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SEPTIEMBRE

23/08/2006

Café con Letras

Por MINERVA LOPEZ MENDEZ

“Se producen alteraciones de orden
con cierta frecuencia
A veces la semana empieza en jueves
los meses acaban violentamente en día uno
o un minuto interminable se queda parado en medio de
la calle
alzando un puño de segundos
El aire se manifiesta
frío y duro cansado de ser aire
y azota a los ministerios
clamando
Se ve entonces a la policía
intervenir para matar al tiempo
o disparando al aire
Mas no es bastante su eficacia reconocida
y mañana amanece
y el aire vuelve a hacerse de repente viento”


Jesús López Pacheco.
Poeta español. (1930-1977)

Ahora resulta que hasta Dios anda en el Congreso como Juan Diego por la Basílica. Dijo – al parecer con cierta sorna- el devotísimo señor Abascal, secretario de Gobernación, que “en el nombre de Dios no habrá represión en Oaxaca”.

Por supuesto que no. La represión sería en nombre de la ley, pero dirán que... bueno... pos como el Estado debe garantizar la seguridad de los ciudadanos y pos... ya ven sus mercedes que los appos no dialogan, y pos... ya ven rete cuantas invitaciones al diálogo les hicimos -con órdenes de aprehensión bajo la manga- y poss... no es que queramos pero ya ven que lo que los appos y secuaces hacen posss... es una bárbara barbaridad tan bárbara y barbarísima que ni los bárbaros más bárbaros y possss... nada de québrenlos después virigüan, solo estamos virigüando después de haberlos quebraoo... luego entoncs puesdnnnnn....posss desdenantes, pero ni modo, más vale tarde que nunca, faltaba más.

Y aluego omitirán por supuesto que dejaron crecer el problemita porque ni ponen gobernadores ni los quitan, ni el Estado garantiza la seguridad de los ciudadanos ni la deja de garantizar y patatí y patatá...

Aviados estamos lector con semejantes políticos. Y válganos Dios, que sus Ministros valen lo que valen y porque los nuestros políticos son más sofistas que algunos publicistas.

Y ya tan encarrerados en tan divinales cuestiones en estado mexicano tan laico, este laico café que además es persignado, le comenta lector que, sesudos mirones del canal televisivo del Congreso en sus miopísimas miradas creen ver atrasito del presidium, al fondo y a todo lo alto y ancho de la pared principal del laico y laicisísimo recinto de la Cámara de Diputados que: ¡Las dos banderas mexicanas unidas semejan una ¡bellísima Cruz! Por si fuera poco hubo quienes afirmaron que es, nada más y nada menos que ¡!!!!!una Cruz con alas!!!!

¡Una cruz alada en la meritita Cámara de Diputados! --Lo que nos faltaba, lector, ya ni nuestro queridísimo ufólogo don Jaime Maussan, dicho sea con todo respeto--Y muy orondos agregaron que la cruz está formada con los moños que unen las banderas y las alas --dicen-- con todo el amplio esplendor de los colores patrios de nuestra Bandera... Tampoco faltó quien dijera que era purititita publicidad subliminal --además de divina, por supuesto--.

No sabemos, creemos ver, reiteraron a este café tan sesudísimos mirones pero, si fue la intención poner símbolos religiosos en el Congreso -añadieron- es una clarísima falta de respeto para los católicos y una falta de civismo por decir lo menos de Diputados y Senadores quienes juran y rejuran –no perjuran- respetar la Constitución, que dicho sea de paso, es laica.

Pero en eso de mirar, cada quien ve lo que quiere ver. Y una pregunta, nomás por preguntar ¿Por qué dos Banderas en dicho recinto? ¿No les basta con una?

Mejor a otra cosa, lector, y comparto con usted otro poema del español Jesús López Pacheco, intitulado “NO”:

“Salgo a la calle
y no
Oigo la radio
leo la prensa
y no
Corro telefoneo
recibo cartas
subo a un tranvía pido
cerveza espero y fumo
trabajo y amo escribo
pero no
Sencillamente no”

 

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CAFE CON LETRAS

28/09/2006

Por MINERVA LOPEZ MENDEZ

“FUCO Pérez sin segundo,
vecino de Gargamala,
viudo, mayor de edad,
propietario de una cabra
y un terreno que produce
seis docenas de patatas.
Fuco Pérez sin segundo,
furibundo iconoclasta,
padre de un niño tullido
tendido ante la cabaña.
Por tenaz inconformista
estás fichado por guardias;
por hereje y descreído
te hacen la higa las beatas.
Fuco Pérez sin segundo,
nadie sabe que te pasa.
Tienes el día y la noche,
tienes pájaros del alba,
tienes estrellas del cielo,
las carreteras y plazas.
Fuco Pérez sin segundo,
¿qué te falta?...”

