CHILANGO
POR ADOPCION |
29/10/2006 |
*
“Aurora, quien además de darme la vida,
me
dio una máquina de escribir…. A ella
le
pueden echar la culpa de todo”.
Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
---
Ia. Parte ---
José
Manuel Nava Sánchez nació en Pachuca, Hidalgo,
de padres veracruzanos, el 9 de octubre de 1957. Vivió
en Actopàn hasta los cuatro años y de ahí
se vino al Distrito Federal, donde creció. Por ello,
se define como “veracruzano de sangre, hidalguense por
nacimiento y chilango por adopción”.
Vivió
dos años en Paris, de 1981 a 1982 y en Washington de
1982 a 2003. En Paris estudio una maestría de periodismo
que financiaba la entonces Comunidad Económica Europea,
el gobierno francés y patrocinaba el periódico
Excèlsior, donde trabajaba en la Mesa de Asuntos Especiales,
tras ganar el Concurso de Oposición entre cinco periodistas
mexicanos. |
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En
París estuvo con 32 reporteros de 27 países.
“Fue una experiencia muy formadora, porque fue la
primera ocasión que vivía fuera de México.
No hablaba bien el francés. Las exigencias de la
escuela eran viajar mucho, entrevistar a varios funcionarios
europeos, entender la situación de Europa”.
Los 23 años los cumplió en París, donde
conoció reporteros de todo el mundo, “con los
cuales aún tengo contacto en 27 países, especialmente
con los de África del Sur, Suecia, Japón,
Brasil, Argentina.
Nava
habla tres idiomas: inglés, francés y español.
Relata
que la decisión de estudiar periodismo la tomó
desde muy pequeño. “A los seis años
me atrajo mucho una máquina Olivetti enorme que guardaban
en una funda gris, y cuando mi madre me veía que
jugaba a escribir con ella en el piso, me la regaló.
Por
ello, la dedicatoria del Vortex del Mal, es para ella y
dice: “Aurora, quien además de darme la vida,
me dio una máquina de escribir. Así es que
a ella le pueden echar la culpa de todo”.
Su
padre murió cuando tenía nueve años.
La figura de su madre se agrandó al surgir como las
dos figuras, “porque ella de alguna manera nos crió
a los seis hijos (Loreto, Silvia, Margarita, Sebastián,
Guadalupe y José Manuel), de los cuales sólo
Loreto y Sebastián viven en Hidalgo; Guadalupe está
en Austria y ya se hizo austriaca. Yo pensé que después
de tantos años de vivir en Washington me convertiría
en gringo, pero el llamado fue más fuerte y poderoso,
por eso regrese a México”.
Al
regresar de sus estudios en París, patrocinado por
Excèlsior, en 1982, le dicen que va a recibir una
comisión fuera. “Pensaba que iba a ser en París.
Es más el jefe de Corresponsales Internacionales
de aquél tiempo, Agustín Salmón, quien
ya murió, me dijo que efectivamente era ese país,
pero que esperara porque no podían correr de la noche
a la mañana al que tenía esa plaza, pero pasaban
los meses y nada. Me entró la desesperación;
me entro el shock cultural. No me hallaba en México.
“Tenía
interés de conocer nuevos países, idiomas,
gente. Cuando viviste en el extranjero y regresas a México
te encuentras con la realidad que ya viviste, pero ya no
la entiendes, porque vivir en el extranjero te cambia de
forma radical y ves las cosas de otra forma”, relata.
“Por
fin un día me manda llamar el que era director del
periódico, Regino Dìaz Redondo, y me dijo:
“Se va a Los Ángeles”, lo cual me confundió
porque ese lugar esta lleno de mexicanos y considere que
no aprendería nada nuevo ahí, pero su respuesta
fue simple: “en estos momentos lo necesitamos allá,
así que tome mi coche y me fui manejando hasta llegar
a Los Ángeles, California”.
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18/10/2006 |
SCHERER,
LO INVITO A EXCELSIOR |
* “Si no sirve, ¡Córralo!,
Recomendó
Regino a Iñigo
Por
ELVIA ANDRADE BARAJAS
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II Parte ---
Julio
Scherer Garcìa fue su maestro de Entrevista en la
Facultad de Ciencias Políticas y cuenta que “Un
día, como a las dos de la tarde, me pidió
que lo acompañara a su automóvil, que estaba
en el estacionamiento de la facultad, y me dijo “mire,
¿cómo se llama?...José Manuel Nava,
señor, le conteste. Como le decía, José
Manuel, muchachos así como usted universitarios bien
formados, necesitamos en el periódico. Venga a verme.”
“No
podía creer lo que escuchaba, así que le pregunte
de inmediato: ¿cuándo lo puedo ver? …
Cuando quiera, mi oficina siempre esta abierta, me dijo.
Yo no podía creerlo.
|
“Esa
misma tarde, a las cinco, fui a verlo, pero me encontré
a Julio Scherer totalmente diferente. Con los lentes a media
nariz, muy cambiado de carácter. Su oficina efectivamente
estaba abierta, pero me recibió con una voz seca
y golpeada: “¿¡usted que quiere!?”…bueno
maestro vine porque usted me dijo que necesitaban gente
como yo bien formada, le conteste.
“Su
respuesta fue violenta. Extraña, y de un grito me
respondió: “¡no me este quitando el tiempo,
por favor!”. Salí desilusionado. Esto fue en
junio de 1976, un mes antes de que fuera depuesto como director
de Excèlsior. Sin embargo, en ese momento me pareció
raro, loco, extraño, porque dos horas después
de pedirme que fuera a verlo, me desconoce y me corre.
“Ya
no regrese a verlo, pero al mes él cayó y
entonces entendí su mal humor, quizá estaba
agobiado por tantos problemas internos, por eso se me borró
la mala impresión que tuve de él aquél
día. Ahora, muchos años después, lo
entiendo”.
Un
mes después de su entrevista con Scherer, fue depuesto
por Regino Díaz Redondo, a quien le pidió
trabajo en el otrora poderoso diario de Latinoamérica.
“El me acepto, pero al enviarme con el jefe de Información,
Alejandro Iñigo, quien ya murió, le dijo:
“te mando a un muchacho ¿cómo se llama?,
me preguntò... “José Manuel Nava”…
Ah, un señor José Manuel Nava, si no sirve
¡córralo!...
“Así empecé mi carrera en Excèlsior”,
relata quien durante 22 años fue corresponsal del
búho en Washington.
Para el periodista José Manuel Nava haber sido corresponsal
de Washington fue una experiencia muy enriquecedora. Formadora,
ya que le tocó tratar con el aparato gubernamental
más poderoso del universo y ser testigo de decisiones
muy importantes e impresionantes.
“Washington
es una ciudad muy apacible en la que aparentemente no pasa
nada, pero pasa todo”, dice al agregar que:
“El
centro nervioso del mundo, no sólo político,
sino económico, está ahí, aunque digan
que la capital financiera es Nueva York y la política
es Estados Unidos, pero “yo creo que no es así,
porque las decisiones de fondo se toman en Washington”.
¿Cuándo
venías a México veías diferencia entre
los periodistas mexicanos y los estadounidenses?
--
“Si, definitivamente. No sólo en tecnología,
que nos tardamos mucho tiempo en adoptar, especialmente
el sistema frió, sobre todo en Excèlsior.
Recuerdo que cuando el ex presidente José López
Portillo se entrevistó en Tijuana con Ronald Reagan,
los periodistas gringos ya traían sus laptops, las
primeras que salieron y enviaban electrónicamente
a una velocidad que en México se desconocía.
Ellos organizaban tours a las salas de prensa de los mexicanos,
porque aún usaban máquinas de escribir y telex,
y para ellos eso era muy impresionante. Nos veían
muy atrasados.
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REGRESE
A MEXICO
“EN UNA PIEZA”
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02/11/2006 |
*
“Sufrí la Crisis Igual que Todos,
Pero
yo Pagaba en Dólares”
Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
--- III Parte ---
Era
Diciembre del 2000. Los años de bonanza de Excèlsior
terminaron. La crisis, su crisis, se agudizó y traspasó
las fronteras de México, tanto que sus corresponsales
internacionales fueron abandonados en tierras extranjeras.
José Manuel Nava en Washington y Jaime Hernández
en Madrid. El resto renunció.
¿
Por eso regresaste a México?
--
“Si, entre otros motivos. El primero fue la crisis política
y económica del periodico, ya que en el invierno del
2000 Excèlsior dejo de pagar los gastos de Washington.
¡Todo!, mi sueldo, la renta de la oficina, teléfono,
luz. ¡Todo!. |
--
“El 2001 viví un estado de negación
total. Empezaron a faltar los gastos. Se olvidaron de mí,
al igual que de otro corresponsal sobreviviente: el de Madrid,
Jaime Hernández. También a él lo abandonaron
y fue terrible, porque no es lo mismo que te quedes sin
dinero en otro país, que en el tuyo, donde puedes
recurrir a tus familiares.
--
“Gracias a Dios tuve muchos amigos que me ayudaron.
Los meses pasaban y no llegaba el dinero. Era angustioso.
Viví lo mismo que todos los ex compañeros
de Excèlsior, pero más angustioso, porque
estaba sólo y me cobraban en dólares, además
de tener la responsabilidad personal de las deudas del periódico,
tanto de luz, gas, Intenet, teléfono, agua, luz,
renta, todo. Se acumulo una deuda de casi 200 mil dólares,
que jamás pagó Excèlsior. Los pague
yo, porque todo estaba a mi nombre. Yo firmaba.
--
“Viví 2001 en ese estado de Negación,
hasta que ocurrieron los atentados de Las Torres de Washington
y en ese momento me cayo el veinte, y me dije: esto no puede
seguir a la deriva. Consumía mis ahorros para pagar
mi casa, mis gastos personales. Los ahorros caían
vertiginosamente y me preocupaba mucho lo que iba a pasar.
No me respondían las llamadas en el periódico.
No podía hablar con ninguno de los funcionarios de
Excèlsior, nunca estaban. “Están en
junta”, me decían.
“SOY UN FIRME CREYENTE DEL DESTINO”
---“Por eso decido regresar a México a finales
de 2001. Me entrevisto con los nuevos directivos del periódico
que eran Armando Sepúlveda, director; y Jaime Contreras,
presidente del Consejo. Les comento la situación
vivida. Me prometen que en un mes se normalizarían
los pagos, por lo que me piden regrese a Washington y siga
trabajando, pero el dinero nunca llegó. No enviaron
un sólo centavo.
--“Ya
no podía regresar a reclamar, porque cada viaje me
costaba más de mil dólares y ese dinero lo
ocupaba para pagar la hipoteca de la casa y los gastos personales,
por lo que decido vender la casa. Se vende. En ese momento
el director de Reuters América, que su esposa es
muy amiga mía, me ofrece un excelente trabajo, muy
distinto a lo que había hecho, pero esa fue mi salvación,
ya que era un empleo muy bien pagado, pero era muy técnico
y creativo.
Asì,
Josè Manuel Nava fue jefe de información de
los 34 corresponsales Latinoamericanos de Reuters. Producía
un noticiero de TV diario mundial, muy interesante, muy
bien pagado, pero como freelance.
Confiesa
que “eso me hacia sentir como no parte de la empresa,
no me sentía comprometido con ella, pero con lo que
gane pude pagar las deudas de Excèlsior y empecé
a pensar que se cerraba un ciclo muy largo de 21 años
en Washington y se me metió el gusano de regresar
a casa, con mi gente a mi país, sentirme ciudadano
de primera, en lugar de segunda, ya que no podía
votar y eso me empezó a atraer a México, aunque
Reuters no me dejaba ir, pero les expuse que mi decisión
estaba tomada. Me ofrecieron trabajo en Reuters México,
lo cual me pareció sensacional, porque dije ya me
voy a mí país, y llego con trabajo”.
