* Fue inagurado el 16 de septiembre de 1910, para
Celebrar el Centenario de la Independencia
y el
cumpleaños de Don Porfirio Dìaz
Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
Exclusivo de RM
reportajesmetropolitanos.com.mx
CIUDAD DE MEXICO, DISTRITO FEDERAL.- La
historia del “Angel Dorado” inició el
23 de agosto de 1877, cuando el gobierno de México
acordó erigir un Monumento a la Independencia de
México. En 1878 lanzó una convocatoria a
arquitectos y escultores. Lo ganaron los norteamericanos
Clus y Shultze, domiciliados
en Washington, pero se cansaron de la tardanza del gobierno
para echar andar la obra y terminaron vendiendole los planos, y fue hasta 1900, en pleno esplendor del régimen del general Porfirio Díaz, cuando resurge la idea de la erección
del monumento, con el que tambièn festejaron el cumpleaños de Don Porfirio.
Los
"científicos" de don Porfirio habían
visto el mundo y entre ellos, don Antonio Rivas Mercado,
quien optò por seguir la moda de fin de siglo, en
la que se preferìan las columnas en monumentos públicos,
como la de la Victoria de Berlín, la Colón
en Barcelona, la de Vendome en París, la Alejandrina
en San Petersburgo, la de Alejandro en Alejandría.
Don
Porfirio, colocó la primera piedra
“El
2 de enero de 1902, el general don Porfirio Díaz,
luciendo su guerrera constelada de condecoraciones de deslumbrante
pedrería, colocó la primera piedra del monumento.
La argamasa le fue ofrecida en un recipiente de plata y
la paleta que usó, era del mismo precioso metal.
Fue un acto solemnísimo, seguido por una deslumbrante
fiesta del fastuoso gran mundo porfiriano, que tenía
por espejo París”, se relata en una revista
de aquéllos tiempos, la cual cita que:
Fue
hasta 1906 cuando terminaron los trabajos de cimentación,
muy complicados -a causa de que el suelo destinado al emplazamiento
del monumento en la cuarta glorieta del Paseo de la Reforma-
era inconsistente y movedizo.
El monumento crecía. La columna se elevaba ya a más
de la mitad de la altura calculada. En esto, Rivas Mercado
comprobó que se inclinaba peligrosamente hacia el
norte, amenazando desplomarse.
Se suspendieron los trabajos. Se produjeron enconadas disputas
entre los técnicos. Total: los cimientos estaban
mal calculados, en relación con el suelo movedizo
y el peso del monumento. Hubo que deshacer lo ya hecho.
Tres mil cuatrocientas piedras, primorosamente labradas,
de la columna, fueron desmontadas una a una.
Se procedió a una nueva cimentación, más
de acuerdo con las exigencias de las características
del suelo. A 23 mts. de profundidad se construyó
una plataforma de grava, arena y arcilla, reforzada con
pilotes de perfumada madera de ciprés y sobre ella,
otra con otros fuertes pilotes de concreto.
En
total, se utilizaron 107 kilómetros de pilotes. La
nueva cimentación estuvo lista en mayo de 1909. Se
construyó a marchas forzadas el nuevo pedestal y
la columna, porque se había fijado la fecha de su
inauguración, para el siguiente año, centenario
de la Independencia de México.
En
julio de 1910, el monumento quedó terminado. Y se
inauguró el 16 de septiembre de 1910, durante las
fiestas conmemorativas de la Independencia. La profusión
de estatuas, medallas y relieves que lo adornan, es obra
del escultor Enrique Alciati. El "Angel Dorado",
fue diseñado por el arquitecto Jesús Contreras
y realizado por el mismo escultor.
Durante cuatro dècadas, la bella figura alada femenina permaneciò impacible en el Paseo de la Reforma, como el referente principal de la capital mexicana, hasta que ocurriò el terremoto del 28 de julio de 1957.
El
Angel voló!, gritó la gente, tras el terremoto
que sacudió al Distrito Federal a las 2:45 de la madrugada
de aquel dìa. Fue la primera vez que lo llevaron
a reparación, y no estuvo en la celebración
de las fiestas patrias, como lo había hecho desde que
fue inaugurado el 16 de septiembre de 1910, por el entonces
Presidente Porfirio Díaz, para celebrar el Centenario
de la Independencia y su cumpleaños.
