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De la escritora Olivia de Montelongo
26 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Académicos rinden homenaje a la sor juanista Olivia de Montelongo y la historiadora doña Norma Vázquez Alanís nos describe la ceremonia.

La Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG) rindió homenaje a una de sus más distinguidas integrantes, la poeta, narradora y dramaturga Olivia de Montelongo, quien ha dedicado gran parte de su vida al estudio de la obra de sor Juana Inés de la Cruz, precisamente en la fecha en que naciera como Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana hace 369 años (1651).

La maestra Elizabeth Rembis Rubio, presidenta de la ANHG, fue la encargada de abrir el reconocimiento a De Montelongo con la presentación de una semblanza biográfica y un repaso de sus más importantes obras, entre ellas Canto verde, un cuento infantil escrito en 1979 y que ha dado la vuelta al mundo.

Olivia de Montelongo nació en Saltillo, Coahuila; estudió historia del arte en Instituto Hispano Mexicano con el doctor Raúl Cordero Amador, así como creación literaria y literatura general e investigación en la Casa del Lago con el profesor Adolfo Anguiano Valadés; actualmente es directora de la Comisión de estudios de Sor Juana de la propia ANHG, institución patrocinada por la Universidad Nacional Autónoma de México.

La escritora ha sido merecedora de numerosos galardones por parte de instituciones como la Academia Mexicana de las Bellas Artes y el Centro Mundial Pro-Fortalecimiento de los Valores Humanos, además del Premio de la Rama de Escritores Mexicanos de la FEM.

En su producción literaria hay cuento -género en el que destaca Canto verde-, poesía -cuyo trabajo cumbre es Diálogos con Sor Juana- y teatro -con la impactante obra La Herencia-, sin embargo, la mayor parte de su investigación la ha dedicado a la poeta novohispana porque, dice, “soy la buscadora del alma de Sor Juana y seguiré escribiendo sobre ella hasta que muera”.

El pintor sorjuanista Rafael Muñoz López le regaló a la escritora la obra que se convirtió en portada de su libro Diálogos con Sor Juana.

Esta devoción de Olivia de Montelongo por la monja jerónima propició que en 2007 se le rindiera un homenaje en Nepantla, la tierra que vio nacer a Juana Inés de Asbaje, y le fue entregada una placa de

reconocimiento a su labor por parte del gobierno del Estado de México, dijo Rembis Rubio al recorrer la vida de esta investigadora, quien es académica de número de la ANHG.

También hablaron sobre la homenajeada los académicos Alicia Albornoz y Carlos Martínez Plata, quienes coincidieron en reconocer su trayectoria como narradora, poeta, dramaturga y además creadora del libreto para una ópera sobre Sor Juana Inés de la Cruz, cuya música fue compuesta por el maestro Emilio Pérez Casas.

La historiadora ecuatoriana avecindada en México, Alicia Albornoz, se refirió a dos de los libros de la escritora De Montelongo, De siempre y entonces y Litoral de gaviotas; en el primero recupera sus memorias de la infancia en su natal Saltillo y en la segunda revela sus dotes en la poesía erótica.

Comentó Albornoz que De siempre y entonces es una obra escrita en prosa, pero cargada de poesía, de palabras que brotan como cántaro de agua fresca; aquí desfilan los fantasmas, seguimos su corazón y vemos páginas que nos retornan a la vida, sentimos los olores y sabores de los momentos de su infancia, el rescate del tiempo en un lugar.

El objetivo de la literatura es recrear la vida y Olivia de Montelongo lo hace con gran maestría, apuntó la historiadora. Litoral de gaviotas es una delicia, está lleno de metáforas, y la metáfora es el punto de contacto entre la materia y el espíritu.

Mientras que el historiador Carlos Martínez Plata habló sobre ‘Sor Juana y la novicia Olivia de Montelongo’, en referencia al interés de la escritora y poeta por la monja jerónima. Dialogar con Sor Juana es una tentación irrefrenable y Olivia lo hace con maestría al contestar a la religiosa en verso.

Octavio Paz en su obra Sor Juana o las trampas de la fe cita a escritoras que se insertaron en la obra de la llamada Décima Musa, y entre ellas destaca Olivia de Montelongo, señaló Martínez Plata.

En 1094 versos Olivia conversa con la monja sin desdoro. Es suyo un talante de creatividad literaria y artística dijo para concluir.

Otras obras de la homenajeada son El alma y las uvas de nostalgia, Los círculos rojos y Teatromanía.

Pero De Montelongo ha incursionado igualmente en el haikú, en el cual encontró un refugio hecho palabras, mismas que supo usar con precisión casi milimétrica para crear su libro Hatillo de Luciérnagas.

Durante la sesión homenaje para la académica Olivia de Montelongo se proyectó una edición de su película Las pasiones de

Sor Juana, de la que fue guionista y directora; una coproducción con España que fue presentada en el VII Festival de culturas Iberoamericanas en 2018.

craveloygalindo@gmail.com

 


Del cuartelazo militar y otro atentado a la prensa
25 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

El director general editorial y de contenidos de Quadratin Estado de México, Quintana Roo, Querétaro y Oaxaca, Gabriel Flores Archundia, informó de la agresión que este lunes 22 de febrero realizó un grupo de personas encapuchadas en contra de la infraestructura y del personal.

Quadratin ha sido un medio de comunicación siempre abierto a las expresiones de la sociedad, sin embargo, por los daños causados y las amenazas al personal, presentarán la denuncia correspondiente.

La turba de siempre culpable del imperdonable atentado al digno representante de la libertad de prensa.

Unimos nuestra protesta.

Y del Diario Oficial de la Federación, que nos acerca el abogado Jorge Alberto Ravelo Reyes, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, nos explica la muerte de Madero y Pino Suárez.

Pero antes nos explica también por qué hoy miércoles 24 de febrero de 2021 es Día de la Bandera.

Los Estados nacionales poseen símbolos patrios que encarnan su identidad, unión, independencia, soberanía y valores cívicos.

Cada símbolo expresa esos valores con elementos visuales.

En el caso de México, la conformación de los símbolos patrios conjuga los orígenes prehispánicos con la consumación de su independencia y la consolidación del Estado Nacional mexicano.

El 24 de febrero de 1821, el general brigadier Agustín de Iturbide dio a conocer el Plan de Iguala por el cual se proclamó la Independencia de México del imperio español.

Iturbide había acordado con jefes políticos y militares realistas y con el general insurgente Vicente Guerrero, el fin de la guerra, iniciada 11 años atrás en el pueblo de Dolores, Guanajuato, por Miguel Hidalgo y Costilla.

El Plan de Iguala ostentó como lema Tres Garantías: “Independencia, Religión y Unión”, que figuraron en una bandera confeccionada en la villa de Iguala, para ser portada por el Ejército Trigarante que consumó la independencia e hizo su entrada triunfal en la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821.

Los colores verde, blanco y rojo caracterizaron desde entonces el lábaro patrio.

Un elemento sustantivo de la Bandera Nacional es el Escudo que nos identifica como mexicanos.

Sus orígenes se remontan al mito fundacional de la Ciudad de México-Tenochtitlan, en 1325.

En tiempos de la Independencia Nacional, los ejércitos de Morelos utilizaron banderas en cuyo centro figuraba un águila posada sobre un nopal.

En 1821, la bandera Trigarante de Iturbide no tenía al águila como escudo sino tres estrellas doradas.

El 2 de noviembre de 1821 se publicó el primer decreto sobre las características de la Bandera Nacional, conformada por tres franjas verticales en verde, blanco y rojo, en cuyo centro reposaba un águila coronada posada sobre un nopal.

Con el establecimiento del Estado republicano, en 1824, la bandera mexicana adquirió sus rasgos esenciales con la disposición de los colores verde, blanco y rojo en posición vertical, y en el centro del blanco el Escudo Nacional, que consta de un águila real posada sobre un nopal, devorando una serpiente.

En el transcurso de los siglos XIX y XX, el Escudo Nacional tuvo diferentes modificaciones en cuanto a su disposición, orientación y estilo, hasta su conformación actual.

En la actualidad, de acuerdo con la ley expedida el 8 de febrero de 1984, última reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación de 30 de noviembre de 2018, los símbolos patrios de nuestro país son el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional.

Por medio de esta ley se definen sus características, sus usos oficiales, las fechas cívicas y el protocolo a seguir para su debido respeto y honores.

Aparecen en la documentación oficial, las monedas, las ceremonias cívicas, en oficinas, edificios y plazas, entre otros espacios públicos, y en torneos deportivos nacionales e internacionales.

Y ahora hablemos sobre el cuartelazo militar del traidor Victoriano Huerta, tal como lo reconoce la secretaría de Gobernación

“El 9 de febrero de 1913 inició el cuartelazo militar que puso fin al gobierno democrático del presidente Francisco I. Madero.

Ese día, un sector del ejército federal encabezado por Manuel Mondragón, liberó de la prisión a Bernardo Reyes y a Félix Díaz, presos por levantarse en armas contra el gobierno.

De manera infructuosa los rebeldes intentaron tomar el Palacio Nacional.

Murió en la acción Bernardo Reyes.

Félix Díaz se refugió en la fortaleza militar de La Ciudadela, en el centro de la Ciudad de México.

Madero, para sustituir al general Lauro Villar quien había sido herido al impedir la toma de Palacio Nacional, nombró al general Victoriano Huerta como encargado de someter a los golpistas.

En lugar de acabar con los traidores, Huerta entró en tratos con ellos. Sacrificó a una parte de las tropas leales al gobierno en ataques infructuosos a la Ciudadela.

Celebró un pacto con Félix Díaz, en la embajada de Estados Unidos con el apoyo del embajador estadounidense Henry Lane Wilson, para derrocar al presidente Madero.

Dio órdenes para apresar a Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez en Palacio Nacional, donde los obligó a firmar su renuncia, a cambio de respetar su vida y la de sus familias para partir al exilio en Cuba.

Sin embargo, faltó a su palabra. Huerta urdió una maniobra legal para que el presidente interino que sustituyó a Madero, Pedro Lascuráin, lo nombrara secretario de Gobernación, hecho lo cual Lascuráin renunció a la presidencia con lo que Huerta se hizo cargo del Poder Ejecutivo de la Nación.

Ordenó el asesinato de Madero y de Pino Suárez.

El 22 de febrero, alrededor de las once de la noche, Madero y Pino Suárez recibieron la orden de alistarse para salir.

Abandonaron el recinto presidencial en dos automóviles que se dirigieron al oriente de la ciudad.

Al llegar a las inmediaciones de la Penitenciaría de Lecumberri fueron obligados a descender de los vehículos.

Madero fue acribillado por la espalda.

Pino Suárez corrió la misma suerte.

Una vez perpetrado el doble homicidio, los asesinos vaciaron la carga de sus pistolas sobre los vehículos para aparentar un supuesto ataque de los maderistas.

Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, desconoció al gobierno usurpador y encabezó al movimiento armado para restablecer el orden constitucional.

craveloygalindo@gmail.com

 


De mis bendiciones 20
23 de febrero de 2020

Benditos sean aquellos que con una sonrisa amable se detienen a charlar conmigo por unos momentos

Es obvio que Club Primera Plana y Excélsior, como otros periódicos que existen o existieron, conjugan el intelecto, la cultura, la prosapia, el orgullo y la profesión que todos, de un modo u otro, compartimos. He hablado del periódico de la entonces Vida Nacional. Pero lo fundamental era la comida de los cuates en nuestro Club.

Es menester la razón de la creación de tal almuerzo. Hoy ya se convirtió en cena, pues la comida la sirven casi al anochecer, ante el disgusto de “nosotros los viejos periodistas”, ¿verdad Estrada Lang y José Carlos Robles?

Resulta que nos juntábamos para jugar dominó Teodoro Rentería, Fernando González Mora, Raúl Durán Cárdenas, Fernando Irala, Jorge Coo y yo, en diversas cantinas de la ciudad. Allí, obvio, bebíamos y comíamos los alimentos que daban como botana por los tragos, o de la carta. Nos salía, aún prorrateando la cuenta, como lumbre. Decidimos de común acuerdo –porque antes, debo advertirlo y admitirlo, no había discrepancias- realizar nuestra reunión en la sede del Club. Contratar una cocinera y ayudantes para hacernos una comida casera respetable. Sugerimos la mitad de la semana, los miércoles, para reunirnos, platicar, beber, fumar –hoy ya está prohibido- y comer prójimo.

No olvido que uno de los socios, autor de un proyecto constitucional, para 2018, don Arturo Salcido Beltrán donó al grupo, vaya al Club para ser precisos, dos mesas profesionales, de cantina, para jugar dominó. Que llenábamos cada miércoles.

Unos jugábamos las fichas, otros platicaban, los menos cantaban con Ramoncito, guitarrista invitado perpetuo. Ya hablamos de Coo, Trejo, Chávez Guzmán, que en verdad no cantaban mal las rancheras. Los dos primeros ya se adelantaron. El otro, Héctor, que fue nuestro presidente del club, se ausentó voluntariamente del grupo, como Salcido Beltrán. Luego surgió que a la comida de los cuates invitáramos a “gente bonita”. Al principio era padre. Pero luego la gente bonita, se convirtió en poco bonita. Tenerlos que soportar, o de plano mejor no asistir, porque de plano era fea.

Cómo me encanta el chisme. Pero a nadie le echo la culpa. Sino a todos, que como ahora nunca nos ponemos de acuerdo, hasta en lo más insignificante. Dicen que esa es la democracia, similar a la que se

practica en el gobierno. Cuyo significado de la palabrita griega, ya lo descubrí ante el solaz de muchos colegas: Demo: atole. Cracia: dedo. Que uniéndola quiere decir, ni nada más ni nada menos que “ATOLE CON EL DEDO”. Y así nos las llevamos, adentro y afuera del Club. Pero eso sí hay buenos amigos, periodistas o no.

