SEXO EN LA METRÓPOLI

Entonces, ¿cómo reaccionar?. De entrada puedes hacer  cambios para provocar  nuevamente un “subidón” hormonal. Funciona usar lencería sexy, hacer un “striptease”,  ver juntos una película porno, bajar de peso, tomarse un par de copas, una buena cenita con velas y música suave, salir el fin de semana de viaje, ir a un motel, etc. En pocas palabras hacer cambios para romper una inercia que de continuar así puede tronar un matrimonio.

¿Puede ser algo orgánico lo que provoque la falta de deseo sexual en el varón?, nos pregunta Hilda. Sí puede ser, entre otras causas por enfermedades vasculares relacionadas con la edad,  por lo general aparecen entre los 50 y los 60 años, también por sobrepeso, impotencia sexual, diabetes, estrés , depresión clínica, y el uso de ciertos medicamentos.¡En estos casos, urge ir al médico¡

Asimismo, hay hombres que nunca fueron muy fogosos, tienen un bajo deseo sexual y  después de varios años de matrimonio se pone peor la cosa. Evelyn nos dice:” Llevo cuatro años de casada, mi marido nunca ha sido muy cachondo, pero desde el año pasado casi nunca quiere tener relaciones sexuales. No creo que tenga un amante, más bien pienso que el sexo no le interesa”.

En cuanto a si te ponen la cornamenta y por ello ya no te desea sexualmente es muy común que pierda el apetito sexual, que actúe de manera diferente a lo habitual, esté distante, siempre cansado, te evite en la cama y fuera de ella. Si la comunicación entre la pareja está muy deteriorada la terapia puede dar buenos  resultados.

Las continuas peleas también tienen un efecto devastador en el deseo carnal . Hacer el amor  debe ser divertido y placentero. El sexo es como un buen platillo tiene que verse y saber delicioso.

Jacqueline  pregunta a SEXO EN LA METRÓPOLI:-¿Vale la pena aguantar una situación así- sin que tu marido tenga deseo sexual- y por cuánto tiempo?

Sí vale la pena averiguar por qué desapareció el deseo sexual y ver si hay solución, en muchos casos la hay, en algunos otro no. Durante la vida matrimonial hay desajustes de pareja , hay  pérdida de los hábitos sexuales y todo suele reflejarse en el sexo. Lourdes inquiere:¿Tiene fecha de caducidad el deseo? Sí, en el marco del desequilibro hormonal total, sin embargo en un plan más sereno el deseo sexual por tu pareja puede mantenerse toda la vida, o por el contrario extinguirse, depende de mil factores. El amor, la lujuria, la pasión, la diversión en la cama, la variedad son los mejores afrodisíacos.

Vivimos en una sociedad en la que  sigue pareciendo raro que sea el hombre y no la mujer quién pierde el deseo sexual ( siempre y cuando no sea por infidelidad). Es un mito el pensar que por lo general con los años el hombre sigue siendo fogoso y la esposa cada vez más fría. Puede que tú seas más ardiente y él menos. Como nos han enseñado que las cosas tienen que ser al revés, a veces nos sorprende que una mujer tenga un nivel de deseo más alto que un hombre, pero biológicamente no importa el género sino el individuo.

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Establece un día para los dos. Puedes hablarlo con él o simplemente ambientar el hogar. Desde temprano, envíale mensajes eróticos por el teléfono, despídete en la mañana con sensualidad, hazle desear que llegue lo antes posible por ti. Trata de tomar un día cómodo para él, especialmente que al siguiente pueda levantarse tarde. Usa tus herramientas de seducción; báñate con él,  empieza a hacerle masajes en la nuca, los hombros, parte interior de los brazos, de los muslos, pies, etc. sin buscar expresamente el sexo al principio. Cuando tenga despiertos todos sus sentidos hazle la felación. Acaricia su miembro con la lengua y con tus labios: un poco de estímulo..., para, para; otro poco de estímulo, vuelve a parar. Se trata de que vuelvas a encender su deseo sexual, que como se dice en mi pueblo, se retuerza de placer.

