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EL ANGEL DORADO

13/09/07

 

* Fue inagurado el 16 de septiembre de 1910, para
  Celebrar el Centenario de la Independencia y el
  cumpleaños de Don Porfirio Dìaz

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS

La historia del “Angel Dorado” inició el 23 de agosto de 1877, cuando el gobierno de México acordó erigir un Monumento a la Independencia de México. En 1878 lanzó una convocatoria a arquitectos y escultores. Lo ganaron los norteamericanos Clus y Shultze, domiciliados en Washington, pero se cansaron de la tardanza del gobierno para echar andar la obra y terminaron vendiendole los planos, y fue hasta 1900, en pleno esplendor del régimen del general Porfirio Díaz, cuando resurge la idea de la erección del monumento, con el que tambièn festejaron el cumpleaños de Don Porfirio.

Los "científicos" de don Porfirio habían visto el mundo y entre ellos, don Antonio Rivas Mercado, quien optò por seguir la moda de fin de siglo, en la que se preferìan las columnas en monumentos públicos, como la de la Victoria de Berlín, la Colón en Barcelona, la de Vendome en París, la Alejandrina en San Petersburgo, la de Alejandro en Alejandría.

Don Porfirio, colocó la primera piedra

“El 2 de enero de 1902, el general don Porfirio Díaz, luciendo su guerrera constelada de condecoraciones de deslumbrante pedrería, colocó la primera piedra del monumento. La argamasa le fue ofrecida en un recipiente de plata y la paleta que usó, era del mismo precioso metal. Fue un acto solemnísimo, seguido por una deslumbrante fiesta del fastuoso gran mundo porfiriano, que tenía por espejo París”, se relata en una revista de aquéllos tiempos, la cual cita que:

Fue hasta 1906 cuando terminaron los trabajos de cimentación, muy complicados -a causa de que el suelo destinado al emplazamiento del monumento en la cuarta glorieta del Paseo de la Reforma- era inconsistente y movedizo.

El monumento crecía. La columna se elevaba ya a más de la mitad de la altura calculada. En esto, Rivas Mercado comprobó que se inclinaba peligrosamente hacia el norte, amenazando desplomarse.

Se suspendieron los trabajos. Se produjeron enconadas disputas entre los técnicos. Total: los cimientos estaban mal calculados, en relación con el suelo movedizo y el peso del monumento. Hubo que deshacer lo ya hecho. Tres mil cuatrocientas piedras, primorosamente labradas, de la columna, fueron desmontadas una a una.

Se procedió a una nueva cimentación, más de acuerdo con las exigencias de las características del suelo. A 23 mts. de profundidad se construyó una plataforma de grava, arena y arcilla, reforzada con pilotes de perfumada madera de ciprés y sobre ella, otra con otros fuertes pilotes de concreto.

En total, se utilizaron 107 kilómetros de pilotes. La nueva cimentación estuvo lista en mayo de 1909. Se construyó a marchas forzadas el nuevo pedestal y la columna, porque se había fijado la fecha de su inauguración, para el siguiente año, centenario de la Independencia de México.

En julio de 1910, el monumento quedó terminado. Y se inauguró el 16 de septiembre de 1910, durante las fiestas conmemorativas de la Independencia. La profusión de estatuas, medallas y relieves que lo adornan, es obra del escultor Enrique Alciati. El "Angel Dorado", fue diseñado por el arquitecto Jesús Contreras y realizado por el mismo escultor.

Durante cuatro dècadas, la bella figura alada femenina permaneciò impacible en el Paseo de la Reforma, como el referente principal de la capital mexicana, hasta que ocurriò el terremoto del 28 de julio de 1957.

El Angel voló!, gritó la gente, tras el terremoto que sacudió al Distrito Federal a las 2:45 de la madrugada de aquel dìa. Fue la primera vez que lo llevaron a reparación, y no estuvo en la celebración de las fiestas patrias, como lo había hecho desde que fue inaugurado el 16 de septiembre de 1910, por el entonces Presidente Porfirio Díaz, para celebrar el Centenario de la Independencia y su cumpleaños.