No me extraña que exista la envidia, cuando antaño esa palabra entre nosotros no existía. Nos reuníamos los amigos, deliberábamos para saber quién, cada dos años, podría ser nuestro presidente, y de común acuerdo se le elegía mediante votación. Hoy surgen candidatos a diestra y siniestra. Y como en las campañas políticas –¿de dónde habremos aprendido?- se arroja lodo a los candidatos. Y el que gana, tiene encima a todos los que no estuvieron en su favor.

Muy desagradable.

Tengo que referirme a cuando hace casi cincuenta años se fundó el Club. Desde entonces han desfilado como presidente Daniel Cadena Zepeda, Alfonso Argudín, Héctor Manuel Chávez, Raúl Durán Cárdenas, Rafael Castillejas, José Carlos Robles, Víctor García Solís, Francisco Rodríguez Díaz, Mauricio Ortega Gamberos, Juan José Bravo Monroy, Teodoro Rentaría Arróyave, Fausto Fernández Ponte, Julio Pomar y hoy la primera mujer: Rosaura Cruz de Gante.

Julio Pomar fue designado por Rentería para reemplazar a Fausto Fernández Montes, que renunció a la presidencia. ¿Y saben ustedes el por qué? Es de morirse de risa la causa: Haberle pedido que ordenara servir la comida de los cuates, a más tardar a las tres de la tarde. No olvido que nos dijo en la cantina del Club, airado: “miren yo soy el presidente, no la cocinera. Pídanselo a ella.” Ante su enojo lo comprometimos al insistir en que él era quien, al establecer por su jerarquía un toque de campana para comenzar a servir, que se ponía frente a su lugar en la mesa, la hiciera sonar a las tres.

De entonces, iracundo –por supuesto sin razón- se despidió, por carta del Club. Y fue entonces, repito, que a propuesta de Teodoro Rentería Arróyave la mesa directiva designó a Julio Pomar para que concluyera la gestión de Fausto. Así lo hizo. Pero se encariñó tanto con la silla de presidente, que pretendió designar sustituto, lo que nadie permitió.

Votamos. Y por una abrumadora mayoría ganó Rosaura.

No me acuerdo qué candidato salió derrotado, amén de la vanidad de Julio Pomar Jiménez. Pero debo reconocer que se llegó a tal problema, por los cambios que se han hecho al estatuto del Club. Muchos determinaron hacerlo en plural: estatutos, porque dijeron son

muchos artículos que lo conforman. Y otros que no. Desde allí, y ya cambiado el como se diga, surgieron modificaciones.

Una de ellas en que se levantaba el veto por el cual el voto negativo de un socio, uno sólo, impedía el acceso a un nuevo socio. Roto eso, comenzó la estampida. Primero para entrar y luego para salirse, sin pagar cuotas, ni comidas, por supuesto.

El desorden resultó al determinar que una mayoría podía aceptar a nuevos socios, incluso sin ser periodistas, pero sí amigos de sus amigos.

Algo inicuo, sin razón y desordenado, como lo hemos visto recientemente. Creo que los nuevos estatutos ¿o estatuto? Reglamentan con justicia tal barbaridad. Debemos reconocer que entre el grupo de nuevos socios, (muchos de ellos ya emigraron, gracias a Dios) se encuentran excepcionales reporteros y mejores periodistas. Y también, por la pluralidad de caracteres o razas –¿se dice así don Héctor Manuel Chávez Guzmán? Él es mi corrector de estilo de cabecera –otros, también excelentes, fueron ahuyentados.

No se vale que en una sesión con damas (o sin ellas) alguien se levante y, perdón, chingue, con todas sus letras, a quien se atrevió a corregirlo. En un centro de cultura, en donde el intelecto, no la intelectualidad, sino la inteligencia (perdón por el pleonasmo) brinda alternancias gramaticales, fruto bendito de nuestra profesión. Y en presencia de señoras periodistas que alternan, con creces, con nosotros, los hombres. Ellas siguen siendo damas, hasta su muerte. Y así, insisto, hay que respetarlas. No digo quien fue el ofensor. Pero si digo, sostengo y afirmo que las ofensas, las malas palabras –salvo en la cantina- sólo sirven para defenderse de la incultura y gritarlo, -de qué otro modo puede gritarse don Nacho Zúñiga-, para ponerla en alto.

Repito una y otra vez que el Club Primera Plana cuando ya ha recibido a grandes reporteros, los antiguos periodistas , y no digo viejos para que nadie se ofenda, les aplaudimos. Tampoco digo nombres, pero todos saben de ellos. Ya lo dije antes, mucho antes. Los tenemos, aún en espíritu, aún cuando hayan sucumbido.

Somos, todos, una calamidad. Pero casi todos, moderados. Nos comprendemos; nos aceptamos, nos perdonamos. Y seguimos tan campantes.

Berta Hidalgo de Gilabert, ya finada, fue durante décadas la primera y única mujer, periodista, del Club Primera Plana. Con ella otros sobresalientes del periodismo, como José de Jesús Quesada, cronista taurino y editorialista; Alberto Domingo, Alejandro Iñigo, con sus ocho

libros publicados, Ángel Torres González, César Córdoba, Antonio Flores Mazzari, Demetrio Bolaños Espinosa, cronista parlamentario y jefe de la oficina de los gobernadores; Darío Rodríguez Esquivel, Gustavo Ortiz Hernán; Daniel Ramos Nava, Joel Patiño, Humberto Luis Valdivia, el doctor Luis Varela y Cid, Raúl Hernández, Regino Díaz Redondo, Jorge Villa Alcalá, Javier Álvarez. Quién podría poner peros a este grupo. Fueron y, aún muchos son, exponentes fieles del periodismo escrito, hablado y también televisado.

Es menester informar que han ingresado como socios al Club Primera Plana numerosos directores de revistas. Este fenómeno se debió a la necesidad de obtener buenos periodistas que, salidos de los matutinos, hubieron fundar o ingresar a revistas que más tarde, por su capacidad llegaron a ser los directores generales. Puedo nombrar a Raúl Gómez Espinosa, Abraham Mohamed, Mauro Jiménez Lazcano, Miguel López Azuara, Elías Chávez, Alberto Cabot, Ángel Soriano Carrasco, Rubén C. Jáuregui, Othón Villega y Salvador del Río.

Son gente de primera. Conocedores. Pero sobre todo conscientes de que nuestro lema es la libertad de expresión, en cualquier manifestación. Pero enemigos, supongo del libertinaje, aún en boga en muchos diarios del país.

Los señores Rentería Arróyave y Villa tienen, amén de su profesión periodística en radiofonía, una revista “Libertas”, que hace honor a su nombre y al de ellos. Es igual la opinión de los otros que he nombrado y que manejan “Proyección Económica”, “Candelero”, -nombre de la columna política que durante treinta años mantuvo Mohamed en “Ovaciones”, “Gente”, “Brecha”, “Siempre”, “Macro Economía”, “Examen” y otras más.

Y por qué no mencionar a José Antonio Aspiros, Norma L. Vázquez Alanís, su esposa; Javier Álvarez Rodríguez, Ángel Torres, Alfredo Ruiz del Río, Juan Manuel Rodríguez, mi hermano; Fernando González Mora, Jorge Albarrán Jaramillo, Antonio Álvarez Jiménez, Carlos Estrada Lang, Salvador del Río, Aurelio García Oliveros, a quien recuerdo con gran afecto por su verticalidad política; Enrique Heras, Fernando Irala, Hilda Luisa Valdemar, María Teresa García Ruiz, Arturo Bárcena Bazán, Judith Álamo y su esposo Pedro Álvarez Villar, Jr.

El poeta chiapaneco Roberto López Moreno, merece mención especial.

Escribió la cuarta de forros de mi “Hombres de Negro dos” en donde me atribuye 16 libros. Consideró creo los diez argumentos de mi

empresa fílmica y los siete libros, sin contar éste, que he escrito o pergeñado, como mejor se crea.

craveloygalindo@gmail.com

 


Nos hablan del amor. Y algo más.
22 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Un útil comentario sobre “como a cualquier hijo de vecino”


“Estimado amigo:


Con o sin reforma constitucional, al actual presidente ya lo han juzgado hasta excesivamente en los medios y las redes sociales.


La historia republicana de México comenzó de la misma manera: a Vicente Guerrero hasta lo fusilaron por presuntas traiciones, no sólo lo criticaron en la prensa de entonces por ser afrodescendiente y no de piel blanca, y por supuestamente no ser buen gobernante.


 Pocos presidentes han salido bien librados de su gestión (Juárez, Madero y Cárdenas también tienen sus críticos) y creo que con AMLO será igual.


En dos siglos de independencia, que se cumplirán este año, no hemos aprendido la lección y el divisionismo prevalece en aras de la tan cacareada libertad, la autonomía y la soberanía de las entidades.


José Antonio Aspiros Villagómez, desde San Juan del Río, Querétaro”.


Quien con una a la una nos brinda Salud.


Y sobre el amor, primero Jessica Quiñones Ramírez, nos dice al respecto:


La mayoría de las personas hemos estado enamoradas alguna vez en nuestras vidas, y justamente en ese momento es donde el amor despierta nuestras emociones más intensas.


Los cambios generados a nivel físico y mental durante este periodo nos demuestran por qué el amor es comparado con la locura.


Sin embargo, también existe una etapa después del explosivo enamoramiento en la que el amor se vuelve más sereno y maduro.


E inmediatamente después, desde Guadalajara, Jalisco, doña María Teresa Guevara de Calvillo, insiste con el tema:


Te voy a mandar un poema que, a propósito del amor fraternal y la amistad, me encanto.


Poema de Fernando Pessoa,


Mis amigos son todos si, mitad locura, mitad santidad.


No los escojo por la piel, sino por la pupila que ha de tener un brillo cuestionador, y una tonalidad inquietante.


Escojo a mis amigos por la cara lavada y el alma expuesta.


No quiero solo el hombro o el regazo,


También quiero su mayor alegría


El amigo que no sabe reír conmigo, no sabe sufrir conmigo,


Mis amigos son todos así, mitad broma, mitad seriedad.


Quiero amigos serios de esos que hacen que la realidad su fuente de aprendizaje, pero que luchan para que la fantasía no desaparezca.


No quiero amigos adultos ni comunes.


Los quiero mitad infancia mitad vejez,


Niños que no se olviden del valor del viento en el rostro, y viej  para que nunca tengan prisa.


Tengo amigos para saber manejar quien soy, pues viendo los locos bromistas y serios niños viejos.


Nunca me olvidare de que la normalidad es una ilusión estéril.


Gracias por estar siempre.


Y agrega, algo en que ayudamos.


Se donde las palabras tienen el acento, pero no dónde está la tilde en el celular😊😘”.    

                                                                        
Nosotros queremos compartir en gratitud a las dos damas y contigo bellas frases sobre el amor. 


El amor no tiene cura, pero es la única cura para todos los males.


 La vida es la flor de la que el amor es la miel.


 Las verdaderas historias de amor no tienen final.


El amor es mejor maestro que el deber.


En el amor hay siempre algo de locura, pero también hay siempre en la locura algo de razón.


La gente proyecta aquello que ama.


El amor de los jóvenes en verdad no está en su corazón, sino más bien en sus ojos.


 En un beso, sabrás todo lo que he callado.


El primer deber del amor es escuchar.


Donde reina el amor, sobran las leyes.


¿Un beso? Un truco encantado para dejar de hablar cuando las palabras se tornan superfluas.


El amor no es algo que has de encontrar, sino algo que te encuentra a ti.


El amor maduro busca una persona que se parece a lo que más te gusta de ti.

 El más poderoso hechizo para ser amado es amar.

craveloygalindo@gmail.com

 


El saqueo sigue. Leamos a un experto
19 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

El robo y comercio de bienes patrimoniales de México, siguen igual nos informa, en y con detalle, el historiador don José Antonio Aspiros Villagómez.

Cabe preguntarse en qué medida los mexicanos hemos sido cómplices de los ladrones, o peor aún, los saqueadores mismos.

Sería imposible intentar en este breve espacio una relación siquiera superficial de hechos que dieran respuestas positivas a tales interrogantes.

Desde el siglo pasado los periódicos están llenos de noticias y nombres.

Es tenaz en compartirnos sus descubrimientos, cuando nos platica que Impunemente, a la luz del día, valiosos tesoros prehispánicos robados a México en algún momento y exportados seguramente con complicidad local, fueron vendidos al mejor postor el 9 de febrero en la casa de subastas Christie’s de París y el gobierno de México no pudo evitarlo.

Las leyes mexicanas prohíben comerciar con el patrimonio arqueológico, mientras que las leyes francesas lo permiten.

Con pandemia y lo que sea, el caso indignó a las autoridades culturales mexicanas, en especial a los arqueólogos, a pesar de que esta no es la primera ocasión en que ocurren tales agravios. Nuestras autoridades buscaron evitar la subasta, pero sin éxito porque no hubo apoyo del gobierno francés.

Hace 37 años escribimos un artículo al respecto y, salvo las cifras, el panorama sobre estos latrocinios no ha cambiado. Nuestro libro Los dioses secuestrados (Sedena, 1987) también trató del tema. De hecho, el saqueo en el actual territorio mexicano comenzó hace 500 años con la conquista, y el comercio de bienes patrimoniales, en el siglo XIX.

