"Necesitamos hablar "...

DIOS


SAN ANTONIO DE PADUA

ESCRIBELE

 







 





 






SAN JOSE
CUARESMA

Los 10 Mandamientos

Explicación de cada Mandamiento
y los pecados contra cada uno
basado en el Catecismo de la Iglesia Católica

1-  Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2-  No tomarás el nombre de Dios en vano..

3-  Santificarás el día del Señor.
4-  Honrarás a tu padre y a tu madre.
5-  No matarás.

6-  No cometerás actos impuros.
7-  No robarás.
8-  No levantarás falsos testimonios ni mentirás.
9-  No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10-No codiciarás los bienes ajenos.



NAVIDAD

TODO ESPLENDOR Y TODO GLORIA

 

 

MINERVA LOPEZ MENDEZ

Fue a una mujer, María de Magdala, la primera a quien Jesús resucitado se apareció. Privilegio de privilegios el recibido por María Magdalena, quien según los Evangelios ungió a Jesús con aceite perfumado, aquella mujer por quien el Salvador expresó que al hablar de tales hechos se hablaría de ella. María Magdalena, discípula de Jesús, a quien Santo Tomás de Aquino nombrara Apóstola de los apóstoles:

«¿Qué has visto de camino, María, ¿en la mañana?»
«A mi Señor glorioso, la tumba abandonada,
los ángeles testigos, sudarios y mortaja.
 ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea, allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos la gloria de la Pascua. »
"Primicia de los muertos,
sabemos por Tu gracia que estás resucitado;
la muerte en Ti no manda.
Rey vencedor,
apiádate de la miseria humana
y da a tus fieles parte en tu victoriasanta."

Para la Iglesia Católica la Resurrección de Cristo es piedra angular de la fe. La tristeza del  Viernes Santo, el lamento del Sábado Santo se disipa ante el esplendor y la gloria de Jesús  Resucitado,  lo cual se manifiesta sin reservas en el siguiente

HIMNO DE LA CARTA DE
SAN PABLO A LOS COLOSENSES:

 "Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de Él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por Él y para Él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz."
                                                                         

La historia de la cultura española y latinoamericana se ha enriquecido con la aportación de grandes pintores y poetas inspirados en diversos pasajes de la Biblia.

En la  literatura destaca Félix Lope de Vega y Carpio, (1562-1635) eximio poeta español quien escribió en sus Rimas Sacras el siguiente soneto:

"¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno escuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué estraño desvarío
si de mi ingratitud el yelo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:
Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía!

¡Y cuántas, hermosura soberana:
Mañana le abriremos -- respondía --,
para lo mismo responder mañana!"

Lope de Vega, también  denominado "Fenix de los ingenios"
También escribió el siguiente soneto, considerado uno de los más bellos de la literatura española del Siglo de Oro:

"Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño:
tú, que hiciste cayado de ese leño
en que tiendes los brazos poderosos,

vuelve los ojos a mi fe piadosos
pues te confieso por mi amor y dueño
y la palabra de seguirte empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.

Oye, pastor, pues por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.

Espera, pues, y escucha mis cuidados...
Pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies clavados?

Su Santidad Benedicto XVI, ha dicho hoy en la Pascua de Resurrección lo siguiente, según la traducción distribuida por la Santa Sede:
 
Resurrexi, et adhuc tecum sum. Alleluia! He resucitado, estoy siempre contigo. ¡Aleluya! Queridos hermanos y hermanas, Jesús, crucificado y resucitado, nos repite hoy este anuncio gozoso: es el anuncio pascual. Acojámoslo con íntimo asombro y gratitud.