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Por lo general nosotras nos  sentimos culpables con la masturbación porque su práctica está asociada con principios morales, y no reparamos en que  es absolutamente necesaria para el desarrollo de una buena sexualidad. Lo es así porque órgano que no se usa, se atrofia y porque nos enseña mucho de nuestro propio cuerpo y de nuestra sexualidad. ¿Cómo podemos decirle a un hombre cómo y dónde acariciarnos si no conocemos nuestras propias respuestas sexuales, si nunca nos hemos masturbado, si no hemos tenido un orgasmo?

También es común sentirnos mal luego de masturbarnos  por haber recibido una estricta educación  en  la nos advirtieron que podríamos lastimar nuestros genitales y porque somos “cochinas” si nos “tocamos allí”.

Lo cierto es que si uno se masturba suavemente con los dedos de una mano limpia prácticamente no hay forma de lastimar los genitales, los cuales por cierto son mucho más resistentes de lo que se cree. Más bien se trata de argumentos prejuiciosos de personas que tratan de disuadir a las mujeres para que no se masturben.

Tampoco son “cochinos” los genitales, si tienes una buena higiene, te cambias de ropa interior diariamente etc.

Uno se pregunta porque entre mujeres no se habla de masturbación cuando entre los hombres  hasta hacen competencias. Parece mentira la cantidad de mujeres que se avergüenzan y niegan masturbarse. En una reciente encuesta que hicimos prácticamente el 100 por ciento de las mujeres que entrevistamos dijeron que consideraban natural que la mujer se masturbara, sin embargo cuando les preguntamos que si ellas lo hacían nos dijeron que no, mientras que todos los varones aceptaron que se masturban. Esperemos que lleguen el día en que se acepte que el deseo y la necesidad sexual es igual en hombres y mujeres, las diferencias son entre los individuos y no por género.

Tampoco se debe sentir miedo por masturbarse ni sufrir remordimientos  porque no sólo estamos conociendo más íntimamente nuestro cuerpo, sino que es una práctica completamente natural. Por cierto está comprobado científicamente que la masturbación además de que no causa ningún daño ni físico ni mental es un medio de relajamiento en momentos de tensión. Claro todo ello siempre y cuando el masturbarse no se convierta en una obsesión.

El tema de la masturbación femenina es todavía considerado como un tabú, aunque nos queramos hacer las muy liberales. Se continúa pensando que hay algo malo en realizar esta práctica. Desde niñas  ,cuando iniciamos el conocimiento de nuestra sexualidad, nos inculcan este concepto además de  censurarnos  por ignorancia, por el “qué dirán” o por lo que sea. Por éstas y otras razones más se siguen escuchando las órdenes de los mayores : “Déjate allí, está sucio, eso no se hace”, y no falta, en ocasiones, hasta el manazo. Desde ese momento se va encasillando a la sexualidad como algo sucio, feo, antinatural, cuando realmente es todo lo contrario siempre y cuando se lleve a cabo en un marco de protección, responsabilidad y respeto..

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Recuerda que los hombres tienen una gran preferencia por los estímulos visuales. Si es evidente que va a pasar algo en la cama, desnúdate despacio delante de él bajo una luz indirecta en el cuarto o en el pasillo. O hazlo en el baño con la puerta abierta para que te vea.
 Déjale ver tu trasero. Acarícialo delante de él. Eso les gusta. De hecho acaríciate todo el cuerpo y míralo directamente a los ojos. Tu sensualidad será la mejor explicación de lo que su sola presencia es capaz de provocar en ti. Regálale la contemplación de tu excitación para que el arte de amar fluya suavemente.

Escribe a  SEXO EN LA METRÓPOLI a monicamartin22@hotmail.com La sexualidad rutinaria y aburrida aniquila la chispa del erotismo, aspecto determinante para la armonía y acercamiento de la pareja. Plantéanos tus dudas e inquietudes de la sexualidad. Respondemos todos los correos.

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Resulta molesto para  las mujeres la cuestión ideológica de las pelis porno por el trato de objeto sexual que se le da a la fémina, pero lo cierto es que el único objetivo de estos videos es excitar. De hecho los actores por lo general son pésimos, totalmente planos, que se ven involucrados en situaciones de lo más forzadas, inverosímiles  y sus jadeos son de lo más artificiales.

