MEXICO REFRENDA
SU FE GUADALUPANA



 

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS

 

TULPETLAC, ESTADO DE MEXICO, México, 12 de diciembre de 2022.- Bajo una luna llena, luces de bengala, cohetes, vivas, misas y fiestas por doquier, los mexicanos volvieron a celebrar a lo grande a su Santa Patrona, La Virgen María, madre de Dios, a quien cantaron las mañanitas en la atiborrada Basílica de Guadalupe, en todos los templos del país, en esquinas, empresas y casas particulares.

Santa María de Guadalupe también es venerada en la mayoría de los países de América Latina, que fueron invitados por la Iglesia católica a celebrar a partir de este año un novenario hasta conmemorar los 500 años de las apariciones guadalupanas.


Hoy, la Virgen del Tepeyac cumple 491 años de haberse aparecido cinco veces a Juan Diego:


PRIMERA APARICIÓN:
9 de diciembre de 1531 en la madrugada Juan Diego oye cantos de pájaros. Le llaman por su nombre; sube a la cima del cerro del Tepeyac y ve a la Niña que le ordena ir ante el Obispo para pedirle un templo en el llano: "Hijito mío, el más amado: yo soy la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdaderísimo Dios…, mucho quiero tengan la bondad de construirme mi templecito… Allí estaré siempre dispuesta a escuchar su llanto, su tristeza, para purificar, para curar todas sus diferentes miserias, sus penas, sus dolores".

 


 

 

SEGUNDA APARICIÓN:
Sábado 9 de diciembre de 1531, aproximadamente a las 5 de la tarde. Juan Diego vuelve al cerro y da cuenta de la incredulidad del Obispo; pide otro mensajero, pero la Virgen le confirma en su misión y le ordena insistir al día siguiente. "Hijito mío, el más pequeño: es indispensable que sea totalmente por tu intervención que se lleve a cabo mi deseo. Muchísimo te ruego y con rigor te mando, que mañana vayas otra vez a ver al Obispo. Y hazle oír muy claro mi voluntad, para que haga mi templo que le pido".

 


 

TERCERA APARICIÓN:
Domingo 10 de diciembre de 1531, cerca de las 3 de la tarde.  Juan Diego se entrevista por segunda vez con el Obispo, que pide una prueba o señal de la Virgen, quien le dice a Juan Diego: "Mañana vendrás para que lleves al Gran Sacerdote la prueba, la señal que te pide. Con eso enseguida te creerá, y ya para nada desconfiará de ti". Juan Diego no vuelve por la enfermedad de su tío Juan Bernardino.

 


 

 

CUARTA APARICIÓN:
Martes 12 de diciembre de 1531, de madrugada y ante la gravedad de su tío, Juan Diego sale a México para buscar un sacerdote. Rodeó el cerro para que la Virgen no lo encontrara. Pero ella sale a su encuentro; y ante la negativa del indio de hacer su encargo, le dice: "Te doy la plena seguridad de que ya sanó": Lo envía a la cumbre por las rosas que serán la señal, A su regreso, la Virgen le dice: "Hijito queridísimo: estas diferentes flores son la prueba, la señal que le llevarás al Obispo. De parte mía le dirás que por favor vea en ella mi deseo, y con eso, ejecute mi voluntad".

 


 

 

QUINTA APARICIÓN:
Martes 12 de diciembre de 1531 muy de madrugada. Al mismo tiempo que se aparece a Juan Diego, lo hace a Juan Bernardino, en su casa le cura de sus enfermedades y le pide que de ahora en adelante, "a su preciosa imagen se le llame la SIEMPRE VIRGEN SANTA MARIA DE GUADALUPE".

 


 

 

LA ESTAMPACIÓN EN LA TILMA:
 Martes 12 de diciembre al mediodía. En la casa del Obispo Fray Juan de Zumárraga, Juan Diego muestra las rosas que llevaba en su ayate, señal dada por la Virgen. "Desplegó su tilma, donde llevaba las flores. Y así, al tiempo que se esparcieron las diferentes flores preciosas, en ese mismo instante… apareció de improviso en el humilde ayate la venerada imagen de la siempre Virgen María, Madre de Dios, tal como ahora tenemos la dicha de venerarla en lo que es su hogar predilecto, su templo del Tepeyac".

 

 

 



 

Cada 12 de diciembre, peregrinos de todo el país, especialmente de Veracruz, Hidalgo, Tlaxcala, Querétaro, San Luis Potosí, Puebla y otros estados viajan varios días hacia la Basílica de Guadalupe, vienen a pie, en camiones, bicletas, motocicletas y hasta en caballos.

Los que entran por el norte, pernoctan en el Santuario de la Sanación, donde la Virgen María hizo el milagro al tío Bernardino, a quien pidió que se le llamara Santa María de Guadalupe.

En su peregrinar vecinos y autoridades le regalan naranjas, agua, café, comida.

Pero los comerciantes no pierden la oportunidad de venderles recuerdos y artículos religiosos.

Las manifestaciones de fe a la Guadalupana, al igual que muchas actividades en el mundo se suspendieron dos años por las restricciones sanitarias, pero hoy los fieles católicos volvieron a la Basílica de Guadalupe, donde se ubica el cerro del Tepeyac, lugar donde la Virgen se apareció a Juan Diego.

 

SANTUARIO DE LA SANACION


 

En Tulpetlac, el cardenal Norberto Rivera coronó a la imagen de la Virgen María de Guadalupe haciendo el milagro de sanación a Don Bernardino, tío de Juan Diego Cuauhtlatoatzin (que significa: Águila que habla o El que habla como águila)

En el momento de la coronación de la imagen de la V Aparición Guadalupana como la Santísima Virgen de Guadalupe Salud de los Enfermos, realizada por el cardenal Ernesto Corripio Ahumada y dos obispos en la plaza de Tulpetlac, al mencionar el nombre de María Guadalupe, la gente se paró y les gritó que voltearan ver a la Virgen.