"Resurrexi et adhuc tecum sum". "He resucitado y aún y siempre estoy contigo". Estas palabras, entresacadas de una antigua versión del Salmo 138 (v.18b), resuenan al comienzo de la Santa Misa de hoy. En ellas, al surgir el sol de la Pascua, la Iglesia reconoce la voz misma de Jesús que, resucitando de la muerte, colmado de felicidad y amor, se dirige al Padre y exclama: Padre mío, ¡heme aquí! He resucitado, todavía estoy contigo y lo estaré siempre; tu Espíritu no me ha abandonado nunca. Así también podemos comprender de modo nuevo otras expresiones del Salmo: "Si escalo al cielo, allí estás tú, si me acuesto en el abismo, allí te encuentro... Porque ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día; para ti las tinieblas son como luz" (Sal 138, 8.12).

"Es verdad: en la solemne vigilia de Pascua las tinieblas se convierten en luz, la noche cede el paso al día que no conoce ocaso. La muerte y resurrección del Verbo de Dios encarnado es un acontecimiento de amor insuperable, es la victoria del Amor que nos ha liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte. Ha cambiado el curso de la historia, infundiendo un indeleble y renovado sentido y valor a la vida del hombre.

"He resucitado y estoy aún y siempre contigo". Estas palabras nos invitan a contemplar a Cristo resucitado, haciendo resonar en nuestro corazón su voz. Con su sacrificio redentor Jesús de Nazaret nos ha hecho hijos adoptivos de Dios, de modo que ahora podemos introducirnos también nosotros en el diálogo misterioso entre Él y el Padre. Viene a la mente lo que un día dijo a sus oyentes: "Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar" (Mt 11,27).

 "En esta perspectiva, advertimos que la afirmación dirigida hoy por Jesús resucitado al Padre, - "Estoy aún y siempre contigo" - nos concierne también a nosotros, que somos hijos de Dios y coherederos con Cristo, si realmente participamos en sus sufrimientos para participar en su gloria (cf. Rm 8,17). Gracias a la muerte y resurrección de Cristo, también nosotros resucitamos hoy a la vida nueva, y uniendo nuestra voz a la suya proclamamos nuestro deseo de permanecer para siempre con Dios, nuestro Padre infinitamente bueno y misericordioso.

"Entramos así en la profundidad del misterio pascual. El acontecimiento sorprendente de la resurrección de Jesús es esencialmente un acontecimiento de amor: amor del Padre que entrega al Hijo para la salvación del mundo; amor del Hijo que se abandona en la voluntad del Padre por todos nosotros; amor del Espíritu que resucita a Jesús de entre los muertos con su cuerpo transfigurado. Y todavía nás: amor del Padre que "vuelve a abrazar" al Hijo envolviéndolo en su gloria; amor del Hijo que con la fuerza del Espíritu vuelve al Padre revestido de nuestra humanidad transfigurada.

"Esta solemnidad, que nos hace revivir la experiencia absoluta y única de la resurrección de Jesús, es un llamamiento a convertirnos al Amor; una invitación a vivir rechazando el odio y el egoísmo y a seguir dócilmente las huellas del Cordero inmolado por nuestra salvación, a imitar al Redentor "manso y humilde de corazón", que es descanso para nuestras almas (cf. Mt 11,29).

"Hermanas y hermanos cristianos de todos los rincones del mundo, hombres y mujeres de espíritu sinceramente abierto a la verdad: que nadie cierre el corazón a la omnipotencia de este amor redentor. Jesucristo ha muerto y resucitado por todos: ¡Él es nuestra esperanza! Esperanza verdadera para cada ser humano. Hoy, como hizo en Galilea con sus discípulos antes de volver al Padre, Jesús resucitado nos envía también a todas partes como testigos de su esperanza y nos garantiza: Yo estoy siempre con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo (cf. Mt 28,20). Fijando la mirada del alma en las llagas gloriosas de su cuerpo transfigurado, podemos entender el sentido y el valor del sufrimiento, podemos aliviar "las múltiples heridas que siguen ensangrentando a la humanidad, también en nuestros días. En sus llagas gloriosas reconocemos los signos indelebles de la misericordia infinita del Dios del que habla al profeta: Él es quien cura las heridas de los corazones desgarrados, quien defiende a los débiles y proclama la libertad a los esclavos, quien consuela a todos los afligidos y ofrece su aceite de alegría en lugar del vestido de luto, un canto de alabanza en lugar de un corazón triste (cf. Is 61,1.2.3).

