Loable Llamado del Arzobispo y Cardenal Norberto Rivera
Mensajes Alentadores del Presidente Felipe Calderón Hinojosa
La Realidad Económica y las Conmemoraciones Centenarias
Por Alfonso Fernández de Córdova M.
Así somos los mexicanos, con luces y sombras, con lucidez y testarudez, con alegría y tristeza, con ganas de redoblar esfuerzos y trabajo, pese al arrastre de lastres como el ancestral malinchismo, egoísmo, traición y desunión que tanto frenan los buenos propósitos, y acostumbrados o resignados a navegar contra corrientes de viento, marea y hasta inusual clima generalizado de bajas temperaturas, incluso debajo de cero, como las cernidas en este inicio de enero de 2010 en la mayor parte del país.
Después de los festejos, descansos y celebraciones, desde el 12 de diciembre hasta el 6 de enero, del tradicional y coloquial “puente Guadalupe-Reyes”, ampliado ahora por el intenso frío y nevadas, y caracterizada la voluntad de un pueblo que sobre toda adversidad y debilidad sabe gozar, disfrutar, reír, llorar, orar, cantar, bailar y gritar, como dijo el Santo Padre Juan Pablo II, inició la febril actividad de los mexicanos, cinco días después, o sea el lunes once de este invernal mes.
La febril actividad es la parte digna de los mexicanos laboriosos, esforzados, responsables y deseosos de seguir adelante desafiando la adversidad económica, social y climática. Dignos son los que no se dejan vencer por el destino, la edad avanzada u otras difíciles circunstancias que se les presentan.
En este tenor se encuentra la población que escogió el camino del bien, los virtuosos, los bien intencionados, orientados, educados y poseedores de los valores y principios que los distinguen como gente de bien, la que sigue en el desarrollo humano o de perfeccionamiento de sus actos, actitudes y aptitudes. Afortunadamente son muchos, suman millones, de lo contrario este país y el mundo ya no existirían como tales. Esa gente es la que conforma una fuerza energética incalculable y, además, se sustenta en sus creencias religiosas y la fe en la existencia de un Dios o Ser Supremo.
La libertad de pensamiento alcanzada por el hombre terrenal le permite creer o no creer en un Ser Superior y todo lo que lo rodea. Pero lo cierto es, porque así lo demuestran infinidad de testimonios, que los agnósticos y ateos -entre los 25 y 65 años de edad- cuando se acercan a los 70 y 80 años de edad se ablandan y empiezan a reconsiderar su pasado y reconciliar su presente. Finalmente aceptan la existencia de un Todopoderoso. Las edades citadas no son definitivas, son referencias promedio sujetas a la forma de vida que lleva cada persona en lo individual y en lo social en su medio ambiente vivido.
Estas son reflexiones que prevalecen cada fin de año y principio de un nuevo ciclo de vida y vienen a colación cuando recordamos las homilías del Arzobispo y Cardenal Norberto Rivera Carrera, el 26 de diciembre pasado y el 9 de enero, en la Catedral Metropolitana, dedicados a la Sagrada Familia, en el primer día, y la solidaridad de las iglesias evangélicas, ortodoxa y católica, en la segunda fecha, en el mismo lugar.
El Cardenal Rivera afirmó: “Debemos rezar por las familias agobiadas por el materialismo y el relativismo. Por ello, la Iglesia no dejará de defender los valores morales y sacramentales, como el matrimonio entre hombre y mujer”.
Actualmente, dijo, es notoria la agresión que sufren las familias cristianas por leyes y acciones que pretenden equiparar las uniones de personas del mismo género con la institución matrimonial, lo que lastima los preceptos religiosos y sociales. La Iglesia está consciente y reconoce la existencia de personas con distintas preferencias sexuales, lo que no implica que el matrimonio tradicional se aplique ahora a contraponer la naturaleza de esta unión con la del homogénero y la opción de adoptar a un ser inocente y ajeno a dicho acto antinatural. Las leyes deben defender y fortalecer la institución matrimonial, la armonía, comprensión, respeto y demás lazos de afecto y amor de varón y fémina, para desalentar el divorcio derivado del desamor.
“El bien común exige que las leyes reconozcan y favorezcan la unión matrimonial para la correcta formación de la familia, que es la célula primaria de la sociedad. Hacer lo contrario es ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio cultural de la humanidad, por lo que el matrimonio hombre-mujer no podrá ser suplantado ni eliminado”.
Otro aspecto loable de la Iglesia Católica metropolitana es la reanudación de la Pastoral Empresarial, que hace un llamado a los empresarios a solidarizarse con el pueblo en estos momentos críticos para la economía familiar, debido a la nueva escalada de precios en bienes y servicios, y de tarifas e impuestos, no obstante dos años anteriores de carencias, alzas del costo de la vida, recesión y remate de los ahorros y recursos de las clases sociales, ahora paupérrimas, a consecuencia de las erráticas políticas económicas de los gobiernos panistas que no supieron gobernar.
La Pastoral Empresarial invita y orienta a los empresarios, principalmente comerciantes, a no recargar todo el peso de la inflación a los consumidores más desprotegidos y a que actúen con responsabilidad cristiana, conciencia social y antepongan la justicia, como virtud y los principios de solidaridad y subsidiaridad, caridad y dignidad cristiana.
El sacerdote Héctor Peña García, de la II Vicaría, expresó que la Pastoral Empresarial fue reactivada en las iglesias de las Lomas de Chapultepec, Bosques de las Lomas y en la de la nueva ciudad corporativa de Santa Fe (próximamente en Polanco). Ahí se practica la Doctrina Social Cristiana, mediante el dialogo con los empresarios sobre su papel más allá de los cuidados de la producción de su empresa, pues los empleados y sus familias merecen apoyo y consideración ante las crisis. “Mientras el empleado esté bien, la empresa estará mejor. No es cuestión de sólo pensar en la producción y lo monetario, sino en tener empleados en ambientes de trabajo sanos. Está comprobado el buen resultado”.
