El Chope era casado; pero un día su mujer le dio a elegir entre ella y La Isla de las Muñecas, y él optó por la herencia de su tío, Julián Santana Barrera, el Señor de las Muñecas, por lo que desde hace más de seis años es el cuidador del que muchos consideran el último sitio mágico de Xochimilco.
Amigo de los turistas, los periodistas y uno que otro perro, Anastasio, a quien nadie lo reconoce por ese nombre a menos que explique que se trata de El Chope, revela que fue “para espantar a los espantos" que su tío Julián comenzó a colocar en su chinampa, hace 56 años, muñecas que recogía de la basura y los canales de Cuemanco para tratar de apaciguar el alma en pena de una joven que se ahogó cerca del lugar.
“Recuerdo que cuando era muy niño, mi tío me contó que un día en el canal frente a su chinampa, una joven se ahogó y desde entonces se oían voces, pasos y lamentos de mujer, por lo que se le ocurrió protegerse con muñecas”.
“Pero pronto encontró la solución: rodear su chinampa con muñecas, de distintos tamaños, tipos, de ojos grandes o pequeños cuerpos, todas dispuestas a protegerlo. Colocó alambre a lo largo y a las orillas de la chinampa y de ahí las colgó: del cuello, de la mano, de donde se pudiera, pero siempre vigilantes.
Así fue como todo comenzó”. De manera sorprendente, cuenta El Chope, don Julián murió en el mismo lugar que la ahogada.
Crónica de una leyenda
El señor Julián Santana Barrera, nativo del Barrio de la Asunción, falleció en abril del 2001 a la edad de 86 años y fue un personaje muy pintoresco, relata el cronista de Xochimilco, profesor Sebastián Flores Farfán, quien revela que su cuerpo yace en el vecino cementerio de Xilotepec, “aunque su espíritu se fue con la sirena”.
“En los años 50 me tocó conocerlo y convivir con él, pues en esa época el señor asistía a la pulquería Los Cuates, ubicada en la Plazuela de La Asunción.
Yo era el hijo del jicarero y el señor Julián comenzó a hablarme porque yo lo atendía. Entre la gente del barrio era conocido con el mote de La Coquita (pajarito abado que existe en la zona chinampera), debido a que era muy pequeñito.
Él pasaba con su carretilla llena de verduras y hortalizas que cultivaba para llevarlas a vender al tianguis de Xochimilco y siempre iba con su calzón blanco amarrado hasta las rodillas y un jorongo.
Al término de sus ventas se iba a Los Cuates a tomar su pulque, pero a nadie de los presentes en la pulquería le hablaba, ya que era muy retraído, aunque después le dio por andar en los barrios pregonando la palabra de Jesús y en cada esquina se ponía a rezar y a hablar de Dios.
En esa época hablar de Dios sin ser sacerdote significaba blasfemar, ya que se aplicaba a toda persona que no tenía autoridad sacerdotal para lo mismo y era mal visto en Xochimilco, por lo que varias veces fue agredido por el pueblo.
Después le dio por recoger en todos los barrios las muñecas que estaban tiradas en la basura; más tarde se perdió, pues nadie preguntaba por él, por lo que no se sabía si aún vivía.
Pero cuando se realizó el rescate ecológico de Xochimilco en los años 90 para limpiar el lago del lirio acuático que lo cubría por completo, llamó la atención que su chinampa estaba rodeada de muñecas, sobre todo porque en esa zona nadie vivía.
Era una choza hecha de chinami, carrizo, ramas de ahuejote y zacatón, y él a nadie recibía, vivía como un ermitaño. Con el tiempo comenzaron a llegar periodistas que lo querían entrevistar, y yo fui la persona afortunada, a quien aceptó con los mismos, porque él se acordaba de mi persona cuando lo atendía en la pulquería Los Cuates.
Él no quería hablar sobre las muñecas que tenía en su chinampa, pero después aceptó darnos su versión sobre las mismas.
Decía que estaba allí para ahuyentar a los malos espíritus y para que se dieran mejor sus cosechas. Platicaba que las muñecas aparecían de repente y que ellas lo acompañaban por las noches Tenía una muñeca preferida, que era La Moneca, y de todas las chozas que tenía, siempre la trasladaba de una a otra.