Un rayo de luz iluminó sus manos, vientre y pies mientras hacia el milagro de la sanación.

Cuando los sacerdotes se dan la vuelta para ver lo que la gente les indica, el rayo de luz se hizo más fuerte en el momento justo en que volvieron a mencionar su hombre.

Emocionado,  Corripio Ahumada dijo que el nombre de María de Guadalupe en árabe significa Río de Luz y que al iluminarse su cuadro en plena coronación significaba que la Virgen se manifestaba plenamente a hacer milagros de sanación en este santuario, que originalmente la gente conocía como La Choza de Juan Diego.

 


 

Tulpetlac es lugar del tule, que trabajan Juan Diego, su esposa Lucía y su tío Bernardino.

Los padres siguieron la ruta de Juan Diego en un helicóptero, para saber cuántos kilómetros caminaba para ir de Tulpetlac al cerro de Tepeyac.

Son 12 kilómetros los que Juan Diego recorría de la choza de su tío al Tepeyac.

En el lugar donde ocurrió el milagro de sanación brotó un manantial de aguas cristalinas.

La gente empezó a tomarla para pedir milagros de sanación.

Los testimonios de sanidad a través del agua de dicho pozo y hacer oración ante la Santísima Virgen de Guadalupe Salud de los Enfermos son innumerables,  pero curiosamente superan en número los de extranjeros y gente de otros estados.

Dentro del Santuario de la Sanación, la Confraternidad Sacerdotal de Operarios de Reino de Cristo, fundada por el padre Enrique Amezcua Medina, para venerar el milagro de sanación de la madre de Dios, construyó una pila prehispánica sobre el pozo de agua bendita, con una llave, para que los fieles puedan tomar de ella y llevarla a sus hogares en busca de sanidad de alguna enfermedad.


 

En el Santuario de la V Aparición Guadalupana, ubicado en el pueblo de Santa María Tulpetlac, a las faldas de un cerro, todos los días se ofician misas de sanación física, moral y espiritual.

Cerca del Santuario está el Noviciado Hermanas Siervas Guadalupanas, la Parroquia de Cristo Rey y Santa María Tulpetlac, el Salón del Reino de los Testigos de Jehová, la Iglesia Cristiana Llamada Final Tulpetlac y la Iglesia Cristina de los Olivos.

Juan Diego Cuauhtlatoatzin nació en Cuautitlán en 1474 y murió en Tepeyac en 1548, donde vivió hasta el último día de su muerte.

Originalmente, la tilma con la imagen de la Virgen María estaba en el cerro del Tepeyac, donde aún hay una capilla guadalupana, resguardada por gigantes estatuas de los arcángeles Miguel, Gabriel, Rafael y Uriel.

Pero con el tiempo fue llevaba a la antigua Basílica de Guadalupe y de ahí, el 12 de octubre de 1976, la imagen guadalupana fue llevada fue trasladada en solemne procesión hacia su nuevo santuario, la basílica de Santa María de Guadalupe, llamada oficialmente Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe.

 


 

La actual Basílica es un santuario de la Iglesia católica, dedicado a la Virgen María en su advocación de Guadalupe, ubicado al pie del Cerro del Tepeyac en la alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México.

Pertenece a la Arquidiócesis Primada de México por medio de la Vicaría Guadalupana que desde el 4 de noviembre de 2018 se encuentra al cuidado de monseñor Salvador Martínez Ávila quien tiene el título de vicario general y episcopal de Guadalupe y abad de la basílica. ​

Es el recinto mariano más visitado del mundo, superado solo por la Basílica de San Pedro.

En promedio, anualmente unos veinte millones de peregrinos visitan el santuario, de los cuales cerca de nueve millones lo hacen en los días cercanos al 12 de diciembre día en que se festeja a Santa María de Guadalupe.

Anualmente, la basílica de Santa María de Guadalupe tiene al menos el doble de visitantes que los santuarios marianos más conocidos, por lo que constituye un destacado fenómeno social y cultural.

De acuerdo con la gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, del 8 de diciembre a la madrugada de este 12 de diciembre han visitado la Basílica de Guadalupe un promedio de 11 millones de peregrinos.

 


 

Esta cifra es similar a la que se registró en 2019, ya que en 2020 y 2021 no se permitieron la peregrinaciones ni oficiar misas en el templo mariano a causa del covid-19 que a la fecha ha matado a seis millones 653 mil personas en todo el mundo.

Sin embargo, pese a las restricciones sanitarias, cientos de católicos iban a la Basílica a orar detrás de las vallas de contención.

A lo lejos veían a la Virgen María, oraban con los ojos cerrados, entregados a su fe, pidiendo un milagro para sus necesidades.

Hoy, la fiesta fue en grande. 

Los guadalupanos volvieron a participar en peregrinaciones, ceñirse la cabeza con corona de espinas, cargar sobre las espaldas pesadas imágenes de la Virgen María, llegar hasta caminando de rodillas, cantar y llorar en el templo mariano.

Las celebraciones por las apariciones guadalupanas terminan hoy, pero los católicos vienen a visitarla todos los días.

Tanto en la Basílica de Guadalupe como en el Santuario de la Sanación en Tulpetlac, ubicado en el municipio de Ecatepec, a diario llegan peregrinos, se escucha el cuerno de los concheros, hay danzas prehispánicas, queman incienso de copal y oran en la lengua de Juan Diego para pedir un milagro a la madre de Dios.

 

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