Romance incompleto.
Del poeta gallego Celso Emilio Ferreiro. (1914-1979)

Ah, qué la canción, lector. Mientras los Estados Unidos se disponen a construir otro murito en la frontera sin que Greenpeace, el Verde Ecologista, panistas, priístas, perredistas, coalicionistas y el gobierno federal digan un pío por el inminente ecocidio contra la variadísima fauna del desierto y no desierto –que dicho sea de paso ni puede cruzar muros ni entiende de política- con el consiguiente desastre y ataque a la biodiversidad natural que habita a ambos lados de la frontera, los problemas del país van en aumento sin que las autoridades mexicanas resuelvan ni lo urgente ni lo importante.
Aparte del llamado por algunos defensores del medio ambiente como nuevo “muro del ecocidio”, por supuesto quedan los derechos humanos de los emigrantes ante la intolerancia de los minute man y otros grupos de odio. Aparte, también el derecho que asiste a los vecinos del Norte a hacer en su territorio lo que mejor les parezca para salvaguardar su seguridad.
Pero –ya sabe, lector, que siempre existe un pero- en hablando de la fauna que habita en la frontera tal vez debiera existir un reglamento, un acuerdo, una ley binacional o internacional al respecto que impida un atentado ecológico contra las especies que habitan a lo largo de tres mil kilómetros de frontera, ecocidio o faunicidio que pudiere derivarse de políticas para salvaguardar la seguridad nacional de nuestros vecinos. Opciones deben existir muchas. Ojalá a nuestro ilustrísimo canciller Luis Ernesto Derbez se le ocurra alguna idea al respecto. Si no fuere mucho pedir, por supuesto. El que se ocupe de ello, claro.
En tanto, los viajes del Presidente Electo se están convirtiendo en un vía crucis. A don Felipe lo reciben a huevazo limpio y con pancartas de todo tipo los inconformes con la elección que aseguran le robaron a López Obrador. Largo, largo será el sexenio que aún no empieza y que tiene a los ciudadanos con los ánimos al rojo vivo.
Y la tierra del Benemérito de las Américas, cuya economía está al borde del colapso, está que arde. Sesudos politólogos de café afirman que, como estamos cerquita del 2 de Octubre los que gritan dos-de-octubre-no-se-olvida, los inconformes de la elección presidencial, los dizques integrantes de la Appo y algunos malosos de todo tipo intentarán poner de cabeza a la capital del país, cuyas autoridades esperemos estén en alerta. Claro, si no olvidan que la capital del país es ante todo sede de los poderes federales. Ojalá. Con mucha mayor razón si toman en cuenta el enorme lapso que lleva el conflicto en Oaxaca y el tiempo faltante para la asunción presidencial de don Felipe Calderón. Al tiempo.
Mejor a otra cosa lector, y comparto con usted “Cantar de la Noche”, del poeta gallego Manoel Antonio (1900-1930) inserto en el libro Poesía Gallega Contemporánea, de Miguel González Garcés, Plaza & Janés Editores, Barcelona, 1974:

“LA media noche anda de serenata.
Desde la ventana escuchan las estrellas.
El silencio va solo con las manos en los bolsillos.
Se desperezó el farol que dormía
y alargó el cuello para escuchar mejor.
¿No hay nadie? Las jóvenes de la ribera
pusieron en bandejas con peces esa voz
que flota ahora ingrávida en el aire.
A treinta singladuras mar adentro
yo ya oí otra noche esa voz cantando.
Hoy no cantas tú que canta la noche.
Y romperá a llorar en el alba helada
la pobre noche que no hay quien la escuche.”


