del zócalo, se destacan cuatro, estatuas
de mármol de Morelos, Guerrero, el español
Mina el Mozo y Nicolás Bravo.
Otro
grupo estatuario de gran belleza, representa la apoteosis
del Cura Hidalgo, con su estandarte guadalupano al viento.
La Patria le ofrenda una corona de Laurel y la Historia,
sentada, escribe sus hazañas en su libro.
En
donde arranca la columna, se destaca un bajo relieve. La
Fama pregona las grandezas de la patria.
En
la parte posterior del monumento, está el propileo
donde arde perennemente la llama votiva a los héroes
mexicanos. A la entrada de la estancia, donde se guardan
en arquetas los restos de los padres de la patria, hay un
gran medallón con la cabeza de una mujer que representa
a la República, entre ramos de laurel.
En
la columna, también aparecen esculpidos nombres de
héroes de la independencia mexicana. El capitel luce
cuatro águilas doradas.
Un
balcón de bronce, está sobrepuesto al capitel
que sostiene la plataforma final, en la que asentaba sus
plantas el "Angel Dorado", que en una mano sostenía
una corona de laurel y en la otra una cadena rota.
En
una de las sacudidas del terremoto, que estremeció
hasta las más profundas entrañas del valle
de Anáhuac, "al ángel se le aflojó,
el alma y sus delicadas formas femeninas de bronce dorado,
quedaron monstruosamente tasajeadas y aplastadas entre los
escombros, producidos por el impacto de su caída”,
escribió una revista de aquéllos tiempos en
la que describe:
El
"perenne bronce" cantado por los poetas, dejó
de serlo. Los habitantes de la ciudad de México,
no mostraron estupor y sorpresa menores ante la caída
de "su Angel", que los que pudieron experimentar
los troyanos al ver desbaratado su también dorado
y protector Palladion.
Pero
se repusieron del estupor y del duelo, rápidamente.
El
Angel, al taller de reparación.-
No
es fácil prever que haya talleres de reparación
para los ángeles. Los hay.
la
Independencia de México, fueran llevados a un taller,
para ser reparado.
Este
hombre era el Regente de la Ciudad y gobernador del Distrito
Federal, Ernesto F. Un hombre enérgico dispuso que
los restos destrozados del más bello y querido símbolo
de Uruchurtu.
“Se
trata de un personaje de apariencia un poco hosca, autoritaria
y malhumorada que ama los prados, las flores, las fuentes,
los jardines y las estatuas. A él se debe el milagro
de la moderna urbanización de México, D. F.
“Al
conjuro de sus órdenes, han brotado por todos los
rumbos de la legendaria Ciudad de los Palacios, fuentes
monumentales, ornadas de estatuas; prados bien cuidados
y jardines desbordantes de flores.
“Con
la misma facilidad, han sido abiertas grandes avenidas,
entre las viejas y románticas callejas de los tiempos
de la colonia. Como por arte de encantamiento, se ha transformado
la antaño urbe virreinal, en una ciudad de nuestro
tiempo, proyectada hacia el futuro, limpia, aseada y deslumbrante.
“La
gente lamentó la desaparición del "Angel
Dorado" y acudió a la veneración de sus
restos, como si se tratase de una sagrada reliquia. Docenas
de miles de ciudadanos, parecían asistir al funeral
de un familiar muy querido.
ALMA DE CEMENTO
“Custodiaban
las destrozadas formas angélicas, soldados del Ejercito
Federal, rifle en mano. Sin esta custodia, la muchedumbre
se hubiera llevado a sus casas, trocito a trocito, la que
fue alada victoria, casi ingrávida, recortada en
el cielo azul, por encima de los edificios y de los altos
y frondosos' fresnos del Paseo de la Reforma.
“diagnóstico
optimista sobre las posibilidades de recuperación
del "Angel".
“Habría
que soldar los distintos trozos de la estatua, y Posibilidades
de recuperación.
“Llegaron
al lugar del suceso cuadrillas de obreros, camiones y grúas.
Durante veinticuatro horas, realizaron las maniobras necesarias,
para vaciar el interior del ángel, que era de cemento
(porque el Angel tenía su "alma de cemento"
y al "aflojársele" cayó) y cargaron
sus restos en los camiones que partieron con rumbo desconocido.