Tras
decir esto, da un largo suspiro y agrega:
“Pero,
mira las cosas están ya escritas y no hay forma ni
manera de cambiarlas. Soy un firme creyente del destino
y pienso que por más que le hagas no puedes cambiarlo.
Ese día llegue a la primer entrevista en Reuters
de México.
Me
ofrecen ser editor para México Central con un sueldo
en dólares muy atractivo, con muchas horas de trabajo,
pero con oportunidades de crear, lo cual me gusto. Voy de
regreso a Washington muy entusiasmado. Le dije al director
de Reuters América que encantado de la vida. En Reuters
aprendí mucho. Les estoy muy agradecido por su apoyo.
Trabaje ahí un año”.
Nava llegó a México regresò el 28 de
noviembre, Día de Acción de Gracias, y explica:
“Escogí esa fecha para regresar a mi país,
porque para mi es muy significativo y me gusta más,
incluso que Navidad. Tenía mucho que agradecer: regresar
sano y salvo. En una pieza, después de haber pasado
lo que pase”, dice con un gesto muy reflexivo.
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“PARECE
QUE VAS PARA LA
GRANDE”: LE DIJO DE ANDA |
06/11/2006 |
* Sin proponérselo, Sepúlveda lo
Llevo
a la Dirección de Excèlsior
Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
---
IV PARTE ---
Era
enero de 2003, cuando el destino empezó a tejer una
serie de hechos que llevaron a José Manuel Nava a la
dirección de Excèlsior en sus momentos de crisis,
que lo obligan a entrevistarse con Armando Sepúlveda,
entonces director del rotativo, a quien “le dije que
estaba en México y que en qué le podía
servir. “¡En lo que quieras!”, me respondió. |
Como
muchos periodistas de México y del mundo, Sepúlveda
estaba alarmado por el nivel que tenía el diario
y por eso me atreví a decirle: “Aquí
necesitas una persona, que por lo menos sepa leer y escribir”.
El comentario no le gusto, obviamente.
“Le
ofrecí corregir la primera plana. Acepto y me dijo
que empezara al día siguiente. A las seis de la tarde
llegue, y ahí espere varias horas. Fueron los famosos
“cocolones” quienes me dijeron que no tenían
ninguna orden al respecto y que además ni me conocían;
por ello no podía meterme en las decisiones de la
primera plana y mucho menos cambiarla.
“Al
otro día, agrega Nava, le comente a Armando lo sucedido
y me dijo que después pasaba el memoramdum. Hice
el intento una semana. Nunca se me permitió el acceso
a la primera plana, y me pregunte ¿ahora que hago?...y
se me ocurre escribir el Vortex del Mal, al encontrar una
serie de apuntes inéditos en mis libretas, sobre
la llegada de George Bush al poder, el grupo que lo apoyo,
la planeaciòn que venía desde 1997.
“Esa
serie de apuntes que se quedaron en mis libretas viejas,
que como ya sabes los periodistas nunca tiramos, fueron
la base para que propusiera a Armando hacer una columna
que no fuera de política nacional, sino internacional,
sobre las relaciones México- Estados Unidos y Estados
Unidos en particular.
Armando
Sepúlveda aprobó la idea de Nava, quien le
propuso que la columna se llamara el Vortex del Mal. Se
publicaba muy bien todos los días en primera plana
de Excèlsior, hasta que en una ocasión el
dueño de Edamex, Octavio Colmenares, lo contacto
para felicitarlo por lo que escribía y plantearle
que le interesaba editar un libro sobre el tema, por lo
que lo en su oficina.
Nava
recuerda que “Platicamos y acordamos que publicaría
el libro, me dio una carta en la que se comprometía
a editarlo e inocentemente salí corriendo al periódico
a ver a Armando Sepúlveda para platicarle lo sucedido.
Lo cual consideraba muy bueno para mí, pero también
para Excèlsior y para él, porque fue quien
aprobó su publicación, “pero su reacción
fue como de hielo. Me felicito, pero jamás volvió
a publicar una línea del Vortex del Mal, a partir
de ese día, desapareció mi columna. Murió.
Quizá tuvo miedo. No entiendo por qué, él
es un excelente periodista. En 1996 fue Premio Nacional
de Periodismo”
“Pero,
curiosamente esa decisión le costo la dirección
del periódico, ya que no sólo me dejó
de publicar la columna, sino que me sacó de la nómina,
algo que él no podía hacer, porque yo era
socio de la cooperativa.
“Fue
así, relata, como me empiezo a movilizar en la grilla
interna del periodico, y el 15 de septiembre del 2003 suena
mi celular, cuando iba a la fiesta del cumpleaños
de mi madre.
“Era
Javier de Anda y me dice que al presidente del Consejo de
Administración le urgía hablar conmigo, pero
le explique que en ese momento tenía que estar en
el festejo de mi madre, pero que si querían podía
ir cuando me desocupara. Habló con alguien y me dijo
que me esperaban, tras comentar “parece que vas para
la grande”.
“Al
llegar estaban todos los consejeros y el presidente del
Consejo de Administración, Salvador Legorreta, y
me dice: “mire, las relaciones con el director son
muy malas. Tenemos muchas sospechas, no podemos probarlo,
de que entra mucho dinero a la dirección. Lo único
que podemos ver es que cuando tenemos necesidades muy extremas,
por magia aparecen por ahí 800 ò 900 mil pesos,
por lo que no le tenemos confianza, por eso queremos que
sea el nuevo director de Excèlsior. A mi me cayo
de sorpresa y lo primero que les pregunte ¿cómo
sería la sucesión?
“A
lo que me respondieron: Sepúlveda no es director
general, fue nombrado por el consejo de administración
de Rafael de la Huerta, por lo que como Consejo de Administración
podemos sustituirlo y nombrarlo a usted. Mi primera reacción
fue pedirles tiempo para pensarlo. A los dos días
acepte.
“Reflexione
que no tenía compromisos externos ni internos. Pensé:
vengo de fuera, no estoy contaminado y tengo la posición
ideal para acercar a las partes en conflicto a muerte. Por
eso me intereso el reto, que culmino el 20 de febrero de
2004, tras un proceso muy torpe del Consejo de Administración,
porque los rumores en Excèlsior corrían, no
se ahora, instantáneamente y alertaron al director,
quien se apertrechó con sus alianzas. Fue muy difícil”.
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TRAICION
INTERNA, GRAN CAPITAL
Y COMPLICIDAD DE FOX ACABARON
CON EXCELSIOR: NAVA
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07/11/2006 |
* “A menudo me sentía como en un gran manìcomio.
Rodeado
de locos, a cual mas, pero no podía evitar
el
inquietante escalofrío de que yo debería ser
el más
loco
de todos, pues yo era el director general”…
Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
---
V Parte --- |
El
20 de febrero de 2004, José Manuel Nava asume la
dirección de Excèlsior. Confiesa: “Pensaba
que el periodico estaba en malas condiciones, pero nunca
imagine la profundidad de la crisis, el grado de descomposición
interna, de confrontación de grupos que se odiaban
a muerte, y que terminaron siendo odios irreconciliables,
pero quizá en muchos casos el panorama pudo cambiar,
ya que como dice el refrán “muerto el perro,
se acabó la rabia”. Pero la muerte del perro,
bueno no fue el perro, sino el búho fue muy traumática,
dolorosa. Cruel. Gratuita”.
Al
referirse al libro EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL, cuya presentaciòn
oficial fue el pasado 6 de noviembre en el Orfeo Català,
con los comentarios de Eduardo Luis Feher, Teodoro Renterìa
y Mario Ruiz de Chavez, Nava cita que la portada del mismo
es muy simbólica de cómo muere Excèlsior
víctima de aves de rapiña “que durante
mucho tiempo nos asecharon e impidieron levantarnos, pero
que al final de cuentas lograron su objetivo: matar a la
última cooperativa periodística de México
en contubernio con el gobierno y por supuesto ayudados por
los traidores internos, que vieron más por su beneficio
personal que por sus compañeros de trabajo y la propia
cooperativa periodística tan grande que fue Excèlsior”.
¿Cuándo
fuiste director de Excèlsior, en algún momento
quisiste “tirar las toalla”?
--
“No fíjate que no. Sólo una ocasión,
casi al final. Pero lo que sentí se resume en un
epígrafe que viene al principio del Capítulo
“GANSTER DE MEDIA NOCHE”, que dice:
“A
menudo me sentía como en un gran manìcomio.
Rodeado de locos, al cual mas, pero no podía evitar
el inquietante escalofrío de que yo debería
ser el más loco de todos, pues yo era el director
general”…
¡Si,
eso era cierto!...a veces me sentía como un loco,
¡el peor de todos!, por eso siempre seguía
adelante. Nunca pensé “tirar la toalla”,
al contrario luchaba por lograr lo que consideraba fundamental,
para lograr los acuerdos de fondo con el gobierno, el Seguro
Social y Hacienda.
“Pero”…
dice pausadamente, con mirada acusadora…
¿Ya
estaba todo cocinado?
“Sí,
ya estaba cocinado. Eso lo entendemos hoy, porque en esos
días no hubiéramos creído que existieran
intereses tan malévolos, tan bajos, como para sopilotearnos
y planear con todas las agravantes la muerte del periódico,
para quedarse con él, tragárselo, y como digo
en el libro tragarse con él, el fabuloso negocio
inmobiliario en el que paradójicamente estaba parada
una cooperativa quebrada, el cual nos hubiera salvado, pero
no pudimos porque era una serie de conflictos internos y
traiciones. Bueno tú las viviste, sabes de lo que
hablo.
“Siempre
actué de buena fe, pero en el caso de Excèlsior
peque de inocente, porque pensé que los interlocutores
del gobierno actuaban de buena fe, y no. Su actuación
fue premeditadamente cruel. Se nos permitía vivir
la agonía, pero no más. No se nos permitía
salir de ahí, porque el gobierno no querría
ser culpado, como lo culpo en este libro de haber participado
en la muerte del búho, que no fuera Hacienda quien
diera el último hachazo, sino que fuéramos
muriendo por nuestros conflictos internos. Como ocurrió,
azuzados por el gran capital y con la complicidad del Presidente
Vicente Fox.
“No
logro comprender como el gigantesco problema fiscal que
tenía Excèlsior, se solucionó en dos
semanas. Eso no se puede sin la “bendición
divina”, que es la del Presidente de la República,
y como lo vimos, jamás nos visitó a nosotros
siendo empresa de interés social, pero inmediatamente
lo hizo cuando ya era del grupo empresarial Angeles, el
18 de marzo pasado”.
Se
dice que Marta Sahagùn, la Primera Dama, compró
Excèlsior ¿fue así?
--
“Sí, se rumora mucho. Yo no puedo sustentarlo,
pero la misma actuación te dice mucho. El interés
por resolver la maraña de problemas que tenía
el periódico, no se puede sin la intervención
del Presidente, su esposa o el vicepresidente, Ramón
Muñoz. La visita de Fox fue muy sintomática
de que iba a ver qué había comprado, pero eso
son suposiciones. No se puede sustanciar. Pero, lo que sí
se puede sustentar es que esos tres factores: la traición
interna, el gran capital y la complicidad abierta del Presidente
Vicente Fox terminaron con la última cooperativa periodística
de México.
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12/11/2006 |
EXCELSIOR,
LA COPIA DE LA COPIA |
*
Imita a Reforma y El Universal
* Dejo de ser un Referente Serio
* Su Contenido, Propio de Ja Ja
Por
ELVIA ANDRADE BARAJAS
---
VI Parte ---
¿
Y, ahora cómo ves a Excèlsior?, se le pregunta
a José Manuel Nava, último director general
de esa cooperativa, comprada por el millonario Olegario Vázquez Raña, de quien se rumora insistentemente es prestanombre
de Marta Sahagùn de Fox, en la adquisición de
esa empresa periodística. |
--
“Mira, me torturan enviándomelo gratis a diario.