En 1982 publicamos un reportaje sobre los códices que se salvaron de la destrucción durante la conquista española, y dónde se encuentran. La mayoría de ellos en el extranjero. Ese trabajo mereció una mención honorífica en el XIV Certamen del Club de Periodistas de México (1984) y, tras recibirla, expusimos lo siguiente en la misma revista, En Todamérica, acerca de esta actividad ilícita:

“Uno se puede pasar horas y días enteros leyendo historias sobre saqueo arqueológico; hacerlo durante años y la vida entera, y el tema seguirá siempre actual, sin una solución efectiva, inevitablemente rodeado de ladrones del patrimonio cultural del Tercer Mundo.

“Aquel reportaje sobre los códices donde decíamos que el Tonalámatl Aubin recuperado por México, era apenas uno de los 500 documentos similares existentes en el extranjero, robados a nuestro país, señalaba el equivalente a sólo una gota de agua en el océano de hurtos que ocurren en las naciones más indefensas.

“Mientras los territorios que alguna vez fueron colonias de potencias explotadoras, buscaban su nueva fisonomía al precio de luchas intestinas, los pillos de Europa y Estados Unidos aprovechaban para saquear las zonas arqueológicas.

En tanto esos mismos pueblos soportaban dictaduras -a veces impuestas desde fuera- o pugnan por superar el subdesarrollo; mientras procuran pan, letras y salud cotidianos, o se desgarran para pagar su deuda externa, otros vienen de fuera, se llevan sus tesoros y los venden mediante lujosos catálogos de circulación clandestina (NA: y pública después) en Nueva York, Zurich o París.

“Leemos en una publicación alemana que los comerciantes occidentales de arte se abastecen en el Tercer Mundo como en una tienda de autoservicio. Según ciertos cálculos, habrían sido sacadas ya de contrabando, de nuestros países, unos 30 millones de piezas artísticas de todas las épocas.

“Los ladrones se defienden, lo mismo que sus clientes. Alegan que los gobiernos nada hacen por conservarlas, catalogarlas y exhibirlas; que el pueblo no les concede su verdadero valor artístico; y en cambio ellos, los saqueadores, llevan las piezas a museos donde se les da la estima adecuada; o van a dar a las colecciones privadas de cultísimos millonarios. Eso dicen.

“Preocupa mucho que cada año salgan de México y Centroamérica objetos prehispánicos valorados en más de diez millones de dólares, los cuales llegan a galerías de arte donde se rematan en subastas públicas.

Los clientes estadounidenses se benefician con estímulos fiscales cuando poseen en sus colecciones estas obras, o las donan “generosamente” a los museos.

“Duele también leer en las muchas fuentes documentales donde esto es posible, cómo el saqueo en México se inició al triunfo mismo

de la sanguinaria conquista por los españoles, cuando Hernán Cortés envió objetos a sus reyes; el primer virrey Antonio de Mendoza mandó a Madrid 69 códices, los robaron en alta mar piratas franceses y actualmente están en Oxford.

La historia de este saqueo no se ha interrumpido.

Reitera el escritor “Cabe preguntarse en qué medida los mexicanos hemos sido cómplices de los ladrones, o peor aún, los saqueadores mismos. Sería imposible intentar en este breve espacio una relación siquiera superficial de hechos que dieran respuestas positivas a tales interrogantes. Desde el siglo pasado los periódicos están llenos de noticias y nombres…”

Hasta aquí un fragmento del artículo de 1984 y apenas un esbozo de la magnitud del problema, ya abordado por el tecleador en varias ocasiones, incluidas explicaciones de por qué es importante para la investigación estudiar “in situ” esos objetos antiguos y preservarlos, mientras que para los coleccionistas sólo son obras de arte que apuntalan su vanidad, y un gran negocio para las impunes casas de subastas.

Las ventas del día 9 fueron por un equivalente de más de 60 millones de pesos.

craveloygalindo@gmail.com

 

De mis bendiciones 19
18 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Don Mario Diaz, allá en Matamoros, Tamaulipas, recuerda desde el balcón, su columna diaria, que hoy, Miércoles de Ceniza, inicia la cuaresma de acuerdo al calendario litúrgico católico y anglicano, tiempo religioso que concluye 40 días antes del Domingo de Ramos, que marca el inicio de la Semana Mayor.

Los fieles cristianos acudirán a los templos religiosos para la imposición de la ceniza que se obtiene de la quema de ramos bendecidos en el Domingo de Ramos del año litúrgico anterior.

El miércoles de ceniza es considerado como un día santo cristiano de oración, abstinencia, ayuno y como una celebración litúrgica móvil, porque de acuerdo al calendario religioso, la fecha puede variar entre el 4 de febrero y el 10 de marzo.

Durante la imposición de la ceniza, el personal religioso asignado a cada templo porta vestimenta en color morado que simboliza la actitud penitencial.

En 2021, la Semana Santa inicia el 28 de marzo con el Domingo de Ramos y termina el 3 de abril, Domingo de Pascua.

Amen y gracias.

Seguimos con lo nuestro.

Además de los Renato también hubo y hay, hoy, otros genios

Benditos los maestros que nos acercan a las letras.

Y a propósito nos mueve mencionar de inmediato otro gran personaje de la escritura. Periodista, reportero. Intelectual de verdad, (no como muchos que presumen de serlo sólo porque siempre traen un libro bajo el brazo o en la mano, que por supuesto nunca leen. Pero dicen saberlo todo. Y si no, pues muy sencillo: lo inventan. De muchos de ellos está plagado no sólo el periodismo. Todo México. Para ser congruente: de Sonora a Yucatán y de Tamaulipas a Guerrero. Sin Faltar Tlaxcala. De Norte a Sur y de Oriente a Poniente).

Don Arturo Sotomayor de Zaldo que inicia sus actividades como periodista en 1934. A lo largo de su trayectoria laboró en publicaciones como “El Nacional”, “Hoy”, “Tiempo”, “La Prensa”, “Novedades” y “Excélsior”.

En lo académico, impartió cátedra en la Escuela Nacional Preparatoria, y dictó conferencias como ya dije dentro y fuera del país; todas ellas sobre la Ciudad de México. Ha recibido premios: Diploma al

mérito de la sociedad defensora del tesoro artístico; premio Ciudad de México, del Club Primera Plana; la medalla Carlos María de Bustamante, del Club de Periodistas, etcétera.

Escribió varios libros, cuentos, poemas y ensayos.

Al hablar del periodismo sostuvo: “no es adecuado a la realidad afirmar que el lenguaje que debemos usar en el periodismo se unifica bajo el común denominador de la palabra sencillez. Tampoco rige absolutamente la realización del nuestro trabajo al redactar el material que debemos entregar, un juicio (no muy juicioso, valga el retruécano) que con energía –y no pocas veces con indignación- exigía a la pata llana, con descuido, apoyándose en este argumento: ¡aquí no estamos en la academia!

El periódico es un vehículo de difusión cultural deliberada o involuntariamente. Al tomar conciencia del trascendente papel social que desempeña el periodismo, el periodista profesional asume la responsabilidad de aportar su esfuerzo para elevar los niveles de información y de instrucción del público lector, habida cuenta de una realidad sociológica: la mayor parte de la nación mexicana está compuesta por analfabetas, ya sean funcionales o absolutos; de éstos puede ocuparse no sólo el Estado sino también instituciones religiosas o altruistas.

“Los funcionales podrán encontrar en las publicaciones periódicas que sean de su preferencia, los estímulos para enriquecer su lenguaje o poner en orden sus ideas. Esto, por sí, ya es motivo para rendir lo mejor de nuestra preparación al entregar nuestro trabajo”:

Coincide primero con Miguel Tomasini Saucedo quien dijo: “Creo que todos los viejos periodistas recordamos un tradicional consejo del secretario o jefe de la redacción: “escriba como habla”.

Esto, digo, tenía origen en aquellas notas redactadas en forma barroca que primero las entendían Dios y su autor, y pasado un poco, muy poco tiempo solamente las entendía Dios.

Sin embargo, el consejo, aunque sabio, era incompleto. Debía agregarse con la frase: “pero primero aprenda a hablar”. Es innegable que hay quienes hablan enredado a más no poder y que cuando se platique con ellos, al final, uno se queda pensando en lo que quiso decir nuestro interlocutor.

Don Manuel Becerra Acosta que fuera director general de Excélsior, con gran sabiduría, talento y conocimiento, decía que, para él, en su calidad de periodista –daba cátedra en la Universidad Femenina, de doña Adela Formoso de Obregón Santacilia- era mejor

tener un reportero de oficio que un redactor de polendas. ¿Y, a qué se refería don Manuel? Bien sencillo es; un reportero significa el núcleo de un diario. El zócalo de la información cotidiana, mundial, citadina. La base por decirlo llanamente en la que se sustenta la producción del periódico.

Bien podría pasarse una edición sin el estilo elegante, medido, refinado de un redactor. Pero nunca de la información agenciada en México, en el mundo, por un reportero.

En la misma mesa de redacción de Reforma 18, trabajaban juntos, pero no revueltos, Don Manuel, Don Víctor Velarde, don Eduardo Martínez, Don Jorge villa Alcalá y tres gramáticos soberbios. Correctores de estilo: don Leopoldo Ramos, don Lázaro Montes y don Armando Sosa Ferreiro.

No podré olvidar jamás a don Leopoldo Ramos, excelente, como Lázaro Montes, enderezadores de entuertos escritos por los reporteros. Hoy, eso, ya no hay. Todo lo hace la computadora.

Luego narraré una anécdota mía con don Leopoldo. Antes vayamos con el pensamiento de Lázaro, filólogo excelente y guitarrista non.

Lázaro decía:

“El comunicador que se precie de serlo deberá, siempre, ofrecer sus mensajes –escritos u orales- de tal forma que sean completamente comprensibles, que no dejen lugar a dudas. La redacción y la oratoria enmarañadas trastornan el entendimiento.

“El emisor impreparado suele usar vocablos que no contienen la significación que pretende darles. Además, forma oraciones turbias, a veces inentendibles, por desconocimiento de las reglas elementales de la sintaxis”.

Considero que hablar del periodismo encuadra un sinnúmero de profesiones que aún cuando están ligadas entre sí, pero diferenciadas, representan diversas normas, ideologías y políticas. Así pueden enumerarse en este orden, por su significación: reporteros, redactores, editorialistas, articulistas, publicistas y cartonistas y, por supuesto, epigramistas, como, ejemplo, Luis Vega y Monroy.

No debe olvidarse a los cartonistas de antaño, hablemos de los de Excélsior. Veamos: allí estuvieron el famosísimo Chango Ernesto García Cabral; Antonio Arias Bernal, Rafael Freyre, Facha, Pablo Spivis, Marino y Oswaldo Sagastegui, Heras, Abel Quesada –quien traicionó a su protector y amigo Jorge Díaz Serrano. No me acuerdo de más.

No he dejado de reconocer que día a día. Paso a paso. De noche y de día. Siempre, no he dejado de aprender y reconocer a la gente que vale. De la que mucho aprendí. Y hoy sigo aprendiendo. Don Víctor M. Velarde, genio no reconocido aún, como debe ser, descubrió la armonía y la puso a disposición de Excélsior y sus dos ediciones. Luego, lo arrinconaron. Y por envidia, irreflexión, lo

dejaron solo. Pero nadie olvida que él, sobre todo yo, fue un gran maestro, al que debemos, muchos, reconocer su altura. Ya murió don Víctor, pero muchos no lo hemos olvidado, como aquí, en estas letras, lo hacemos constar y le rendimos tributo.

Don Rodrigo de Llano, flemático, sereno y eficaz invocaba siempre entre “sus” reporteros: “escriban para que los entiendan lo mismo el Secretario de Educación Pública, que, sin molestar a nadie, la empleada doméstica, del hogar”.

Abro un paréntesis para platicar lo sucedido a don Leopoldo Ramos, genio de la literatura. Y corrector implacable en Excélsior.

Juntos, durante un tiempo, un año acaso, el hijo del jefe de redacción entonces, Manuel Becerra Acosta Ramírez y yo comenzábamos a escribir. Nos pagaban cinco pesos –lo mismo que recibíamos por nuestro trabajo diario como ayudantes- por cada nota publicada. Nos encargábamos de escribir sobre personas desaparecidas. A “Manue”, así le decía yo y el a mí “Rave”, don Leopoldo le pasaba casi siempre sus notas corregidas, sin chistar errores con su padre, don Manuel.

En cambio, a mí, me hacía trizas. Y tenía razón, pero no porque fuera yo un burro. La digo: Don Manuel observaba que don Leopoldo llegaba como lechuga al trabajo y se iba como rumbera en la noche, sin salir del edificio. Me comisionó. “Mira muchacho, cuando don Leopoldo salga de la subdirección, síguelo y ve qué hace”:

Así ocurrió. Entró al baño de hombres y al poco tiempo salió limpiándose la boca con la palma de la mano. Dejé que se fuera y entré yo. Revisé la caja de agua y allí, bien protegida, una botella, a la mitad, de habanero.

Se lo comenté a Don Manuel. Y quién sabe quién le dio el chisme a don Leopoldo. Me traía en salsa, y con razón.

De modo que mis notas, notitas de una cuartilla cuando mucho, la cambiaba toda. Así que don Manuel me llamaba y delante de toda la redacción me ponía como lazo de cochino. Y amenazaba que de no aprender, dejaría de escribir.

Encontré el antídoto: un día que don Leopoldo destrozó mi castellano y me llamó don Manuel, yo estaba preparado. En cuanto comenzó la retahila, lo interrumpí para decirle: “Mire usted don Manuel. Como se que no soy santo de la devoción del Señor Ramos y estaba seguro que volvería a ser blanco de su ira, esta nota que tiene usted en sus manos destrozada la copié íntegramente de una que don Leopoldo corrigió a su hijo Manuel ayer. Aquí está…”

Soltó la carcajada, no sólo don Manuel sino toda la mesa de redacción, al tiempo que don Leopoldo Ramos me corría de su presencia.