Una de las chozas estaba llena de mulitas que él hacía con hojas de maíz y las tenía colgando, también tenía cruces que hacía con pedazos de madera de ahuejote, recortes y fotografías de personajes de la política, artistas, estudiantes y gente que lo iba a visitar. Su cocina estaba al aire libre y tenía un tlecuil hecho con lodo y un comal de fierro. Alrededor de la cocina colgaba carpas secas que pescaba frente a su chinampa, y también tenía recortes de periódicos que los periodistas le regalaban de los reportajes que le hacían. Entre las personas que se encargaban de cuidarlo estaban su hermana y su sobrino, El Chope, quien era el encargado de llevarle diariamente su comida y su desayuno, además de que bajaba a Xochimilco para vender los cultivos de su tío. Platicando con su sobrino, se le preguntó que cómo había sido el accidente y comentó que para él y su tío era un día común y corriente: Temprano, habían sacado lodo del fondo del canal para hacer el chapín (composta de lirio acuático en donde encima se coloca el lodo, se deja reposar tres días y con un cuchillo se hacen cuadros y en cada uno se depositan la semilla) para hacer sus siembras.Después, fue a realizar otras cosas a la parte de atrás y se puso a pescar con anzuelo, como siempre lo hacía, y le comentó a su sobrino que el mismo pez se le había escapado dos veces.Luego, le llamó Don Julián a su sobrino mostrándole el pescado que agarró, el cual era extraordinariamente grande, de por lo menos cuatro o cinco kilos, y le dijo: ya lo tengo, él que se me había escapado.
El sobrino le contestó que estaba bien. Don Julián entonces le comentó que la sirena le había estado llamando por que se lo quería llevar y entonces le dijo que le iba a cantar para que no se lo llevara, porque al parecer cantándole a la sirena no se lo llevaba y le dijo su sobrino que tuviera cuidado.
Yo voy a ordeñar las vacas y ahorita regreso, le dijo el Chope, pero cuando regresó con la leche y buscó a su tío, descubrió que se había ahogado, lo que sucedió muy rápido. Sus familiares están muy dolidos de haber perdido a Don Julián, pero dentro de su tristeza ellos están conformes, pues su tío murió donde él quería, junto con sus muñecas y la sirena de la que tanto hablaba".n
PATA DE PERRO
05/0707
Selene
Por RAMIRO GÓMEZ-LUENGO
Y como dijo la teibolera...ya es tubo.Chiste malo pero uno de los más utilizados por las chamacas que decidieron dedicar su físico y sus ilusiones al oficio de bailar y desnudarse para divertir tanto a hombres solos, como a simples mirones calenturientos o burócratas desmadrosos que no temen despilfarrar las quincenas a pesar de que sus señoras ya les advirtieron que el chivo es sagrado.
Con más de ... quién sabe cuántos años pero no los 25 que dice tener, Selene lleva más de una década (de ahí la contradicción) dedicada al duro oficio del tabledance, el cual le ha permitido sacar adelante tanto a sus dos hijos, ambos de padres diferentes, así como ayudar a sus jefecitos, a quienes les ha dicho que es una alta ejecutiva de una empresa para justificar que siempre está de viaje por toda la República.
Sirena egipcia que peina sus rubios cabellos a la orilla del mar de los sueños, Selene se declara “varada” en el centro social y recreativo de San Ángel conocido como Calígula, en donde la variedad sólo toma impulso los jueves, viernes y sábados, “ya que el resto de la semana la cosa esta pinchona, puesto que los chilangos padecen la peor de las enfermedades: se han vuelto codos, y tú comprenderás que en un ambiente así es difícil que podamos ganar suficiente dinero”.
-¿Pero yo pensé que esto era diversión?-Ni madres, esto es un negocio, porque pa’ diversión te puedes ir al circo. Aquí el chiste es ofrecer un espectáculo digno, con un cuerpo hermoso que sepa contonearse al máximo utilizando el tubo tanto en el baile rápido como el lento, pero con un solo objetivo: excitar al cliente para que te invite a su mesa y puedas desquitar la chinga inflándole la cuenta para que te toque un buen porcentaje.