“El
Regente de la Ciudad, anunció que el "Angel"
sería reparado y reinstalado en su lugar. Su reparación
fue encomendada a un gran escultor mexicano, especializado
en la fundición en bronce de obras de arte. Se llama
José María Fernández Urbina.
“Antes, hubo una reunión- de los más
distinguidos escultores de México. Como si se tratase
de un dictamen medico, formularon un después, volverla
a dorar. La operación sería complicada -subrayaron-
pero de éxito seguro. En último casó,
de surgir dificultades insuperables, el Angel volvería
a ser fundido.
“Las
dificultades surgieron poco después. No referidas
a la recuperación del Angel, sino como consecuencia
del estado de ruina en que se encuentra el conjunto del
Monumento a la Independencia.
“Se
ha podido comprobar su peligroso hundimiento, como consecuencia
de los destrozos causados por el terremoto en su complicada
cimentación. La columna está también
en ruinas. De suerte que habrá que rehacer la cimentación
y reparar casi totalmente el Monumento. Resumen: mucho dinero,
paciencia, arte y tiempo.
En
la actualidad, el Angel de la Independencia sigue en el
Paseo de la Reforma esquina con Florencia y aùn es
uno de los máximos símbolos de la Ciudad de
México y del país, el Ángel de la Independencia
se eleva majestuoso en medio del Paseo de la Reforma.
Con
este se rende homenaje a los héroes de la independencia.
Por ello, cuenta con un zócalo circular sobre el
cual se apoyan una base cúbica en cuyos vértices,
descansan las estatuas sedentes que representan la Paz,
la Ley, la Justicia y la Guerra ejecutadas por Enrique Alciati.
En
el interior de esta base reposan los restos de algunos de
los más egregios líderes de la independencia
mexicana como Miguel Hidalgo, Vicente Guerrero e Ignacio
Allende entre otros.
Este base contiene además las esculturas de dichos
insurgentes, así como una bien lograda escultura
de un león guiado por un niño que representa
el dominio de la verdad y la inteligencia sobre la fuerza.
Sobre esta base fue erigida una columna corintia de 35 metros
de altura, labrada en cantera de Chiluca, misma que se encuentra
coronada por la famosa victoria alada, símbolo del
triunfo entre los antiguos griegos.
EL
MAUSOLEO
En
la parte central del vestíbulo se encuentra la escultura
de un personaje considerado precursor del movimiento de
nuestra independencia; se trata de Guillén de Lampart,
o Lombardo de Guzmán, quien llegó a Nueva
España en 1640 y fue quemado vivo por la Inquisición
en 1659. A los costados del vestíbulo, dos puertas
decoradas con laureles permiten el ingreso al mausoleo que
guarda los restos mortuorios de los héroes de la
Independencia.
En
el primer nicho se guardan las urnas con los restos de:
Vicente Guerrero (1783-1831), quien formaba parte de las
fuerzas encabezadas por Morelos. Se reúne con Agustín
de Iturbide en Acatempan en 1821, marcando el paso decisivo
para la consumación de la Independencia. Llega a
la presidencia en 1829.
Guadalupe
Victoria (1786-1843)
Su verdadero nombre fue Miguel Fernández. Pertenecía
a los ejércitos comandados por Morelos. Apoya el
Plan de Iguala y a Santa Anna contra el Imperio de Iturbide.
Es diputado de su ciudad natal y, posteriormente, es nombrado
Presidente de la República en 1824. Muere por epilepsia
en el Castillo de Perote.
Leona
Vicario (1789-1842)
Heroína insurgente casada con Andrés Quintana
Roo, apoya la causa aportando sus bienes económicos
y sirviendo como enlace de los diferentes grupos. Es presa
en el convento de Belén de las Mochas por conseguir
armeros vizcaínos para la causa. Es rescatada y llevada
al lado de Morelos sufriendo las penalidades de la guerra.
Andrés
Quintana Roo (1787-1851)
Estudiò
leyes en la Universidad de México. Con sus publicaciones
fomenta la propagación del movimiento insurgente.