Cuando salía de su despacho, escuché a don Manuel decirle a don Leopoldo: “Ahora sí se encontró a la horma de su zapato…”

Al día siguiente platiqué con el que sería mi más ferviente corrector. Hubo risas y desde allí hasta su muerte, que la sentí profundamente, fuimos amigos. craveloygalindo@gmail.com

 


“La Patria es primero” frase de Vicente Guerrero
17 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Para que no haya duda de cómo murió el14 de febrero Vicente Guerrero, en 1831, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, en el Diario Oficial de la Secretaría de Gobernación, nos advierte: Fue fusilado.

Día de luto y solemne para la Nación. La Bandera Nacional deberá izarse a media asta.

Y el abogado Jorge Alberto Ravelo Reyes nos adelanta el dato que viene en el DO.

“El héroe suriano fue juzgado de manera sumaria por rebelarse contra el gobierno y fue fusilado el 14 de febrero de 1831, en el convento de Cuilapan, Oaxaca.

“Vicente Guerrero, un personaje valiente, leal y patriota, es ejemplo de la participación de los grupos sociales que intervinieron en la lucha por la independencia nacional, en particular de los de raíz afroamericana.

14 de febrero de 2021 se conmemora el 190 aniversario luctuoso del insurgente Vicente Guerrero Saldaña.

Nació el 10 de agosto de 1782, en la villa de Tixtla, población del actual Estado de Guerrero, denominada en su honor como Tixtla de Guerrero.

Formaba parte de una familia dedicada a la arriería y a la armería, razón por la cual conocía la geografía y los caminos serranos del sur novohispano.

Al inicio del movimiento insurgente por la Independencia de México, se unió a los ejércitos de José María Morelos, bajo el mando de Hermenegildo Galeana y pronto destacó por su pericia y valentía.

Entre 1814 y 1815, el movimiento insurgente sufrió un severo declive con la derrota ante los ejércitos realistas, pero sobre todo por el fusilamiento de líderes destacados con Morelos, Matamoros y Galeana.

En tales circunstancias, Guerrero se mantuvo en pie de lucha, organizaba guerrillas, resistía los embates del enemigo y el ofrecimiento de indulto a cambio de rendir las armas.

A él se debe la frase célebre: “La patria es primero”.

A finales de 1820, al observar una coyuntura favorable para la causa insurgente, Guerrero sostuvo comunicaciones epistolares con

los jefes realistas José Gabriel de Armijo y Agustín de Iturbide para acordar la pacificación del país y la conjunción de esfuerzos para consolidar la Independencia política.

El resultado fue la adhesión al Plan de Iguala y al Ejército de las Tres Garantías, seguida de la consumación de la Independencia y la entrada triunfal a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821.

Tras la clausura del Congreso por el gobierno de Iturbide, el general Vicente Guerrero se opuso al régimen monárquico y secundó los pronunciamientos por el establecimiento de un sistema republicano.

En 1824 se instituyó la república federal y Guadalupe Victoria fue elegido el primer presidente de México.

Durante la primera sucesión presidencial, en 1828, Guerrero contendió por la presidencia y aunque fue derrotado en las elecciones, asumió el poder Ejecutivo mediante un levantamiento armado.

Su gobierno duró alrededor de 8 meses.

Tuvo que hacer frente al intento de reconquista comandado por el brigadier español Isidro Barradas.

Asimismo, refrendó el decreto de abolición de la esclavitud, promulgado en 1810 por Miguel Hidalgo.

Al final de su mandato, combatió el pronunciamiento militar abanderado por el vicepresidente Anastasio Bustamante y tuvo que plegarse a la decisión del Congreso, que determinó su “incapacidad para gobernar”, el 4 de febrero de 1830.

Guerrero se retiró a Tixtla y después se internó en la sierra para iniciar la llamada Guerra del Sur.

No obstante, sus enemigos no cesaron en su persecución y le tendieron una trampa. En enero de 1831, estableció comunicación con Francisco Picaluga, un marino genovés quien lo invitó a conferenciar a bordo de una embarcación.

Alejado del puerto de Acapulco, Picaluga arrestó a Guerrero y lo trasladó a Huatulco, donde lo entregó a sus enemigos.

El héroe suriano fue juzgado de manera sumaria por rebelarse contra el gobierno y fue fusilado el 14 de febrero de 1831, en el convento de Cuilapan, Oaxaca.

Vicente Guerrero, un personaje valiente, leal y patriota, es ejemplo de la participación de los grupos sociales que intervinieron en la lucha por la independencia nacional, en particular de los de raíz afroamericana.

craveloygalindo@gmail.com

 


En recuerdo de un amigo ido
16 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Benditos los que perdonan mis interrupciones.

Ah, vuelvo de mi digresión y reproduzco parte de un capítulo del Corsario Beige: Es un diálogo entre, Renato Leduc y un coronel, que pinta al legislador de cuerpo entero. Más o menos lo que acontecía en 1940, hoy, digo, es lo mismo en esas cámaras legislativas.

“A veces sufre uno porque se le despega la suela del zapato, porque se le rompe el pantalón o porque entre todos los hijos de los hombres sólo el nuestro –desdichado- no tiene un juguete para jugar o un dulce que llevarse a la boca; y estos dolores no por ser pequeños dejan de ser grandes…”

“Pero como dijo el diputado Anguiano en aquél memorable discurso que pronunció en ocasión de las fiestas patrias, encaramado en el kiosco de música de la plaza principal de Indaparapeo, cómo dijo el diputado Anguiano, ¿recuerda usted? “hay que hacer caso omiso de todas aquellas cuestiones que no constituyen un problema nacional”.

“No se desmoralice pues, mi coronel, que en este mundo no hay cosas irremediables salvo la muerte, y eso porque la muerte es, en cambio, el remedio supremo… Alguien dijo al rey Midas: lo mejor para el hombre sería no haber nacido, pero una vez que nacimos hay que vivir y que morir cuanto antes…

“—¿Quién es el rey Midas…?

“—Pues no lo conocí personalmente, mi coronel, pero de todas maneras mientras nos quede la vida nada habremos perdido, y si la perdemos ¿qué nos importan ya las cosas de la vida? Y si no la perdemos, repito, nada habremos perdido, mi coronel, puesto que aún tenemos la vida.

-Lo peor que puede sucedernos es morir, pero una vez muertos, mi coronel, ¿qué nos importan ya la vida y la muerte? Y mientras la muerte no llegue ¿qué cosa peor que morir puede sucedernos en la vida?

No se preocupa, pues, y mucho menos por cuestiones de dinero, que está en tierra bendita, hambre nadie padece, y las cuestiones de dinero, si tiene usted dinero se arreglan con dinero; y si no tiene dinero, se arreglan sin dinero; provisionalmente, mande al carajo sus compromisos, y no pierda la línea, pues más vale ser ladrón que limosnero; tome las cosas de donde las haya y no pida ni llore a nadie;

que el hombre que pretende guarnecerse de la lluvia bajo los árboles, mi coronel, se moja dos veces, primero con el agua de lluvia, y después con el agua de los árboles…

Aquí donde usted me ve, yo iba para licenciado que volaba, y en los libros aprendí muchas cosas, entre otras ésta, mi coronel, que el que no tiene derechos tampoco tiene obligaciones.

Nada debemos a nadie, la poca alegría de que hemos disfrutado, siempre la pusimos nosotros, porque la vida, a lo que parece, se ha propuesto fregarnos de un hilo; y si no dígame usted mi coronel, ¿qué le dieron los amigos sino desengaños? ¿qué le dieron sus queridas, sino disgustos? ¿qué le dieron los cantineros, sino venenos? ¿qué le dio a usted su mujer sino hijos? ¿y qué le darán sus hijos, sino nietos? ¿y qué le darán sus nietos, sino bisnietos?...Y ni quejarse es bueno, porque demasiado sabemos que el encino no ha de dar sino bellotas.

Pero no se desmoralice, mi coronel, que usted tiene madera de político de éxito, hombre de triunfo, y algún día, pronto tal vez, le llegará su turno… ¡Ah! Y quisiera tener esa noción primaria de las cosas, esa avidez de todo, esa habilidad para olvidar injurias y para recordar onomásticos, ese certero instinto predatorio, esa sordera que le permite a usted no escuchar lo que no quiere, mi coronel, porque con todas esas cosas tendría yo automóvil, queridas, dinero y a media República bajo mis plantas, aunque el automóvil sólo me sirviera para encandilar muchachitas idiotas; las queridas para solaz de mis amigos, y el dinero para hacerme pendejo solo creyéndome muy rico.

Esta es la primera vez que no le oigo reír, esta es la primera vez que le veo fallar por pequeñas cuestiones de crédito que guardar y honra que mantener; como luego dicen: la mejor mula se está echando, y usted, mi coronel, se me está volviendo purpurino o puritano, que no sé a punto fijo cómo se dice; se me está volviendo puritano o purpurino cuando menos debe hacerlo.

Recuerde aquél dicho que dice que el cabrón siempre es cabrón y el chivo hasta cierto punto; que el borrego es agachón y el pobre lo es todo junto: chivo, borrego y cabrón. Hay que salir de pobres, porque estamos ya en la edad en que nada se consigue sin dinero y, como dijo Lerdo, mi coronel: Ahora o nunca…

El cartelito de abigeo, tahúr y contrabandista, que, sin merecerlo, conquistó usted en la frontera, ya ni Dios Padre se lo quitará de encima, pero cuando sea usted poderoso, nadie osará echárselo en cara; aproveche pues la oportunidad que le brindan para irse arriba y no se ande con remilgos, que si va usted escarbando en el pedigrí de cada

familia prócer –de las de antes y de las de hoy- se encontrará con que el fundador fue siempre un abigeo, un estafador, un gangster, un alcahuete, un cómico de la legua, una puta de postín o un abogado de prestigio.

Sea usted el fundador de una casa ilustre, sea usted la primera piedra, dicho sea sin ofenderlo, de una rancia estirpe; que mañana, mi coronel, luzca su efigie venerable en el salón de recepciones de sus bisnietos, que ya para entonces, en la nariz de su efigie venerable nadie encontrará las rojeces que dejaron el tequila de Jalisco, el mezcal de Oaxaca, el charanda de Michoacán, el sotol de Chihuahua, el bacanora de Sonora, el resacao de Guerrero, el tapemete de Durango, el nanche de Veracruz, el pinos de Zacatecas, el cerroprieto de San Luis, el periqueño de Sinaloa, el xtabentún de Yucatán y los chumiates de Toluca.

Funde usted una casa ilustre, mi coronel, que desde hoy le propongo para ella esta divisa fuerte y altanera; Vale verga hacer zapatos –vale más comprarlos hechos…

A caballo dado no se le ve colmillo, acepte usted sin regatear la comisioncita que le dan, que si la cumple con eficacia se le abrirán, ipso facto, todas las puertas que hasta

hoy le han cerrado. ¿Quiere usted llevar una vida ejemplar a estas alturas? Pues yo le garantizo que mientras vayamos como hemos ido siempre, fracasando sin truco, de pueblo en pueblo, ni sus propios hijos le agradecerán el ejemplo.

¿No quiere usted salir de México? ¿Esa muchachita? ¿Su taquígrafa? ¡Ah! Sí; bastante guapa, pero permítame que le repita lo que usted me dijo hace año y medio, cuando nos encontramos en aquel cabaretucho de mala muerte, poco antes de salir para Sonora: todavía me suena en los oídos la carcajada que soltó usted cuando le confesé que yo no quería salir de México porque estaba enamorado… ¡Ah! Mi coronel, parece mentira a su edad. Parece mentira que una liebre corrida como usted… Con que enamorado a los cuarenta y cinco años… ja… ja… ja… Ridículo, mi coronel, tan ridículo como si ahora se le fuera ocurriendo a usted hacerse futbolista… ¿Con que pretende usted volver a casarse? ¿No? Ja… ja… ja… permítame que me ría, y permítame que le de un buen consejo.

Ya que enviudó usted, ya que Dios le hizo la merced de quitarle a esa excelente señora que fue su esposa, respete la voluntad divina, permanezca viudo y aproveche la circunstancia; que la mujer por buena

que sea, no deja de ser un lastre para el hombre de aspiraciones. Y no se vuelva a casar. Ya sé que su perro vicio son las mujeres, y ahora a mí me toca hacerle el ofrecimiento que me hizo usted hace año y medio: ¿Cuántas quiere? Dígame nada más la pinta, y yo se las consigo; porque, además, en esto como en todo, debemos ser consecuentes con los principios socialistas por los que hemos venido propugnando desde hace quince años.

No sabe usted, mi coronel, lo molesto y humillante que resulta para el conglomerado social la pública, pacífica y no interrumpida posesión de una sola y única mujer, por un solo y único individuo… ¡Oh! El día en que todas las mujeres sean de todos… “E pluribus unum –in goda we trust” como dice la leyenda de los dólares…

Y no me alegue usted la razón clásica: Mis hijos necesitan el calor de un hogar. Los niños, mi coronel, solamente deben interesar al Estado en vista de las posibilidades que encierran; si de hombres realizan las posibilidades que encerraban cuando niños, nos interesa el hombre y no el niño; si de hombres no realizan las posibilidades que encerraban cuando niños, entonces, mi coronel, no nos interesa ni el niño ni el hombre; para que el niño se realice, hay que dejarlo libre, libre sobre todo de esos morbosos problemas de ternura y amor filial tan caros a nuestros mayores. ¿Para qué quiere usted, mi coronel, que sus hijos le amen? ¿para qué necesitan sus hijos que usted les ame? Provea a la alimentación de esos muchachos en forma competente y no se emocione, que la emoción es el peor enemigo de las grandes empresas: de la guerra, del comercio, de la industria, de la política y de todo aquello que requiere eso que don Carlos Pereyra llamaba alma sin alma y que en mi tierra, con más substancioso criterio, llaman huevos.