A
49 años de aquella caída, El Angel volvió
a reparación,en 2006, y el 15 de septiembre de ese año fue reinagurado, luciendo en todo su esplendo. Su brillo engalana nuevamente “el secuestrado”
Paseo de la Reforma, y aùn es testigo mudo de la historia
de Mèxico. De las Alegrías y
tristezas de los mexicanos.
El Angel de la Indenpedencia tiene 8,000 libras de oro de 23 quilates
y medio, con un costo de 28,000 pesos fuertes de de la època de Porfirio Dìaz, que confiò el dorado de la estatua al dorador Pedro Hidalgo.
Las deslumbrantes láminas de oro, fueron incrustadas
en el bronce, mediante "pestañas", aseguradas
en el ánima de concreto que rellenaba el Angel.
La
terraza en que se asienta, tiene cuatro faroles con sus
balaustradas. Cuatro sólidos pedestales, como contrafuertes
de la columna y otro al frente, donde campean un león
coronado de laurel y un genio que lo conduce.
Cuatro
estatuas sentadas, representan la Paz, la Ley, la Justicia
y la Guerra, en cada uno de los ángulos del zócalo.
En las paredes, aparecen esculpidos 20 nombres de los precursores
de la Independencia. También, en cada uno de los
ángulos del zócalo, se destacan cuatro, estatuas
de mármol de Morelos, Guerrero, el español
Mina el Mozo y Nicolás Bravo.
Otro
grupo estatuario de gran belleza, representa la apoteosis
del Cura Hidalgo, con su estandarte guadalupano al viento.
La Patria le ofrenda una corona de Laurel y la Historia,
sentada, escribe sus hazañas en su libro.
En
donde arranca la columna, se destaca un bajo relieve. La
Fama pregona las grandezas de la patria.
En
la parte posterior del monumento, está el propileo
donde arde perennemente la llama votiva a los héroes
mexicanos. A la entrada de la estancia, donde se guardan
en arquetas los restos de los padres de la patria, hay un
gran medallón con la cabeza de una mujer que representa
a la República, entre ramos de laurel.
En
la columna, también aparecen esculpidos nombres de
héroes de la independencia mexicana. El capitel luce
cuatro águilas doradas.
Un
balcón de bronce, está sobrepuesto al capitel
que sostiene la plataforma final, en la que asentaba sus
plantas el "Angel Dorado", que en una mano sostenía
una corona de laurel y en la otra una cadena rota.
En
una de las sacudidas del terremoto, que estremeció
hasta las más profundas entrañas del valle
de Anáhuac, "al ángel se le aflojó,
el alma y sus delicadas formas femeninas de bronce dorado,
quedaron monstruosamente tasajeadas y aplastadas entre los
escombros, producidos por el impacto de su caída”,
escribió una revista de aquéllos tiempos en
la que describe:
El
"perenne bronce" cantado por los poetas, dejó
de serlo. Los habitantes de la ciudad de México,
no mostraron estupor y sorpresa menores ante la caída
de "su Angel", que los que pudieron experimentar
los troyanos al ver desbaratado su también dorado
y protector Palladion.
Pero
se repusieron del estupor y del duelo, rápidamente.
El
Angel, al taller de reparación.-
No
es fácil prever que haya talleres de reparación
para los ángeles. Los hay.
la
Independencia de México, fueran llevados a un taller,
para ser reparado.
Este
hombre era el Regente de la Ciudad y gobernador del Distrito
Federal, Ernesto F. Un hombre enérgico dispuso que
los restos destrozados del más bello y querido símbolo
de Uruchurtu.
“Se
trata de un personaje de apariencia un poco hosca, autoritaria
y malhumorada que ama los prados, las flores, las fuentes,
los jardines y las estatuas. A él se debe el milagro
de la moderna urbanización de México, D. F.
“Al
conjuro de sus órdenes, han brotado por todos los
rumbos de la legendaria Ciudad de los Palacios, fuentes
monumentales, ornadas de estatuas; prados bien cuidados
y jardines desbordantes de flores.