Ya no lo veo, la verdad. No tiene caso, es un periódico
más, intrascendente, frívolo. Cuando ves ocupando
a cinco columnas una foto de una actriz colombiana o que
el cintillo de primera plana se destine a una nota que diga
que a los hombres de Holanda les preocupa ser altos, te
das cuenta que son notas propias de “Ja Ja”,
pero ellos tienen un proyecto muy distinto al que distinguiò
y dio prestigio internacional a Excèlsior.
--“El periodismo que se hace ahora en ese diario es
muy Light. Eso antes no se aceptaba, ya que por décadas
se caracterizo por ser un periódico profundo. No
se leía. Se estudiaba. Ahora es un burdo clon, mal
hecho, ya que copiaron hasta las comillas de otros diarios
de circulación nacional, lo que es verdaderamente
vergonzoso, ya que lo hacen de forma abierta y descarada,
pero lo peor es que con tanto dinero pudieron contratar
realmente talento y no echar a perder su proyecto imitando
a la competencia (Reforma y El Universal).
¿Crees
que así, Excèlsior se reposicionará
como uno de los mejores en el mundo?
“Lo
dudo mucho. Excèlsior hubiera podido reposicionarse
como el mejor de México, e incluso como el referente
obligado a nivel internacional del periodismo latinomaricano,
pero siendo un periódico como lo fue: de contenido,
no el Light, que es ahora, que si pegó mucho con
Reforma, tanto que lo copió El Universal, pero ahora
tenemos la copia de la copia. Bueno, ellos tienen su proyecto.
Yo se les deseo el mejor de los éxitos, que bien
que tienen mucho dinero, pero no creo que tengan la preferencia
del lector mexicano, que se esta yendo por otros lados,
pero como tienen capital para resistir, ojala tengan la
visión de regresarlo a sus cauces originales, no
por algo el periódico duró 90 años
gloriosos, fundamentalmente los últimos cinco años,
en los que dio muestras de una lucha heroica que marco su
período más gloriosos.
---“No
fueron, y lo digo en el libro EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL
aquéllos 60-70 en los que el periódico sobrevivió
gracias a dádivas gubernamentales para sortear un
boicot en la iniciativa privada. Pues mira, recibir dinero
del gobierno, no es un ejemplo de libertad de expresión,
sino por el contrario y los últimos años que
libramos en Excèlsior sí lo hicimos sin ayuda,
por el contrario con un gobierno abiertamente hostil que
nos trató como si fuéramos parte de un consorcio
empresarial importantísimo y nunca nos reconoció
nuestra característica de empresa social, que no
tenía más que deudas y conflictos y siempre
encontramos la supuesta disposición del Presidente
Fox, pero nunca se resolvía nada, al contrario.
CRUELDAD
INNECESARIA
--“Pero
ahora México tiene la respuesta. Ahora sabemos por
qué el IMSS fue lanzado como punta de lanza para
agravar el conflicto interno del periódico, porque
cada vez que dejaba de firmarnos cheques, dentro de Excèlsior
temblaba, porque no había dinero y las amenazas de
no salir eran recurrentes, porque el IMSS nos tenía
a punto de no salir, porque el Seguro Social nos tenía
agarrados del cuello y no nos dejaba hasta el último
momento. Cuando tenían al pollo a punto de morir,
nos soltaban. Era cruel, pero era parte de los buitres,
porque ellos sabían que Excèlsior iba a morir.
--“Cayó
el 13 de diciembre, ya estaba “cocinado” las
negociaciones con el grupo empresarial que lo compró,
pero yo me oponía porque se compraba el periódico
con lo que nos debía a nosotros y después
fue mucho menos que eso, porque no era posible que se comprara
una institución del calibre de Excèlsior con
pasivos laborales, sin ningún beneficio para los
trabajadores.
¿Qué
opinas del maltrato a los trabajadores?
--“Fue
terrible. La humillación a los trabajadores fue espantosa
y gratuita. A mi se me mantuvo al margen. Eso debo agradecérselo
al señor Olegario Vázquez Raña, que
no me mezcló en ese maltrato, que jamás hubiera
permitido, como lo hicieron los que abrieron las puertas
al grupo empresarial. Ahora todavía me duelen casos
como el de Manuel Magaña, a quien casi le provocan
un infarto al negarle inhumanamente el acceso a su casa
de trabajo por más de 50 años.
--“Nunca
hubiera permitido la humillación de que fueron objeto
varios compañeros, entre ellos Mónica Martín,
Rafael Medina, Manuel Magaña, tú y muchos
otros, a quienes policías que no tenían idea
de lo que represaba para nosotros Excèlsior, fueran
los encargados de echarlos a la calle sin dejarles el acceso
a tomar cosas personales. Eso no lo hubiera permitido. Me
hubiera ido con todos ustedes indiscutiblemente. Me hubiera
opuesto al cambio de formato del periodico, así que
definitivo no habría sobrevivido la transición
al nuevo producto.
¿Tienes
miedo a las consecuencias que pudiera tener tu libro?
--“No,
ya estoy escribiendo. Me dieron una recepción muy
cálida en la OEM: Soy el único editorialista
que escribe todos los días de la semana, pero aprovecho
esta oportunidad, para aclarar que nada tiene que ver mi
entrada a la OEM con la edición del libro, como tu
lo sabes desde que salí de Excèlsior, el 13
de diciembre de 2005, empecé a escribirlo. Hemos
tenido algunos escollos, que atrasaron la edición
del libro EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL, nada tiene que ver
con mi entrada a la OEM, ni con el señor Mario Vázquez
Raña, quien obviamente esta enterado de la edición,
pero como un periodista profesionista y ético me
ha dejado en plena libertad de hacerlo.
Este
proyecto nació no por ardor, sino porque pensé
que era importante dejar un testimonio personal de lo que
fueron los últimos años de Excèlsior.
Su muerte a manos del capital privado e insisto de la complicidad
del gobierno federal y de personas al interior del periódico
que se beneficiaron con la compra del periódico,
que siguen adentro muy contentos.
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EXCÉLSIOR
EL ASALTO FINAL |
14/11/2006 |
Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
--- VII Parte ---
Tras lo vivido, José Manuel Nava decidió
dejar un testimonio de lo ocurrido de lo que fuera la cooperativa
periodística más importante de México
y el pasado lunes 6 de noviembre de 2006, presentó
en el Orfeó Catalá de México su libro
“EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL”, que fue analizado
y comentado por Eduardo Luis Feher, Gustavo Rentería
y el diputado priìsta Mario Ruiz de Chávez.
En su presentación, Nava dijo textualmente:
A primera vista, este trabajo parecería que solo es
de interés para un pequeño segmento de la sociedad.
Para un gremio profesional o incluso solo para quienes laboramos
en lo que fue la Cooperativa Excélsior. Sin embargo,
este es un tema que nos interesa a todos los mexicanos. |
El
trabajo es en realidad varias cosas. En primer lugar es
un testimonio personal de lo que viví como el último
director general a lo largo de los últimos anos de
la última cooperativa periodística que fue
Excélsior, Compañía Editorial, Sociedad
Cooperativa de Responsabilidad Limitada. Es un testimonio
sobre mi retorno a México luego de 21 años
de servir como Corresponsal del propio Excélsior
en la capital de Estados Unidos, del estado de la Cooperativa
en esos tiempos y de cómo llego a la dirección
y posteriormente a la dirección general de lo que
fue un gran periódico.
Narro también lo que para mí fue la época
más gloriosa de la cooperativa, cuando sin apoyo
de nadie, literalmente solos, los casi 1400 socios y trabajadores
eventuales logramos mantener a flote, sin que Excélsior
dejara de salir un solo día a pesar de que la agonía
y la muerte nos acechaban literalmente todos los días.
Fue realmente el esfuerzo heroico de los socios y de los
trabajadores no socios lo que le permitió a Excélsior
sobrevivir todo ese tiempo en condiciones realmente muy
duras.
El trabajo es, también, una denuncia. En él
figura prominentemente un epígrafe que dice “Tres
factores invencibles se confabularon en el asalto final
contra Excélsior: la traición interna, el
gran capital y la complicidad del gobierno”. La traición
interna, por supuesto, no fue contra un individuo en lo
personal, en este caso su servidor; no, la traición
interna de un pequeño grupo que buscó y logró
beneficiarse personalmente de la entrega de la cooperativa
al capital privado fue en contra de la institución
misma y en contra de 1,400 trabajadores cuyo único
patrimonio era precisamente la Cooperativa.
Pero lo que me pareció particularmente grave fue
el contubernio del gobierno del Presidente Vicente Fox en
actuar cuando menos como facilitador de este despojo en
contra de los trabajadores del auténtico Excélsior.
En un principio, por ingenuidad, por inexperiencia y porque
venia yo de un entorno político y económico
en Washington en donde las cosas no son de ninguna manera
limpias, pero se hacen de otra manera, no me percaté,
no me di cuenta de la poderosísima confabulación
de intereses que conspiraba para engullirse a Excélsior
y, con él, el fabuloso imperio inmobiliario en que
se paradójicamente se aposentaba una cooperativa
quebrada y hostigada por un gobierno no solo insensible,
sino abiertamente hostil a una empresa de carácter
social, como lo era la nuestra y determinado a transferirle
la propiedad de la empresa a amigos cercanos.
Esta, por supuesto, no es la primera ocasión en que
el gobierno federal es cómplice activo en la transferencia
de empresas, enormes en algunos casos, al capital privado.
Ha sucedido muchas veces. Pero ¿debemos de dejar
de escandalizarnos porque ello continúa sucediendo?
¿Por qué sucedió nuevamente en el presunto
gobierno del cambio? No, por supuesto que no debemos de
dejar de sentirnos agraviados, particularmente en el caso
de un gobierno que llegó prometiendo cambiar todo,
pero para que a final de cuentas todo siguiera igual…o
peor…
No se trata, por supuesto, de denostar a la empresa privada.
Por el contrario. ¿Qué sería de este
país sin la iniciativa privada y qué bueno
que haya hombres, mujeres, conglomerados que arriesgan todo
por el ideal de una empresa. Lo que considero condenable
son los oscuros contubernios para, desde el gobierno, favorecer
a amigos de presidentes y altísimos funcionarios.
La hostilidad del gobierno, impulsada por supuesto por intereses
económicos muy poderosos que tenían desde
hacía bastante tiempo los ojos puestos sobre El Búho
era evidente de muchas maneras. Confieso que en un principio,
aunque lo sospechaba, no podía aceptar la idea de
que existieran intereses tan perversos que deliberada y
consistentemente conspiraran para destruir a una empresa
de carácter social, particularmente una empresa como
Excélsior, cuyos socios y trabajadores se habían
batido muchos literalmente hasta la muerte por preservar
su patrimonio.
Hasta su deceso, los últimos años de historia
del clásico Excélsior desafían los
límites de la comprensión y de lo humanamente
tolerable. Fueron años de hambre, de desesperación
indescriptible. Muchas vidas perdidas, familias disueltas,
patrimonios perdidos irremediablemente. Fueron años
de sacrificio, repito, heroico de muchos de sus trabajadores
para continuar haciendo periodismo del bueno, y haciéndolo
sin recursos económicos, pero eso sí, con
gran talento de los muchos, muchísimos socios que
le fueron leales a la cooperativa hasta sus últimos
momentos.
Una vez consumada a venta, se desató algo que yo
llamo en el libro una campaña de limpieza étnica,
por designarlo de alguna manera, en contra de los trabajadores
del Excélsior clásico que habían sido
recontratados. Todos, prácticamente todos sin excepción,
fueron humillados, premeditadamente aislados e ignorados,
vergonzosamente corridos de la que había sido su
casa durante toda una vida. Un simle policía en la
puerta les arrancaba los gafetes y les informaba que a partir
de ese momento ya no trabajaban ahí y no podían
ingresar a las instalaciones.