Una de las causas –la principal quizá- de que nuestro Pancho Villa diera dado y a la postre no convenciera sino a los turistas, consistió en que nuestro Pancho Villa, al igual que las señoritas quedadas, los niños consentidos, y los asesinos madrugadores, era cobarde y sentimental, irascible y llorón… y como usted, mi coronel, tenía el perro vicio de las mujeres.

¿Con que la muchachita esa, no?

Claro que en lo tocante a piernas no anda mal la mocosa, es además una chica excelente, sin más defecto que una madre anciana y una desmesurada vanidad que sostener. Desde luego no sería usted el primer funcionario que se casara con su taquigrafía, pero no creo que haya necesidad de recurrir a tal extremo. Ocurre que, como dicen los clásicos, está usted confundiendo el amor con las ganas de folgar, que

esa muchachita se ha dado cuenta de ello y por eso le está poniendo las peras a veinticinco; pero si usted me autoriza, yo trataré de convencerla de que un funcionario de limpios antecedentes socialistas como usted, no puede, sin grave detrimento de su prestigio político, incurrir en vicios tan notoriamente burgueses como fundar un hogar, comprar un radio o pagar a sus acreedores.

Por lo demás estas son cuestiones en las que yo, por más adicto amigo y fiel servidor que sea de usted, no quisiera inmiscuirme; usted sabe su cuento, si está por el casorio, cásese, pero le garantizo que en cuanto sea usted gente y esa niña se percate de ello, en cuanto asegure su posición cerca de usted, le dará por adquirir notoriedad; en cuanto se de cuenta de que lo tiene a usted cogido por el sexo, se pondrá sistemáticamente en plan de neurastenia superior y para distraerse le dará por patrocinar, a costa de usted naturalmente, sociedades de beneficencia, por organizar fiestecitas sociales, por jugar jueguitos aristocráticos, por practicar gimnasia sueca, lésbica o del país con sus amiguitas, por enamorarse de cualquier pendejete snob y, en fin, por ponerlo a usted en evidencia ante los ojos de nuestros correligionarios y amigos…

-¿Qué quiere decir snob…? Hoy en la noche veo en el diccionario y mañana le informo a usted, mi coronel…

Pero desde luego, nada de eso sería bochornoso para usted puesto que siendo usted un hombre a carta cabal tendría, por definición, que ser cornudo. Y no se extrañe ni se ofenda, su ídolo, el inmenso Bonaparte fue, sin menoscabo de su fama, el más estupendo cabrón. Llegado el caso podría yo ofrecer a usted para consuelo otros muchos ejemplares además del de Napoleón y, por si acaso no fuera bastante, podría ofrecerle también una sentada jurisprudencia: “el que no es cabrón no es hombre”, “no es defecto ser cabrón cuando la mujer es puta”; “desde nuestro padre Adán hasta los santos varones todititos son cabrones y los que no son, serán…” etc., etc.

Es verdad que la muchachita vale la pena; como ha observado usted muy bien, tiene un gran temperamento, pero si se casa usted con ella, lleva usted el riesgo de adquirir –como dicen los juristas- la nuda propiedad pero no el usufructo de ese temperamento. No sé dónde leí, mi coronel, que las mujeres son como violines, que no cualquier idiota las hace vibrar.

Los hombres serios, los hombres consagrados a una alta misión, los hombres a quienes todo el mundo tiene interés en engañar, deben darse por engañados de antemano y proceder en consecuencia. Como

decía el risueño y generoso Manco de Celaya: No hay general que resista un cañonazo de cincuenta mil pesos, ni mujer que resista un automóvil. Obséquiele usted a esa muchacha un Packard y una casita; duerma usted con ella tres o cuatro veces en esa casita; mande usted buscar al novio o amante desdeñado, reconcílielos y cáselos, sea usted padrino de la boda, hágale a la feliz pareja un regalo decoroso en numerario, mueva usted sus influencias y consígale a él un honesto modus vivendi, y, déjelos en paz, que ellos le vivirán eternamente agradecidos y usted quedará satisfecho del pasado y tranquilo para el porvenir…

No quisiera yo verlo, mi coronel, distraído de sus graves deberes políticos por una mujer, permítame que le diga, abusando de la confianza que usted me dispensa, que eso es ridículo y peligroso, sobre todo a su edad, sobre todo cuando está usted a punto de conquistarse una envidiable posición.

Y hablando de cosas más serias, siga usted mi consejo, acepte la comisioncita que le ofrecen que ese puede ser el primer escalón de su grandeza… ¿qué porvenir le espera en ese empleíllo que ahora tiene? Hay que mirar adelante, mi coronel, a pesar de nuestras convicciones debemos tener en cuenta que el dinero sigue siendo el amo del mundo y, como decía yo antes, estamos ya en edad en que nada se nos da gratuitamente. Ya que no tenemos madera de mártires, ni tamaños para renunciar a todo, tengamos por lo menos la necesaria enjundia por conseguirlo todo a cualquier costa… y vámonos de aquí, vámonos de esta ciudad cuya dulzura nos está afeminando, vámonos donde haya que pelear con los hombres o con las fieras, con los elementos o con nosotros mismos; vámonos a donde no haya mujeres que ya sabe usted, mi coronel, que las mujeres, como el tomate, le quitan la fuerza al chile…

Puede verse claramente, con el ejemplo puesto tanto de don Luis Vega y Monroy y Renato Leduc, cómo, en aquél tiempo podía hablarse de los temas políticos; burlarse de ellos, a través de interpósito personaje.

Sólo así, el escritor, el periodista, podía reírse a su antojo, de la clase poderosa y rica, emanada de la política, de México.

Y la crítica era bien recibida. Aun cuando los directamente involucrados, los políticos, no entendían. Como hoy ocurre por desgracia para todos.

craveloygalindo@gmail.com

 


En recuerdo de un amigo ido
15 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Día de San Valentín y de mi bisnieto Valentino. Hijo de mis nietos Ana Sofía y Jasiel. Para ellos un beso.

De un admirado y joven colega hemos hablado.

Nos referimos, claro, a don Rafael Cardona, a quien con placer leemos. Y compartimos su reflexión en recuerdo de un amigo ya ido.

“La hepatitis viral llegó de repente. 

--Te guardas en cama 40 días; no te puedes siquiera bañar. Pura esponja, ¿eh? Nada, no puedes hacer nada. Estas son tus medicinas, tus protectores hepáticos. Come dulces y lleva esta dieta. Separa tu ropa de cama, tus cubiertos, aléjate de tu familia. 

Cada semana te tienen que tomar muestras para ver cómo baja la bilirrubina. Y también pruebas de hígado. Si no te cuidas, te puedes morir. Punto.

La vieja Remington estaba entre las prohibiciones. Tirado en cama, sin Netflix ni computadoras, sin los recursos de ahora, nada más sentía el aburrimiento de la TV comercial. Películas en el 4, telenovelas en el 2.

Y libros, muchos libros.

Entre ellos, uno pendiente solicitado por la Universidad Autónoma de Sinaloa. La reescritura de los textos publicados en la columna “Ciudad y gobierno” del diario “unomásuno”.

Durante un mes y más, todas las tardes, sin faltar ninguna, excepto quizá los domingos y los sábados, Fernando Macías llegaba alegre y simpático, arrolladoramente simpático, a tomar el dictado del libro en elaboración. 

Iba con los textos en limpio del día anterior y se llevaba los de la fecha. Así, hasta terminar. Y cuando acabamos apenas habíamos empezado porque desde entonces no dejamos de vernos, de reunirnos en cuanto la ocasión lo hacía posible y si no, pues inventábamos el momento porque eso hacen los amigos. 

La amistad consiste, entre otras muchas cosas, en crear oportunidades para estar juntos. 

Y todo este lapso de la epidemia, nos impidió a los dos, construir esas oportunidades. Llamadas, mensajes. Nada más. 

Pero el domingo, con motivo del Supertazón, lo busqué. No sabía de su estancia acapulqueña. El teléfono jamás respondió. 

--Después le hablo, pensé. Y la muerte contundente me dijo ayer por la mañana, no. 

No le vas a hablar. 

Nunca más vas a hablar con Fernando Macías Cué, porque Fernando está muerto y tampoco él va a hablar contigo. Él no podrá ni siquiera escucharte, así que solo te quedan sus recuerdos.  Nada más. La memoria es otra forma del cariño. Insuficiente, personal, porque nadie se entera si te acuerdas de él o no lo haces. Pero no hay más. 

La muerte es eso. La ausencia sorda y muda.

 Pensar en los muertos es ofrecer cariño al tiempo, pero ahora en pasado. La muerte, en sí misma, es la negación del presente y el futuro. Ahora todo será hacia atrás.

Y así le marqué a Patricia Zama, la viuda de Marco Aurelio Carballo. Ella y yo habíamos presentado en la feria del libro de la Universidad de Nuevo León, la colección póstuma de las crónicas (Turbocrónicas) del desaparecido escritor, íntimo nuestro desde los tiempos más lejanos del oficio.

Fernando Macías había revisado con Patricia los papeles de Marco Aurelio y habían decidido publicarlos en una colección final. Antes de esa edición, patrocinada por la Universidad Nacional Autónoma de México, Fernando organizó un homenaje en el hotel "Genêve" en el cual participamos muchos de los antiguos reporteros de “Excélsior” y “unomásuno”.

El programa de la presentación del libro en Monterrey, nos incluía a Fernando y a mí. A fin de cuentas, él había promovido la edición y yo nada más había seleccionado algunas partes y escrito el prólogo.

Pero Fernando nunca llegó a Monterrey. Patricia y yo nos fuimos cada quien por su lado.

--Me dejaste colgado en Monterrey. Y también a la Zama…

--¿Qué quieres, hermano?, estos pelos duros me complicaron la vida… pero ustedes, muy bien. 

Y se reía con una mezcla de suavidad, picardía y desenfado. Vivía la vida con ligereza, con alegría permanente y al convivir con su eterna jovialidad, desde los 18 años de su edad cuando lo conocí, nunca había pensado en la fragilidad de su corazón. 

Ayer, me dicen, un infarto múltiple le pegó como un rayo. Muerte dichosa, opinan algunos y quizá tengan razón, pero muerte al fin. Dolor, abandono, ausencia. Fernando tuvo –eso sí me consta--, una vida dichosa, plena, productiva. 

Quienes lo queremos, lo vamos a echar de menos, tío…”


En honor a quien con buena prosa recuerda a sus amigos.

craveloygalindo@gmail.com

 

Las dos constituciones
12 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Día de fiesta y solemne para la Nación. La bandera deberá izarse a toda asta. Nos instruye el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México Deberíamos haberlo publicado el día cinco, cuando se conmemora. Pero no pierde su valor hacerlo hoy, gracias al abogado Jorge Alberto Ravelo Reyes, que nos ilustra con el Diario Oficial de la Federación.

El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México nos señala a través de la Secretaría de Gobernación que en febrero es el aniversario de la promulgación de las constituciones de 1857 y 1917.

El 5 la promulgación de nuestra Ley Fundamental, elaborada en la ciudad de Querétaro, entre diciembre de 1916 y enero de 1917, durante las sesiones del Congreso Constituyente convocado por Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y Encargado del Poder Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos.

El antecedente inmediato de la Carta Magna de 1917 es la Constitución de 1857, promulgada tras la victoria de la Revolución de Ayutla en 1855, encabezada por Juan Álvarez e Ignacio Comonfort, contra la dictadura de Antonio López de Santa Anna.

La Constitución de 1857 sentó las bases del México moderno, al establecer el Estado laico y suprimir las supervivencias coloniales que subordinaban el orden civil a la potestad eclesiástica.

El Congreso Constituyente sesionó de febrero de 1856 a enero de 1857.

Los diputados fueron algunos de los más brillantes ideólogos y políticos de su tiempo, quienes redactaron una Carta Magna ejemplar,

en la que se establecieron el estado civil, las garantías individuales, la libertad de enseñanza y la tolerancia religiosa.

El texto constitucional de 1857 mantuvo su vigor durante los años posteriores al triunfo de los liberales.

Durante el gobierno del general Porfirio Díaz, el artículo 78, que prohibía la reelección del presidente de la República, fue modificado para permitir al general Díaz la reelección desde 1884 hasta 1910.

En 1910, el descontento popular ante el gobierno de Porfirio Díaz y la imposibilidad de garantizar la libertad del sufragio por la vía institucional, originaron el movimiento revolucionario encabezado por Francisco I. Madero quien en seis meses derrotó política y militarmente al gobierno de Díaz y alentó su renuncia.

En febrero de 1913, el presidente Madero fue derrocado por el golpe militar encabezado por Victoriano Huerta, rompiéndose la vigencia del orden constitucional.

Para restaurarlo se levantó en armas Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila.

El movimiento de restauración de la legalidad interrumpida se denominó constitucionalista.

En 1914, las victorias militares del ejército constitucionalista de Carranza, de la División del Norte villista y del Ejército Libertador del Sur zapatista, lograron derrocar la dictadura huertista.

Después de la guerra intestina entre las corrientes revolucionarias, con el triunfo del constitucionalismo sobre la alianza convencionista de Villa y Zapata, se inició la etapa de la reconstrucción nacional y del restablecimiento del orden legal y el funcionamiento de las instituciones.

Sin embargo, la revolución iniciada en 1910 había sacado a luz nuevas necesidades y demandas para cuya solución no era suficiente la Constitución de 1857.

Por ello, se decidió crear una nueva Ley Fundamental.

Así, el 22 de octubre de 1916 se llevaron a cabo elecciones para la conformación de un Congreso Constituyente, que reformara el texto de la Carta Magna de 1857.

El Congreso inició sus sesiones en Querétaro el 1 de diciembre de 1916, y concluyen a finales de enero de 1917.