"Si nos acercamos a Él con humilde confianza, encontraremos en su mirada la respuesta al anhelo más profundo de nuestro corazón: conocer a Dios y entablar con Él una relación vital en una auténtica comunión de amor, que colme de su mismo amor nuestra existencia y nuestras relaciones interpersonales y sociales. Para esto la humanidad necesita a Cristo: en Él, nuestra esperanza, "fuimos salvados" (cf. Rm 8,24)

"Cuántas veces las relaciones entre personas, grupos y pueblos, están marcadas por el egoísmo, la injusticia, el odio, la violencia, en vez de estarlo por el amor. Son las llagas de la humanidad, abiertas y dolientes en todos los rincones del planeta, aunque a veces ignoradas e intencionadamente escondidas; llagas que desgarran el alma y el cuerpo de innumerables hermanos y hermanas nuestros. Éstas esperan obtener alivio y ser curadas por las llagas gloriosas del Señor resucitado (cf. 1 P 2, 24-25) y por la solidaridad de cuantos, siguiendo sus huellas y en su nombre, realizan gestos de amor, se comprometen activamente en favor de la justicia y difunden en su alrededor signos luminosos de esperanza en los lugares ensangrentados por los conflictos y dondequiera que la dignidad de la persona humana continúe siendo denigrada y vulnerada.

"El anhelo es que precisamente allí se multipliquen los testimonios de benignidad y de perdón.

"Queridos hermanos y hermanas, dejémonos iluminar por la luz deslumbrante de este Día solemne; abrámonos con sincera confianza a Cristo resucitado, para que la fuerza renovadora del Misterio pascual se manifieste en cada uno de nosotros, en nuestras familias y nuestros Países. Se manifieste en todas las partes del mundo.

"No podemos dejar de pensar en este momento, de modo particular, en algunas regiones africanas, como Dafur y Somalia, en el martirizado Oriente Medio, especialmente en Tierra Santa, en Irak, en Líbano y, finalmente, en Tibet, regiones para las cuales aliento la búsqueda de soluciones que salvaguarden el bien y la paz. Invoquemos la plenitud de los dones pascuales por intercesión de María que, tras haber compartido los sufrimientos de la Pasión y crucifixión de su Hijo inocente, ha experimentado también la alegría inefable de su resurrección. Que, al estar asociada a la gloria de Cristo, sea Ella quien nos proteja y nos guíe por el camino de la solidaridad fraterna y de la paz.

"Éstos son mis anhelos pascuales, que transmito a los que estáis aquí presentes y a los hombres y mujeres de cada nación y continente unidos con nosotros a través de la radio y de la televisión.
¡Feliz Pascua!"

 

 

JESUSCRISTO

 

TU NOMBRE PERFUME QUE SE DERRAMA POR ENTERO 

MINERVA LOPEZ MENDEZ

El Jueves Santo marca el inicio del Triduo Pascual, corazón de la liturgia de la Semana Mayor e inicia con la misa matutina donde se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los Catecúmenos y de los Enfermos.

El Santo Crisma, representación del Espíritu Santo, está compuesto de aceite de oliva símbolo de Fortaleza y Abundancia y Bálsamo perfumado para evocar el "suave olor de la vida cristiana"; se utiliza en las ceremonias de Bautizo y Confirmación.  Representa la plena distribución de la gracia de Dios.

En la bendición del Santo Crisma, se acostumbra que el obispo entone el siguiente canto:

"En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, el darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, Santo Padre, omnipotente y eterno Dios, que, al principio, entre otros dones de tu bondad, mandaste a la tierra a producir árboles frutales entre los que naciese el olivo, suministrador de este licor y fruto que sirviese para este sagrado crisma.