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23/08/2006

Café con Letras

Por MINERVA LOPEZ MENDEZ


“Claridad, no te apartes
de mis ojos, no humilles
la razón que me alienta
a proseguir. Escucha
detrás de mis palabras,
el grito de los hombres
que no pueden hablar.
Por sus golpes, por toda
la lucha que sostienen
contra el muro de sombra,
yo te pido: persiste
en tu fulgor, ilumina
mi vida, permanece
conmigo, claridad.”

Yo invoco. Del poeta catalán
José Agustín Goytisolo. (1928-1999)

Dicen, lector, que hasta La Llorona se les apareció a los panistas cuando la Convención Nacional Democrática nombró presidente legítimo a López Obrador. Y que sus alaridos -los de La Llorona, claro- llegaron más allá de Los Pinos. A saber.

La cosa es que la nueva presidencia itinerante será la piedra en el zapato que no la bota de la nueva administración federal. Y los dimes y diretes sobre si la tal presidencia es ilegal, anticonstitucional y demás artilugios legales o legaloides al parecer valieron para un carambas a los 800 mil integrantes de la susodicha Convención.

A lo que en ánimo de echar numeritos valdría la pena decir que un millón de convencionistas no son ni con mucho los 106 millones de mexicanos que habitamos en el país. Tampoco mucho de los 42 millones de votantes, y menos de los que votaron el 2 de julio por López Obrador, con todo y supuesto fraude electoral.
Pero lo importante no es el parecer el número, sino que están presentes y dispuestos a seguir a su líder dondequiera, bajo viento y marea. Lo que no es poca cosa, verdad de Dios, si además tomamos en cuenta los foquitos rojos que más que alumbrar casi echan lumbre en el país y ese, digamos, estado de experimentación política y social llamado Oaxaca, tierra por cierto del héroe favorito de López Obrador, don Benito Juárez.

Luego entonces legal o no el asuntito, que presidente legítimo habemus. De una república alterna o itinerante, de una república virtual o “pirata”, de un gobierno “patito” o no, de una parte de la sociedad inconforme, con razón legal o no, pero ahí está.

Y podría convertirse el Frente Amplio Progresista anunciado por López Obrador en un formidable partido político que, a como están las cosas, bien o mal pensado podría también aglutinar a esa inmensa mayoría de maestros que sobreviven o malviven en la más profunda de las inopias y que conforman el gigantesco sindicato magisterial; quizá también a la inmensa cantidad de médicos que a lo largo y ancho de este país cada vez están más inconformes con las actitudes del gobierno y entre otros de los errores gubernamentales con su controvertida por no decir injusta norma nueve mil.

Médicos que después de años y años de estudios de la carrera y de las diferentes especialidades de la medicina, de su experiencia profesional, están cada vez más subestimados en todas las áreas de la medicina oficial o privada por políticos ineptos que saben de medicina lo mismo que de sánscrito, es decir, nada; que han convertido la salud, la prevención de las enfermedades y la investigación médica en caprichos sexenales.

Médicos cada vez más descontentos con el enfoque social de la salud pública y la pésima implementación de las políticas oficiales sobre medicina y sus clínicas donde a veces no existen ni aspirinas; médicos cada vez más descontentos con la red de hospitales millonarios y sus tratos con las aseguradoras, las más de ellas rapaces y mentecatas por decir lo menos; con algunos laboratorios que no cumplen la más mínima de las reglas sanitarias para su operación, con la proliferación de una dizque medicina alternativa sin control sanitario alguno.

Médicos descontentos con la voracidad de las compañías farmacéuticas que los atiborran de medicamentos nuevos y que les quitan gran parte de su tiempo sin que, como en otros países, los multimillonarios consorcios de medicinas alópatas les paguen por su tiempo la cantidad equivalente de honorarios, como es de elemental justicia. Compañías farmacéuticas que han casi convertido a los médicos ni más ni menos que en empleados-esclavos a su servicio, por supuesto, sin pago alguno. Y pobre de aquel médico que en legítima defensa de sus intereses, de su sabiduría y experiencia profesional, además de una actitud digna ante las aberrantes y abusivas presiones se niegue a recibir a los representantes de tales pulpos farmacéuticos. Le va como en feria, sin que las autoridades de salud pongan un alto a tal situación.