El anteproyecto original presentado por Carranza, que recuperaba en lo esencial el texto de 1857, fue modificado y ampliado en los debates entre los congresistas.

Se obtuvo un documento más radical, que abarcó aspectos sociales que ninguna otra Constitución del mundo había planteado antes y que plasmaron las transformaciones sociales, económicas y políticas que requería el país para su desarrollo y para establecer una sociedad más justa y democrática.

La Constitución fue firmada el 31 de enero y jurada el 5 de febrero de 1917, garantizó los derechos y demandas sociales, políticas y económicas, así como la soberanía nacional y la propiedad del Estado sobre las riquezas del subsuelo.

Entre sus artículos más importantes destacan el 3, 27 y 123.

El artículo 3 se refiere a las responsabilidades del Estado en cuanto a garantizar los derechos de educación, con carácter laico, gratuito y obligatorio para todos los mexicanos.

El 27 sentó las bases de la reforma agraria y estableció los tipos de propiedad de la tierra, a la vez que prohibía los monopolios en todo el territorio nacional y establecía la propiedad original de la Nación sobre sus recursos naturales.

El artículo 123 garantiza los derechos laborales de los trabajadores.

craveloygalindo@gmail.com

 

Desde el cerro del Tepeyac lo recordamos
11 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Recordamos a don Guillermo, mi padre, con amor, Bety. Este día nació en 1897.Hoy hubiera cumplido 124 años.

El gran milagro de la Virgen de Guadalupe es ser la pacificadora y unificadora de los mexicanos.

Porque si las estrellas del manto son las constelaciones del cielo en el momento de su impregnación en el ayate de Juan Diego, si las flores del vestido representan proporcionalmente a los principales cerros y volcanes de la orografía de México, si toda la imagen guarda el equilibrio áureo, entonces tiene simetría perfecta, por lo tanto tiene música.

El hecho de que la Virgen de Guadalupe se apareciera en el cerro, no implica que quisiera una iglesia ahí, sino que la pidió en el llano, por eso la basílica se construyó a las faldas del cerro.

Pero el que hubiera solicitado la edificación de un templo no es fortuito porque así sucedió en España con las cuatro vírgenes de Guadalupe que existen allá.

Una de ellas, por cierto, es negra y se apareció en un lugar conocido como “río de cascajo negro” en circunstancias similares a la del Tepeyac.

El guadalupanismo no se circunscribe al culto a una imagen. Incluye también la creencia en una leyenda que habla sobre las apariciones de la Virgen de Guadalupe entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531.

La importancia de la Virgen de Guadalupe en la historia de la formación de México, al señalar que a partir de 1648 las apariciones de la misma se convirtieron “en el aglomerante, en el cemento -si me permiten decirlo así- de una sociedad cuyos habitantes eran racial y culturalmente diferentes, indígenas, mestizos, criollos y peninsulares de esa época, que iniciaron el difícil proceso de integrarse como una nueva nación en un primer periodo colonial que duró 300 años, y después como país independiente que está por cumplir 200 años en ese estatus en septiembre de 2021.

La Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG) abordó nuevamente el controvertido tema de la Virgen de Guadalupe en un conversatorio donde participaron el arquitecto Manuel Gamio, la maestra en Humanidades, escritora e historiadora Alicia Albornoz, el

contador público y maestro en Educación Eduardo Rabell y el abogado y poeta Sergio Morett.

De ellos nos habla la escritora Norma Vázquez Alanís, que estuvo presente en el desarrollo del tema.

Inició esta reunión Manuel Gamio, quien habló sobre los antecedentes del Tepeyac, sitio donde se venera a la Virgen de Guadalupe, que es uno de los elementos fundamentales de la identidad de los mexicanos y su importancia rebasa en mucho el ámbito de lo religioso, lo cultural y lo social.

Tras la conquista de Nueva España en 1521, durante el proceso evangelizador sólo existe constancia de sus apariciones a partir de 1648, cuando dicha visión la registró el bachiller y sacerdote criollo Miguel Sánchez en su obra Imagen de la Virgen María, que es la primera sobre el evento que fue publicada y ampliamente apoyada por el segundo arzobispo de Nueva España, el dominico Alfonso de Montúfar.

En las fuentes originales no se hace referencia a ningún asunto religioso sino hasta 1554 (seis años después del fallecimiento del obispo fray Juan de Zumárraga), cuando en su obra Diálogos Latinos Francisco Cervantes de Salazar mencionó por primera vez la existencia de una iglesia o ermita en Tepeaquilla (Tepeyac).

Sin embargo, el autor nada informó sobre datos o detalles de esa construcción, ni de su fecha de fundación o su devoción, y tampoco hace alusión alguna a la Virgen de Guadalupe.

Después de la conquista las Actas del Cabildo de la ciudad de México registran que el ayuntamiento hizo “merced al extremeño Antonio de Arriaga para que pudiera hacer un asiento (casa) para tener sus ovejas en un peñón que está junto a Tepeaquilla”.

“Un querido amigo mío y de mi padre, don Agustín Arriaga Rivera, quien hace años fue gobernador de Michoacán (1962-1968), me comentó que en efecto su ancestro, de profesión panadero, había recibido en merced, que no encomienda o propiedad, el hoy cerro del Tepeyac y las fértiles tierras cercanas, que entonces estaban a la orilla del lago de agua dulce (donde hoy es la colonia Lindavista) y que fueron muy fértiles para el cultivo del trigo, materia prima del pan durante los primeros años de la conquista”, relató Gamio.

El nombre completo del señor era Antonio Juan Diego de Arriaga y, por ser extremeño como Cortés, era devoto de la Virgen de Guadalupe de Extremadura, por lo cual en 1530 edificó en sus terrenos la primera capilla dedicada a aquella virgen. Y según la historia que cuentan los Arriaga -abundó Gamio-, Juan Diego, el de la

leyenda de la aparición, era un indígena que cuidaba esas tierras y la capilla, y recibió su nombre igual al de su patrón, como era costumbre al ser bautizado.

También habló de la existencia de documentos de fray Juan de Zumárraga en la biblioteca de la Universidad Autónoma de Guadalajara, en uno de los cuales el arzobispo solicita al virrey enviar soldados a Tepeaquilla con el fin de evitar que los indios hicieran procesiones hacia ese lugar, pues pisaban los cultivos y robaban el ganado en su camino para ir a adorar a su diosa Tonantzin en el peñón del Tepeyac; este documento se puede consultar por internet.

Precisó Gamio que sólo existen dos menciones de la existencia de una capilla o iglesia en el cerro del Tepeyac, la primera de ellas es una iglesia en Tepeaquilla, que aparece en el detalladísimo mapa de Upsala también conocido como “Plano de Alonso de Santa Cruz” o “Mapa de México-Tenochtitlan y sus contornos” que data de 1550, probablemente pintado en Tlatelolco antes de darse a conocer el milagro guadalupano. La segunda cita corresponde a 1554 en los Diálogos Latinos de Cervantes de Salazar, un toledano llegado a México en 1551 para dar clases en la recién fundada Universidad.

El mapa de Upsala evidencia incluso dos capillas: tanto la nueva iglesia construida por orden del obispo de Montúfar, como la primitiva ermita del Tepeyac, cuya edificación el cronista fray Juan de Torquemada atribuyó a los primeros franciscanos, pero con el paso de los años los frailes y el obispo Zumárraga se dieron cuenta de los peligros que había en los cultos de sustitución que ellos mismos habían fundado.

No era tanto que los indios veneraran en secreto a sus antiguas deidades, sino que adoraban a Cristo, a la Virgen y a los santos no propiamente de una manera cristiana, sino idólatra, con ceremonias organizadas por los propios indios en ermitas y que los frailes no podían supervisar. Así, adoraban a la Virgen María como una diosa de manera similar a como lo hacían con su antigua Diosa Madre (Tonantzin, Coatlicue, etcétera) y veneraban las imágenes cristianas por sí mismas y no por lo que representaban. Puede por ello suponerse que a partir de 1539 o 1540, los franciscanos cristo céntricos hayan desalentado el culto indio a la Virgen María en la ermita del Tepeyac.

Por último, Gamio precisó que en náhuatl no existe la palabra “virgen”, porque ese pueblo no tenía esa connotación sexual que el término tiene en español.

La historiadora ecuatoriana radicada en México, Alicia Albornoz, refirió que tepetl significa cerro y yacatl es nariz, y el Tepeyac era el punto sagrado donde se ofrecían las vírgenes al sacrificio; desde ahí eran lanzadas al vacío, en especial para implorar lluvias.

Todo lo que sabemos de primera mano sobre la Virgen de Guadalupe procede del poema Nican Mopohua escrito en nahua hacia 1555 por Antonio Valeriano, quien se dice era primo de Moctezuma y estudiaba en Tlatelolco.

Nican Mopohua significa “El que narra” y ahí se relata la aparición a Juan Diego, apuntó Albornoz, pero advirtió que si se lee en náhuatl es muy distinto a leerlo en español, porque el nahua es más vasto, en virtud de que el indígena ve más cosas que el europeo, es decir, que hay un segundo plano del lenguaje; las lenguas indígenas son más poéticas que las europeas y en ellas hay más de lo que se oye.

La mayoría de las vírgenes de España tienen niño, mientras que la de aquí no, sino que tiene la cinta negra en la cintura que usaban las embarazadas en la cultura nahua y en la túnica rosa está la inscripción “nahui ollin” o cuarto movimiento, que es el máximo símbolo náhuatl y representa la presencia de Dios, la plenitud, el centro del espacio y del tiempo.

Por su parte el cronista Eduardo Rabell refirió que el padre Guadalupe Velázquez, quien fundó la primera escuela de música sacra en Querétaro, compuso la música para la misa de coronación de la Virgen de Guadalupe en 1895. Además, fue el fundador del coro Orfeo Queretano, que cantó la música compuesta por el propio Velázquez en una misa a la que asistió el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy cuando visitó la basílica de Guadalupe en México.

En este sentido, Rabell hizo alusión al hecho de que las 46 estrellas que aparecen en el manto de la Virgen de Guadalupe forman una melodía celestial si se les asignan notas de la escala musical.

Pero este descubrimiento no fue tan sencillo, se requirieron 23 años de investigaciones realizadas en el manto de la Virgen de Guadalupe por parte del matemático Fernando Ojeda Llanes, investigador del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos.

Explicó que, con la aplicación de las matemáticas, quedaba el elemento “música” y ya Pitágoras mencionaba que donde hay simetría perfecta hay música, entonces decidió tomar como base los estudios existentes de la imagen de la Virgen de Guadalupe e infirió que solamente faltaba descubrir dónde y cómo”.

El resultado fue una bella armonía musical, un sonido celestial, señaló Ojeda Llanes, quien agregó que esa “armonía perfecta” podría haber sido la que escuchó Juan Diego cuando vio a la Virgen de Guadalupe en 1531.

craveloygalindo@gmail.com

 




De mis bendiciones 16
10 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Y llegó como nuevo. Qué bueno. Sigamos en paz, por favor.

Benditos sean aquellos que entienden lo torpe caminar y la poca firmeza de mi pulso.

Antes en recuerdo de nuestras sedes.

Decía que en 1985 el sismo que hizo también temblar al gobierno de Miguel de la Madrid, derrumbó nuestra sede en el Hotel del Prado, en donde disfrutábamos de casi 300 metros cuadrados para oficinas, sala de recepción de juegos y, obvio, gran cantina y comedor.

Recuerdo que llegamos a tal hotel en Avenida Juárez en 1969. Y nos ubicaron en una oficinita de cuatro por cinco, precisamente en el primer piso. Era presidente Daniel Cadena Zepeda y el segundo Alfonso Argudín. Luego, en 1970 arribó Héctor Manuel Chávez Guzmán y yo como secretario general.

Obtuvimos, gracias al presidente Luis Echeverría Álvarez un nuevo local en el primer piso del Hotel del Prado, los trescientos metros. Pero no sólo eso, sino que dispuso que se arreglara óptimamente. Y fue Tonatiuh Gutiérrez de Fonart quien lo hizo: las pinturas originales, cantina, (los vinos que compramos nosotros) mesas para ajedrez y dominó.

Quedó hecho, como bien dijo Luis Vega y Monroy, “una chulada”.

Nos costaba el alquiler mil pesos al mes, que liquidábamos con nuestras cuotas los socios. El inmueble era del gobierno, y así siguió.

Vinieron cambios en 1976 y luego en 1982. Todo siguió igual, hasta que a “alguien” le interesó nuestro local y entonces el Director General del Banco Gubernamental, don Julio Sánchez Vargas, amigo del suscrito, en plática amable inquirió detalles específicos del Club Primera Plana, al que ya conocía muy bien.

Se enteró y ofreció prolongar el convenio en forma verbal. Pero convencí al cuerpo directivo del Club no aceptarlo, aun cuando quitaba el pago en efectivo, y suscribir un contrato. Nos daba garantía legal.

Lo comuniqué a don Julio y estuvo de acuerdo en firmarlo. Pero, no obstante que la renta era mil pesos, y así se estipulaba, don Julio, ahora sí verbalmente, eximió al Club del referido pago. Así y allí continuamos hasta el temblor.

Sigamos con nuestros asociados.

Teodoro Rentería Arróyave tuvo también presencia, importante en el seminario periodístico de 1989.

Tocó a él un tema, el periodismo radiofónico, privado y de Estado. Dijo él que no encontraba diferencia alguna entre uno y otro si en verdad no confundimos Estado con Gobierno.

Una puede ser, dijo, las radiodifusoras del gobierno y otras que crea el gobierno para el servicio del Estado. Reflexionó que puede haber engaños. Cuántas dictaduras y seudo democracias crean medios de comunicación a los que califican de Estado cuando en realidad son centros de propaganda y manipulación del grupo que detenta el poder.