Humillación gratuita, vejación innecesaria
en contra de quienes, el última instancia, trabajaron,
y lo vuelo a recalcar, heroicamente para entregar una institución
viva y trabajando tan solo para ser echados a la calle sin
ningún respeto a su dignidad y a su calidad profesional.
Los nuevos dueños veían a los trabajadores
del Excélsior clásico como simples mulas de
carga para hacer el trabajo rudo de la transición
de un gran periódico a uno más del montón;
los trabajadores del Excélsior clásico eran
vistos como piezas desechables en la conquista del Búho.
Un comportamiento realmente indigno de cualquier grupo empresarial
serio y respetable como el que se supone adquirió
Excélsior.
Lo mismo sucedió con decenas de colaboradores que
contribuían, también sin pago, a la pluralidad
que distinguía a Excélsior del resto de los
diarios nacionales. Aquí están algunos de
los más distinguidos, el propio Mario Ruiz de Chávez,
Eduardo Luis Feher, Teodoro Rentaría Arróyave,
aquí representado muy dignamente por su hijo Gustavo;
por allá veo a Simón Levy-Dabbah, Guillermo
Farber, el doctor Bernardo Tanur, en fin, toda una gama
de plumas que enriqueció a Excélsior durante
sus años más aciagos. Estoy seguro que omito
a muchos, pero no por que no sean del mismo calibre.
Todos ellos, y muchos más, trabajaron desinteresadamente
durante años por la pluralidad y grandeza de Excélsior
para al final, recibir una patada, ni siquiera una nota
de agradecimiento de los nuevos dueños de la empresa.
Si de algo sirve, si de algo vale, les transmito a todos
ustedes, a todos ellos, mi agradecimiento personal y, estoy
seguro, el de los miles de lectores que a diario los leían
en nuestras páginas de pluralidad y profesionalismo”.
A pesar de las grandes carencias, logramos nuevamente hacer
periodismo de gran impacto. Para muestra un botón.
Logramos echar para atrás una ley ya autorizada por
el Congreso y que habría gravado las prestaciones
de todos los trabajadores de México a partir del
primero de enero pasado. Si Excélsior no hubiera
hecho esa denuncia y seguido tenazmente el caso, todos nosotros
seríamos un poco más pobres para beneficio
de un gobierno gastador. O el logro de haber detenido las
obras de deformación del Paseo de la Reforma. También
gracias al asiduo seguimiento que dio el Excélsior
clásico a la deformación de la principal avenida
de México se logró la intervención
del Instituto Nacional de Antropología e Historia
y detener en Insurgentes ese espantoso espinazo del diablo
que marca ahora a la avenida entre Lieja e Insurgentes.
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16/11/2006 |
ASESINAN
A NAVA |
México,
16 Nov (Notimex).- El ex director del periódico Excélsior,
José Manuel Nava, fue asesinado a puñaladas
en su departamento de la calle de Varsovia, en la colonia
Juárez.
La
Secretaría de Seguridad Pública del Distrito
Federal (SSPDF) informó que el cadáver del periodista,
que presenta más de 30 puñaladas en el pecho
y cuello, fue descubierto por la trabajadora doméstica
al interior del inmueble marcado en el número 3 de
la calle Varsovia, interior 201.
Nava
Sánchez se separó del rotativo cuando fue adquirido
por el grupo encabezado por Olegario Vázquez Raña
e incluso habría escrito un libro sobre el cambio de
administración.
El
cuerpo fue trasladado a la Agencia del Ministerio Público
en Cuauhtémoc, donde se iniciará la averiguación
previa correspondiente. |
Así,
con una breve nota en Notimex se informó del crimen
de Nava, quien además de ser editorialista de la
Organización Editorial Mexicana (OEM) era editorialista
de este portal, y el pasado 6 de noviembre de 2006 hizo
la presentación oficial de su libro EXCELSIOR, EL
ASALTO FINAL, en el que denunció una serie de atropellos
cometidos contra los ex cooperativas de ese rotativo.
Nunca
como hoy es difícil dar una noticia tan triste. Las
lágrimas empañan la mirada. Duele profundamente
despedir así a un gran amigo, a un excelente periodista
que no merecía la muerte que le dieron.
A
estas horas, entre las 15 y 16 horas pasaba su editorial
y a través del Messenger confirmaba que hubiera llegado
bien. La última vez que platicamos fue el martes
y me comentó que quería que publicáramos
el texto integro de su libro EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL,
pero le dije que iba a ser muy pesado para el portal, a
lo que me respondió “consúltalo con
tu diseñador. Mientras yo te envió el documento
completo a más tardar el jueves, para que se empiece
a difundir el fin de semana”.
El
texto no llegó, pero si la noticia de su muerte,
que lamentamos profundamente todo el equipo de Reportajes
Metropolitanos, que enviamos un sentido pésame a
sus familiares.
Descansa
en paz querido amigo, que Dios te bendiga y que a nosotros
nos proteja.
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“PICOTAZO
MORTAL” |
17/11/2006 |
*
El Peor Enemigo de Excélsior
Estaba
en Casa: Nava Sànchez
Por JOSE MANUEL NAVA
----
VIII Parte ----
(texto
integro que leyò en el Orfeo Catala, durante la presentaciòn
de su libro EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL, 10 dìas antes
de ser asesinado)
A
pesar de todo, o tal vez por esos logros, enemigos internos
y externos trabajaban sin cesar para que El Búho no
pudiera levantarse. Tal vez, y lo dije en muchas ocasiones
en reuniones y asambleas en la Cooperativa, el peor enemigo
de Excélsior estaba en casa, lo teníamos dentro,
saboteando una rotativa prendida de alfileres que funcionaba
solo gracias al talento y entrega de trabajadores leales;
destruyendo las ya de por sí destartaladas computadoras
con las que trabajábamos, robándose desde los
focos, hasta literalmente excusados y lavabos de los baños
que no se como simplemente arrancaban de suelos y paredes
en los sanitarios y sacaban de las instalaciones sin que nadie
se diera cuenta… o bueno, eso se nos decía.
El desmantelamiento de las instalaciones de Excélsior
se dio sin que nadie, misteriosamente, se diera cuenta.
Esos enemigos internos, vendidos a quienes ambicionaban apropiarse
de Excélsior y de sus bienes inmobiliarios, entre ellos
la mejor esquina de México, la Esquina de la Información
lograron que se le diera al Búho lo que yo llamo el
“picotazo mortal” en enero de este año
2006.
|
Creo
que ese “picotazo” está dramáticamente
reflejado en el óleo de Jacqueline Juárez,
que es la portada del libro y que generosamente donó
para la publicación de este trabajo. La portada,
como pueden apreciar, muestra a una serie de buitres que
zopilotearon a Excélsior durante su larga crisis.
Algunos de ellos eran charlatanes tan cómicos como
patéticos. Recuerdo a uno de ellos, dueño
de dos o tres estanquillos de comida y que tenía
un asombroso parecido con el Pingüino de Batman, que
nos presentó una propuesta de compra escrita a mano,
en hojas arrancadas de un cuaderno de espiral y que seguramente
redactó sobre las rodillas en alguna micro camino
al periódico. Pues ese hombre logró mantener
en vilo al Consejo de Administración durante meses
cuyos miembros inexplicablemente creían que la propuesta
era seria. Otro fué un ex policía que decía
querernos comprar por una cantidad estrtosférica,
500 millones de dólares, pero que no tenía
ni para comprarse zapatos nuevos. Al final sus cheques fueron
de hule.
Uno sí contaba con los recursos económicos
y con la infraestructura para adquirir Excélsior
y con él todas sus valiosísimas propiedades.
Ese es el que, en la portada de Jacqueline Juárez,
está representado como el buitre que logra dar el
“picotazo mortal”, el que aniquila al Búho
en una operación claramente orquestada y facilitada
desde los más altos niveles del gobierno federal.
El gobierno tenía una estrategia despiadada y bien
definida. Se trataba de dejar que Excélsior se consumiera
solo en agonía. Todo tenía que parecer el
resultado natural de un deterioro constante producto de
las intrigas y pleitos internos y de sus enormes pasivos
fiscales y de su inhabilidad, propiciada en gran parte por
el propio gobierno, para hacer frente a sus gastos más
elementales como la compra de papel, tintas y otros insumos
fundamentales para la producción del diario y, a
veces, cuando se podía, pagar una mísera “ayuda
de nómina”, como se le llamaba, a socios y
trabajadores de apenas 700 pesos semanales. Eso, claro,
cuando se podía… y muchas, muchas veces ni
eso se podía. Al final, la muerte del Excélsior
clásico fue efectivamente producto de sus conflictos
e intrigas internas, pero con mucha ayuda del exterior.
A mí, como director, me parecía extremadamente
sospechoso que por más que trabajáramos con
el gobierno para llegar a acuerdos que abordaran la problemática
de fondo de la empresa, nunca, jamás, se pudo aterrizar
uno solo de esos acuerdos, aunque fuera el más pequeño
de ellos. Siempre, invariablemente, surgía un obstáculo
de último minuto que echaba todo abajo. Una revuelta
interna de quienes se empeñaron en destruir a la
cooperativa, una extraña complicación técnica,
incumplimientos de los miembros del Consejo de Administración,
siempre nos fue imposible entablar una negociación
seria y fructífera con el gobierno federal.
La problemática del periódico era complejísima.
Aparte de nuestros pasivos laborales, que ascendían
a más de 150 millones de pesos, teníamos pasivos
fiscales con la Secretaría de Hacienda que excedían
los 3,000 millones de pesos; pasivos con el Seguro Social
que también excedían los 50 millones de pesos,
pasivos con el Infonavit que se acercaban a los 10 millones.
Es decir, una deuda tan solo con el gobierno federal, que
excedía el valor total de la empresa. La reacción
de los funcionarios con los que abordamos esta problemática
tan compleja, como de urgente solución, era por decirlo
en términos blandos, de indiferencia, displicente,
sin ninguna voluntad real de tenderle la mano a una empresa
de interés social.
Que diferente fue su reacción, su colaboración,
cuando la Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada
se convirtió en Sociedad Anónima. Ya en manos
del gran capital, los pasivos fiscales parecieron evaporarse
como por arte de magia en su enorme mayoría. Al Seguro
Social se le pagó una fracción de lo que se
le debía en realidad y en cuestión de menos
de dos semanas, la problemática que durante años
nos atormentó y para el gobierno había sido
irresoluble, pasmosamente se resolvió. El propio
secretario de Hacienda lo dijo en una ocasión. “De
Excélsior ni me hablen, ese problema no tiene solución”.
Pero era irresoluble tratándose de nosotros, los
trabajadores de una empresa de interés social. Para
nosotros, las puertas del gobierno federal estaban cerradas
a piedra y lodo. Para el gran capital, les fueron abiertas
de par en par y con alfombra roja.
Las condiciones en que se da la transferencia de la propiedad
de Excélsior al Grupo Empresarial Ángeles,
propietaria del Grupo Imagen el que absorbió Excélsior,
evidencian una cercanía cuando menos inusual, nebulosa,
opaca, con la llamada pareja presidencial. Este tipo de
operaciones simple y sencillamente no prosperan sin la bendición
de la Presidencia de la República. La operación,
por cierto, ha sido ya denunciada en tribunales por un grupo
de cooperativistas convencidos de que fuimos víctimas
de venta fraudulenta.
***
Recuerdo
que en 2004, invité al presidente Fox a que visitara
las instalaciones de Excélsior en ocasión
de nuestro aniversario el 18 de marzo, pero la respuesta
de Los Pinos fue un tajante e inmediato no. Me explicó
el entonces secretario particular y vocero del presidente,
Alfonso Durazo, que Fox no podía visitar Excélsior
sin comprometerse a visitar todas las sedes de los periódicos
en cuando menos la Ciudad de México. Confieso que
me sentía un poco incómodo de invitar al Presidente
de la República a nuestras instalaciones que estaban
tan deterioradas después de muchos años sin
mantenimiento y de sabotaje de nuestros enemigos internos.