Es presidente de la Asamblea Nacional Constituyente que
firma la declaratoria de Independencia en 1813. Tras la
caída de Iturbide, participa como diputado en los
congresos siguientes y es ministro de Justicia en el gobierno
de Santa Anna.
En
una quinta urna se conservan restos que se atribuyen a Francisco
Javier Mina.
En
el segundo nicho se conservan los cráneos de los
caudillos apresados y fusilados en Chihuahua en 1811 y cuyas
cabezas se expusieron en la Alhóndiga de Granaditas
durante once años:
Miguel
Hidalgo y Costilla (1753-1811)
Estudiante
y después rector del Colegio de San Nicolás
de Valladolid, hoy Morelia. Es ordenado sacerdote en 1778.
Participa en las conspiraciones que originan el movimiento
de Independencia encabezando la lucha armada a partir del
grito de Dolores.
Ignacio
María Allende y Unzaga (1769-1811)
Formaba parte de las fuerzas realistas bajo el mando de
Félix María Calleja, cuando decide apoyar
la causa insurgente: participa junto con Hidalgo en las
conspiraciones y más tarde en la lucha armada.
Juan
Aldama (1774-1811)
Fue
miembro de una familia de insurgentes, todos del mismo apellido.
Siendo capitán realista decide participar en las
conspiraciones que originaron la lucha armada por la Independencia;
junto con Hidalgo y Allende da inicio al movimiento armado.
José Mariano Jiménez (1781-1811)
Ingeniero en minas, se une a las fuerzas de Hidalgo tras
la toma de la Alhóndiga de Granaditas de Guanajuato
y es comisionado para conducir el movimiento armado en el
oriente del país.
En
el tercer nicho están depositadas las urnas con los
restos mortuorios de:
José
María Morelos y Pavón (1765-1815)
Estudio en el Colegio de San Nicolás, siendo Hidalgo
rector. Se ordena sacerdote en 1779. Era cura de Nocupétaro
al arrancar la lucha armada. Es comisionado por Hidalgo para
iniciar el levantamiento en la costa sur del país.
Encabeza el Congreso de Chilpancingo que promulga la Constitución
de Apatzingán. Es fusilado en San Cristóbal
Ecatepec. Sus restos se trasladaron de esta localidad al monumento
a la Independencia.
Mariano
Matamoros y Orive (1770-1814)
Egresado del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco; cura en
Jantetelco al iniciarse la lucha armada, se une a las fuerzas
de Morelos, quien lo nombra su segundo en jefe. Es fusilado
por Calleja en Valladolid.
Nicolás
Bravo (1786-1854)
Abogado dedicado a las labores agrícolas, se une a
las fuerzas insurgentes de Hermenegildo Galeana, apoyando
las incursiones de Morelos en el sur del país. Es encarcelado
en 1820. Al ser liberado apoya a Iturbide en la consumación
de la Independencia. Es vicepresidente durante el gobierno
de Guadalupe Victoria.
elviaandrade1@hotmail.com
MEXICO
DE MIS AMORES
21/09//07
Especial
de FRANCISCO HELGUERA
para Reportajes Metropolitanos
En
aquel México de mis amores de hace 50 años,
de pintorescos personajes, de coloridas costumbres, de belleza
singular, aún Ciudad de los Palacios, la gente asumía
sus papeles en la sociedad donde vivía y nadie esperaba
que las personas hicieran algo distinto al papel que tenían
asignado. Vaya, había un lugar para cada cosa y para
cada persona; no faltaba más.
Por
ejemplo, las Lomas de Chapultepec eran para la gente rica.
San Angel y la colonia Juárez, para la gente decente.
El Pedregal para los que "ya la hicieron" y la Roma
y la Condesa para la clase media. La plebe vivía en
Tepito; los rateros por La Merced y por la Candelaria de los
Patos; por allí estaba o está la iglesia donde
se veneraba a San Dimas, el buen ladrón. Gente institucional,
pues. Narvarte para los "quiero y no puedo", la
colonia Del Valle para la gente acomodada. Tacubaya para los
"tubos"... Sí, tuvo y ya no tiene. San Pedro
de los Pinos para la modesta clase media trabajadora. Anzures
para los "Ni fu ni fa".