Los medios oficiales del gobierno sí pueden y deben existir, siempre y cuando se presenten abiertamente. Lo grave e inadmisible es cuando están encubiertos. En esos casos se produce un grotesco fenómeno: de voceros oficiales se convierten en simples medios de propaganda, que los pueblos descubren fácilmente y rechazan de inmediato.

El problema radica, dijo Teodoro en que algunos gobiernos principalmente de facto, no se atreven a presentar a sus medios como oficiales y prefieren el encubrimiento, pensando erróneamente que con el engaño van a ganar la preferencia de lectores, radioyentes, y televidentes. Son, afirmó: medios vergonzantes.

Teodoro, no puedo olvidarlo, como tampoco José Carlos Robles, que cuando hubo el pleito entre Scherer y Azcárraga, y nos quedamos sin comentarios radiofónicos, nos invitó a participar con él en la estación de Francisco Ibarra, allá por las Lomas de Chapultepec.

Desde entonces he seguido con los Rentería, Teodoro y sus hijos Tedy y Gustavo. Hasta el día en que me decidí a tomar mi año sabático. Que concluyó en septiembre.

Retomo su ponencia y subrayo sus palabras: “El periodismo que pretende faltar a la verdad, es todo menos periodismo: es propaganda, es vicio, es manipuleo y aunque se presente como tal, no es periodismo”.

Los Rentería son hoy, concesionarios de estaciones de radio. Y mantienen, me consta, la libertad absoluta en los comentarios de sus reporteros. Exigen la verdad, la verticalidad, pero sobre todo la decencia. De eso, soy testigo, por los últimos 25 años. A ello se debe la envidia que despiertan.

Gente de primera, como el anterior, hay muchos, pero pueden contarse con los dedos de la mano.

Sigamos, entonces, con ellos. Daremos apenas una probada de sus conocimientos. Veamos, por ello, a uno también grande. Renato Leduc. Hombre qué de ser telegrafista, se convierte, con el paso del tiempo, su vida en Francia y otros países, en titán, no del periodismo, por así decirlo, sino de las letras, hoy tan devaluadas.

Podré dar a conocer trabajos, y hablemos de su poema “sabia virtud de conocer el tiempo”.

Eso me da pauta para platicar una anécdota que Renato me platicó allá en el Hotel del Prado que derrumbó el sismo del 85, antigua sede del Club Primera Plana, refiriéndose, precisamente, al adjetivo de poeta que le endilgó el presidente López Mateos, en 1962.

Estábamos con él Teodoro Rentaría, Fernando González Mora, Raúl Durán Cárdenas, Miguel Castro Ruiz, Luis Vega y Monroy, y nuestro trago.

Siempre bohemio Renato respondió alegre al seudónimo de poeta que le endilgamos.

“Miren, nos dijo, el otro día en una comida, López Mateos –nunca le dijo presidente- al entregarme un diploma, sentenció en voz alta: diploma al poeta Renato Leduc…

“Desde entonces, por decreto me designaron poeta, pero tengo, como dice el refrán de poeta nada, de loco, un poco…” Para ustedes sigo siendo Renato, a secas. Nunca cambió; escribió, comió, bebió, maldijo, disfrutó de sus amigos que lo felicitábamos cuando recitaba un verso en francés, idioma que dominaba, en donde habla de un trenecito que sale de la estación para llegar al destino final.

Lo ponía como ejemplo para recordar la función del hombre.

Ecutté, Ravelo. –En español maestro, le dije. Qué maestro ni que la chingada, respondió. Óyelo en la lengua de Unamuno.

“Con la mujer hay que viajar. Bajar en las estaciones. Volverte a subir, cuantas veces se detenga el ansia; volverte a bajar y subir, hasta que, por último, llegues al final… Entendiste, ¡carajo!...” y soltó la carcajada.

Ahora que estoy con Renato vale la pena dar a conocer algunos párrafos de su novela “El Corsario Beige”, publicada en 1940, y reeditada, con otros cuentos, poemas y trabajos del mismo por el Club Primera Plana en 1977.

Entre paréntesis, rememorando la venta de aquel libro, el de 1977, “obras escogidas” Renato Leduc, la editorial le entregó un cheque por 35,000 pesos. Renato, sorprendido, le pidió al padre de Jesús Robles, entonces administrador del Club:

“Corre al banco y cámbiamelo. Nosotros te esperamos en el Bar Montenegro, (antaño en la planta baja del hotel del Prado, sede, entonces del club).

Llegó con el dinero en billetes y parte de la noche, Renato y sus amigos, que eran varios, acabamos con la primera utilidad que tuvo del libro.

Al día siguiente, Renato, como siempre, llegó al mediodía al Club, saludó a quienes allí estábamos. Y sin más, pidió al señor Robles, hoy jubilado del Club, una copa, para alcanzarnos. “Y del cheque”, le preguntamos, ¿cuánto quedó? Sólo el recuerdo y la gratitud de los meseros bien gratificados, respondió con la misma sencillez de siempre.

Ese era Renato.

Le pedimos, entonces, que nos cantara su tiempo perdido. O que lo recitara.

Enmohinado repitió: “no canto, no recito. Si quieren se los repito. Y eso porque estoy, como ustedes comprenderán, poco cocido. Vaya: crudo.”

Sin más, por así decirlo, nos lo deletreó:

Aquí se habla del tiempo perdido

que, como dice el dicho,

los santos lo lloran

Sabia virtud de conocer el tiempo;

a tiempo amar y desatarse a tiempo;

como dice el refrán: dar tiempo al tiempo.

que de amor y dolor alivia el tiempo.

Aquel amor a quien amé a destiempo

martirizó me tanto y tanto tiempo

que no sentí jamás correr el tiempo,

tan acremente como en ese tiempo.

Amar queriendo como en otro tiempo

-ignoraba yo aún que el tiempo es oro-

cuánto tiempo perdí –ay- cuánto tiempo.

Y hoy que de amores ya no tengo tiempo,

amor de aquellos tiempos, cómo añoro

la dicha inicua de perder el tiempo…

Pero, ya encarrerado, para satisfacción de él y de todos, nos recetó, luego de un coñac que le acercó Vega y Monroy, una moraleja.

Digo, la moraleja de todo esto osease la manera como, a juicio del autor, ha de estarse el hombre de buen vivir y savoir faire:

Como el señor,

como el señor del Buen Despacho que era

un amigable y buen componedor

en los tumultos de la primavera.

Como el cine que afoca

a los novios penumbra placentera

mientras chicle permutan boca a boca

y les tiemblan las piernas, en tijera.

Como la dulce, la plateada luna

que perdió sus virtudes de planeta

una por una

en abyectos oficios de alcahueta.

Como la madre de la bailarina

que da a prócer rufián pública y quieta

posesión; y da la esquina

al insolvente amor de hija coqueta.

Como aquellos que salga lo que salga

quieren a todas luces explicar

la condición sedeña de una nalga,

de Dios la esencia y el color del mar…

Vender la vida en más de lo que valga

¿polvo de oro…? ¿colmillos de elefantes…?

y la raída indumentaria hidalga

vender cuanto antes…

craveloygalindo@gmail.com

 


Sofismas y proverbios
09 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Era un secreto público. En cuadriplicado, pues.

A todo mundo, adentro y afuera del CPP, se les enteró “sutilmente en ocho cuartillas, con pelos, nombres y señales”.

Eran, son, artificios.

El comodato, como todos saben, es el pretexto interior para “golpear”, a diestra y siniestra. Por ello.

Nuestros diálogos pueden enterar a quien lo desee. Son la verdad que se requiere don José Antonio. Agradecemos tu angustia.

Y si alguien osa, ni modo. Qué con su pan, pri, prd, verde, cm, morena, etcétera, se lo coma.

Al respecto el ingeniero avecindado en Iguala, Guerrero, don Domingo Beltrán, nos ilustra:

“Tanto haber en un solo ser es de reconocer sin necesariamente perito en la materia ser......saludos gran señor”.

Pero no debe inquietud, cuando comentamos la verdad.

“Estimado amigo:

1.- Espero que nadie vaya a reclamarte por hacer público lo del desacuerdo que hay ahora puertas adentro del CPP. Con un exceso de optimismo, espero y deseo también que todo se solucione sin que caigan cabezas. Ya basta de tantas crisis, el Club no las merece.

2.- Gracias por la difusión del tema de los "textos reunidos", le va a gustar a Norma. Ya estamos preparando la siguiente edición, sobre arqueología, pero el esfuerzo de los dos ha sido mayor que los resultados, pues sólo han llegado a mis contactos, no más allá, con muy escasa (pero valiosa) respuesta.

Salud (yo sigo de abstemio; ni café siquiera). JA”.

Respondemos antes de decir salud. Pero lo haremos en punto de la una. Como acostumbramos.

Hablemos, pues de otros proverbios que también juegan un papel clave en el idioma y la cultura de varios países.

Un país que se enorgullece de sus profundos dichos es la tierra de la calma matutina.

En nuestro país, México, sabemos que terminar un año e iniciar uno nuevo, es sentir el paso y el peso del tiempo. Pasó demasiado ligero, según como lo sientas.

Pesó, pero no sólo en sus aspectos negativos. Hay también un buen peso de cosas positivas.

Pon cada cosa en su bolsa, repasa y ofrece. Necesitamos valorar y agradecer.

El tiempo es un regalo.

El cambio de año es una oportunidad para revisar. Para pensar. Para dejarse interpelar. Para pedir perdón.

O para ofrecerlo.

Sólo debemos tener paciencia.

Como el pueblo de Corea que ha aprendido a vivir de las sabias palabras de sus antepasados.

Estos viejos dichos y proverbios todavía tienen un gran significado para los coreanos y también pueden aplicarse a todas nuestras vidas.

Aquí, hemos compartido algunos proverbios sabios y esclarecedores junto con sus significados que seguramente resonarán contigo a nivel personal.

No deberíamos castigarnos por algún error tonto que pudiéramos haber cometido. Los humanos no somos perfectos y cometeremos errores de juicio de vez en cuando.

Para experimentar algo correctamente, debemos intentar profundizar más. Porque al igual que la sandía sólo se puede disfrutar comiendo su dulce parte interior, sólo puedes entender a una persona verdaderamente cuando te has conectado con ella en un nivel más profundo.

Tu mundo puede estar colapsando en este momento, pero solo necesitas aguantar allí. Porque al final, encontrarás una apertura para la comodidad.

Si incluso un zapato de paja tosca tiene su par, seguramente habrá alguien para todos los demás.

En tiempos difíciles no debemos perder la esperanza. Es importante seguir animándonos a seguir trabajando duro y no rendirnos.

En muchos cuentos antiguos hemos oído hablar de cómo incluso el poderoso dragón a veces se eleva de un pequeño arroyo.

Por lo tanto, incluso si pudiéramos haber tenido comienzos humildes temprano en la vida, es muy posible que eventualmente logremos un gran éxito.

La práctica hace a uno perfecto. Si estás dispuesto a trabajar lo suficientemente duro y te adhieres con dedicación a tu objetivo sin darte por vencido, finalmente encontrarás el éxito.

Siempre hay alguien escuchando lo que estás diciendo y lo que has dicho sobre algo o alguien eventualmente se revelará.

Por lo tanto, siempre debemos tener cuidado con qué o de quién estamos hablando.

Comenzar a menudo puede ser el paso más difícil. Sin embargo, una vez que comiences, el resto del camino será mucho más fácil.

Esta frase te ayudará en un momento en el que buscas aliento antes de comenzar una tarea importante.

Siempre debemos ser amables con los demás si queremos que los demás sean amables con nosotros.

En otras palabras, solo si eres amable con los demás, el mundo también te mostrará bondad.

El cielo es una metáfora de algo que es demasiado difícil o imposible de obtener.

A veces, una situación puede volverse demasiado inverosímil o poco realista para que la superemos. Es entonces cuando podemos consolarnos con estas palabras.

Qué, aunque algo pueda parecer atractivo, a veces puede estar fuera de tu alcance y ser realmente inalcanzable.

Muchos de nosotros a veces sentimos envidia de lo que tienen otras personas a nuestro alrededor y nosotros no.

Recuerda que las posesiones de otras personas siempre se ven mejor que las tuyas, incluso cuando ese no sea el caso.

Por lo tanto, no deberíamos dejarnos llevar por esa emoción.

O como dice el abogado Genaro Barrón, con acierto.

“Come camote. No te de pena. Cuida tu casa y deja la ajena”.

craveloygalindo@gmail.com

 


El prurito de leer y discutir
08 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma

En referencia a unas desavenencias en el Club Primera Plana, nos escribe.


Como verás, me remito a un enfoque más trascendente que el mero conflicto actual que ahora ya es doble:


1.- el comodato o una nueva sede (prestada otra vez, no propia). Y


2.- la guerra contra José Luis Uribe.


 Ojalá que haya reuniones de conciliación y no de ruptura, y se llegue a acuerdos de unidad.


Seguiré del lado institucional.


Te envío mis puntos de vista, escritos durante una tregua que me dio mi estómago a dos semanas de haber comenzado mis malestares, que no ceden al parecer por la hernia


Cierto don José Antonio Aspiros Villagómez. Nos preguntas, nos respondes, Nos sugieres Y como nosotros también lo vivimos, lo reproducimos.


“Estimado amigo:


“El día 22 de este mes, se cumplirán 20 años de que me tomaron la protesta como socio del Club Primera Plana durante una comida en el STIRT.


Me tocaron los tiempos malos del CPP: puras crisis.


 Hubo rupturas con ex presidentes (Fausto, Julio, Rosaura, Arturo, ¿y José Luis?), más las del siglo pasado y nunca se logró en estas dos décadas presencia alguna ni se ha realizado ninguna gran obra o labor de la cual presumir.