Los pasillos lucían lúgubres a media luz;
muchas de las áreas de trabajo, particularmente en
la zona de talleres, estaban simplemente a oscuras porque
no teníamos para comprar miles de focos que simple
y sencillamente desaparecían cada vez que se cambiaban.
El mobiliario hubiera muy bien podido servir como leña
–y recuerdo que así lo describió el
dueño del Grupo Empresarial Ángeles-, simple
y sencillamente leña. El equipo de cómputo
eran piezas de museo. En fin, no era el recinto más
digno para la visita de un Presidente de la República.
Sin embargo, pensé que tal vez viendo las condiciones
en que operábamos, en que producíamos un buen
periódico, el Presidente se sensibilizaría
ante nuestra terriblemente difícil situación
y ordenaría que el propio gobierno dejara de apretarnos
el cuello sin ahorcarnos totalmente, pero sí lo suficientemente
fuerte como para apenas permitirnos respirar y a veces,
ni eso. Pienso que esa era la mayor de las crueldades: llevarnos
al borde de la muerte y después dejarte en agonía.
Y el ciclo se repetía constantemente.
Sin embargo, poco más de un mes después de
que Excélsior, o el Nuevo Excélsior, como
se le llama ahora pasara a manos del capital privado, el
Presidente Fox y su esposa visitaron las instalaciones sin
sentirse de ninguna manera obligados a visitar las de otro
diario. Recuerdo que uno de los trabajadores bromeo al decir
que tanto Fox como su esposa habían ido a ver lo
que habían comprado. ¿Bromeó realmente?
Quien sabe.
***
El
Seguro Social, esa magnifica institución sin lugar
a dudas con que contamos los mexicanos, fue el elegido obvio
para desencadenar el brutal hostigamiento contra la cooperativa.
Nunca renegamos de nuestras deudas, pero era el propio Seguro
Social el que no nos permitía allegarnos los recursos
necesarios para poder pagar, cuando menos parcialmente,
nuestros retrasos con el Instituto. Se ordenó una
agresiva intervención a la Caja General que literalmente
nos ahogaba. Los viernes eran una verdadera pesadilla, ya
que el interventor del Seguro Social, quien tenía
que autorizar todos los egresos de la caja y pagos de insumos,
simplemente desaparecía. Vivíamos, o mejor
dicho agonizábamos, al día y nuestro proveedor
de papel nos exigía todos los viernes pago por adelantado
del papel necesario para tirar el diario durante tres días.
En no pocas ocasiones estuvimos a punto, a minutos de no
salir porque con los camiones cargados con los rollos de
papel esperando fuera del periódico, el interventor
del Seguro Social no aparecía y sin su firma, evidentemente,
no se nos aceptaba un cheque. La angustia era verdaderamente
feroz.
La intervención del Seguro Social tenía otro
efecto particularmente insidioso, que era el de agudizar
los conflictos y las tensiones internas con el consecuente
agravamiento de la imposibilidad de controlar una empresa
de esas dimensiones. La desesperación de muchos trabajadores
y trabajadores de los buenos y leales a la institución
llegaba a tales extremos de exigir el cierre definitivo
del periódico, de declararse recurrentemente en paro
y hasta de llegar a las agresiones físicas entre
grupos rivales al interior de la cooperativa.
En su designio por hostigar a Excélsior, el Seguro
Social llegó al extremo criminal de girar oficios
a todos los clientes del periódico prohibiéndoles
que se hicieran pagos a la cooperativa y que esos pagos
se hicieran directamente al Instituto. Ya no me cabía
la menor duda. La intención del gobierno era evidente.
Fue entonces cuando decidí apelar directamente al
Presidente Fox y con el pretexto de una entrevista, la primera
por cierto que concedía un Jefe del Ejecutivo a Excélsior
en más de una década, le planteé directamente
y con todo detalle la crisis del periódico y su dramático
aspecto humano. A bordo del avión presidencial, en
un vuelo de Guadalajara a la Ciudad de México en
septiembre del año pasado, platiqué privadamente
con el Presidente Fox y sin rodeos le dije que no debía
permitir que fuera su gobierno el que diera la estocada
final a una institución de repercusión nacional
como era Excélsior.
Fox escuchó la exposición con mucha atención
y no dudó en llamar a su vocero, el doctor Rubén
Aguilar, para encargarle que se le diera atención
al problema de Excélsior al más alto nivel.
-Quiero que Carlos –dijo refiriéndose al secretario
de Gobernación, Carlos Abascal-, le entre al problema
de Excélsior. Y que lo haga ya.
En un par de días se arregló una entrevista
formal con el secretario Abascal. Parecía que al
fin habría luz al final del túnel, pero no
fue así. Para mi enorme sorpresa, me encontré
con un funcionario hostil, áspero, sin ningún
interés real por llegar al fondo del problema financiero
y fiscal de Excélsior. Sí, no puedo negarlo,
me escuchó durante largo tiempo sin una sola reacción
en su rostro. Temía, como sucedió, que mis
palabras estaban cayendo en oídos sordos. Evidentemente
no existe un sordo más sordo que el que no quiere
escuchar y el secretario Abascal no quería oír
de nuestros problemas.
-¿Qué crees que dirán si te salvamos
el periódico comprándoles publicidad?, me
inquirió el secretario.
-¿Qué cree que dirán, señor
secretario, si el gobierno promueve la desaparición
de una institución como Excélsior?, le respondí.
La reunión con el secretario Abascal concluyó
sin ningún resultado concreto. Ahora sabemos por
qué. Los planes eran ciertamente otros.
Al interior de la cooperativa, por supuesto, las cosas no
mejoraban. Muy por el contrario. Las intrigas y los rumores
crecían día con día hasta que apareció
un personaje que había ocupado la jefatura de información
que ofreció comprar, y recalco comprar, la subdirección
de Excélsior. La idea de la compra-venta de un puesto
directivo en Excélsior, por cierto por ese mismo
individuo, había flotado con anterioridad, pero fue
evidentemente desechada porque los puestos no se compran.
Pero esta misma persona, en complicidad con un grupo de
parientes que también trabajaban en la cooperativa,
volvió a hacer el ofrecimiento de comprar la subdirección
del diario por cuatro millones de pesos. Visitaba el área
de Talleres a altas horas de la noche para tratar de convencer,
como al final lo hizo, que él podía allegar
al periódico los recursos necesarios para que todos
cobraran.
Se acercaba una fecha particularmente peligrosa, que era
Navidad, y la caja del periódico no tenía
para cubrir el aguinaldo. Este personaje prometió
que aparte de los cuatro millones de pesos que pagaría
para que lo nombraran subdirector, él conseguiría
fondos para pagar el aguinaldo.
Y es con ese argumento con el que se cocina la traición
final contra la Cooperativa Excélsior. El Consejo
de Administración, sin consultarlo con la Dirección
General como ordenaban las bases, aceptó la oferta
de compra de la subdirección del periódico
por esos cuatro millones de pesos.
El viernes 9 de diciembre del años pasado, en una
junta con socios y trabajadores no socios, que nosotros
llamábamos juntas informativas, el presidente del
Consejo de Administración, Armando Heredia Suárez,
hizo el anuncio estando yo presente y sin saber absolutamente
nada del plan de venta de una plaza directiva. Dijo que
el Consejo de Administración había decidido
aceptar cuatro millones de pesos por ese puesto y hasta
con facilidades de pago. Se recibirían dos millones
de pesos a mediados de diciembre y los restantes dos millones
de pesos hacia finales de enero.
Yo escuchaba incrédulo que el Consejo de Administración
hubiera caído en una práctica tan baja como
la venta de plazas, pero eso sería parte del plan
de remover al Director General porque yo no aceptaba con
entusiasmo la venta del periódico, sino que creía
que teníamos los recursos humanos y el compromiso
de socios para sacar al periódico adelante, particularmente
si aprovechábamos la inminente campaña política
para reposicionar la credibilidad del periódico.
La credibilidad de Excélsior quedó hecha pedazos
seis años atrás cuando fue literal y abiertamente
entregado al entonces candidato del partido oficial, es
decir, al establecimiento político derrotado en el
2000.
Yo estaba firmemente convencido de que esa era nuestra oportunidad
de oro para consolidar el reposicionamiento del periódico
y conservar nuestro patrimonio, pero eso era algo que no
se me iba a permitir hacer.
Sabía perfectamente que la venta de la subdirección
resultaría ser un fraude redondo, como lo fue. El
aspirante a la subdirección nunca pagó ni
un solo centavo y apareció en el directorio con el
puesto de subdirector solo unos cuantos días. El
periódico estaba siendo manejado como la miscelánea
de la esquina para acelerar el punto de quiebre.
En esa misma reunión del 9 de diciembre le pregunté
privadamente al presidente del Consejo si la decisión
que acababa de anunciar era firme y respondió que
sí, que el nuevo subdirector tomaría posesión
el miércoles siguiente, es decir, el 14 de diciembre,
una vez que diera su enganche de dos millones de pesos.
Indignado, le pedí que nos reuniéramos en
sesión de Consejo una vez terminada la junta informativa.
En esas condiciones, no dudé un instante en decidir
renunciar a la Dirección General.
En la reunión de Consejo expuse que ética
y moralmente no podía aceptar la venta de una plaza
directiva en Excélsior, algo que jamás sucedió
en la institución y que aun menos podía aceptar
que se manipulara y jugara con la necesidad de los trabajadores
porque como lo sospechaba y en efecto sucedió, esos
recursos jamás llegarían a la caja del periódico.
Además, alguien presuntamente dispuesto a pagar cuatro
millones de pesos por un puesto es porque va con la intención
de lucrar con esa posición, es obvio.
Presenté entonces mi renuncia a la Dirección
General, que era evidentemente el objetivo del presidente
del Consejo, pero los consejeros me pidieron reconsiderar
por el bien de la institución. Les pedí 24
horas para reflexionar y nos reunimos de nuevo el sábado
10. En esa junta acepté continuar al frente de la
Dirección General con la condición expresa
de que se respetaran las bases de la cooperativa y el reglamento
de trabajo y que nadie usurpara las funciones de otros,
como las había usurpado el Consejo al nombrar a un
subdirector sin el conocimiento y consentimiento del director
general.
Se me pidió reunirme con quien sería el subdirector
y dije que lo haría una vez que pagara el enganche
de dos millones de pesos, algo que sabía perfectamente
no sucedería. Inmediatamente se propagaron rumores
en el sentido de que yo bloquearía al aspirante a
subdirector en su colecta de fondos y que pediría
a todos los gobernadores del país que no lo ayudaran.
Cuánto crédito me daban. Como si yo, aún
siendo Director General de Excélsior, hubiera podido
tomar el teléfono y simplemente ordenarles a 31 gobernadores
que cerraran sus carteras cuando este señor los visitara.
Y hacer todo eso en apenas tres días hubiera sido
doble hazaña.
La realidad es que ya se sabía que esos recursos
nunca llegarían, pero existía el compromiso
contraído por el presidente del Consejo con los trabajadores
de repartir los cuatro millones entre todos. El martes 13,
cabalístico el día, ya tarde por la noche
y a unas horas de que se tuvieran que desembolsar los primeros
dos millones de pesos, que por supuesto no habían
ingresado a la caja del periódico, el presidente
del Consejo se vio atrapado en su propia trampa. La gente
demandaba el pago y él tenía que salvar el
pellejo.
El presidente del Consejo se comunicó telefónicamente
conmigo para pedirme que fuera al periódico a hablar
con la gente porque no querían trabajar y a entrevistarme
con el aspirante a subdirector. Yo me negué rotundamente
y le hice notar que ese asunto lo había originado
él con el apoyo y conocimiento del gerente general
y que por lo tanto afrontaran ellos su responsabilidad.