Y para ir de compras, ¿quería
usted ropa barata?, ¿Chácharas y alguna antigüedad?
¡La Lagunilla! Inclusive hubo un famoso comerciante,
conocido como el "Chacharitas", que manejaba valiosas
antigüedades. Fruta y verduras, en Jamaica. ¿Polvos
para el amor, hierbas y brujerías, lociones para el
dinero, ramas de pirul para las limpias?, amuletos de todas
clases, colibríes para los casanova de barriada, patas
de conejo para los principiantes, perfume Siete Machos, velas
negras, rojas y verdes para los iniciados... todo eso y más
en el mercado de Sonora. Accesorios automotrices y herramienta,
en Tepito. En La Merced, fruta, abarrotes, cristal y loza,
chiles secos, granos... vinos y licores. Pescado y mariscos,
por la calzada de la Viga o las calles de Aranda. ¿Café?,
en grano o en taza con su complemento de amenos comensales,
por las calles de Bolívar o Isabel la Católica.
Estaba Xochimilco, para los
que tenían un carrito y querían plantas y verduras
frescas. ¿Armas? (entonces se podían comprar
armas en una armería). Allá por las calles de
Cinco de Mayo, Donceles, Argentina, el Centro Histórico.
¿Prostitución seria y responsable?, desde las
proletarias calles del Organo hasta la institucional, bohemia
y cosmopolita casa de La Bandida.
Y si quería comprar
fierros, allá por Fray Servando Teresa de Mier. Justamente,
como un ejemplo de lo propio y formal que era la gente, estaba
un comerciante de perfiles, planchas y viguetas que por esa
zona tenía su negocio. Ordenado y cuidadoso, tenía
su local dos grandes portones, entrada y salida, claramente
indicados. Y dos básculas siempre en desacuerdo, que
pesaban los camiones; una en la entrada y la otra en la salida;
una era la de "comprar" y la otra la de "vender".
Nadie esperaba que el kilo
fuera de mil gramos, ni que la leche no tuviera agua, ni que
el pulque no fuera adulterado; las docenas 11 y a veces diez
rosas eran las reglamentarias. Las elecciones tenían
su rutina y su ritual. "El tapado" era toda una
institución; inclusive, una marca de cigarrillos pregonaba,
como toque de prestigio, que "El Tapado fuma Elegantes".
Pero había cosas sagradas,
que ni se discutían ni se dudaban, a saber:
Al pulque le faltaba un grado
para ser carne.
Los mexicanos son muy machos.
Ninguna tan abnegada como
las cabecitas blancas mexicanas.
México es un país
tan rico que hasta tiene la forma de un cuerno de la abundancia.
(Aunque un amigo me hizo la inquietante observación
de que parece descargar esa abundancia hacia Estados Unidos).
México es el país
más religioso del mundo.
Los campeones mundiales de
lucha libre son mexicanos.
En México la prensa
se puede meter con quien sea, excepto con el Presidente de
la República, el Ejército y la Virgen de Guadalupe.
Una tarde memorable, cuando
se hizo una colecta en beneficio de Finlandia, agobiada por
el ataque de los alemanes (o de los rusos), el ruedo de la
plaza de Toros, el Toreo de la Condesa, se cubrió con
una capa de plata. Miles y miles de aquellos hermosos pesos
de plata, los de 0.720, llovieron sobre el ruedo, mientras
los toreros se refugiaban donde podían y se cubrían
la cabeza con capas y muletas.
Éramos, aunque con
esto del teletón, el redondeo, un kilo de ayuda y el
ejército de limosneros, limpiaparabrisas y maromeros
que agobian cada esquina de esta capital, seguimos siendo
muy... ingenuos y generosos.
Otra de las verdades aceptadas
sin discusión y motivo de orgullo nacional, era la
validez de nuestro peso y el de ser el primer productor de
plata en el mundo.
¡Y esto último
era y es cierto!
Pero por alguna misteriosa
razón, siendo los número uno del mundo en tan
importante materia, hemos ido dejando que se deteriore la
calidad de nuestra moneda. Y con ella, el ahorro, el capital
de las empresas y los fondos de pensiones. En paralelo, las
tasas de interés se fueron elevando, hasta hacerse
impagables. Se deterioró el comercio, el crédito
y el sistema financiero.