Descontento que también se extiende entre los médicos homeópatas cuya inclusión en los cuadros oficiales de salud no son ni por equivocación contemplados, dejando al cautivo contribuyente-derechohabiente-paciente sujeto, maniatado al arbitrio de los encargados de salud pública, sujetos a que las autoridades decidan sobre su salud individual, sin tener la posibilidad siquiera de disentir de ello, en una actitud por demás autoritaria. Algo así como decirle al enfermo en pleno siglo XXI: Sólo hay de esta medicina y te aguantas. Entonces, ¿Dónde quedan los derechos humanos, legales y médicos del paciente, su derecho inalienable, indiscutible de elegir cómo, con qué y con quién quiere curarse o prevenir padecimientos? Para las miopes autoridades de salud eso no existe. ¿Y el Senado encargado de legislar al respecto? Bien, gracias.

La inconformidad que se agita cada vez mas en los profesionistas puede acercarles a un nuevo partido político, quizá el que conforme el Frente Amplio Progresista u otro en cuya vertiente principal estuvieren algunos de los pilares de cualquier nación: Maestros y Médicos, dos de las profesiones, de los apostolados mayores de cualquier sociedad que se precie de civilizada. Porque al parecer, solo desde los estrados del poder podrán los médicos y maestros hacer las modificaciones legales pertinentes para que sean ellos, los que saben y conocen perfectamente los gravísimos problemas en sus respectivos ámbitos -no los politiqueros enfermos de poder- quienes decidan e implementen las políticas urgentes, necesarias, indispensables que requiere el país en los ramos de salud y educación.

Maestros y Médicos que de integrarse al Frente Amplio Progresista de López Obrador o que conformaran otro partido político pondrían literalmente en apuros a los posibles candidatos presidenciales de las elecciones del 2012, que dicen los que saben serían Peña Nieto, López Obrador y/o Ebrard y por el panismo dicen que una fémina aguerrida, una morena de antología para mayores señas que desde ahora da claros visos de poder lograrlo y goza además de grandes simpatías.

Claro, eso si no estuvieran en plena campaña electoral dentro de dos años como dicen algunos enemigos del Presidente Electo, don Felipe Calderón, a quien le auguran como aves de mal agüero solo tres años en el poder. Que están desatados, no cabe duda. Porque don Felipe fue electo para gobernar seis años. Ni uno más, pero ni uno menos.

Mejor a otra cosa lector, y comparto con usted un poema de Federico Muelas, poeta español, (1910-1974), intitulado Villancico que llaman de los Boticarios, inserto en la Antología, de Luis Jiménez Martos, “La Generación Poética de 1936”, Plaza & Janés Editores, Barcelona, 1972.

“DIME, ¿qué le llevarás?
-Pastillitas de la tos...
-¡Poca cosa para un Dios!
-Y jarabe de Tolú
dulce, dulce...
-¡Qué poco para Jesús!
-Pues tú, ¿qué le llevarías?
-Solo un pomillo de azahar
para el susto de María.”

 

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CAFE CON LETRAS

13/09/2006

Por MINERVA LOPEZ MENDEZ

“A veces es forzoso, es necesario
que un hombre muera por un pueblo,
pero nunca todo un pueblo ha de morir
por un solo hombre:
recuerda siempre esto, Sepharad.
Haz que sean seguros los puentes del diálogo
e intenta comprender, intenta amar
las razones, las hablas diversas de tus hijos.
Que la lluvia descienda lentamente
a los sembrados, y que el aire pase
como una mano extendida y muy benigna, suave,
sobre los anchos campos.
Que viva, Separad eternamente
en la paz, en el orden y el trabajo
en la difícil y merecida
libertad.”

Salvador Espriu. La Piel de Toro. XLVI.
Poeta Catalán. (1913-1985)
Traducción de Enrique Badosa.

