TU NOMBRE PERFUME QUE SE DERRAMA POR ENTERO
MINERVA LOPEZ MENDEZ
El Jueves Santo marca el inicio del Triduo Pascual, corazón de la liturgia de la Semana Mayor e inicia con la misa matutina donde se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los Catecúmenos y de los Enfermos.
El Santo Crisma, representación del Espíritu Santo, está compuesto de aceite de oliva símbolo de Fortaleza y Abundancia y Bálsamo perfumado para evocar el "suave olor de la vida cristiana"; se utiliza en las ceremonias de Bautizo y Confirmación. Representa la plena distribución de la gracia de Dios.
En la bendición del Santo Crisma, se acostumbra que el obispo entone el siguiente canto:
"En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, el darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, Santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que, al principio, entre otros dones de tu bondad, mandaste a la tierra a producir árboles frutales entre los que naciese el olivo, suministrador de este licor y fruto que sirviese para este sagrado crisma.
Pues también David, presintiendo con profético espíritu los sacramentos de tu gracia, cantó que con el óleo se alegrarían nuestros rostros, y cuando antaño los crímenes del mundo eran expiados por el diluvio, una paloma demostró una semejanza del futuro don anunciando con la rama de olivo la paz devuelta a la tierra, lo cual en estos últimos tiempos vemos manifiestamente cumplido, cuando borrados todos los crímenes cometidos por las aguas del bautismo, esta unción del óleo torna nuestros rostros alegres y serenos.
Por eso también diste mandato a tu siervo Moisés de constituir sacerdote a su hermano Aarón mediante la unción de este ungüento, tras haberse lavado con agua.
Añadióse a éste un más amplio honor cuando tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor, exigió a Juan que le lavara en las aguas del Jordán para que, habiendo enviado el Espíritu Santo desde las alturas a semejanza de paloma sobre tu Unigénito, le proclamaras, por el testimonio de la consiguiente voz, que en él tenías tus mejores complacencias y claramente manifestara que era Aquél a quien el profeta David había cantado como ungido entre todos con el óleo de exultación.
Por ello te pedimos, Señor santo, Padre omnipotente, eterno Dios, por el mismo Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor, que santifiques con tu bendición a esta criatura para que se mezcle con ella la virtud del Espíritu Santo, cooperando el poder de Cristo, tu Hijo, de quien tomó nombre el crisma con el que ungiste a sacerdotes, reyes, profetas y mártires, a fin de que sea crisma de salvación para quienes renacieren del agua y del Espíritu Santo, y les haga partícipes de la vida eterna y consortes de la gloria celestial.
Por el mismo Señor Nuestro Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén".
Acto seguido, el obispo mezcla el bálsamo con el aceite de oliva. Luego de la bendición del Santo Crisma, el obispo bendice el óleo de los Catecúmenos y pronuncia la siguiente oración:
"Oh, Dios, remunerador de todo incremento y aprovechamiento espiritual, que por la virtud del Espíritu Santo fortaleces a las rudimentarias almas vacilantes, te pedimos, Señor, te dignes enviar tu bendición sobre este óleo y por la unción de esta criatura concedas a los que vengan al lavatorio de la bienaventurada regeneración, la purificación de alma y cuerpo, para que si algunas manchas de los espíritus enemigos se adhirieron a ellos, desaparezcan al contacto con este óleo santificado, no quede lugar para las malicias del demonio, ningún recurso a los poderes en fuga, ninguna licencia para ocultarse los males en acecho, sino que a tus siervos que vienen a la fe y han de ser limpiados por la acción de tu Espíritu Santo, sea la preparación de esta unción útil para la salvación, que han de conseguir también por la natividad de la regeneración en el sacramento del bautismo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, y al mundo con fuego. Amén».
El Óleo para los Enfermos se consagra primero con un exorcismo y después recibe la bendición:
«Te pedimos, Señor, que envíes desde lo alto de los cielos tu Espíritu Santo el Paráclito a este aceite de la oliva, que, en tu benevolencia, has dignado producir del verde árbol para el fortalecimiento del alma y del cuerpo; que por tu santa bendición sea protección de alma y cuerpo para cuantos reciban la unción con esta medicina celestial y alivie este óleo todos los dolores, todas las debilidades, toda dolencia mental o corporal...