A 49 años de aquella caída, El Angel volvió a reparación,en 2006, y el 15 de septiembre de ese año fue reinagurado, luciendo en todo su esplendo. Su brillo engalana nuevamente “el secuestrado” Paseo de la Reforma, y aùn es testigo mudo de la historia de Mèxico. De las Alegrías y tristezas de los mexicanos.

El Angel de la Indenpedencia tiene 8,000 libras de oro de 23 quilates y medio, con un costo de 28,000 pesos fuertes de de la època de Porfirio Dìaz, que confiò el dorado de la estatua al dorador Pedro Hidalgo. Las deslumbrantes láminas de oro, fueron incrustadas en el bronce, mediante "pestañas", aseguradas en el ánima de concreto que rellenaba el Angel.

La terraza en que se asienta, tiene cuatro faroles con sus balaustradas. Cuatro sólidos pedestales, como contrafuertes de la columna y otro al frente, donde campean un león coronado de laurel y un genio que lo conduce.

Cuatro estatuas sentadas, representan la Paz, la Ley, la Justicia y la Guerra, en cada uno de los ángulos del zócalo. En las paredes, aparecen esculpidos 20 nombres de los precursores de la Independencia. También, en cada uno de los ángulos del zócalo, se destacan cuatro, estatuas de mármol de Morelos, Guerrero, el español Mina el Mozo y Nicolás Bravo.

Otro grupo estatuario de gran belleza, representa la apoteosis del Cura Hidalgo, con su estandarte guadalupano al viento. La Patria le ofrenda una corona de Laurel y la Historia, sentada, escribe sus hazañas en su libro.

En donde arranca la columna, se destaca un bajo relieve. La Fama pregona las grandezas de la patria.

En la parte posterior del monumento, está el propileo donde arde perennemente la llama votiva a los héroes mexicanos. A la entrada de la estancia, donde se guardan en arquetas los restos de los padres de la patria, hay un gran medallón con la cabeza de una mujer que representa a la República, entre ramos de laurel.

En la columna, también aparecen esculpidos nombres de héroes de la independencia mexicana. El capitel luce cuatro águilas doradas.

Un balcón de bronce, está sobrepuesto al capitel que sostiene la plataforma final, en la que asentaba sus plantas el "Angel Dorado", que en una mano sostenía una corona de laurel y en la otra una cadena rota.

En una de las sacudidas del terremoto, que estremeció hasta las más profundas entrañas del valle de Anáhuac, "al ángel se le aflojó, el alma y sus delicadas formas femeninas de bronce dorado, quedaron monstruosamente tasajeadas y aplastadas entre los escombros, producidos por el impacto de su caída”, escribió una revista de aquéllos tiempos en la que describe:

El "perenne bronce" cantado por los poetas, dejó de serlo. Los habitantes de la ciudad de México, no mostraron estupor y sorpresa menores ante la caída de "su Angel", que los que pudieron experimentar los troyanos al ver desbaratado su también dorado y protector Palladion.

Pero se repusieron del estupor y del duelo, rápidamente.

El Angel, al taller de reparación.-

No es fácil prever que haya talleres de reparación para los ángeles. Los hay.

la Independencia de México, fueran llevados a un taller, para ser reparado.

Este hombre era el Regente de la Ciudad y gobernador del Distrito Federal, Ernesto F. Un hombre enérgico dispuso que los restos destrozados del más bello y querido símbolo de Uruchurtu.

“Se trata de un personaje de apariencia un poco hosca, autoritaria y malhumorada que ama los prados, las flores, las fuentes, los jardines y las estatuas. A él se debe el milagro de la moderna urbanización de México, D. F.

“Al conjuro de sus órdenes, han brotado por todos los rumbos de la legendaria Ciudad de los Palacios, fuentes monumentales, ornadas de estatuas; prados bien cuidados y jardines desbordantes de flores.

“Con la misma facilidad, han sido abiertas grandes avenidas, entre las viejas y románticas callejas de los tiempos de la colonia. Como por arte de encantamiento, se ha transformado la antaño urbe virreinal, en una ciudad de nuestro tiempo, proyectada hacia el futuro, limpia, aseada y deslumbrante.

“La gente lamentó la desaparición del "Angel Dorado" y acudió a la veneración de sus restos, como si se tratase de una sagrada reliquia. Docenas de miles de ciudadanos, parecían asistir al funeral de un familiar muy querido.

