Hambrientos
Por
MARIO LUIS ALTUZAR SUAREZ
Encontrará
el presidente Felipe Calderón una mega protesta
contra la carestía, al regresar de su periplo
por Europa. De las falsas alturas lisonjeras de encabezar
la quinta economía mundial aterrizará
a la triste realidad del hambre repartida democráticamente
a favor del enriquecimiento salvaje de los 300 oligarcas
bendecidos por las sotanas.
Al cumplir 62 días de su gestión, el panista
michoacano logró la unidad de los mexicanos,
en su contra. En la mega marcha convocada para mañana
a las 16 horas, se encuentran sindicatos independientes,
campesinos y transportistas cenecistas del PRI, el Frente
Amplio Progresista (PRD, PT y Convergencia), en una
larga lista tan heterogénea.
Hay razón. El aumento oficial del 30 por ciento
en el precio de la tortilla a favor de la especulación
de nueve empresas mexicanas asociadas con transnacionales
estadounidenses, desencadenó el escalada de incrementos
en la cadena alimenticia que profundiza y amplía
los sectores hambrientos de mexicanos.
Una política neoliberal impuesta por las tres
rondas de los Consensos de Washington y que fue aceptada
por el primer presidente tecnócrata mexicano,
Miguel de la Madrid Hurtado, quien sin el mínimo
rubor, acepta en una conferencia magna en Boca del Río,
Veracruz, que desde hace más de 25 años
se inició la crisis económica nacional.
El grisáceo personaje se educó en Harvard,
en donde es Hijo Predilecto Carlos Salinas, el que aceptó
en 1993 el desigual Tratado Trilateral del Libre Comercio
con Canadá y Estados Unidos, cuyos efectos económicos
se recrudecen en los primeros días de gestión
del presidente Felipe Calderón, y que amenazan
peligrosamente la estabilidad social.
Desde 2001 el Congreso de la Unión observó
la injusta competencia entre los productores agrícolas
estadounidenses subsidiados con 160 mil millones de
dólares en 10 años, contra la cancelación
de apoyos y programas oficiales mexicanos a los campesinos.
El señor Vicente Fox se burló al decretar
el impuesto del uno por ciento al maíz blanco.
Por si fuese poco, el 28 de enero, Salvador Rivera Castrellón,
secretario de Transporte del CEN de la CNC y presidente
de la Unión Nacional de Transportistas Campesinos
(UNTRAC), denunció:
“Los elevados costos de las empresas navieras
extranjeras han sacado del mercado del transporte a
los buques y camiones mexicanos, debido a que ahora
cobran una comisión de 50 por ciento --que antes
era del 5 por ciento--, para obtener la carga, que además
también ha dado como resultado un creciente desempleo
en estos dos sectores”,
Hay más: “los transportistas campesinos
no pueden circular más de 30 kilómetros
en carreteras federales, ya que de lo contrario son
acreedores a una multa de 23,400 pesos (Art. 41 de la
Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal)”.
Una realidad ignorada en el santo olor de las sacristías.
Y en su editorial del órgano oficial de la Arquidiócesis
Primada de México (en donde despacha Norberto
Rivera Carrera), Desde la Fe del 28 de enero, estima
que aparecen nuevos intentos de crear confrontaciones
entre los distintos sectores “tomando como pretexto
el encarecimiento de productos básicos, como
la tortilla, cuando lo que se requiere es dar respuestas
certeras a los que más padecen esta situación,
y buscar soluciones de fondo”.
Tal vez el hambre no sea cuestión importante
para el purpurado que por su físico rozagante,
está bien comido y fuerte para responder a sus
compromisos políticos con el neoliberalismo que
pierde terreno, al igual que feligreses, en América
Latina.
Una canción de los 70 señalaba: “Qué
dirá el Santo Papa, que vive en Roma, que le
están degollando a su paloma”.
Nota: Nos vemos hoy en Córdoba y mañana
en Jalapa, Veracruz. Impartiremos el Taller de Actualización
Periodística.