Sea para nosotros, Señor, unción perfecta, por ti bendita, permanente en nuestras entrañas.
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo."
Al terminar la misa crismal de la mañana del Jueves Santo, el obispo exhorta a los sacerdotes al uso sagrado de los óleos santos. La Iglesia designó la mañana del Jueves Santo como único día del año para consagrarlos.
En la tarde del Jueves Santo se celebra una sola misa en la que el obispo o sacerdote celebra la Ultima Cena, en remembranza de lo hecho por Jesús con los apóstoles, cuando instituyó la comunión. Los sacerdotes presentes reciben la eucaristía de manos del obispo.
Posteriormente, al cantar el Gloria se tocan las campanas, mismas que no se entonarán sino hasta el Gloria de Pascua, el Domingo de Resurrección.
En la misa de Jueves Santo se omiten el beso de la paz y del anillo episcopal antes de tomar la comunión, en recuerdo de la traición de Judas quien entregó al Salvador con un beso . Se omite también el beso del anillo episcopal para recordar la afrenta que Jesús recibió de uno de los mismos apóstoles.
El lavatorio de los pies, obligatorio según la liturgia del Jueves Santo, rememora la humildad y caridad de Cristo ante sus discípulos durante la Ultima Cena cuando los exhortó a amarse los unos a los otros como el los ama.
Según la liturgia católica "con el óleo de los catecúmenos se extiende el efecto de los exorcismos, pues los bautizados se vigorizan, reciben la fuerza divina del Espíritu Santo, para que puedan renunciar al mal, antes de que renazcan de la fuente de la vida en el bautizo."
El óleo de los catecúmenos se usa en los sacramentos del bautismo, confirmación y de ordenación sacerdotal
El color del dicho óleo es verde amarillo.
En el óleo de los enfermos el acto de unción, antes llamado extremaunción, el Espíritu Santo vivifica y transforma enfermedad y muerte en sacrificio. Este óleo santo de utiliza para remediar las dolencias de alma y cuerpo de los enfermos.
El acto de la unción posee varios significados simbólicos, pues el aceite significa abundancia y alegría, purificación, curación, y quien es ungido con óleo sagrado recibe fuerza y santidad.
Según la doctrina católica, "todas estas significaciones de la unción con aceite se encuentran en la vida sacramental. La unción antes del Bautismo con el óleo de los catecúmenos significa purificación y fortaleza; la unción de los enfermos expresa curación y el consuelo.
La unción del santo crisma después del Bautismo, en la Confirmación y en la Ordenación, es el signo de una consagración. Por la Confirmación, los cristianos, es decir, los que son ungidos, participan más plenamente en la misión de Jesucristo y en la plenitud del Espíritu Santo que éste posee, a fin de que toda su vida desprenda "el buen olor de Cristo".
¿QUÉ ES SEMANA SANTA?
- Al final de la cuaresma los católicos celebran la Semana Santa, en la que recuerdan la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
- La Semana Santa comienza con el DOMINGO DE RAMOS
EL JUEVES SANTO:
- El jueves de la Semana Santa, Cristo tuvo la ULTIMA CENA con sus apóstoles. Esta cena es muy importante porque en ella Jesús, como sabía que iba a morir, quiso hacer algo para poder quedarse para siempre con los hombres.
EL VIERNES SANTO :
- Después de la última cena, Jesús fue a rezar a un monte que se llamaba de los Olivos y allí lo tomaron preso.
- Después lo interrogaron, lo azotaron, le pusieron una corona de espinas, se burlaron de El y finalmente le clavaron en una cruz y murió.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
- Después de su muerte, Cristo fue sepultado y al tercer día RESUCITÓ. Este domingo de resurrección es el día más importante de la Semana Santa, es el día de más alegría para los católicos.
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