Pletórico de angustia (más por la multa que porque se vayan a morir los pajaritos del Valle de México), el can voltea su mirada hacia el cielo pidiendo clemencia por vivir en la zona más contaminada del aire y tener la peor de la enfermedades: ser pobre, cuando un letrero le devuelve la esperanza: “Preberificaciones Zúñiga, donde su coche pasa x que pasa con 100 por siento de seguridad”.
Con más de 15 años de experiencia, el Mai Zuñi, como le dicen sus clientes y cuates del muy xochimilca barrio de Xaltocan, ha hecho del proceso de verificación no solo su medio de vida, sino también todo un arte al momento de lograr que vehículos completamente rechazados por la ciencia mecánica logren el milagro de montarse con éxito en los infernales rodillos de los macroverificentros para salir ostentando, ya de perdis, una calcomanía 2 que la dará a su atribulado y dejado dueño seis meses de plazo para deshacerse del coche o ya de plano repararlo antes de volver a encarar al fantasma del rechazo.
“Cuando recién empezó el choro de la verificación, impulsada junto con el Programa Hoy No Circula por el trío de pirruris de Manuel Camacho Solís, Marcelo Ebrard y Ramón Ojeda Mestre, la cosa era bastante sencilla, puesto que las verificaciones se podían hacer en cualquier taller mecánico que contara con una licencia y un analizador de gases, el cual medía hidrocarburos, oxigeno y revoluciones por minuto en dos planos: baja , o ralenti, y alta, o velocidad de crucero.
“Lo que empezó como una buena acción de la ciudadanía pensando en el futuro de nuestros hijos, como siempre dicen los políticos cuando te van a dejar ir la de árabe, se transformó rápidamente en un infierno para los capitalinos, puesto que el Programa Hoy No Circula pasó en menos de un año de voluntario a obligatorio durante el invierno y, finalmente, a permanente, agregándole verificación dos veces al año, sin que nadie dijera absolutamente nada porque no fueran a pensar que queríamos matar a nuestra familia”.
-¿Pero tengo entendido que de inmediato se desató una corrupción terrible?
-Fíjate que al principio sólo eran rechazados vehículos que estaban realmente tocados de la máquina, puesto que en ese tiempo casi no habían en México coches fuel injection y tu sabes que a los carros de carburador como sea los pones a tono, ya sea bajándolos de tiempo, cambiándoles las espreas, abriéndoles o cerrándoles los conductos de oxigeno, trocándoles los filtros y el aceite, o ya de perdis poniéndole gasolina blanca.
“La bronca es que estos bueyes se trajeron de la ciudad de Los Angeles un nuevo sistema computarizado de verificación que se llamaba Bar 90, el cual incluía un cuarto elemento: Carbono (C02), y obligaron a todos los talleres autorizados a adoptarlo, pero olvidaron un pequeño detalle: la ciudad más importante de California está a cinco metros sobre el nivel del mar y nosotros a más de 2,250 metros, así es que de inmediato empezó el tronadero de carros que aparentemente estaban bien de la máquina pero que no podían dar los rangos debido a las atmósferas de presión que los castigaban.
-¿Fue entonces cuando empezaron los “brincos” con “carro madrina”?
-En efecto, le ponías los cables de medición a un coche en buen estado y metías sus mediciones a la base de datos de la computadora para luego cargárselos a algún coche que no daba el ancho pero que estaba bien de la máquina, previo pago de una lana por supuesto.
“La respuesta de la autoridad fue retirar las concesiones a los talleres y convocar a una licitación amañada para que fueran los grandes empresarios, en este caso varios prestanombres de gente como Camacho Solís y el mismo Ernesto Zedillo, quienes a un costo mínimo de 10 millones de pesos de esa época, un capital inalcanzable para nosotros, pusieron los famosos Macroverificentros, en donde las transas han llegado a niveles de película”.
-¿Se quedaron en la calle después de haber invertido en las máquinas?
-La mayoría de nosotros sí, pero no hay mal que por bien no venga y de inmediato buscamos localitos cerca de los macroverificentros en donde, apoyados en nuestras máquinas, le metíamos mano a los coches que eran reprobados por cosas tan insignificantes como estar un poco pasados de emisiones. Simples detalles que estos bueyes no atienden porque tienen la consigna de reprobar a los más que se puedan, a fin de hacerlos pagar de nuevo.
-¿Pero también hay movidas con los hologramas?
-Lo que pasa es que en un principio eran calcomanías y esas como sea se podían reproducir para venderlas afuera de los verificentros, pero luego los cambiaron por hologramas y allí es donde la cosa se puso fea, porque reproducirlos está muy cabrón y si te llegan a cachar te mandan derechito al bote.
“Sé que a veces hay robos de hologramas por parte de los mismos empleados, quienes luego tratan de venderlos, pero son fáciles de detectar. Además, los dueños de los verificentros no se van a arriesgar de una manera tan burda para ganarse un lana extra, puesto que las multas son altísimas y así como están de por sí se están hinchando de billetes, más ahora que llegó el quinto elemento”.
-¡A caray!, eso suena como de ciencia ficción. ¿De que se trata?
-El quinto elemento viene incluido en el nuevo programa computarizado para medir y se supone que detecta los niveles de una cosa que se llama Nox, que es la emisión del coche después de pasar por el convertidor catalítico.
-Se oye imponente pero bastante mamuco.
-Es una soberana mamada que sirve de pretexto para reprobar a los que tienen coches nuevos y seminuevos, a fin de que cambien sus convertidores catalíticos.
“Fue lo único que se le ocurrió al gobierno para darle chamba a todos los talleres que embarcó, previa lanota de por medio, en el programa Pirec de sustitución de convertidores catalíticos, los cuales, aunque estén en perfecto estado, deben ser cambiados para que el dueño obtenga el llamado chip, una especie de llavero de plástico que sirve de contraseña a fin de que el coche pueda ser verificado”.
-¿Entonces qué, si pasa mi coche?
-No avienta humo, pero como es viejito, aunque le meta mano no va a pasar.
“De todos modos véngase mañana temprano, porque orita no está en el Verificentro el mago Merlín”.
-¿El mago Merlín?
-¡Claro, pos no ve que le vamos a echar magia!