Empezamos nuestra vida independiente
con una moneda de plata, el ocho reales, ley 0.920 de plata
pura. Su contenido del precioso metal valía, a precio
actual, 3.28 dólares. El tipo de cambio, 0.85 pesos
por un dólar. Con una moneda de un peso, compraba usted
un dólar y le sobraban quince centavos. Hasta 1910,
conservamos nuestra moneda y la paridad llegó a dos
pesos por dólar.
Durante todo el periodo revolucionario,
hubo de todo, pero al irse calmando el país, regresamos
a la moneda de plata. Nuestro peso fue rebajado en peso y
tamaño, a ley .800 y peso de 18 gramos. Su contenido
de plata valía 2.62 dólares.
Luego, apareció nuestro
peso 0.720 de ley, que valía 2.17 dólares en
plata. Y así llegamos hasta 1946. De ese momento en
adelante, cuesta abajo en la rodada... En 1947, se redujo
el contenido de plata a 0.500 de ley. Contenía nuestro
peso plata con valor de 1.27 dólares. 1950, menos peso
y ley más baja 13.3 gramos y ley 0.300. Entonces, ya
solo vale 0.720 de dólar. Lega 1954, peso de 16 gramos
y 0.100 de ley. A 0.28 de dólar compra los que quiere...
¿Y el tipo de cambio?
¡Ah...!, ese capítulo es surrealista. Empezamos
en 1875 con un tipo de cambio de 85 centavos mexicanos por
cada dólar. Después, permanece casi constantemente
a dos pesos por dólar. Gobernaba Porfirio Díaz.
El periodo revolucionario no cuenta; cuando termina, nos encontramos
con un peso 90 centavos por dólar. Brinca a 3.60, luego
... agárrense; en vertiginoso descenso, López
Portillo, que no supo administrar la riqueza y defendió
al peso como un perro... de peluche, le dejó la paridad
a su sucesor en 70.00, para que éste empezara su mandato
llevando la paridad a 150.00 pesos por dólar.
En seis años, Miguel
de la Madrid, establece un récord que a pesar de los
esfuerzos de sus sucesores, permanece incólume: el
peso se devaluó un ¡3,154.29 por ciento! Conforme
a la nueva tradición, heredó la paridad en dos
mil 285.00 nuevos pesos por dólar. Salinas de Gortari,
que fue parco en sus devaluaciones, empezó por una
de 31 por ciento y al final sólo había acumulado
36.72 por ciento. De dos mil 285 que recibió, llegó
a a tres 114.50. En el periodo actual ya andamos en 233.92
por ciento, de los cuales 118.33 son herencia salinista. Desde
1947 se produjo un lucidor 210,209 por ciento de devaluación.
Antes, con 40.14 gramos que
pesaban dos pesos, compraba una onza de plata y le sobraba
cambio. Ahora, necesita 360 gramos de nuevos pesos y si la
pagara con pesos anteriores, necesitaría 360 kilos
de moneda chatarra. El peso... ya no pesa.
¡Ay México...!
Ya no tomamos pulque ni vamos a La Merced por el mandado ni
a Jamaica por las verduras. La Central de Abastos nos atemoriza.
La Lagunilla no es lo que era, Tepito se dedica a la fayuca.
En eso de ser muy machos, andamos en mal lugar. Parece que
otros son mejores amantes.
Ya ni somos tan religiosos;
hasta se dio el penoso caso de que un cura (¡el Abad
de la Basílica, nada menos!), pusiera en duda la autenticidad
de la Guadalupana.
Ya no mas La Bandida ni Lulú
ni... Ahora se llaman sexoservidoras y andan regadas (y regados)
por todos lados.
Ya no hay "Tapado",
ahora todos andan destapados...
Ya nadie cree en el campeonato
mundial de lucha libre, la leche sabe Dios lo que será
y el peso... ¡Ay, el peso!; flaco, tres cuartos de cogote
y una percha en el escote, lo ví en la madrugada, allá
por la Reforma, en una casa de... cambio, a 11 mil 200 (¡perdón,
10.20!) por cada dólar, hecho una... ¿Cómo
dice el tango?