ALMA DE CEMENTO

“Custodiaban las destrozadas formas angélicas, soldados del Ejercito Federal, rifle en mano. Sin esta custodia, la muchedumbre se hubiera llevado a sus casas, trocito a trocito, la que fue alada victoria, casi ingrávida, recortada en el cielo azul, por encima de los edificios y de los altos y frondosos' fresnos del Paseo de la Reforma.

“diagnóstico optimista sobre las posibilidades de recuperación del "Angel".

“Habría que soldar los distintos trozos de la estatua, y Posibilidades de recuperación.

“Llegaron al lugar del suceso cuadrillas de obreros, camiones y grúas. Durante veinticuatro horas, realizaron las maniobras necesarias, para vaciar el interior del ángel, que era de cemento (porque el Angel tenía su "alma de cemento" y al "aflojársele" cayó) y cargaron sus restos en los camiones que partieron con rumbo desconocido.

“El Regente de la Ciudad, anunció que el "Angel" sería reparado y reinstalado en su lugar. Su reparación fue encomendada a un gran escultor mexicano, especializado en la fundición en bronce de obras de arte. Se llama José María Fernández Urbina.

“Antes, hubo una reunión- de los más distinguidos escultores de México. Como si se tratase de un dictamen medico, formularon un después, volverla a dorar. La operación sería complicada -subrayaron- pero de éxito seguro. En último casó, de surgir dificultades insuperables, el Angel volvería a ser fundido.

“Las dificultades surgieron poco después. No referidas a la recuperación del Angel, sino como consecuencia del estado de ruina en que se encuentra el conjunto del Monumento a la Independencia.

“Se ha podido comprobar su peligroso hundimiento, como consecuencia de los destrozos causados por el terremoto en su complicada cimentación. La columna está también en ruinas. De suerte que habrá que rehacer la cimentación y reparar casi totalmente el Monumento. Resumen: mucho dinero, paciencia, arte y tiempo.

En la actualidad, el Angel de la Independencia sigue en el Paseo de la Reforma esquina con Florencia y aùn es uno de los máximos símbolos de la Ciudad de México y del país, el Ángel de la Independencia se eleva majestuoso en medio del Paseo de la Reforma.

Con este se rende homenaje a los héroes de la independencia. Por ello, cuenta con un zócalo circular sobre el cual se apoyan una base cúbica en cuyos vértices, descansan las estatuas sedentes que representan la Paz, la Ley, la Justicia y la Guerra ejecutadas por Enrique Alciati.

En el interior de esta base reposan los restos de algunos de los más egregios líderes de la independencia mexicana como Miguel Hidalgo, Vicente Guerrero e Ignacio Allende entre otros.

Este base contiene además las esculturas de dichos insurgentes, así como una bien lograda escultura de un león guiado por un niño que representa el dominio de la verdad y la inteligencia sobre la fuerza. Sobre esta base fue erigida una columna corintia de 35 metros de altura, labrada en cantera de Chiluca, misma que se encuentra coronada por la famosa victoria alada, símbolo del triunfo entre los antiguos griegos.

EL MAUSOLEO

En la parte central del vestíbulo se encuentra la escultura de un personaje considerado precursor del movimiento de nuestra independencia; se trata de Guillén de Lampart, o Lombardo de Guzmán, quien llegó a Nueva España en 1640 y fue quemado vivo por la Inquisición en 1659. A los costados del vestíbulo, dos puertas decoradas con laureles permiten el ingreso al mausoleo que guarda los restos mortuorios de los héroes de la Independencia.

En el primer nicho se guardan las urnas con los restos de: Vicente Guerrero (1783-1831), quien formaba parte de las fuerzas encabezadas por Morelos. Se reúne con Agustín de Iturbide en Acatempan en 1821, marcando el paso decisivo para la consumación de la Independencia. Llega a la presidencia en 1829.

Guadalupe Victoria (1786-1843)
Su verdadero nombre fue Miguel Fernández. Pertenecía a los ejércitos comandados por Morelos. Apoya el Plan de Iguala y a Santa Anna contra el Imperio de Iturbide. Es diputado de su ciudad natal y, posteriormente, es nombrado Presidente de la República en 1824. Muere por epilepsia en el Castillo de Perote.