dedicarse a pedir limosna fue una destacada lideresa de los comerciantes ambulantes que se han tomado las banquetas de Rivera de San Cosme prácticamente desde Insurgentes centro hasta el Circuito Interior, en donde, nos confiesa, tiene dos puestos que son atendidos por sus parientes.

Además, los últimos días de cada mes, la mujer se da sus escapadas a la Iglesia de Rivera de San Cosme y Reforma, en donde se adora al santo más popular en estos momentos entre los chilangos: San Juditas Tadeo, patrono de las causas imposibles (especialmente la obtención de trabajo), donde aprovecha la visita de miles de peregrinos que, pletóricos de sentimiento místico tras haber solicitado varios favores al santo milagroso, difícilmente le podrían negar unos cuantos pesos a una indefensa viejecita.

“La única bronca de andar pidiendo cooperacha en la calle, y más en un sitio dizque muy “fufurufo” como éste, es que si tienes una emergencia del cuerpo es difícil que te den chance de entrar en los baños de los restaurantes o los comercios, y luego con muletas, imagínate que chinga para poder hacer del dos.

“Pero gracias a Dios me hice cuata de los chavos que atienden el Seven Eleven de Atlixco y Michoacán, quienes mediante el módico pago de cinco pesos me permiten entrar a su baño, y perdona si te platico esto, pero como me comí en el Metro Chaúltepec unos pinches tacos que yo creo que la salsa estaba rancia, me pasé todo el día con chorrillo, y justo cuando había más gente, así es que mejor me voy “pa mi cantón”, a ver si mañana las cosas cambian”, exclama la mujer mientras negocia con el chofer de un taxi que acaba de parar por cuánto la llevaría a Rivera de San Cosme e Insurgentes.

“Yo ahí fui durante mucho tiempo lideresa de un grupo de cabrones que nos dedicábamos a la venta de chucherías , dulces y falluca, y si bien en un principio la policía nos traía en chinga porque no eran mas más de cinco puestos los que se colocaban, ahora nos hacen los mandados, porque somos más de 250 agremiados, eso sí, todos con credencial de la asociación revolucionaria de comerciantes de la calle.

-¿O sea que son priístas?
-Éramos, ya que un principio nos dieron chance de ponernos a cambio de que apoyáramos a sus candidatos con votos y despliegue de masas, es decir, acarreos de gente a sus mítines, además de que teníamos que pagar el derecho de uso de la banqueta a la delegación, pero desde que surgió el PRD nos fuimos con esos bueyes, que dizque muy solidarios con los pobres, pero que son más perros que los del PRI a la hora de pedir apoyos, tanto económicos como humanos, porque sus dirigentes traen mucha hambre.

-¿Y por qué no atiende usted uno de sus puestos?

-Pa qué, si tengo parientes que lo pueden hacer, además, vas a pensar que estoy loca, pero desde que me quedé con las patas malas me cambió la suerte, ya que la gente luego me daba dinero sin comprarme nada, tal vez como pensando que estaban haciendo una buena acción.

“De ahí me surgió la inquietud de venirme a un lugar chido como éste y ponerme a pedir limosnas, y ya vez, me funcionó a las mil maravillas, porque para que te presumo, pero en un buen día me hago hasta 500 pesos, pero no se lo cuentes a nadie.

-O sea que ven una viejita con muletas y luego, luego le aflojan el varo.

-A veces sí, pero hay de por medio tácticas que no fallan y que van desde poner carita de perro, argumentar que no hay dinero para las medicinas o ya de plano rogar en el nombre del señor porque para acabarla de chingar tenemos un nietecito muy enfermo.

“Estas tácticas hay que desarrollarlas de preferencia con los turistas, que son los más pendejos y te llegan a dar hasta dólares, porque les parecemos prototipos clásicos de la miseria del Tercer Mundo y como dizque andan preocupados en ayudarnos a salir del hoyo, pos cuando me ven de plano no se resisten a ejercer su caridad.

“La otra opción infalible es pedirle a las parejas, de preferencia al buey que viene con la chava, y es que como el cabrón anda invitándola a salir a lugares muy chidos dizque pa presumirle que tiene mucho dinero, pos ni modo que le niegue una cooperacha a una indefensa viejecita, ya que se exhibiría en frente de la chamaca como un pinche codo”.
La negociación con el taxista se interrumpe abruptamente cuando la viejecita le señala que está pendejo si cree que la va a llevar a su casa cobrándole con el taxímetro, “o es que acaso piensa que no sé que todos ustedes son una bola de rateros que trabajan con esa chingadera alterada para poder robarnos a la gente humilde como nosotros”.

Tras un sonoro portazo y una mentada de madre la mujer de las muletas se retira del lugar, no sin antes comentarle al can que de aquí a su casa, un hotel de paso en la colonia Tabacalera, nunca paga más de 15 pesos, “que es una tarifa justa”.

-Y a propósito joven, que no me va a dar una ayudita después de todo el tiempo que le dediqué.

-Híjole seño, no traigo cambio, pero que Dios se lo pague.