-¿Te dan una parte del consumo del cliente?-De todo lo que hacemos y cobramos nos toca un porcentaje. Si el chavo pide una chela, le cuesta 50 pesos, pero si es para mí le cuesta 150. De esos 100 pesos de diferencia a mí me toca la mitad.“Ya no se diga si el cuate quiere presumir de muy adinerado y se pide una botella de champán, o ya de perdis de ron, puesto que el pomo lleva un sobreprecio de más del 500 por ciento sobre su costo real, y de ahí a mí me toca por lo menos un 50 por ciento de comisión”.
-¿Y si el tipo se pone necio y quiere algo más contigo?-Por módicos 150 pesos le hago un raspado de limón en la mesa.
-¿Le vendes un helado?
-No seas buey, le hago un baile cachondo que consiste en sentarme en sus piernas y rozarlo hasta ponerlo firme. El chiste de este baile es alocarlo tanto que cuando te quiera meter mano, lo cual está prohibido en la zona de mesas, lo convenzas de ir al privado, el cual te cuesta 250 pesos por módicos 20 minutos.
“Los privados son unos minicuartitos equipados con un sillón grande en donde sientas al buey y le bailas mientras el te corre mano por todos lados. A veces se quieren propasar, pero para eso hay en la entrada un cuate, el mismo que te vende el boleto, que se encarga de ponerlo tranquilo, ya que dentro del table está prohibido hacer el amor, porque eso sería considerado prostitución y es causal de clausura, multa y hasta penas de cárcel para los dueños”.
-¿Y te toca?
-El 50 por ciento del precio del privado es para miguelita.“Ora que si el muchacho de plano quiere echarse un palito, pues nada más tiene que pagarme la salida para que nos podamos ir al hotel.
-¿Estaríamos hablando de unos..?
-Mira, hay algunas colegas venidas de La Merced que te aceptan una salida por mil pesos. Pera esas son muchachitas pendejas que dan las nalgas por centavos y que ni siquiera conocen bien este oficio, ya que no tienen cuerpos bonitos ni saben bailar.”Yo no voy al hotel, que además tiene que ser de cinco estrellas, por menos de ocho mil pesos. De ese monto el congal se queda con el 25 por ciento, ya que así lo resarces de sus pérdidas, debido a que ya no va a tener una muchacha para que baile y genere consumo”.
-¿Eres millonaria?
-Para nada. He ganado buen dinero en estos más de 10 años de andar de teibolera, pero lo he gastado en mis hijos y mis padres, además de que soy una profesional y por lo mismo he invertido mucho en vestuario, maquillajes, cursos de baile, un negocio frustrado y varias operaciones.
-¿Qué te operaste?-Me agrandé las tetas y me hice la lipoescultura. Pero donde perdí mucho de mi capital fue por culpa de un pinche argentino de mierda (¡vaya novedad!) que era mi novio, el cual me estafó con un dizque restaurante que íbamos a poner en Pachuca, que es donde vive mi familia.“Un hombre borracho, con el pito parado y rodeado de sus cuates es capaz de gastarse la quincena completa y dejar sin comer a toda su familia nomás porque tiene que demostrar que es muy macho. Así de pendejos son y por eso los aborrezco, ya que no saben tratar a una mujer. Piensan que somos objetos a su disposición nomás porque andan aventando sus billetes mugrosos; por eso les pago con la misma moneda y los uso vilmente”.
-¿Eres lesbiana?
-No, soy bisexual por razones empresariales.
-¿No entiendo?
-Casi todos los chavos que vienen al table con sus novias quieren verlas fajar, cuando no de plano coger con otras mujeres, y es ahí donde entramos nosotras.“Esto no tiene nada de raro, puesto que todas las bailarinas de table somos bisexuales o abiertamente lesbianas. Por cierto, y qué curioso, las lesbianas son las que tienen más éxito con la clientela, pero no lo vayas a contar porque se rompe el encanto”.
Selene se levanta de su lugar luego de que el animador del table anuncia el pronto inicio de su número, pero antes de que se vaya el reporperro le lanza una última pregunta:-¿Crees en el amor?
-¡Ya estuvo!