Pues también David, presintiendo con profético espíritu los sacramentos de tu gracia, cantó que con el óleo se alegrarían nuestros rostros, y cuando antaño los crímenes del mundo eran expiados por el diluvio, una paloma demostró una semejanza del futuro don anunciando con la rama de olivo la paz devuelta a la tierra,  lo cual en estos últimos tiempos vemos manifiestamente cumplido, cuando borrados todos los crímenes cometidos por las aguas del bautismo, esta unción del óleo torna nuestros rostros alegres y serenos.

 Por eso también diste mandato a tu siervo Moisés de constituir sacerdote a su hermano Aarón mediante la unción de este ungüento, tras haberse lavado con agua.

Añadióse a éste un más amplio honor cuando tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor, exigió a Juan que le lavara en las aguas del Jordán para que, habiendo enviado el Espíritu Santo desde las alturas a semejanza de paloma sobre tu Unigénito, le proclamaras, por el testimonio de la consiguiente voz, que en él tenías tus mejores complacencias y claramente manifestara que era Aquél a quien el profeta David había cantado como ungido entre todos con el óleo de exultación.

Por ello te pedimos, Señor santo, Padre omnipotente, eterno Dios, por el mismo Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor, que santifiques con tu bendición a esta criatura para que se mezcle con ella la virtud del Espíritu Santo, cooperando el poder de Cristo, tu Hijo, de quien tomó nombre el crisma con el que ungiste a sacerdotes, reyes, profetas y mártires, a fin de que sea crisma de salvación para quienes renacieren del agua y del Espíritu Santo, y les haga partícipes de la vida eterna y consortes de la gloria celestial.

Por el mismo Señor Nuestro Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén".

Acto seguido, el obispo mezcla el bálsamo con el aceite de oliva. Luego de la bendición del Santo Crisma, el obispo bendice el óleo de los Catecúmenos y pronuncia la siguiente oración:

"Oh, Dios, remunerador de todo incremento y aprovechamiento espiritual, que por la virtud del Espíritu Santo fortaleces a las rudimentarias almas vacilantes, te pedimos, Señor, te dignes enviar tu bendición sobre este óleo y por la unción de esta criatura concedas a los que vengan al lavatorio de la bienaventurada regeneración, la purificación de alma y cuerpo, para que si algunas manchas de los espíritus enemigos se adhirieron a ellos, desaparezcan al contacto con este óleo santificado, no quede lugar para las malicias del demonio, ningún recurso a los poderes en fuga, ninguna licencia para ocultarse los males en acecho, sino que a tus siervos que vienen a la fe y han de ser limpiados por la acción de tu Espíritu Santo, sea la preparación de esta unción útil para la salvación, que han de conseguir también por la natividad de la regeneración en el sacramento del bautismo.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, y al mundo con fuego. Amén».

El Óleo para los Enfermos se consagra primero con un exorcismo y después recibe  la bendición:

«Te pedimos, Señor, que envíes desde lo alto de los cielos tu Espíritu Santo el Paráclito a este aceite de la oliva, que, en tu benevolencia, has dignado producir del verde árbol para el fortalecimiento del alma y del cuerpo; que por tu santa bendición sea protección de alma y cuerpo para cuantos reciban la unción con esta medicina celestial y alivie este óleo todos los dolores, todas las debilidades, toda dolencia mental o corporal...
 Sea para nosotros, Señor, unción perfecta, por ti bendita, permanente en nuestras entrañas.

 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo."

Al terminar la misa crismal de la mañana del Jueves Santo, el obispo exhorta a los sacerdotes al uso sagrado de los óleos santos. La Iglesia designó la mañana del Jueves Santo como único día del año para consagrarlos.
En la tarde del Jueves Santo se celebra una sola misa en la que el obispo o sacerdote celebra la Ultima Cena, en remembranza de lo hecho por Jesús con los apóstoles, cuando instituyó la comunión. Los sacerdotes presentes reciben la eucaristía de manos del obispo.

Posteriormente, al cantar el Gloria se tocan las campanas, mismas que no se entonarán sino hasta el Gloria de Pascua, el Domingo de Resurrección.