Leona Vicario (1789-1842)
Heroína insurgente casada con Andrés Quintana Roo, apoya la causa aportando sus bienes económicos y sirviendo como enlace de los diferentes grupos. Es presa en el convento de Belén de las Mochas por conseguir armeros vizcaínos para la causa. Es rescatada y llevada al lado de Morelos sufriendo las penalidades de la guerra.

Andrés Quintana Roo (1787-1851)

Estudiò leyes en la Universidad de México. Con sus publicaciones fomenta la propagación del movimiento insurgente. Es presidente de la Asamblea Nacional Constituyente que firma la declaratoria de Independencia en 1813. Tras la caída de Iturbide, participa como diputado en los congresos siguientes y es ministro de Justicia en el gobierno de Santa Anna.

En una quinta urna se conservan restos que se atribuyen a Francisco Javier Mina.

En el segundo nicho se conservan los cráneos de los caudillos apresados y fusilados en Chihuahua en 1811 y cuyas cabezas se expusieron en la Alhóndiga de Granaditas durante once años:

Miguel Hidalgo y Costilla (1753-1811)

Estudiante y después rector del Colegio de San Nicolás de Valladolid, hoy Morelia. Es ordenado sacerdote en 1778. Participa en las conspiraciones que originan el movimiento de Independencia encabezando la lucha armada a partir del grito de Dolores.

Ignacio María Allende y Unzaga (1769-1811)
Formaba parte de las fuerzas realistas bajo el mando de Félix María Calleja, cuando decide apoyar la causa insurgente: participa junto con Hidalgo en las conspiraciones y más tarde en la lucha armada.

Juan Aldama (1774-1811)

Fue miembro de una familia de insurgentes, todos del mismo apellido. Siendo capitán realista decide participar en las conspiraciones que originaron la lucha armada por la Independencia; junto con Hidalgo y Allende da inicio al movimiento armado.
José Mariano Jiménez (1781-1811)
Ingeniero en minas, se une a las fuerzas de Hidalgo tras la toma de la Alhóndiga de Granaditas de Guanajuato y es comisionado para conducir el movimiento armado en el oriente del país.

En el tercer nicho están depositadas las urnas con los restos mortuorios de:

José María Morelos y Pavón (1765-1815)
Estudio en el Colegio de San Nicolás, siendo Hidalgo rector. Se ordena sacerdote en 1779. Era cura de Nocupétaro al arrancar la lucha armada. Es comisionado por Hidalgo para iniciar el levantamiento en la costa sur del país. Encabeza el Congreso de Chilpancingo que promulga la Constitución de Apatzingán. Es fusilado en San Cristóbal Ecatepec. Sus restos se trasladaron de esta localidad al monumento a la Independencia.

Mariano Matamoros y Orive (1770-1814)
Egresado del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco; cura en Jantetelco al iniciarse la lucha armada, se une a las fuerzas de Morelos, quien lo nombra su segundo en jefe. Es fusilado por Calleja en Valladolid.

Nicolás Bravo (1786-1854)
Abogado dedicado a las labores agrícolas, se une a las fuerzas insurgentes de Hermenegildo Galeana, apoyando las incursiones de Morelos en el sur del país. Es encarcelado en 1820. Al ser liberado apoya a Iturbide en la consumación de la Independencia. Es vicepresidente durante el gobierno de Guadalupe Victoria.

elviaandrade1@hotmail.com
MEXICO DE MIS AMORES
21/09//07

 


Especial de FRANCISCO HELGUERA

para Reportajes Metropolitanos

En aquel México de mis amores de hace 50 años, de pintorescos personajes, de coloridas costumbres, de belleza singular, aún Ciudad de los Palacios, la gente asumía sus papeles en la sociedad donde vivía y nadie esperaba que las personas hicieran algo distinto al papel que tenían asignado. Vaya, había un lugar para cada cosa y para cada persona; no faltaba más.

Por ejemplo, las Lomas de Chapultepec eran para la gente rica. San Angel y la colonia Juárez, para la gente decente. El Pedregal para los que "ya la hicieron" y la Roma y la Condesa para la clase media. La plebe vivía en Tepito; los rateros por La Merced y por la Candelaria de los Patos; por allí estaba o está la iglesia donde se veneraba a San Dimas, el buen ladrón. Gente institucional, pues. Narvarte para los "quiero y no puedo", la colonia Del Valle para la gente acomodada. Tacubaya para los "tubos"... Sí, tuvo y ya no tiene. San Pedro de los Pinos para la modesta clase media trabajadora. Anzures para los "Ni fu ni fa".