“Con
la misma facilidad, han sido abiertas grandes avenidas,
entre las viejas y románticas callejas de los tiempos
de la colonia. Como por arte de encantamiento, se ha transformado
la antaño urbe virreinal, en una ciudad de nuestro
tiempo, proyectada hacia el futuro, limpia, aseada y deslumbrante.
“La
gente lamentó la desaparición del "Angel
Dorado" y acudió a la veneración de sus
restos, como si se tratase de una sagrada reliquia. Docenas
de miles de ciudadanos, parecían asistir al funeral
de un familiar muy querido.
ALMA DE CEMENTO
“Custodiaban
las destrozadas formas angélicas, soldados del Ejercito
Federal, rifle en mano. Sin esta custodia, la muchedumbre
se hubiera llevado a sus casas, trocito a trocito, la que
fue alada victoria, casi ingrávida, recortada en
el cielo azul, por encima de los edificios y de los altos
y frondosos' fresnos del Paseo de la Reforma.
“diagnóstico
optimista sobre las posibilidades de recuperación
del "Angel".
“Habría
que soldar los distintos trozos de la estatua, y Posibilidades
de recuperación.
“Llegaron
al lugar del suceso cuadrillas de obreros, camiones y grúas.
Durante veinticuatro horas, realizaron las maniobras necesarias,
para vaciar el interior del ángel, que era de cemento
(porque el Angel tenía su "alma de cemento"
y al "aflojársele" cayó) y cargaron
sus restos en los camiones que partieron con rumbo desconocido.
“El
Regente de la Ciudad, anunció que el "Angel"
sería reparado y reinstalado en su lugar. Su reparación
fue encomendada a un gran escultor mexicano, especializado
en la fundición en bronce de obras de arte. Se llama
José María Fernández Urbina.
“Antes, hubo una reunión- de los más
distinguidos escultores de México. Como si se tratase
de un dictamen medico, formularon un después, volverla
a dorar. La operación sería complicada -subrayaron-
pero de éxito seguro. En último casó,
de surgir dificultades insuperables, el Angel volvería
a ser fundido.
“Las
dificultades surgieron poco después. No referidas
a la recuperación del Angel, sino como consecuencia
del estado de ruina en que se encuentra el conjunto del
Monumento a la Independencia.
“Se
ha podido comprobar su peligroso hundimiento, como consecuencia
de los destrozos causados por el terremoto en su complicada
cimentación. La columna está también
en ruinas. De suerte que habrá que rehacer la cimentación
y reparar casi totalmente el Monumento. Resumen: mucho dinero,
paciencia, arte y tiempo.
En
la actualidad, el Angel de la Independencia sigue en el
Paseo de la Reforma esquina con Florencia y aùn es
uno de los máximos símbolos de la Ciudad de
México y del país, el Ángel de la Independencia
se eleva majestuoso en medio del Paseo de la Reforma.
Con
este se rende homenaje a los héroes de la independencia.
Por ello, cuenta con un zócalo circular sobre el
cual se apoyan una base cúbica en cuyos vértices,
descansan las estatuas sedentes que representan la Paz,
la Ley, la Justicia y la Guerra ejecutadas por Enrique Alciati.
En
el interior de esta base reposan los restos de algunos de
los más egregios líderes de la independencia
mexicana como Miguel Hidalgo, Vicente Guerrero e Ignacio
Allende entre otros.
Este base contiene además las esculturas de dichos
insurgentes, así como una bien lograda escultura
de un león guiado por un niño que representa
el dominio de la verdad y la inteligencia sobre la fuerza.
Sobre esta base fue erigida una columna corintia de 35 metros
de altura, labrada en cantera de Chiluca, misma que se encuentra
coronada por la famosa victoria alada, símbolo del
triunfo entre los antiguos griegos.
EL
MAUSOLEO
En
la parte central del vestíbulo se encuentra la escultura
de un personaje considerado precursor del movimiento de
nuestra independencia; se trata de Guillén de Lampart,
o Lombardo de Guzmán, quien llegó a Nueva
España en 1640 y fue quemado vivo por la Inquisición
en 1659. A los costados del vestíbulo, dos puertas
decoradas con laureles permiten el ingreso al mausoleo que
guarda los restos mortuorios de los héroes de la
Independencia.