En la misa de Jueves Santo se omiten el beso de la paz y del anillo episcopal antes de tomar la comunión, en recuerdo de la traición de Judas quien entregó al Salvador con un beso . Se omite también el beso del anillo episcopal para recordar la afrenta que Jesús recibió de uno de los mismos apóstoles.

El lavatorio de los pies, obligatorio según la liturgia del Jueves Santo, rememora la humildad y caridad de Cristo ante sus discípulos durante la Ultima Cena cuando los exhortó a amarse los unos a los otros como el los ama.

Según la liturgia católica "con el óleo de los catecúmenos se extiende el efecto de los exorcismos, pues los bautizados se vigorizan, reciben la fuerza divina del Espíritu Santo, para que puedan renunciar al mal, antes de que renazcan de la fuente de la vida en el bautizo."

El óleo de los catecúmenos se usa en los sacramentos del bautismo,  confirmación y de ordenación sacerdotal

El color del dicho óleo es verde amarillo.

En el óleo de los enfermos el acto de unción, antes llamado extremaunción, el Espíritu Santo vivifica y transforma enfermedad y muerte en sacrificio. Este óleo santo de utiliza para remediar las dolencias de alma y cuerpo de los enfermos.

El acto de la unción posee varios significados simbólicos,  pues el aceite significa abundancia y alegría, purificación, curación, y quien es ungido con óleo sagrado recibe fuerza y santidad.

Según la doctrina católica, "todas estas significaciones de la unción con aceite se encuentran en la vida sacramental. La unción antes del Bautismo con el óleo de los catecúmenos significa purificación y fortaleza; la unción de los enfermos expresa curación y el consuelo.

La unción del santo crisma después del Bautismo, en la Confirmación y en la Ordenación, es el signo de una consagración. Por la Confirmación, los cristianos, es decir, los que son ungidos, participan más plenamente en la misión de Jesucristo y en la plenitud del Espíritu Santo que éste posee, a fin de que toda su vida desprenda "el buen olor de Cristo".

 

¿QUÉ ES SEMANA SANTA?

- Al final de la cuaresma los católicos celebran la Semana Santa, en la que recuerdan  la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

- La Semana Santa comienza con el DOMINGO DE RAMOS

EL JUEVES SANTO:

- El jueves de la Semana Santa, Cristo tuvo la ULTIMA CENA con sus apóstoles. Esta cena es muy importante porque en ella Jesús, como sabía que iba a morir, quiso hacer algo para poder quedarse para siempre con los hombres.

EL VIERNES SANTO :

- Después de la última cena, Jesús fue a rezar a un monte que se llamaba de los Olivos y allí lo tomaron preso.

- Después lo interrogaron, lo azotaron, le pusieron una corona de espinas, se burlaron de El y finalmente le clavaron en una cruz y murió.

 

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

- Después de su muerte, Cristo fue sepultado y al tercer día RESUCITÓ. Este domingo de resurrección es el día más importante de la Semana Santa, es el día de más alegría para los católicos.

 

 


ABUSOS SEXUALES DE CLERIGOS DELITO QUE NO PRESCRIBE: PAPA EN AMEN

 

Aprovechando Semana Santa y mientras el Papa Francisco respondía preguntas de 10 jóvenes en el documental AMEN, el fiscal del estado de Maryland presentó un informe en el que revela que más de 150 clérigos católicos abusaron sexualmente de al menos 600 niños, desde los años 1940 hasta 2002 en la arquidiócesis de Baltimore, en el noreste de Estados Unidos, según un informe revelado este miércoles, que acusa a la Iglesia de "complicidad".


En referencia a los abusos sexuales de clérigos, el Papa Francisco fue interrogado por los jóvenes que aparecen en AMEN, y sostiene que “es un delito penal que no debe prescribir y que debe castigarse”.