Y para ir de compras, ¿quería usted ropa barata?, ¿Chácharas y alguna antigüedad? ¡La Lagunilla! Inclusive hubo un famoso comerciante, conocido como el "Chacharitas", que manejaba valiosas antigüedades. Fruta y verduras, en Jamaica. ¿Polvos para el amor, hierbas y brujerías, lociones para el dinero, ramas de pirul para las limpias?, amuletos de todas clases, colibríes para los casanova de barriada, patas de conejo para los principiantes, perfume Siete Machos, velas negras, rojas y verdes para los iniciados... todo eso y más en el mercado de Sonora. Accesorios automotrices y herramienta, en Tepito. En La Merced, fruta, abarrotes, cristal y loza, chiles secos, granos... vinos y licores. Pescado y mariscos, por la calzada de la Viga o las calles de Aranda. ¿Café?, en grano o en taza con su complemento de amenos comensales, por las calles de Bolívar o Isabel la Católica.

Estaba Xochimilco, para los que tenían un carrito y querían plantas y verduras frescas. ¿Armas? (entonces se podían comprar armas en una armería). Allá por las calles de Cinco de Mayo, Donceles, Argentina, el Centro Histórico. ¿Prostitución seria y responsable?, desde las proletarias calles del Organo hasta la institucional, bohemia y cosmopolita casa de La Bandida.

Y si quería comprar fierros, allá por Fray Servando Teresa de Mier. Justamente, como un ejemplo de lo propio y formal que era la gente, estaba un comerciante de perfiles, planchas y viguetas que por esa zona tenía su negocio. Ordenado y cuidadoso, tenía su local dos grandes portones, entrada y salida, claramente indicados. Y dos básculas siempre en desacuerdo, que pesaban los camiones; una en la entrada y la otra en la salida; una era la de "comprar" y la otra la de "vender".

Nadie esperaba que el kilo fuera de mil gramos, ni que la leche no tuviera agua, ni que el pulque no fuera adulterado; las docenas 11 y a veces diez rosas eran las reglamentarias. Las elecciones tenían su rutina y su ritual. "El tapado" era toda una institución; inclusive, una marca de cigarrillos pregonaba, como toque de prestigio, que "El Tapado fuma Elegantes".

Pero había cosas sagradas, que ni se discutían ni se dudaban, a saber:

Al pulque le faltaba un grado para ser carne.

Los mexicanos son muy machos.

Ninguna tan abnegada como las cabecitas blancas mexicanas.

México es un país tan rico que hasta tiene la forma de un cuerno de la abundancia. (Aunque un amigo me hizo la inquietante observación de que parece descargar esa abundancia hacia Estados Unidos).

México es el país más religioso del mundo.

Los campeones mundiales de lucha libre son mexicanos.

En México la prensa se puede meter con quien sea, excepto con el Presidente de la República, el Ejército y la Virgen de Guadalupe.

Una tarde memorable, cuando se hizo una colecta en beneficio de Finlandia, agobiada por el ataque de los alemanes (o de los rusos), el ruedo de la plaza de Toros, el Toreo de la Condesa, se cubrió con una capa de plata. Miles y miles de aquellos hermosos pesos de plata, los de 0.720, llovieron sobre el ruedo, mientras los toreros se refugiaban donde podían y se cubrían la cabeza con capas y muletas.

Éramos, aunque con esto del teletón, el redondeo, un kilo de ayuda y el ejército de limosneros, limpiaparabrisas y maromeros que agobian cada esquina de esta capital, seguimos siendo muy... ingenuos y generosos.

Otra de las verdades aceptadas sin discusión y motivo de orgullo nacional, era la validez de nuestro peso y el de ser el primer productor de plata en el mundo.

¡Y esto último era y es cierto!

