Por Racel *
Para reconocer nuestro poder interior de cambiar las cosas en nuestra vida es necesario que cambiemos la forma de pensar y de interpretar lo que nos pasa.
Todo desafío o problema que enfrentamos tiene como cometido principal enseñarnos a funcionar diferente, ampliar nuestra visión de la vida y que descubramos nuestro potencial de cambiar.
El poder que poseemos, muchas veces dormido o latente, comienza por nuestra mente. Pero ese es solo el principio.
El VERDADERO poder yace en nuestro interior, en nuestro impulso del corazón.
Yo sé que esta frase la pueden haber escuchado muchas veces, pero quiero ser directo al decirles que es cierto y está más al alcance de lo que creemos.
No necesitamos grandes conocimientos o recorridos de terapias para hacer contacto con ese poder, solo hace falta que sepamos que está ahí, que creamos en él y que lo busquemos.
Porque no va a aparecer de la nada. Solo se manifestará cuando realmente lo necesitemos.
Y para eso tenemos que tomar riesgos. Solo así impulsamos nuestra energía a ir más allá de lo que fue hasta ahora.
El tomar riesgos significa hacer cosas nuevas o hacer de manera distinta las mismas cosas que hacemos en nuestra vida.
Las emociones y la mente se estancan cuando no le damos la motivación necesaria para que se activen, para que se potencien y para que manifiesten capacidades latentes en nosotros. Que, en realidad, siempre estuvieron ahí esperando a ser activadas y puestas al servicio de nuestro avance.
Conectarse con nuestro poder interior requiere un compromiso muy grande con la motivación de seguir adelante, de seguir creciendo y de seguir aprendiendo, y eso depende exclusivamente de nuestra actitud frente a la vida.
Una vez que encontramos esa motivación, una vez que decidimos cambiar y avanzar, todo nuestro potencial se pone a nuestra disposición. Solo resta darle paso a nuestra parte que sí conoce lo que realmente somos capaces de hacer.
Y esa parte se encuentra “al otro lado del miedo”.
El miedo es la única barrera que se interpone entre nosotros y nuestros objetivos.
Entre cómo estamos y como queremos estar.
El primer paso es tomar la decisión, luego dejamos que esa fuerza emerja en nuestro sentir y en nuestra mente para por último tomar acción hacia lo que queremos.
Es simple de describir, pero no es fácil de hacer, pero simplemente porque no estamos acostumbrados a sentirlo y a conectarnos con ese fuego interior que pueda “quemar” esos miedos y que nos permite avanzar con paso firme hacia lo que queremos.
No esperes que el miedo desaparezca para emprender el movimiento.
Porque el miedo que sentimos hoy, sea cual sea su tamaño, no tiene el poder suficiente para detenernos, a menos que se lo demos. La actitud más valiosa que podemos emprender es movernos, aunque siéntamos miedo, nunca dejar de avanzar, aunque sea con pasos pequeños.
Y presta atención, el miedo no siempre se siente como miedo, a veces toma forma de pereza, de procastinación, de razones válidas para no actuar. Pero siempre en el fondo, es miedo.
Estamos en una época donde el valor de las cosas parece ser la inmediatez, cuando en realidad todo en este plano lleva tiempo, trabajo y dedicación.
Puede que podamos aprender algo muy rápido, en un libro, en un curso o en un video en internet, pero seguramente nos lleve un tiempo de práctica para que nos vuélvanos buenos en eso o para que logremos plasmarlo como realmente queremos.
Por lo que te aconsejo: valora ese tiempo, ese recorrido. La experiencia tiene un valor muy grande a la hora de colaborar con nuestra confianza y con hacer las cosas bien.
Te invito a que busques tu poder interior en movimiento. No lo vas a encontrar en la quietud o en tus pensamientos, lo vas a reconocer cuando te estés moviendo y dirigiendo a lo que quieres. Solo así aparece.
Tal vez necesitemos ayuda para poder correr los velos de nuestra mente o soltar cargas en nuestras emociones, pero tomar la decisión de comenzar este camino hacia ti es solo tuya, y para eso créeme que nadie mejor que tú misma/o para empezar.
Ten confianza y anímate, confía en ti, confía en la vida y confía en tu Alma, ella siempre sostiene nuestros pasos y nos lleva por donde es mejor para nosotros para aprender y evolucionar. |