 Incluso a veces te atacas de la risa al ver lo antinaturales que son: Las mujeres de las películas porno lanzan chisguetazos de los senos y de la vagina al llegar al clímax, como si se tratara de una manguera abierta con propulsión a chorro o qué me dices del mega tamaño del pene de los actores porno, ¡caray¡, ni los burros en primavera o del cuantioso semen que expulsan los varones al eyacular, pareciera que podría llenar una alberca entera la expulsión de su líquido vital.

 Es claro que hacer el amor no es solamente introducir el pene en la vagina y moverse de una u otra manera aunque lo hagamos como licuadora y en todas las posiciones y por todos los orificios como muestran estas películas. El acto sexual es mucho más que eso e involucra a los cinco sentidos, la creatividad, las fantasías, los juegos eróticos, la comunicación. Pero ver de vez en cuando una película porno con tu pareja como parte del juego erótico que rompe la rutina puede ser muy divertido, cachondo y benéfico para la relación. Jeannete escribió a SEXO EN LA METRÓPOLI: “Para mí es interesante ver ciertos  videos pornográficos porque algunos me dan ideas de posiciones, me excito cuando los veo y mi pareja también, sobre todo cuando tratamos de copiar lo que hacen...”

En tanto, Ale nos dice: “A mí lo que no me gusta de las películas pornográficas es que siempre el hombre es el dominante, me gustaría ver una en la que la mujer le pegue al varón para que no deje de practicarle el sexo oral”. 

Y Ernesto nos pregunta: ¿Me gustaría saber cómo puedo quitarme la adicción de ver películas pornográficas . Me hace sentirme muy mal pero no puedo evitarlo?

Puede ser  que se te pase con el tiempo, pero si ves que se agrava mucho y te sigues sintiendo mal  te recomiendo que vayas con un psicólogo  para que te ayude en ese tema. Por lo pronto te aconsejo que  salgas a la calle, trabajes, hagas ejercicio, que te relaciones y practiques sexo y no estés en la casa viendo películas porno a destajo. Se trata que las películas porno sean un juguete más para hacer aún más placentero y divertido el sexo y no una obsesión que te haga sentir mal.

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¿Pregúntale qué prefiere ella para llegar al orgasmo? Puedes utilizar tus dedos masturbándola para que llegue al clímax, bien humedecidos con tu saliva o con los fluidos de su propia vagina. Quizás le apetezca que utilices un vibrador para conseguirlo. O vuelve a emplear tu lengua en un cunilinguus explosivo que la lleve hasta el final. Pero deja que sea ella la que decida y no tú.

Escribe a SEXO EN LA METRÓPOLI a monicamartin22@hotmail.com Respondemos todas tus dudas e inquietudes sobre la sexualidad. Para que el sexo sea realmente placentero tienes que llevarlo a cabo en un marco de responsabilidad, respeto y mutuo acuerdo. Y si le añades un poco o un mucho de amor, el cóctel será espléndido. 

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Principales Inseguridades Sexuales:

* Ella más preocupada por su figura
* El por el rendimiento y tamaño

Por MÓNICA MARTIN

¿Quiénes son más inseguros en relación con su comportamiento sexual, los hombres o las mujeres? Por supuesto que los dos pero por razones diferentes. El varón está más preocupado por el tamaño y por el rendimiento de su varita mágica en tanto que la mujer por su figura.

 De tal manera que si el hombre no tiene una buena erección o es eyaculador precoz o es dueño de  un miembro sexual pequeñito puede estar tan ansioso que en lugar de sentir que va a una fiesta del  erotismo acaba frustrado o autotorturándose sin piedad alguna..

 Las mujeres también suelen autoflagelarse cuando consideran que sus bubis están caídas, o  que tienen celulitis y estrías,  y panza.

Berenice escribió a SEXO EN LA ERÓTIKA : “Llevo dos meses teniendo relaciones sexuales con mi pareja y todavía prefiero hacerlo con la luz apagada, o con una luz que ilumine poco para que no se fije en las partes de mi cuerpo que no me gustan.

Claudia nos dijo que pararse desnuda con la luz prendida para ir al baño es algo que definitivamente no contempla. Y no tanto por pudor sino por estética.

Sin embargo , como suele suceder muchas veces queremos impresionar a alguien con algo que el otro no le da tanta importancia. Los hombres nos han dicho que para ellos suele ser más excitante una mujer  sexy  y cachonda aunque no esté tan bien hecha que una Barby fría y sin iniciativa.