Pero por alguna misteriosa razón, siendo los número uno del mundo en tan importante materia, hemos ido dejando que se deteriore la calidad de nuestra moneda. Y con ella, el ahorro, el capital de las empresas y los fondos de pensiones. En paralelo, las tasas de interés se fueron elevando, hasta hacerse impagables. Se deterioró el comercio, el crédito y el sistema financiero.

Empezamos nuestra vida independiente con una moneda de plata, el ocho reales, ley 0.920 de plata pura. Su contenido del precioso metal valía, a precio actual, 3.28 dólares. El tipo de cambio, 0.85 pesos por un dólar. Con una moneda de un peso, compraba usted un dólar y le sobraban quince centavos. Hasta 1910, conservamos nuestra moneda y la paridad llegó a dos pesos por dólar.

Durante todo el periodo revolucionario, hubo de todo, pero al irse calmando el país, regresamos a la moneda de plata. Nuestro peso fue rebajado en peso y tamaño, a ley .800 y peso de 18 gramos. Su contenido de plata valía 2.62 dólares.

Luego, apareció nuestro peso 0.720 de ley, que valía 2.17 dólares en plata. Y así llegamos hasta 1946. De ese momento en adelante, cuesta abajo en la rodada... En 1947, se redujo el contenido de plata a 0.500 de ley. Contenía nuestro peso plata con valor de 1.27 dólares. 1950, menos peso y ley más baja 13.3 gramos y ley 0.300. Entonces, ya solo vale 0.720 de dólar. Lega 1954, peso de 16 gramos y 0.100 de ley. A 0.28 de dólar compra los que quiere...

¿Y el tipo de cambio? ¡Ah...!, ese capítulo es surrealista. Empezamos en 1875 con un tipo de cambio de 85 centavos mexicanos por cada dólar. Después, permanece casi constantemente a dos pesos por dólar. Gobernaba Porfirio Díaz. El periodo revolucionario no cuenta; cuando termina, nos encontramos con un peso 90 centavos por dólar. Brinca a 3.60, luego ... agárrense; en vertiginoso descenso, López Portillo, que no supo administrar la riqueza y defendió al peso como un perro... de peluche, le dejó la paridad a su sucesor en 70.00, para que éste empezara su mandato llevando la paridad a 150.00 pesos por dólar.

En seis años, Miguel de la Madrid, establece un récord que a pesar de los esfuerzos de sus sucesores, permanece incólume: el peso se devaluó un ¡3,154.29 por ciento! Conforme a la nueva tradición, heredó la paridad en dos mil 285.00 nuevos pesos por dólar. Salinas de Gortari, que fue parco en sus devaluaciones, empezó por una de 31 por ciento y al final sólo había acumulado 36.72 por ciento. De dos mil 285 que recibió, llegó a a tres 114.50. En el periodo actual ya andamos en 233.92 por ciento, de los cuales 118.33 son herencia salinista. Desde 1947 se produjo un lucidor 210,209 por ciento de devaluación.

Antes, con 40.14 gramos que pesaban dos pesos, compraba una onza de plata y le sobraba cambio. Ahora, necesita 360 gramos de nuevos pesos y si la pagara con pesos anteriores, necesitaría 360 kilos de moneda chatarra. El peso... ya no pesa.

¡Ay México...! Ya no tomamos pulque ni vamos a La Merced por el mandado ni a Jamaica por las verduras. La Central de Abastos nos atemoriza. La Lagunilla no es lo que era, Tepito se dedica a la fayuca. En eso de ser muy machos, andamos en mal lugar. Parece que otros son mejores amantes.

Ya ni somos tan religiosos; hasta se dio el penoso caso de que un cura (¡el Abad de la Basílica, nada menos!), pusiera en duda la autenticidad de la Guadalupana.

Ya no mas La Bandida ni Lulú ni... Ahora se llaman sexoservidoras y andan regadas (y regados) por todos lados.

Ya no hay "Tapado", ahora todos andan destapados...

Ya nadie cree en el campeonato mundial de lucha libre, la leche sabe Dios lo que será y el peso... ¡Ay, el peso!; flaco, tres cuartos de cogote y una percha en el escote, lo ví en la madrugada, allá por la Reforma, en una casa de... cambio, a 11 mil 200 (¡perdón, 10.20!) por cada dólar, hecho una... ¿Cómo dice el tango?

rluengo4@hotmail.com

 

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