En
el primer nicho se guardan las urnas con los restos de:
Vicente Guerrero (1783-1831), quien formaba parte de las
fuerzas encabezadas por Morelos. Se reúne con Agustín
de Iturbide en Acatempan en 1821, marcando el paso decisivo
para la consumación de la Independencia. Llega a
la presidencia en 1829.
Guadalupe
Victoria (1786-1843)
Su verdadero nombre fue Miguel Fernández. Pertenecía
a los ejércitos comandados por Morelos. Apoya el
Plan de Iguala y a Santa Anna contra el Imperio de Iturbide.
Es diputado de su ciudad natal y, posteriormente, es nombrado
Presidente de la República en 1824. Muere por epilepsia
en el Castillo de Perote.
Leona
Vicario (1789-1842)
Heroína insurgente casada con Andrés Quintana
Roo, apoya la causa aportando sus bienes económicos
y sirviendo como enlace de los diferentes grupos. Es presa
en el convento de Belén de las Mochas por conseguir
armeros vizcaínos para la causa. Es rescatada y llevada
al lado de Morelos sufriendo las penalidades de la guerra.
Andrés
Quintana Roo (1787-1851)
Estudiò
leyes en la Universidad de México. Con sus publicaciones
fomenta la propagación del movimiento insurgente.
Es presidente de la Asamblea Nacional Constituyente que
firma la declaratoria de Independencia en 1813. Tras la
caída de Iturbide, participa como diputado en los
congresos siguientes y es ministro de Justicia en el gobierno
de Santa Anna.
En
una quinta urna se conservan restos que se atribuyen a Francisco
Javier Mina.
En
el segundo nicho se conservan los cráneos de los
caudillos apresados y fusilados en Chihuahua en 1811 y cuyas
cabezas se expusieron en la Alhóndiga de Granaditas
durante once años:
Miguel
Hidalgo y Costilla (1753-1811)
Estudiante
y después rector del Colegio de San Nicolás
de Valladolid, hoy Morelia. Es ordenado sacerdote en 1778.
Participa en las conspiraciones que originan el movimiento
de Independencia encabezando la lucha armada a partir del
grito de Dolores.
Ignacio
María Allende y Unzaga (1769-1811)
Formaba parte de las fuerzas realistas bajo el mando de
Félix María Calleja, cuando decide apoyar
la causa insurgente: participa junto con Hidalgo en las
conspiraciones y más tarde en la lucha armada.
Juan
Aldama (1774-1811)
Fue
miembro de una familia de insurgentes, todos del mismo apellido.
Siendo capitán realista decide participar en las
conspiraciones que originaron la lucha armada por la Independencia;
junto con Hidalgo y Allende da inicio al movimiento armado.
José Mariano Jiménez (1781-1811)
Ingeniero en minas, se une a las fuerzas de Hidalgo tras
la toma de la Alhóndiga de Granaditas de Guanajuato
y es comisionado para conducir el movimiento armado en el
oriente del país.
En
el tercer nicho están depositadas las urnas con los
restos mortuorios de:
José
María Morelos y Pavón (1765-1815)
Estudio en el Colegio de San Nicolás, siendo Hidalgo
rector. Se ordena sacerdote en 1779. Era cura de Nocupétaro
al arrancar la lucha armada. Es comisionado por Hidalgo para
iniciar el levantamiento en la costa sur del país.
Encabeza el Congreso de Chilpancingo que promulga la Constitución
de Apatzingán. Es fusilado en San Cristóbal
Ecatepec. Sus restos se trasladaron de esta localidad al monumento
a la Independencia.
Mariano
Matamoros y Orive (1770-1814)
Egresado del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco; cura en
Jantetelco al iniciarse la lucha armada, se une a las fuerzas
de Morelos, quien lo nombra su segundo en jefe. Es fusilado
por Calleja en Valladolid.
Nicolás
Bravo (1786-1854)
Abogado dedicado a las labores agrícolas, se une a
las fuerzas insurgentes de Hermenegildo Galeana, apoyando
las incursiones de Morelos en el sur del país. Es encarcelado
en 1820. Al ser liberado apoya a Iturbide en la consumación
de la Independencia. Es vicepresidente durante el gobierno
de Guadalupe Victoria.
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