De moralinas y corajinas andamos, lector. Que el llamado a la reconciliación, que si el México de los buenos y pacíficos versus los violentos amigos del caos; que de las manos limpias a la mano extendida, que en tiempos electorales la guerra no es sucia ni ensucia, que si todos somos iguales -aunque algunos más iguales-; que si cultivo una rosa blanca en julio como en septiembre, perdón, en enero, que el respeto al voto propio es la paz; que cantemos el Himno a la Alegría por la alegrísima alegría tan alegre y el Nacional por Insurgentes -la avenida-, faltaba más. Y patatí y patatá. Y ya encarrerados, en la Plaza ole y olé…

Lo cual me recuerda otros históricos decires: Existen algunas derrotas más triunfantes que algunas victorias; Con otra victoria como ésta estoy perdido; Las leyes mezquinas engendran grandes crímenes; Cuando más corrupto es el Estado, hay más leyes; Poderoso caballero es don Dinero; La corrupción raras veces comienza por el pueblo; Es más fácil legalizar ciertas cosas que legitimarlas…

Y viene a cuento lector, porque como es sabido el TRIFE ha nombrado Presidente Electo a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y probablemente el próximo día 17 tendremos ¿otro? presidente. En resistencia, presidente del pueblo, verdadero presidente o como quiera designar a Andrés Manuel López Obrador la Convención Nacional Democrática.

Pero, según las leyes de nuestra República el Poder Ejecutivo recae en un solo individuo. El Presidente Electo, legal y constitucionalmente, Felipe Calderón, debe asumir el cargo el próximo uno de diciembre. Aunque la sospecha de fraude electoral campee a lo largo y ancho del territorio nacional.

El asunto al parecer es sencillo: Si se acatan las leyes o no se acatan. Si se aceptan las instituciones o no se aceptan. Si se cree en la democracia y se aceptan los derechos y responsabilidades de la democracia o no se cree en la democracia y menos aún se aceptan los derechos y responsabilidades de la misma.

Para quienes creemos en las leyes y en las instituciones -aún siendo las mismas imperfectas- Felipe Calderón es Presidente Electo de México.

A pesar del sospechosismo sobre la imparcialidad del TRIFE, de la moralina justiciera y discursiva de sus Magistrados (Después de la tempestad viene la calma - Leonel Castillo dixit- a lo que podría contestársele que, al parecer, todavía no comienza la tempestad o tsunami pre o post asunción presidencial)

A pesar de sus supuestas inconsistencias legales, del cuestionable conteo de votos, de la supuesta corrupción de los mismos -rumores dicen que dijeron que recibieron cien millones de pesos cada uno-, de las supuestas amenazas que supuestamente recibieran en la supuesta mismísima casa del Presidente de la Suprema Corte, a pesar del convencimiento de fraude en contra de AMLO de los millones de mexicanos que votaron por él y de muchísimos ciudadanos más que ante el controvertido proceso de calificación electoral se sumaron a la causa perredista…

Y también a pesar de que el TRIFE decidiera que en la contienda electoral pos… sí, pos cómo no, pos violaron la ley, pos sí, hablando en plata -de ley- por supuesto que violaron la ley, pero, ya sabe lector que nunca falta un pero- solo un poquito, nomás un poquitito y qué tanto es tantito, pos no es pa tanto… y en resumidas cuentas no hay prueba palpable –todo es subjetivo como en poesía- de que influyeran en la decisión de los votantes… Ah, qué Magistrados tan draconianos, ¡válganos Dios! Y aluego se encabritan que les digan magistranzas…

A pesar de todo ello, para los que creemos que acatar la ley permite la gobernabilidad, que las leyes deben perfeccionarse, que en la contienda electoral se cometieron abusos que debieron ser castigados, que la elección presidencial de 2006 estará siempre bajo sospecha por la forma en que el TRIFE resolvió las inconformidades de las partes, Felipe Calderón es, según las leyes y normas del Estado mexicano las cuales aceptaron los candidatos presidenciales cuando se registraron como tales, el Presidente Electo de México.

Si gobierna bien o mal, es otro asunto.

Mejor a otra cosa lector, y comparto con usted un poema de José Manuel Caballero Bonald, intitulado Tengo bastante con vivir, de su libro Poesía 1951-1977, Plaza & Janés Editores, Barcelona, 1979:

“No me hace falta más que un poco
de fe, que una mezquina veta
de esperanza, que un resquicio
de caridad, para poder
seguir llamándote
como ahora te llamo: patria impía,
piel aciaga de amor, vida quemada
en cada sueño, palabras repetidas
contra un muro de azar.
Aquí mi sed
se sacia con mi sed. No necesito
nada: tengo bastante con vivir.”

 

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