La respuesta fue la clausura totalmente ilegal de la Dirección
General y la remoción, también ilegal, del
nombre del director general del directorio del diario. Ese
martes 13 de diciembre de 2005 el camino quedó libre
para el asalto final.
Muchas gracias.
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28/11/2006 |
COOPERATIVISTAS
DE EXCELSIOR EXIGEN
ESCLARECER EL CRIMEN DE SU DIRECTOR |
*
Que se Investigue a Quienes
Denuncia
en su Libro
Cooperativistas del antes prestigiado periódico Excèlsior,
realizaron ayer un bloqueo en la capital del país,
para exigir a las autoridades judiciales el esclarecimiento
del asesinato del ex director del periódico Excèlsior,
José Manuel Nava Sánchez, y que se cite a
declarar a todos los personajes que el ahora occiso menciona
en el libro EXCELSIOR, EL ASALTO FINAL, en el que detalla
los pormenores sobre la supuesta ilegalidad de la operación
de compra venta del diario.
Los
demandantes, se presentaron el viernes 24 de noviembre en
las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia
del Distrito Federal (PGJDF), para exigir sean investigados
Regino Díaz Redondo, ex presidente y director general
de Excèlsior; José Andrés Barrenechea,
ex director general; Olegario Vázquez Raña,
presidente de Excèlsior; Armando Heredia Suárez,
director de Producción de Excèlsior; Javier
de Anda Herrera, encargado de la disolución de la
Cooperativa Excèlsior; Alfredo Camacho Olivares,
Claudio Olivera, Elías Huerta Pshinas, y otros del
gobierno federal, que Nava Sánchez cita en su documento.
En
un escrito entregado al Ministerio Público, que lleva
las investigaciones del crimen ocurrido el 16 de noviembre
pasado, los demandantes señalan que “José
Manuel Nava Sánchez se llevó a la tumba muchos
secretos de la operación de compra venta de Excelsior,
sin embargo logró contar su historia, pero le faltó
tocar la perversidad de su actuación”.
Por
ello, piden a la PGJDF acelere las investigaciones del asunto,
ya que existe la probabilidad de que la muerte del ex director
del periódico esté ligada a la publicación
del mencionado libro.
Citan
textualmente “no aceptar la compra venta del periódico,
operación que posiblemente, y eso le toca investigar
a la Procuraduría, podría involucrar el homicidio
de Nava Sánchez”.
Por
su parte, el procurador capitalino, Bernardo Batiz, informó
que ya se cuenta con el retrato hablado del asesino de Nava
y que en cualquier momento puede ser detenido.
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24/11/2006 |
CIDH
REPUDIA ASESINATOS
DE NAVA Y TAMAYO |
Washington, D.C., 21 de noviembre de 2006. La Relatoría
Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA deplora
los asesinatos de dos periodistas perpetrados en México
en las últimas semanas. La Relatoría Especial
insta a las autoridades mexicanas a investigar estos hechos
de manera rápida y eficaz para que se sancione debidamente
a sus responsables y se determine si estos crímenes
estuvieron relacionados con el ejercicio de la actividad
periodística.
El 10 de noviembre fue encontrado el cuerpo de Misael Tamayo
Hernández, director del periódico Despertar
de la Costa, en un motel en la ciudad de Zihuatanejo, Estado
de Guerrero, con las manos atadas en la espalda y heridas
en el antebrazo y la mano. El periodista habría recibido
amenazas de muerte tras publicar noticias sobre el narcotráfico,
el crimen organizado y corrupción en el gobierno
local.
El 16 de noviembre fue encontrado el cuerpo de José
Manuel Nava Sánchez, ex director del periódico
Excélsior, en su domicilio en Ciudad de México,
con heridas de arma blanca. El periodista escribía
una columna en el periódico El Sol de México
y el 6 de noviembre había presentado su libro Excélsior,
el asalto final, donde criticó presuntas irregularidades
en la venta del periódico.
Previamente fueron asesinados este año en México
los periodistas Jaime Arturo Olvera Bravo (el 9 de marzo
en Michoacán), Ramiro Téllez Contreras (el
10 de marzo en Tamaulipas), Enrique Perea Quintanilla (el
9 de agosto en Chihuahua), y Bradley Ronald Hill (el 27
de octubre en Oaxaca). Además, el periodista Rafael
Ortiz Martínez desapareció el 8 de julio en
Coahuila.
El Relator Especial para la Libertad de Expresión,
Ignacio J. Álvarez, dijo que “la voluntad política
de los Estados de investigar adecuadamente los crímenes
contra periodistas y el inicio inmediato y serio de las
respectivas investigaciones son factores fundamentales para
la efectividad de los procesos internos. La falta de una
investigación efectiva puede hacer a los Estados
incurrir en responsabilidad internacional determinada por
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos”.
La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión
recuerda que conforme a la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, los Estados tienen el deber de prevenir,
investigar y sancionar toda violación de los derechos
allí reconocidos. El Principio 9 de la Declaración
de Principios sobre la Libertad de Expresión de la
CIDH señala que “el asesinato, secuestro, intimidación,
amenaza a los comunicadores sociales, así como la
destrucción material de los medios de comunicación,
viola los derechos fundamentales de las personas y coarta
severamente la libertad de expresión. Es deber de
los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar
a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación
adecuada”.
Para mayor información sobre la Relatoría:
http://www.cidh.org/relatoria
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ALTO
A LOS CRIMENES
DE REPORTEROS: FIP
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23/11/2006 |
Por
MARIA CALCAGNO
A
ocho días del asesinato de José Manuel Nava
Sánchez, último director general de Excèlsior,
la Federación Internacional de Periodistas y la Asociación
Reporteros sin Fronteras hicieron un llamado al gobierno mexicano
para que esclarezca este crimen y brinde protección
a los trabajadores de medios de comunicación, así
como que se realice una investigación objetiva sobre
su muerte y que se informen los móviles que provocaron
su deceso, además de que se otorgue garantías
a todos los periodistas involucrados en la edición
y difusión del libro EXCELSIOR, EL ULTIMO ASALTO, ya
que de ocurrir un atentado más, será evidente
el móvil del crimen del destacado comunicador.
El
cuerpo del Nava Sánchez fue encontrado muerto a las
9 de la mañana en su departamento por la señora
de la limpieza. De acuerdo con la investigación preliminar,
no hay indicios de que entraran a robar o asaltar.
Nava
es el tercer periodista asesinado en los últimos 21
días.
El
10 de noviembre, encontraron muerto en una habitación
de hotel en Zihuatanejo a Misael Tamayo Hernández,
editor de El Despertar de la Costa.
Encontraron
su cuerpo casi desnudo, boca abajo con las manas atadas a
la espalda y cubierto con una sabana. La policía encontró
tres heridas hechas con un objeto punzo cortante en su cuerpo,
una en la mano derecha y otras dos en el antebrazo. El forense
explicó que la causa de su muere fue un paro cardiaco.
Tamayo
Hernández, que gozaba de credibilidad en el diario
local, publicó un artículo el jueves pasado,
en el que afirmaba que los funcionarios en esta ciudad otorgaban
descuentos ilegales en el servicio de agua a particulares
y empresas. La misma edición también contenía
artículos sobre el crimen organizado.
El
28 de octubre, Bradly Will, un periodista freelance que radicaba
en Nueva York, fue una de las tres personas a las que mataron
cuando un grupo de hombres armados disparó contra manifestantes
durante una marcha en la ciudad de Oaxaca, en México.
Will
era un corresponsal de IndyMedia en México. Se dice
que paramilitares vestidos de civil dispararon contra los
manifestantes. Will recibió un disparo en el abdomen
y murió en el hospital de la Cruz Roja, también
murieron otros dos. El fotógrafo de Will, Oswaldo Ramírez
estuvo entre los heridos.
Aidan
White, Secretario General de la FIP, declaró: “los
casos recientes de ataques contra periodistas dejan claro
que México debe hacer más para proteger a los
periodistas y poner fin a la impunidad. Esperamos una investigación
completa de los tres casos y que las personas responsables
de la muerte de nuestros colegas sean castigadas.”
Para
mayor información comuníquese con la FIP al
teléfono 32 2 235 2207
La FIP representa a más de 500,000 periodistas en más
de 100 países en el mundo.
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23/11/2006 |
ADIOS
JOSÉ MANUEL |
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Luis
Feher, Gustavo Renterìa Villa y Mario Ruiz de
Chàvez, acompañaron a Josè Manuel
Nava en la presentaciòn de su libro en el Orfeo
Català de Mèxico, el 6 de noviembre pasado,
10 dìas antes de su asesinato. En esa ocasiòn,
Nava llevaba a la altura del corazòn un fistòn
con el buhò de Excèlsior.
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Gustavo
Rentería
Se
nos adelantó José Manuel Nava, y lamentamos
todavía más la forma de su muerte. El fue
el último director general de la cooperativa Excelsior.
Fue un gran periodista, un verdadero defensor de nuestra
lengua y sobre todo un gran amigo. Nava me concedió
una entrevista en su departamento, el jueves 2 de noviembre,
para hablar de su libro "Excelsior, el asalto final"
y el 6 tuve el honor de presentar el libro en el Orfeó
Catalá.
El día 7 me habló por teléfono para
agradecerme mis palabras, y nos quedamos de hablar para
ir a comer. Ya no comeré con él, pero nos
quedamos con el recuerdo de un gran reportero y un inmejorable
amigo.
Que
descanse en paz.
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ENTREVISTA
(publicada en la revista SIEMPRE, cuatro días antes
de su asesinato)
José
Manuel Nava/Ultimo director del Periódico de la Vida
Nacional
Traidores internos, gobierno y prestanombres acabaron con
Excélsior
Por:
Gustavo Rentería
*
Cuando Nava lograba una plana de
publicidad
para el diario, misteriosamente
la
negociación se iba al cesto de la basura.
La
contraportada del libro El asalto final, de José
Manuel Nava, el último director general de la cooperativa
Excélsior, asegura que la estocada mortal contra
el Periódico de la Vida Nacional la asestaron, confabulados,
compañeros traidores, el gobierno de la República
y millonarios prestanombres.
Hace
unos días, en su departamento, en pleno Paseo de
la Reforma, a una cuadra del Angel de la Independencia,
recibió a Siempre! para charlar en torno al texto
editado por Edamex, empresa de la familia Colmenares.
“Excélsior
fue la catedral del periodismo mexicano, un verdadero pilar
de la comunicación nacional. Don Julio Scherer fue
quien me invitó a participar en las páginas
del diario”.
“El
Periódico de la vida Nacional tiene una historia
bastante tormentosa desde sus inicios. Lo fundó Rafael
Alducin con una idea altruista, para darle a México
un medio de información veraz y oportuno. Y su nombre
lo dice todo: excélsior, es decir, excelso, lo mejor”.
“A
través de los años, el diario sufrió
crisis recurrentes. Recordemos la intervención del
gobierno en 1938. Lo salvó el gobierno haciéndolo
una cooperativa. Llegó a ser una cooperativa poderosísima.
Era el único periódico que cada seis meses
regalaba casas y automóviles en sus tradicionales
campañas de suscripción”.
Con
tristeza, el entrevistado de esta semana nos relata que
en 1976 tiró a Julio Scherer un grupúsculo
encabezado por Regino Díaz Redondo, quien tomó
el control del rotativo y no dejó el poder hasta
24 años después. “Fue una época
gris, diríamos negra del periodismo nacional”.
“La
cooperativa logró propiedades no solamente en la
ciudad de México, sino prácticamente en todo
el país. Y edificó la Esquina de la Información,
edificio que en su proyecto original tendría 27 pisos”.
“Excélsior
llegó a tener mil 400 trabajadores, cuando en la
actualidad, para editar el diario, únicamente se
requería un máximo de 350. El diario logró
la mayor circulación en nuestro país. El nuevo
Excélsior, como le llaman, tiene muy pocos suscriptores
y se regala por doquier”.