En tanto que las mujeres no solemos darle tanta importancia al tamaño de la espada masculina a menos que sea tan enorme que digas, “caray, me va a matar” o que sea tan pequeñín que te cueste trabajo ubicarlo. Por lo general impresiona más a las féminas un hombre tierno, cariñoso, altruista en la cama , que haga un excelente sexo oral , que se asegure que llegues al orgasmo que un hombre frío, egoísta pero excelentemente bien dotado con una lanza superior a los 18 ctm. de largo y eso que no hablo de lo ancho. El asunto es que si sientes que  tu cuerpo es poco erótico, es muy fácil que se inhiba el deseo sexual y que se eviten los encuentros sexuales. Por ejemplo, los muy gordos tienden a huir del sexo y piensan en sí mismos como buenos amigos y no como buenos amantes, también le puede pasar eso a los que están traumados con el tamaño de su pene, la forma de sus bubis, etc.

 Sonia nos escribió sobre sus miedos en la alcoba y la solución que le dio al asunto: “ Como me siento muy gorda cuando tengo sexo, trato de evitar la posición de ponerme arriba, porque eso le daría a mi pareja una perfecta visión de mis bubis, que están  caídas y separadas, además dejaría muy al descubierto mi panza la verdad bastante aguada, así que  mejor dejo que él haga todo el trabajo  . Si insiste en que yo esté encima me pongo de espaldas, así no me ve la panza y yo tengo una vista espectacular”. Por su parte Elena nos dice:” Me da vergüenza mi cuerpo y mi novio quiere tener relaciones . Yo soy un poco llenita y por lo mismo con un poco de celulitis y estrías, él dice que no le importa pero a mí sí porque aparte él tiene muy buen cuerpo y creo que espera lo mismo de mí aunque no lo reconoce abiertamente”.

Por cierto , no sólo las gorditas sino también las flaquitas tienen sus inseguridades a la hora de la hora:  Aura nos escribe: “Conozco a mujeres gorditas que por ello  supongo que tienen celulitis, y estrías y sin embargo su mismo peso hace que tengan mas busto y nalgas,  he de confesarte que muchas veces me han despertado envidia porque yo no tengo nada de eso”.

Es cierto que a veces, ante  la calentura del momento, se nos olvidan formas y figuras, aunque después uno pueda cuestionarse:¿ cómo es posible que haya acabado en la cama con esa persona?

Pero bueno, en general, yo diría que sí ya tomaste la decisión de tener una relación sexual deberíamos concentrarnos más en el disfrute de la desnudez de ambos, en despertar cada una de nuestro sentidos , estimulándolos al máximo, sólo así podríamos hablar de erotismo y no de una sexualidad light, exprés y sin chiste. Todos podemos convertirnos en el  o la mejor amante, el asunto es creérnosla, y actuar de manera consecuente sólo así podremos llegar a cultivar el éxtasis y  la sensualidad, dos aspectos que emergen de adentro hacia fuera y no al revés y que poco tienen que ver con la forma de las bubis o el tamaño del pene.

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A las mujeres  suele gustarle el cunilinguus tanto como a ti pueda encantarte la felación o dicho en otras palabras el sexo oral , sin embargo tienes que preguntarle de qué manera siente mayor placer. Hay mujeres que les gusta que primero les acaricien el clítoris con la lengua ,luego vayan a sus pezones o a otra parte del cuerpo y nuevamente bajen a sus genitales. Sin embargo, hay otras féminas que prefieren que su pareja no se frene, sino que se siga de corrido estimulando vía oral el clítoris hasta que ella llegue al orgasmo  porque de lo contrario pierden la inspiración . Es importante que durante esta posición no la apures, ni te desesperes , ni te aburras, deja que ella tome el tiempo que necesita para llegar a ese estado celestial como tú esperarías que ella respetara tus tiempos.

Escribe a SEXO EN LA METRÓPOLI, a monicamartin22@hotmail.com Respondemos todas tus inquietudes y dudas sobre la sexualidad. Encender nuevamente la chispa erótica con tu pareja es posible y fundamental para estabilidad y armonía de la relación.