* En 26 Años fue Artífice de la Libertad de los Pueblos, de la Modernización de la Iglesia Católica y de la Caída del Comunismo. Con la Palabra Conquistó los Cinco Continentes
Por Alfonso Fernández de Córdova M.
-- Segunda y Última Parte --
El Papa Juan Pablo II a través de la Palabra conquistó y transformó al mundo. Sus mensajes siempre fueron universales. No dejó ni rehuyó tema alguno.
Habló a todos. Hombres y mujeres de buena voluntad; creyentes y no creyentes; obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos; enfermos y rebosantes de salud; pobres y ricos; niños, jóvenes y adultos; trabajadores, obreros, estudiantes, técnicos, especialistas, profesionistas; ejecutivos, empresarios, banqueros, industriales y comerciantes; gobernantes y gobernados; reyes, reinas y monarcas de distintos credos; a jerarcas de diversas religiones; a devotos y pecadores y hasta terroristas.
Para todos tuvo la palabra adecuada y la motivación suficiente de solidaridad, justicia, respeto y dignidad humana. Su lenguaje universal fue sencillo, lleno de amor. Nunca descalificó ni recurrió inútilmente al reproche, acusación o amenaza. Se manifestó contrario a la violencia, a lo injusto, a lo degradante y antiético. En las giras pastorales internacionales sembró la semilla de la concordia, conciliación y el perdón. Irradiaba amor e insistía en la palabra cristiana: “amaos los unos a los otros”.
La unión y entendimiento entre las iglesias del mundo, el ecumenismo, y la nueva evangelización de América fueron temas y acciones concretas que practicó y dejó como retos a cumplir por la Iglesia Católica.
Los dos primeros viajes internacionales que realizó el Papa Juan Pablo II, el primero a México, en enero de 1979, donde sentó las bases evangélicas que lo impulsaron en todos los demás periplos, y el segundo, a la vez primero a su natal Polonia, del 2 al 10 de junio del mismo año, conmovió a los pueblos sojuzgados por el socialismo marxista que restringía la libertad de culto. Al año siguiente, el 20 de agosto de 1980, se pronunció entusiasta y vigoroso al surgir el movimiento sindical Solidaridad y el 15 de enero de 1981 recibió en el Vaticano al líder Lech Walesa. En diciembre del mismo año llama a orar a favor de Polonia ante la amenaza de una invasión soviética.
El 7 de junio de 1982, Juan Pablo II recibe en audiencia al presidente Ronald Reagan, ambos se comprometieron a trabajar por la paz mundial y la justicia. El 10 de enero de 1984, Estados Unidos y El Vaticano establecieron relaciones diplomáticas. El 17 de noviembre de 1985, el Sumo Pontífice envió dos mensajes personales, uno a Reagan y otro a Gorbachov, con motivo de la Cumbre de Ginebra. El 13 de enero de 1987, recibió en audiencia privada al presidente del consejo popular comunista de Polonia, Jaruzelski, y del 8 al 14 de junio del mismo año hizo su tercera visita pastoral a Varsovia. Para entonces ya llevaba 35 viajes internacionales en tres continentes.
En 1989, el 27 de mayo, Juan Pablo II conversó en su despacho en Roma, con el presidente George Bush. El 13 de noviembre se reunió con los obispos de Alemania Occidental y el 19 de noviembre cae el muro de Berlín y se inicia el derrumbe del bloque socialista en Europa Oriental y otras partes del orbe. El 1 de diciembre conversa en El Vaticano con el Presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, el gran reformador y autor de la Perestroika y quien estuvo acompañado por su esposa Raissa.
La trascendencia de las homilías de Su Santidad en cada entrevista, reunión y mensajes intercambiados con los interlocutores mencionados rindieron los primeros frutos tangibles y las representaciones diplomáticas, nunciaturas y delegaciones apostólicas del Vaticano en los países visitados fueron intensas y eficaces. Juan Pablo II entretejió suave y finamente una red de convencimiento de que sólo mediante la paz social y el ejercicio de las libertades humanas sería posible la paz mundial y el anhelado desarrollo de los pueblos.
La acción siguió adelante, pues del 6 al 14 de mayo de 1990 hace el segundo viaje a México a tejer la difícil y compleja revisión del artículo 130 Constitucional, pues paradójicamente en 130 años no hubo relaciones oficiales, desde la separación de ambos estados, aunque sí existían en forma discrecional y extraoficial, ya que los arzobispos, la Iglesia, el clero en general y la inmensa población católica mexicana no eran “fantasmas”, como lo dijera alguna vez monseñor Luis María Martínez, Arzobispo Primado de México, de 1936 a 1956, quien por cierto ahora será elevado a la calidad de beato en camino a la santidad. El jueves 12 de mayo del 2011, anteayer, fue exhumado su cuerpo de la cripta en la Catedral Metropolitana y conducido a la capilla de la Inmaculada Concepción de la misma. La Comisión para la Causa de los Santos inició el proceso eclesial y el Cardenal Norberto Carrera Rivera atestiguó la ceremonia.