VERGÜENZAS
En cuanto a las vergüenzas sabemos, por ejemplo: el nuevo Secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, debutó con el pie izquierdo al aumentar sorpresivamente gasolinas y diesel, y comprometió la palabra empeñada del Jefe del Ejecutivo, de que no habría modificación en los energéticos hasta el día último de diciembre. El sábado 19 de diciembre amaneció en las gasolinerías, la Magna a 7.77 pesos el litro, un día antes estuvo a 7.72; el sábado 26 a 7.80 y el sábado 2 de enero a 7.88 pesos, es decir, subió 16 centavos y no 8 como dijo el funcionario (5, 3 y 8 centavos, respectivamente). Ante el ruido político en los medios de comunicación y en la Cámara de Diputados, el sábado 8 de enero ya no variaron. Los precios se mantienen en 7.88 la Magna (de mayor consumo popular), 9.66 la Premium y 8.24 el diesel.
A partir del 2 de enero aumentaron el gas doméstico e industrial, las gasolinas, turbosina, la energía eléctrica, el IVA, el ISR, impuestos especiales y derechos, agua, luz, Metro. Bueno eso ya estaba contemplado por el Congreso desde noviembre pasado. Es innegable el impacto inflacionario en todos los demás bienes y servicios.
El colmo y una vergüenza más es que el ahora gobernador del Banco de México, Agustín Carstens afirmó que dichos incrementos impositivos no tendrían un impacto en la inflación, que según sus pronósticos será de sólo 5.25 por ciento en el 2010 y que al cierre de 2009 fue de 3.57 por ciento, cuando indicadores económicos bancarios y del sector privado calcularon la espiral inflacionaria en casi seis por ciento anual. En tanto, el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, vaticinó que la inflación oscilará en 4.75 por ciento en este año y habrá estabilidad de precios. ¿Dónde? ¿A quién creerle?
Aquí lo que debemos plantear es: ¿Quién es el verdadero jefe de las finanzas públicas y dónde se llevan? ¿En los Pinos o en 5 de Mayo, en Banxico? ¿Acaso seguirá como jefe el gobernador de Banxico sobre la voz y autoridad del titular de la SHCP? Basta citar que Carstens fue el artífice del impuesto conocido como IETU y la política hacendaria y fiscal en los tres primeros años del Presidente Calderón, misma que hizo caer estrepitosamente el Producto Interno Bruto y causó 42 mil amparos empresariales contra el IETU, que revisa la Suprema Corte de Justicia de la Nación y pronto abrirá audiencias a los empresarios para conocer sus fundamentos. Éstos piden sea derogado, porque frena el crecimiento e inversiones en los sectores productivos y duplica, con el IVA, la carga tributaria. Ésta resta competitividad a las empresas en los mercados.
El sector privado está sin ánimos de festejar el Bicentenario de la Independencia Nacional y el Centenario de la Revolución. “Porque hoy como ayer, más de la mitad de la población vive en la pobreza, con mayor desigualdad social y estamos rezagados en la dinámica económica y política mundial. Al igual que en 1810 y 1910, México necesita transformarse positivamente, no por el camino de la violencia física o verbal, sino por medio de la participación, la búsqueda de coincidencias y la construcción de acuerdos. Se necesita un cambio profundo y eficaz para enfrentar la realidad. Hay tensión social y la energía, poderosa, que genera hay que aprovecharla para el cambio”, afirmó Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente de Coparmex.
LAS BUENAS INTENCIONES DE FCH
Por vergüenzas no paramos, pero demos vuelta a la hoja y comentemos los mensajes recientes del Presidente Felipe Calderón, quien afirmó: “2010 será un buen año para México, porque además es el Año de la Patria. Es el año en que celebramos nuestro cumpleaños número 200 como mexicanos y de ser independientes. Deseo que en cada hogar haya armonía, mucha paz y felicidad en este año que comienza. Debemos festejarlo con alegría, patriotismo, trabajo en cada hogar y en el Gobierno, protegiendo y preservando lo que hemos conseguido como nación. A la generación de 1810 le tocó conquistar la libertad, a la actual le corresponde defenderla y preservarla. Es por ello, que mi gobierno trabaja a favor de la seguridad de los mexicanos”.
En otro acto hizo público reconocimiento a los nuevos héroes del 2010, a los que han entregado su sangre y su vida al defender la seguridad de los mexicanos y del país, y han caído en el cumplimiento de su deber en la lucha contra el crimen organizado, a través de sus corporaciones llámense Ejército, Fuerza Aérea, Armada de México, PGR y Policía Federal de la SSP, que anotaron resonantes golpes a las cabezas del narcotráfico, narcocorrupción y narcotraición.
El Presidente Calderón, al dirigirse a embajadores y cónsules de México en el Exterior, destacó el papel relevante de la Canciller Patricia Espinosa, y los instruyó a divulgar la verdadera imagen de México, en el combate a la delincuencia, el respeto a los derechos humanos y borrar la idea de violencia y otras distorsiones que dicen del país. “Jamás he escuchado a un brasileño hablar mal de Brasil. Y sí he escuchado a mexicanos hablar mal de México en el mundo. Se vale disentir, criticar, pero también se vale hablar bien de México, sobre todo, se vale cuando se está fuera del país, sobre todo cuando se es servidor público y más cuando se es del Servicio Exterior mexicano”, concluyó. |