La Fiscalía de Maryland agregó:


Entre los 156 presuntos pederastas figuran sacerdotes, diáconos, profesores y seminaristas que cometieron "abusos horribles y repetidos", según el informe del fiscal del estado de Maryland, que detalla cómo con frecuencia se aprovecharon de la confianza de los padres o de la comunidad.


"La gran cantidad de abusadores y víctimas, la depravación de la conducta de los abusadores y la frecuencia con la que se dio a los abusadores conocidos la oportunidad de seguir abusando de los niños es increíble", afirma el informe del fiscal, que pese a ser oficial no constituye una inculpación.


Asegura que los casos no eran investigados y que número de víctimas puede ser mayor.


Tras la publicación del informe, el arzobispo de Baltimore, William Lori, ofreció sus "más sinceras disculpas" a todos "los supervivientes".


Cuesta imaginar "que semejantes actos malvados puedan haber ocurrido realmente", pero "ocurrieron", afirmó en un comunicado.


Prometió que este "periodo condenable" de la historia de esta arquidiócesis no sería "ocultado ni olvidado" y aseguró que desde 1993 se transmiten "todas las denuncias de abuso a las fuerzas del orden" para que no se repita.


Entre otros temas, el Papa elogió las virtudes del sexo en el documental difundido el miércoles, describiéndolo como "una de las cosas hermosas que Dios le ha dado a los humanos".


El pontífice de 86 años hizo el comentario en la producción de Disney+ "The Pope Answers", que captura una reunión que tuvo el año pasado en Roma con 10 personas de poco más de 20 años.


Francisco fue consultado en el encuentro sobre una variedad de temas, incluidos los derechos LGBT+, el aborto, la industria de la pornografía, el sexo y la fe y los abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica.


También se le preguntó a Francisco si sabía qué es una "persona no binaria" y respondió afirmativamente. Reiteró que las personas LGBT+ deben ser acogidas por la Iglesia Católica.

"Todas las personas son hijos de Dios, todas las personas. Dios no rechaza a nadie, Dios es un padre. Y yo no tengo derecho a expulsar a nadie de la Iglesia", dijo.

Sobre el aborto, Francisco dijo que los sacerdotes deberían ser "misericordiosos" con las mujeres que han interrumpido un embarazo, pero declaró que la práctica sigue siendo inaceptable.

"Es bueno llamar a las cosas por su nombre. Una cosa es acompañar a la persona que tuvo uno (aborto) y otra muy distinta justificar el acto", dijo.

Las declaraciones del Papa fueron publicadas por L'Osservatore Romano, el periódico oficial del Vaticano, que describió su conversación con los jóvenes como un "diálogo abierto y sincero".

05/04/23

 

 

 

BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR

 

Por MINERVA LOPEZ MENDEZ
 
HOSANNA
                            
"Señor Jesús,
bendice nuestro hogar
y el amor que nos reúne.
Quédate en medio nuestro
acompañando nuestros dolores y alegrías.
Haz que sintamos tu presencia
todos los días del año.
Ayúdanos a crecer como familia unida
y prepara nuestro corazón para vivir
el camino del amor a los demás
que nos enseñaste con tu vida."

Oración católica.

Del Domingo de Ramos o Pascua Florida al Domingo de Resurrección transcurre el período sagrado del  Cristianismo denominado Semana Santa o Semana Mayor, donde se recuerda la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

La Pascua de Resurrección ocurre el domingo posterior a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. Se calcula empleando la Luna Llena eclesiástica que casi siempre coincide con la Luna llena astronómica.

El Domingo de Ramos marca el fin de la Cuaresma --Domingo de Ramos, Lunes, Martes y Miércoles santos y el inicio del Triduo Pascual, Jueves, Viernes y Sábado, para arribar al glorioso Domingo de Resurrección.

La Iglesia Católica inicia la Semana Mayor con la misa solemne del Domingo de Ramos, en la que se recuerda la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, montado en un pollino, aclamado por la multitud que posteriormente lo llevaría a la Crucifixión y Muerte de la que salió victorioso al vencerla el Domingo que celebramos Su Resurrección.