Trayectoria
El
autor de El asalto final fue corresponsal en Washington
por 21 años. Y llegó a ser el decano de los
periodistas en la Casa Blanca, junto con Yolanda Sánchez,
de Televisa. Es recordado en el gremio por sus entrevistas
a los presidentes Ronald Reagan, George Bush padre, William
Clinton y por sus crónicas en el Air Force One y
sus charlas con autoridades de primer nivel de la Unión
Americana.
Concluyó
su misión periodística en la capital norteamericana
poco antes de la invasión de Irak: el 28 de noviembre
del 2002, día de Acción de Gracias. Y produjo
su primer libro: el Vortex del Mal, que es una selecta colección
de notas que tomó a lo largo de varios años
y que desnuda a un grupo “muy radical de locos, de
desfasados de la realidad”. La agenda que ellos tenían
era muy específica, y era la de asegurar y garantizar
la preeminencia económica, política y militar
de Estados Unidos durante el siglo XXI.
La
madre de José Manuel, sin duda, es sabia. Cuando
le ofrecieron a Nava la dirección de Excélsior,
ella le dijo: “O eres muy valiente o eres muy inocente”.
¡Y vaya si tenía razón! El propio Nava
asegura que le ofrecieron la dirección porque él
estaba fuera de la grilla. La grilla fea que se vivía
en México. El, por descontaminado, se convirtió
en agente catalizador. Cuando José Manuel tomó
el control de la redacción y los talleres, el diario
no tenía ni focos para alumbrar las estaciones de
trabajo de los reporteros. Además de que los trabajadores
dejaron de cobrar hasta 39 meses. ¡Imaginen en qué
condiciones estaba el periódico! Después de
varias semanas de haber asumido el control del diario, Nava
abrió las puertas de la Dirección y encontró
un verdadero basurero. Y, por si hubiera sido poco, una
docena de botellas de licor vacías.
Le
preguntamos a Nava quiénes fueron los cooperativistas
traidores. Nos contestó que a la cabeza de este clan
estuvo el presidente del Consejo de Administración,
Armando Heredia Suárez. Y en segundo lugar el gerente
general, Javier de Anda. “Ellos cedieron a la presión
de los compañeros de talleres, los más aguerrido
y combativos, y llegaron a la desfachatez de vender la subdirección
del diario en cuatro millones de pesos”.
Nava
detalla que el gobierno de México, el gobierno de
Fox, estuvo confabulado en la compraventa de Excélsior.
José Manuel asegura que se trató, durante
dos años, de llegar a un acuerdo de fondo con la
administración del cambio, porque la cooperativa
tenía problemas muy grandes con el Seguro Social
y con la Secretaría de Hacienda.
Ordenes
de Fox
En
las páginas de El asalto final, Nava platica un vuelo
en el TP 01 de Guadalajara a la ciudad de México.
Dijo el entonces director general de Excélsior: “Señor
Presidente: es muy importante que no se vea que es el gobierno
el que nos está matando; que no sea su gobierno el
que mate a Excélsior”. En ese momento, el titular
del Ejecutivo mandó llamar a su vocero, el doctor
Rubén Aguilar, y le dijo: “Quiero que Carlos
(se refería a Abascal Carranza) se haga cargo inmediatamente
de este problema”. Al llegar a tierra, Nava se puso
en contacto con el secretario de Gobernación, y días
después lo vio. Sin embargo, se encontró nuevamente
con una actitud negativa, muy displiscente, muy poco dispuesta
a ayudar. Y esto a pesar de que eran instrucciones directas
del Presidente de la República.
Cuando
Nava —dice él mismo— lograba una plana
de publicidad para el diario, misteriosamente la negociación
se iba al cesto de la basura. Vale la pena subrayar —así
lo dice y lo relata en el libro— que el presidente
Fox nunca quiso visitar las instalaciones del Excélsior.
La respuesta oficial a las múltiples invitaciones
era que si visitaba el periódico tendría que
visitar todos los medios de comunicación. Sin embargo,
en enero, con los nuevos dueños, Fox y su señora
esposa visitaron la Esquina de la Información.
A
lo largo de las más de 202 páginas del libro
se relata el primer encuentro, en las oficinas de Olegario
Vázquez Raña, entre Nava y el nuevo dueño
del rotativo.
“Me
citó en su oficina del decimoquinto piso del Hospital
Angeles del Pedregal. Me recibió afectuoso, sonriente
y con un buen apretón de manos. De pronto sonó
su celular (don Olegario no usa secretaria para contestar
su teléfono móvil). Y por lo que decía
el dueño del diario, deduje que se trataba de un
amigo cercano. Esta fue más o menos la conversación:
“Qué
tal hermano. ¿Cómo estás? ¿Qué
es lo que te pasa? ¿Necesitas una ambulancia o un
helicóptero? Dime lo que requieras, cualquier cosa.
¿No? Entonces vente acá, al hospital. Aquí
te atendemos como VIP”.
Vázquez
Raña concluyó la llamada. Volteó hacia
mí. Y con una casi imperceptible sonrisa en los labios,
me dijo: “Mira, José Manuel. Aquí atendemos
a todos los amigos que necesitan servicios médicos.
Les damos todo. Y salen sanos. Pero, eso sí, salen
pobres”.
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EXCELSIOR,
UNA PRIVATIZACION. UN CRIMEN |
22/11/2006 |
Por:
Julio Pomar (especial para ARGENPRESS.info)
Fecha
publicación:20/11/2006
El
periodista José Manuel Nava Sánchez fue asesinado
la noche del miércoles 15 de este mes. El crimen ocurrió
en circunstancias sumamente sospechosas, ya que lo que aparece
a primera vista como un crimen pasional, puede ser sólo
el encubrimiento de algo muchísimo más turbio,
pues en esos días el periodista había dado a
conocer su libro “Excélsior, el asalto final”.
En
este libro José Manuel Nava denuncia la conjura entre
el gobierno de Fox, cooperativistas traidores del interior
de Excélsior y poderosos intereses privados externos,
que se urdió durante 5 años contra la sociedad
cooperativa que editó durante casi 90 años de
existencia el más importante periódico mexicano
del siglo XX, conjura que culminó el 23 de enero de
2006 con la supuesta disolución de la cooperativa y
la compra de sus activos por el magnate de los hospitales
privados y del comercio de la nitroglicerina, componente de
explosivos, así como directivo de la Cruz Roja Mexicana,
Olegario Vázquez Raña.
Desde
que se conoció la terrible noticia en la mañana
del jueves 16, se abrieron dos perspectivas de explicación:
(1) se trató de un crimen pasional, y (2) fue una represalia
contra quien en su libro denunció esa conjura, aunque
Nava no aporta elementos muy precisos --que debió conocer--
de quiénes fueron los autores reales del asalto final
a Excélsior en tanto que sociedad cooperativa, no obstante
lo cual dejó indicios certeros de los intereses que
se abalanzaron a la compra del diario y su despojo a los trabajadores,
hasta entonces propietarios colectivos de la empresa. Con
este asalto, encubierto en forma de transacción comercial
normal, pero que a la luz de las revelaciones del libro puede
calificarse como despojo, queda la percepción de que
culmina así un proceso de privatización de empresas
sociales en los medios de comunicación, ya que el diario
La Prensa (cooperativa) también sufrió el mismo
embate por parte de intereses privados desde la época
de Salinas y Zedillo, y la cooperativa que edita el diario
El Día vive, desde la muerte en 1980 de su fundador,
Enrique Ramírez y Ramírez, una crisis periodística,
política y económica que virtualmente lo tiene
en la agonía y para efectos prácticos El Día
ya desapareció.
Al
margen de las causas concretas del crimen contra José
Manuel Nava, quien periodísticamente tuvo un desempeño
muy meritorio en su experiencia profesional de varias décadas,
y cuyas causas y autor o autores deben ser plenamente investigadas
y aclaradas, y no quedar impunes como en los 26 casos anteriores
de asesinatos de periodistas en el sexenio del supuesto “cambio”
de Fox, la privatización de hace casi un año
del diario Excélsior supone que “las fuerzas
del mercado libre” --tanto en el mundo como en México--
han ido avanzando, por la buena o por la mala, en su designio
de enajenar la opinión libre de los periodistas y,
por ende, de la sociedad, para trasladarla a intereses no
comprometidos con la verdad ni con la lucha de los pueblos
(privatización de Excélsior que, entre paréntesis,
fue la causa de que el autor de esta columna dejara de escribir
para ese diario, tras seis años de colaborar en sus
páginas).
El
hecho de que las primeras averiguaciones de este crimen hayan
dado por sentado que el móvil no fue el robo, ya que
el cuerpo sin vida de Nava fue encontrado el jueves 16 en
su propia casa, apuñalado, sin que aparentemente hubiera
sido el hurto lo que movió a su autor o autores al
asesinato, se desfigura cuando de esa misma primera observación
policial se desprende que le fueron sustraídos la computadora
portatil y el teléfono celular, lo que indicaría
que hay algo más en el atentado contra la vida del
colega, que un simple crimen pasional. Las denuncias de Nava
que él mismo calificó como “asalto a Excélsior”,
deben mover a una pesquisa a fondo, ya que en ambos aparatos
electrónicos pueden existir archivos o direcciones
que pudieran abrir líneas de investigación.
Excélsior
vivió una pesadilla desde que en octubre del 2000 fue
expulsado de la cooperativa y de la dirección del diario
Regino Díaz Redondo, quien durante 26 años dirigió
autocrática y pandillerilmente el medio, en complicidades
y solapamientos de las políticas oficiales, tras haber
logrado la expulsión de Julio Scherer García
y sus seguidores del mismo periódico. Lo dejó
en total bancarrota económica, mientras se sabe que
Díaz Redondo y algunos de sus allegados lucraron hasta
más no poder con el dominio de Excélsior. Sometidos
a esa crisis de años, los trabajadores vivieron el
infierno de no cobrar sueldos sino parcial y siempre atrasadamente.
Todos los días estuvo a punto de no aparecer el diario
sea por falta de papel, tintas y otros insumos. En medio,
naturalmente, de las inconformidades del personal. Así
que cuando se apareció un capitalista decidido a “rescatar”
al periódico y a sus trabajadores (mil 400) no tuvieron
éstos más remedio que aceptarlo, en una puja
en que durante esos años desfilaron reales y supuestos
compradores, donde los grupos internos de la cooperativa se
enfrentaron frecuentemente, incluso a golpes, por el dominio
del medio.
En
el libro de Nava se establece que Olegario Vázquez
Raña, el comprador final, porfió en el agobio
económico de los trabajadores, hasta que llegó
el momento en que la fruta estaba “madura” para
su compra a precios viles. Prometió que nadie sería
cesado pero quedó una mínima porción
(de decenas) de los trabajadores anteriores. Y la complicidad
del gobierno actual para el asalto y su confirmación,
se evidencia en que debiendo Excélsior al fisco algo
así como 3 mil millones de pesos, esta deuda ya no
le fue exigida por Hacienda a Vázquez Raña apenas
se hizo de la propiedad. Cuando que, por añadidura,
la ley prohíbe que se haga compra-venta alguna cuando
existe deuda fiscal. Otro hecho que corrobora el dicho de
la conjura oficial expuesto por Nava, es que invitado Fox
por los directivos de la cooperativa a visitar Excélsior,
nunca lo hizo, pero sí lo visitó cuando estaba
ya en manos del nuevo propietario.
Hechos
todos ellos, que hacen dudar en absoluto de las explicaciones
simples en el homicidio de José Manuel Nava Sánchez.
Descanse en paz el colega y mi solidaridad con sus familiares.