El 26 de agosto de 1990 hace un llamado a la paz en el Golfo Pérsico, luego de la invasión de Irak a Kuwait. El 3 de octubre se produjo la reunificación de las dos Alemanias, con gran regocijo en todo el mundo.
En 1991, el 5 de febrero, Juan Pablo II recibe en su despacho al ahora Presidente de la Polonia libre, Lech Walesa, el otrora líder obrero del Sindicato Solidaridad, a diez años de su primer encuentro o acercamiento con Karol Wojtyla, el Papa Santo.
En diciembre de ese año, es disuelta la otrora potencia socialista Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) y su presidente Mijail Gorbachov, ideólogo y ejecutor de una nueva revolución sin derramamiento de sangre ni bombardeos, aunque con mucha oposición de los comunistas radicales, dimitió.
En 1992, enero, El Vaticano reconoce a la Federación Rusa y la independencia de Croacia y Eslovenia de la antigua Yugoslavia, establece relaciones diplomáticas con ellas y posteriormente hace lo mismo con Ucrania, Lituania, Letonia y Estonia, así como la ex Checoslovaquia, dividida en dos: la República Checa y Eslovaquia.
El 21 de septiembre de 1992, marca “El Gran Final” de incansables debates en más de 130 años entre conservadores y liberales; creyentes, laicos y ateos; izquierdistas y derechistas y de las nuevas ideologías socialistas y otras especies vivientes quedaron acalladas cuando en mensajes simultáneos restablecieron relaciones oficiales y diplomáticas el Estado Mexicano y El Vaticano.
Los viajes pastorales internacionales del Papa Juan Pablo II continuaron por todo el mundo y en todos dejó profundas huellas de su pensamiento pacifista y humanista, así ablandó a los líderes y gobernantes más reacios y recios, a quienes previamente había invitado a platicar en Roma, cordialmente, luego visitó sus países, donde abrió las sedes diplomáticas vaticanas.
Así por ejemplo: en 1994 estableció relaciones con Sudáfrica y con Israel, así como inició contactos con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Visitó África por décima ocasión tocándole a Camerún, Sudáfrica y Kenya, del 14 al 20 de septiembre de 1995, en el 67 vuelo internacional. En 1996, el 19 de noviembre, concedió audiencia al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, y el 19 de diciembre al presidente palestino Yasser Arafat.
“QUE CUBA SE ABRA AL MUNDO Y EL MUNDO SE ABRA A CUBA”
Paso trascendental fue el 81 viaje internacional y la visita pastoral de Juan Pablo II a Cuba, del 18 al 21 de enero de 1998, donde se reunió con Fidel Castro en el Palacio de la Revolución, desde ahí hizo la apertura simbólica de la Iglesia Católica en la isla mayor de las Antillas. En su histórico mensaje pidió “…que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba”.
La apoteosis popular rompió el protocolo formal y el pueblo se volcó de entusiasmo hacia el Papa Misionero. ¡El milagro se hizo! Hoy en día Cuba es otra. Aún hay limitaciones y rigidez en algunos aspectos, pero mucho se avanza en el reajuste del sistema revolucionario. Del 16 al 19 de abril pasado, el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba aprobó 131 reformas económicas, políticas y sociales que tienden a liberar viejos y caducos sistemas de normas, reglas y disposiciones gubernamentales.
Efectivamente Cuba se abrió al mundo. Hay inversiones extranjeras, se fomenta el turismo para captar divisas y se establecen los mecanismos para que los cubanos viajen al exterior y, en el interior, puedan establecer negocios particulares o privados. La economía centralizada se encamina hacia una economía de mercado. Llevará tiempo implementar la nueva economía cubana, lo importante es que la decisión está tomada y será cuestión de esperar los momentos de práctica. Hay que prever y proveer para lograr el equilibrio entre oferta y demanda y todo lo que conlleva el libre mercado, a fin de evitar los riesgos y vicios que pudieran presentarse por la falta de sensatez, experiencia y conocimientos que requiere un cambio de sistema económico, aunado al político y social.
Del Papa podríamos seguir y seguir sus palabras y sus pasos en 26 años de pontificado, pero el espacio y el tiempo nos impiden hacer más por ahora. Sólo resta asentar que el legado es enorme e inagotable. Dejamos constancia de su obra y cátedra política a cientos de políticos con los que se entrevistó, sobre todo, la influencia moral y espiritual que sacudió conciencias y reblandeció corazones antes duros y fríos. Al final notamos que el tiempo, la edad y las palabras calaron en hombres que hasta se convirtieron del dogmatismo socialista a la tolerancia y amor al prójimo que enseña el catolicismo, cuando se trata de dirigir a un pueblo o a muchas comunidades del orbe. |