Aunque en los Evangelios no se mencionan plantas, es costumbre la Bendición de los Ramos que en inicialmente fueron de palma blanca y olivo.

 En varios países movimientos ecologistas han llamado a la defensa de la palma blanca, especialmente la de Elche, en España y en México a algunas especies de palma. La Fundación Pro Aves de Colombia promueve la conservación de especies nativas de palma por ser hábitat de loros y guacamayas en peligro de extinción y sugiere la utilización de otra especie de palma para la celebración del Domingo de Ramos.

En México se acostumbra la Bendición de los Ramos, compuestos de palma, manzanilla romero y laurel y en algunos sitios se le añaden claveles o geranios.

Según la tradición católica la Palma simboliza el martirio de Cristo y el Olivo la paz.

Este Domingo de Ramos

El representante de la Iglesia Católica, el papa Francisco, inició la Semana Santa en la Plaza de San Pedro, el Vaticano, con un llamado de humildad para los fieles y sacerdotes.

Al igual que en el Vaticano, millones de personas agitaron palmas y ramas de olivo en todo el mundo, en una conmemoración masiva en la que los cristianos celebran el día en que la Biblia dice que Jesús entró a Jerusalén y fue alabado como mesías, para ser crucificado días después.

En su homilía el Papa Francisco resaltó la importancia de resistir la tentación del triunfalismo y ser humildes.


Ante miles de fieles que se reunieron en la plaza de San Pedro, el Papa recordó que "de las aclamaciones de la entrada en Jerusalén se pasó a la humillación de Jesús" y "de los gritos de fiesta al ensañamiento feroz", pues esta misa representa la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

Las palmas y ramos de olivo que se utilizan en esta celebración son símbolos de la paz.

Durante su homilía, Francisco hizo una reflexión de cómo Jesús ante "la carta del triunfalismo" que le ofreció el diablo "respondió permaneciendo fiel a su camino, el camino de la humildad".

El Papa Francisco presidió hoy la misa del Domingo de Ramos, un día después de salir del hospital por una bronquitis, y en su homilía defendió a los "abandonados" del mundo: "Nadie puede ser marginado", dijo ante miles de fieles y con la voz aún débil durante esta eucaristía que abre la Semana Santa.

"Para nosotros, discípulos del Abandonado, nadie puede ser marginado; nadie puede ser abandonado a su suerte"

"Jesús abandonado nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados. Para nosotros, discípulos del Abandonado, nadie puede ser marginado; nadie puede ser abandonado a su suerte", animó ante una plaza de San Pedro engalanada y abarrotada de fieles.

En este sentido, recordó a un mendigo muerto en la columnata vaticana "solo y abandonado" y que, dijo, representa a Cristo.

Jesús nos muestra cómo hemos de afrontar los momentos difíciles y las tentaciones más insidiosas, cultivando en nuestros corazones una paz que no es distanciamiento, no es pasividad o creerse un superhombre, sino que es un abandono confiado en el Padre y en su voluntad de salvación, de vida, de misericordia", señaló el sumo pontífice.

Tras esto, criticó al triunfalismo pues "trata de llegar a la meta mediante atajos, compromisos falsos" y que "busca subirse al carro del ganador".

El triunfalismo vive de gestos y palabras que, sin embargo, no han pasado por el crisol de la cruz; se alimenta de la comparación con los demás, juzgándolos siempre como peores, con defectos, fracasados”, expresó el Papa.

Una forma sutil de triunfalismo es la mundanidad espiritual", señaló y la consideró "el mayor peligro, la tentación más pérfida que amenaza a la Iglesia", citando al teólogo francés Henri-Marie Lubac.

Jesús destruyó el triunfalismo con su pasión", agregó Francisco.

Para el pontífice, "el verdadero triunfo debe dejar espacio a Dios"; y para dejar espacio a Dios, señaló "solo hay un modo: el despojarse, el vaciarse de sí mismo. Callar, rezar, humillarse".

 

 

 

 

 

 

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