Información
Adicional
Tema: Situación en México
País/es: México
http://www.argenpress.info/nota.asp?num=037004
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21/11/2006 |
JOSÉ
MANUEL NAVA |
Comentario
a tiempo
Por Teodoro Rentería Arróyave *
SANGHAI,
CHINA, viernes 17 de noviembre de 2006.- El joven estudiante
de periodismo en Ciencias Políticas de la Universidad
Nacional Autónoma de México que fue llamado
por el director general Julio Sherer para ingresar al gran
Excélsior, el corresponsal en París y 22 años
en Washington, el autor de los libros "El Vortex del
Mal" y "Excélsior, el asalto final",
el periodista y escritor depurado, analítico y valiente,
el último director general de la Cooperativa Excélsior,
José Manuel Nava Sánchez, fue asesinado.
Lo
habíamos leído mucho en sus entregas cotidianas
desde Washington, la fuerza de su redacción y siempre
en la línea de defender lo nuestro obligaban a seguir
su trabajo periodístico, fue hasta cuando lo llamó
una atormentada Cooperativa que nunca acertó salir
de la difícil y terrible situación en que la
dejara la camarilla de Regino Díaz Redondo y José
Andrés Barrenechea, cuando lo conocimos. Ya
se había dado la expulsión de los que a su vez
en 1976 asaltaron, viles, y desprendieron de Excélsior
a Julio Sherer y a su histórica redacción, cuando
en una agradable comida a la que previamente nos habíamos
convocado, conocimos personalmente a José Manuel Nava,
exudaba optimismo, en la víspera había tomado
posesión como Director General de Excélsior.
|
Lo
acompañe en todas y cada una de las transformaciones
que llevó al cabo en el Periódico de la Vida
Nacional y estuvimos presentes en la Sala Manuel M. Ponce
del Palacio de Bellas Artes, cuando presentó su obra
El Vortex del Mal, esto es un compendio de lo que escribimos
para Excélsior y nuestros demás queridos medios
el 17 de mayo de 2004.
El
libro “El Vortex del Mal” de la autoría
de José Manuel Nava, periodista con 28 años
de muy especiales experiencias y ahora director de nuestro
querido EXCÉLSIOR, calificado por la técnica
editorial como una novela, es más que eso, es una
denuncia internacional valiente y documentada de la pandilla
de ultraderecha que se apoderó de la Casa Blanca
en sus propósitos de dominar el mundo.
En
“El Vortex del Mal”, Nava da nombres, señala
a hombres de carne y hueso que forman la pandilla del mal,
ahí desfilan el presidente impuesto mediante el fraude
electoral, George W. Bush; el vicepresidente, Dick Cheney,
petrolero y la verdadera fuerza del mal, y Donald Rumsfeld,
secretario de la Defensa. La historia le ha dado la razón
con la derrota de Bush en las últimas elecciones
y la obligada renuncia del "halcón mayor"
Rumsfeld.
No
lo pude acompañar en la presentación de la
que fue su obra póstuma, "Excélsior,
el asalto final". Fue Gustavo Rentería Villa
quien se encargó de ese honor. Nosotros, Teodoro
Rentería Villa y el autor le dedicamos completo uno
de nuestros noticiarios, apenas este 3 de noviembre, fue
la última vez que lo vimos lleno de vida y de planes,
ahora con media plana diaria, nos decía, en todos
los periódicos de la Organización Editorial
Mexicana.
Lo
acompañé cuando el asalto final, en el libro,
Nava lo relata. Escribí mi despedida de Excélsior,
que los asaltantes no se atrevieron a publicar. Nava la
reproduce.
Con
el asesinato de José Manuel Nava Sánchez suman
28 periodistas victimados en este malogrado sexenio del
foxismo, será sin duda otro crimen que se sumará
a la cuenta de la impunidad imperante. Pero a José
Manuel Nava Sánchez, nadie lo podrá acallar,
inclusive después de su fallecimiento, a ahí
esta su obra, su periodismo de denuncia que perdurará
por siempre. José Manuel, descansa en paz.
Periodista
y escritor. En teodoro@libertas.com.mx
y felapvicemex@hotmail.com
agradeceré sus comentarios y críticas. En
vivo, de lunes a viernes a las 17:00 horas, en las frecuencias
en toda la República de Grupo Radio Fórmula.
En la ciudad de México, en la 14 70 de A. M. de su
radio. Le invitamos a visitar: www.ciap-felap.org
y www.fapermex.com
y www.clubprimeraplana.com.mx
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ESCLARECER
CRIMEN DE NAVA: EXIGEN
PERIODISTAS NACIONALES Y EXTRANJEROS |
20/11/2006 |
Por
ELVIA ANDRADE BARAJAS
Diversas
organizaciones en defensa de los periodistas internacionales,
latinoamericanos y mexicanos exigen al gobierno mexicano el
rápido esclarecimiento del asesinato de José
Manuel Nava Sánchez, ex director de Excèlsior,
quien al momento de su muerte era editorialista de la Organización
Editorial Mexicana (OEM) y del portal www.reportajesmetropolitanos.com.mx,
donde escribía la columna NUEVO PODER.
Su crimen agudizó la preocupación por la situación
de desprotección que los miembros de la prensa sufren
en México, por lo que la Sociedad Interamericana de
Prensa (SIP) pidió hoy a las autoridades mexicanas
investiguen su muerte, así como que se garantice el
ejercicio de los periodistas de ese país, especialmente
de los que apoyaron al escritor en la presentación
de su última Obra el libro Excélsior, el asalto
final, en el que critica la venta del periódico por
haber ocurrido en condiciones de "extrema irregularidad".
La
información de su deceso se difundió por todo
el mundo, a través de radio, televisión e Internet.
La Policía informó que en el departamento del
periodista faltaba una computadora portátil, en la
que escribía, y otras pertenencias, destacaron todos
los medios, en los que resaltaron su destacado profesionalismo,
así como la presentación de su ultimo libro.
|
"Nuevamente
debemos pronunciarnos contra la ola de violencia en México,
donde el 16 de noviembre pasado fue asesinado el periodista
José Manuel Nava Sánchez, pocos días
después de (que sucediera lo mismo con) Misael Tamayo
Hernández", dijo el presidente de la SIP, Rafael
Molina.
Igualmente se pronunciaron miembros del Centro de Periodismo
y Etica Publica (CEPET), del Club Primera Plana de México,
del Club de Periodistas de México, y varias organizaciones
internacionales.
"No podemos quedar en silencio ante los continuos informes
de violencia que se registran en México contra los
periodistas", manifestó Rafael Molina en un
comunicado.
El también director del periódico dominicano
El Día señaló que confía en
que las autoridades mexicana den "una urgente respuesta
a los recientes asesinatos contra periodistas que sacuden
a México".
Según las estadísticas de la SIP, en el 2006
también fueron asesinados en México los periodistas
Jaime Arturo Olvera Bravo, en Michoacán el 9 de marzo;
Ramiro Téllez Contreras, en Tamaulipas el 10 de marzo;
Enrique Perea Quintanilla, en Chihuahua el 9 de agosto;
Bradley Ronald Hill, en Oaxaca el 27 de octubre y Misael
Tamayo Hernández en Guerrero, el 10 de noviembre.
Además, continúan desaparecidos Rafael Ortiz
Martínez, visto por última vez en Coahuila
el 8 de julio y Alfredo Jiménez Mota, cuyo paradero
se desconoce desde el 2 de abril de 2005.
Bradley
Ronald Hill , un periodista estadounidense de la red global
Indymedia.org perdió la vida durante una represión
de la Policía mexicana contra los manifestantes de
la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
Misael
Tamayo Hernández, editor y director del periódico
Despertar de la Costa, fue encontrado muerto el 10 de noviembre
pasado en un motel de la turística ciudad de Zihuatanejo,
en Guerrero. El periodista estaba desnudo, atado de manos
en la espalda y con dos perforaciones de bala en el antebrazo
y otra en la mano derecha. Falleció por un paro cardíaco.
Por sus investigaciones sobre el narcotráfico había
recibido amenazas de muerte
El informe sobre México presentado durante la asamblea
general de la SIP realizada en octubre de este año,
indicó que “el crimen organizado sigue reclamando
vidas y conciencias entre el gremio periodístico.
El narcotráfico representa el mayor desafío
para la vigencia del estado de derecho. En lo que va del
año se han registrado 1.600 ejecuciones ligadas al
crimen organizado con niveles de brutalidad nunca vistos
en el país”.
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DE
LA GLORIA AL REPUDIO |
02/11/2006 |
Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
---
III Parte ---
Teniendo la gloria en sus manos, la cambió por la corona
del repudio.
El
primero en reclamarle su mala administración y las
promesas incumplidas, principalmente en la generación
de empleos y crecimiento económico, fue el presidente
del Partido Verde Ecologista Mexicano, Jorge Emilio González,
durante su primer informe de Gobierno, en el que públicamente
le retiró el apoyo de su partido, ya que a los primeros
que les falló fue a ellos al no darles la Secretaría
de Ecología, como habían pactado.
Jorge
Emilio González, hijo del anterior presidente y fundador
del PVEM, Jorge González Torres y nieto del ex gobernador
de Tamaulipas, ex precandidato presidencial y dos veces secretario
de estado, Emilio Martínez Manatou, así como
sobrino del empresario farmacéutico y auto postulado
candidato independiente a la Presidencia Víctor González
Torres, mejor conocido como el Doctor Simi, fue el primero
en declararle abiertamente la guerra a Fox y en insultar la
embestidura presidencial. |
Fue
él quien abrió la puerta, para que cayera un
torrente de inconformidades contra el Presidente panista,
quien sólo el primer año de su administración
vivió tranquilo, ya que la gente creía en él,
pese a que no había ningún repunte en la economía
mexicana. |
|
Sin
embargo, la buena fe de los mexicanos hacia el Presidente
Fox, a quien veían como un hombre honesto, carismático,
dicharachero y bonachón, declinó cuando empezaron
los rumores de que sostenía un romance secreto con
su vocera oficial, que afectaba la estabilidad en su familia.
En
varias ocasiones, el Presidente negó ese romance, pero
era un grito a voces. Todo su gabinete sabía que estaba
enamorado “de una mujer que cambiará su destino”.
México
fue testigo, una vez más, del poder que ejerce una
mujer con sus “atractivos”, aunque en el caso
de la señora Marta Sahagùn fueron muy cuestionables,
especialmente porque se trataba de una mujer madura, divorciada,
con hijos, que competía con la actriz Lucía
Méndez, de quien se decía tenía “la
preferencia del señor Presidente”. |
Las
luces de los reflectores estaban sobre la Méndez, incluso
ella declaró en una ocasión estar dispuesta
a sacrificar su carrera en beneficio de México, con
lo que dejaba entrever que había planes de boda con
Fox.
Empero,
la reacción fue muy nefasta para ella, porque el romance
de Fox- Marta Sahagùn se consolidó y en pocos
meses se anunció que el Presidente se casaría
por el civil con su vocera. |
La
confirmación del matrimonio provocó que salieran
del país, su hija adoptiva Paulina, quien no quería
una madrastra, y la actriz Lucía Méndez. La
primera se fue a estudiar a Europa y la segunda se refugió
en Estados Unidos, donde más tarde se casó.
Fueron muchas las voces que dijeron que Marta Sahagùn
influyó directamente en su decisión.
El
presidente se veía muy enamorado y enfrentó
todas las críticas. Pero, al firmar su contrato de
matrimonio, irónicamente cambio la corona de la gloria
por el repudio, ya que todas sus acciones, a partir de ese
momento, fueron en reversa. Todo empezó a salirle mal.
La
economía no repuntaba. No repunto. Aumentaba. Aumenta
el desempleo, la delincuencia organizada, los crímenes
por doquier. El narcotráfico. El desgobierno, y todo
paralelo a la ambición de su mujer, que lo azuzó
a cometer graves errores, como aquél de realizar una
gran fiesta en el Castillo de Chapultepec, mientras la pobreza
extrema se incrementaba en el país.
Ese,
fue el inicio de un rosario de hierros que cometió
en aras del amor, por el cual, se le empezó a conocer
a él y a su mujer como “la Pareja Presidencial”. |
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