Tal vez sólo la creación de la Fapermex, porque lo de la titulación en 2012 fue conquista de una persona, no del Club, aunque ahí nos tomaron la foto panorámica. El próximo domingo se cumplirán ocho años de ello. La placa con nuestros nombres ya no la vi en mis últimas visitas al edificio de Humboldt.


Es tiempo de replantear la pertinencia del Club, con nuevos objetivos y proyectos importantes fijados en una asamblea y consignados en el Estatuto, pues por lo visto no basta con hacer comidas los miércoles, "defender las libertades de prensa y expresión".


 Hay que hacer seminarios, congresos, diplomados, exposiciones, más convenios que sean efectivos, publicaciones y mucho ruido: penetrar en los medios y en la sociedad.


Y, desde luego, claro, participar -pero con verdadero impacto y presencia- en la defensa del gremio, porque ahora hasta el presidente AMLO desconocía que hubiera un Club Primera Plana, pues nos confundió con el Club de Periodistas.


Y ni le interesamos, a juzgar por sus actitudes. (Como tampoco le interesa Notimex, con un año de huelga).


Me pregunto por qué no están en el Club los subdirectores y jefes de redacción e información de los medios más acreditados y antiguos, al menos los de la Ciudad de México, aunque ya esté abierto también desde la breve época de Fernández Ponte a periodistas sin cargo, pero "con trayectoria", lo cual por cierto ahuyentó a socios anteriores.


Y te reitero que a mí no me mandaron ninguno de los comunicados que tú enviaste al archivo, pero ya los tengo y los guardé, igual que la respuesta de nuestro presidente. Para la historia. Salud. JA.


Metemos nuestra cuchara para tranquilidad de los socios. De todos los socios. Terminado el comodato con el gobierno nuestra mesa directiva ya tiene la que podrá ser nuestra nueva sede.


Y en breve don José Luis Uribe Ortega, rector. Virgilio Arias Ramírez, secretario general y Josué Beautspacher, tesorero, nos darán la noticia.


Privará de nuevo la paz. Esperamos.


Entre tanto, nosotros, “atornillados al escritorio” platicamos sobre la necesidad de leer para poder, sin ser “fusilamiento”, escribir como los grandes maestros.


Hoy incurrimos en lo mismo. Compartir lo que ellos dicen y escriben. Y nos participan de sus libros.


En uno de ellos, sus Textos reunidos en 365 páginas, tiene trabajos periodísticos escritos durante muchos años, pero cuyo contenido mantiene algún interés, valor y vigencia.


 Los que al parecer no cumplieron con esos requisitos, fueron descartados.


 Este volumen es singular, ya que contiene la crítica literaria de numerosas obras, unas más conocidas que otras, hecha por una experta que no se centra en reseñar el argumento, sino que desmenuza cada texto desde diversos ángulos: psicológico, editorial, histórico, literario, originalidad, etcétera.


El propósito de la colección es rescatar y agrupar por materias, información duradera que puede ser de utilidad general, así como dejar constancia del trabajo desarrollado por los autores Norma Vázquez Alanís y, José Antonio Aspiros Villagómez, su esposo durante su desempeño profesional.


Contiene principalmente datos para el conocimiento y la consulta presentados con un tratamiento periodístico, es decir, con el estilo, técnica y extensión de los géneros correspondientes, según hayan sido escritos para una revista, un periódico, una página digital o una agencia de noticias.


Producimos estos Textos reunidos dentro del imaginario membrete Ediciones digitales AVVA que, a falta de una razón social formal y de un propósito comercial, fue necesario crear para darle un soporte unitario a los compendios que habrá.


En el plan hay 22 temas. El término AVVA corresponde a las iniciales de los apellidos Aspiros Villagómez y Vázquez Alanís.


 La serie Textos reunidos comenzó con la historia de México bajo los títulos mexicanos de tiempo completo (de José Antonio Aspiros Villagómez) y México desde Chimalistac (de Norma Lydia Vázquez Alanís), a los que siguió Las batallas del periodismo, de Antonio Aspiros, y cuyo nombre resume el contenido.


 Estos textos no reúnen necesariamente a los mejores autores, tampoco a los clásicos, ni mucho menos a los fabricantes de bestsellers y sólo obedecen a los gustos de la autora, quien la mayoría de las veces lee por placer o intuición.


Varias obras aparecen porque los comentarios fueron escritos por recomendación de algún superior durante su vida laboral, o a solicitud de amigos o colegas, unas veces autores y otras editoras de las mismas.


El objetivo primordial de la columna La biblioteca de Arcadia es despertar el interés de aquellos que la lean por acercarse a las obras reseñadas, pero no mediante un resumen de las mismas, sino con elementos para que decidan si les interesa o no leerlas.


 En estos Textos reunidos están considerados, como se dará cuenta el lector, autores contemporáneos de todo el orbe, entre ellos varios ganadores del Premio Nobel de Literatura como William Faulkner, Albert Camus, Yasunari Kawabata, Nagib Mahfouz, José Saramago, Orhan Pamuk y Doris Lessing.


Aunque nadie encontrará en La biblioteca de Arcadia ni libros de autoayuda, ni éxitos de ventas, sí podrá hallar el comentario sobre textos inteligentes que despiertan la imaginación y el pensamiento, casi siempre con finales abiertos a las conjeturas de cada individuo que los lea, o bien con desenlaces inesperados que invitan a la reflexión.


 El nombre de la columna que da título a esta recopilación, se debe a la anécdota relatada por una persona muy querida para mí y con quien compartía el gusto por la lectura.


En una charla de las tantas que tuvimos, me platicó que su jefe le decía a su esposa -a la sazón su amiga, que si ya estaba otra vez con “la biblioteca de Arcadia”, refiriéndose a la lectura de revistas del corazón y otras publicaciones de chismes del espectáculo que pertenecían a una de las empleadas en su despacho de abogados, que precisamente se llamaba Arcadia.


El relato me pareció bastante ingenioso y, cuando comencé a escribir comentarios sobre libros, decidí ponerle a la columna La biblioteca de Arcadia como una ironía sobre lo que contenía la biblioteca original.


Norma Lydia Vázquez Alanís nació en la Ciudad de México, es egresada de la carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva, que estudió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, y obtuvo su título de licenciada en periodismo por la Secretaría de Educación Pública. Cursó el Diplomado en Análisis Político en la Universidad Ibero Americana (1998-1999), así como diversos seminarios y talleres de actualización, especialización y capacitación, en materias como: etimologías, lenguaje, géneros literarios, crítica literaria, fronteras del periodismo (literatura), periodismo científico, agencias de noticias, crítica de danza, y nuevas tecnologías aplicadas a medios de comunicación, entre 1981 y 2018.


 Su desempeño profesional ha sido en el ámbito del trabajo en mesa de redacción, y ha ocupado los cargos de editora y redactora de noticias internacionales y servicios especiales en la Agencia Mexicana de Noticias Notimex, de la Secretaría de Gobernación (1978-1994), y de secretaria de redacción en la Agencia OEM-Informex, de la Organización Editorial Mexicana, OEM (1989-2015).


También realizó trabajos de corrección de estilo en la revista interna de la editorial Sayrols y en la revista Algarabía, y textos de publicidad para Aljamía (2002-2003), así como corrección de estilo de libros de diversos géneros y autores (2002-2008). Colaboró como articulista en el periódico El Nacional (1984-1986), mientras que para la revista


En Todamérica escribió la columna de espectáculos ‘Más que candilejas’, además de crónicas políticas (1985- 1993); en el periódico El Sol de México hizo reseñas de libros para el suplemento cultural en 1991.


Su interés por la educación y la cultura la llevó a participar en varios proyectos de difusión del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), entre ellos el semanario Quince de Mayo, con notas sobre política y cultura (1994-1995), el boletín independiente Senda Educativa, con comentarios literarios y temas relacionados con la mujer (1997-1999), el boletín Bitácora del SNTE, con análisis político (1998- 2000).


 Igualmente, en el periódico El Día con notas de análisis sobre temas educativos (2000) y en el periódico Vocero de la paz del Consejo Nacional de Educación para la Paz, auspiciado por la Unesco, con temas ecológicos (2000).


También ha escrito notas y entrevistas para el Magazine de Salud del periódico Excélsior (2001-2002) e hizo la cobertura de congresos internacionales sobre salud (2003-2004) para la Agencia Enlaces de relaciones públicas. Adicionalmente, redacción de artículos para diversos portales noticiosos de Internet (2006-2020) y las revistas Examen (PRI), Libertas, Brecha, Candelero, Mundo Legislativo y Semanario 24 (2007-2012)

.
 Es autora de las columnas La Biblioteca de Arcadia dedicada a la crítica literaria (2006-2020) y Constelación Andrómeda sobre temas científicos, cinematográficos y ecológicos (2012-2020).


Por otra parte, se ha dado a la tarea de llevar a cabo la difusión libre mediante reseñas periodísticas, de los ciclos de conferencias del Centro de Estudios de Historia de México, de la Fundación Carso (2014-2020), mismas que dieron origen al volumen II de la serie Textos reunidos con el título México desde Chimalistac.


En 2020 hizo lo propio con las conferencias -virtuales, a causa de la pandemia presentada- de la Academia Nacional de Historia y Geografía, patrocinada por la UNAM.
En algunas ocasiones firma sus textos con e

l seudónimo Artemisa Alanís, en especial en el semanario Reflexión 24.


Tiene en su haber la coautoría de los libros: • Reloj de Arena, vol. IV (Editorial Constate, 1999), con el ensayo tesis ‘La UNAM: de faro de luz a hoyo negro’.


 Ha recibido reconocimientos por 15 años de desempeño en Notimex, Ciudad de México, 1993, y del Club Primera Plana por 25, 30, 35 y 40 años de ejercicio profesional, Ciudad de México, 2003, 2008, 2013, 2018.


Fue galardonada con el Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” por crónica en medios impresos (Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, Fapermex, Córdoba, Veracruz, 2008), y el Premio ‘Nikito Nipongo’ a la mejor perla idiomática (Día Internacional de la Corrección de Estilo, Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición, PEAC, Ciudad de México, 2010).


Es miembro del Club Primera Plana (CPP) desde 2005 y del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo (Conalipe) desde 2014. Militó en la Unión de Periodistas Democráticos (UPD), ya desaparecida, y en la Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición (PEAC).

craveloygalindo@gmail.com

 

De un periodista entrevistador
05 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

A los que preguntan al mañanero, un consejo.

Lo que necesitas en una entrevista son cuatro cosas:

Alguien que pueda explicar muy bien lo que hace, que tenga sentido del humor y, con suerte, que tenga algo que probar y pasión.

Si tienes esas cuatro cosas, eres interesante.

El 23 de enero del 2021, el veterano presentador de televisión y periodista, Larry King, falleció a los 87 años.

King fue uno de los mayores gigantes de la radiodifusión en la historia de Estados Unidos.

A lo largo de su carrera de seis décadas, realizó entrevistas con todos los presidentes estadounidenses en ejercicio, desde Gerald Ford hasta Barack Obama y varios líderes mundiales y figuras públicas de alto perfil.

Entre las celebridades que entrevistó se encontraban Marlon Brando, Frank Sinatra, Jerry Seinfeld y Liza Minelli.

Larry King (originalmente Lawrence Harvey Zeiger) nació en 1933 en Brooklyn, Nueva York.

King comenzó su carrera en el periodismo como reportero local en Miami, Florida.

Saltó a la fama nacional con el lanzamiento de su programa de radio The Larry King Show en 1978, antes de pasar a CNN y presentar el Larry King Live, que se desarrolló entre 1985 y 2010.

King era conocido por su estilo de entrevista sin confrontación y sus preguntas abiertas, por las cuales fue aclamado, pero también ocasionalmente criticado.

El propio King se jactó de no haber investigado mucho antes de las entrevistas para aprender junto con los espectadores.

Fue su naturaleza genuinamente curiosa y su mente abierta, en lugar de una preparación excesiva, lo que llevó a una entrevista exitosa, incluso cuando se conversó con personas famosas y reclusas como Brando o Sinatra.

En el frente de la vida personal, King se casó ocho veces, en lo que una vez comentó: "No soy bueno en el matrimonio, pero soy un gran novio".

Para honrar el legado de King, reunimos algunas de sus frases

más poderosas y memorables de King.

Con auxilio de Jennifer Quinones Ramírez que las enumeró.

1. "Me recuerdo a mí mismo todas las mañanas: nada de lo que diga este día me enseñará nada. Entonces, si voy a aprender, debo hacerlo escuchando".

2. "He tenido un gran viaje. No tengo quejas".

3. "No hay nada en tu destino, nada en tu futuro que no puedas lograr".

4. "Nunca uso la palabra 'yo' cuando entrevisto a alguien. Creo que es irrelevante".

5. "Si haces algo, espera las consecuencias".

6. "El secreto del éxito es una curiosidad absoluta e ingobernable".

7. "Poner tu casa en orden y reducir la confusión te da más control sobre tu vida. La organización personal de alguna manera te libera para operar de manera más efectiva".

8. "Básicamente, todo se reduce a que amo lo que hago. No lo hago por la fama. No lo hago por dinero. Me encanta. Me encanta hacer preguntas. Amo a la gente. Está en mi ADN. Estoy maldito y bendecido ".

9. "Tú haces tu propia suerte. La suerte es el residuo del diseño".

Ni más ni menos.

craveloygalindo@gmail.com

 

Cada quien escribe lo que quiere o puede
04 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Todos los medios, todos, son importantes. Y no hay que repetirlo. Y cada quien escribe lo que quiere o puede.

Pero todos celebramos los días del periodista.

Veamos por qué se lo afirmamos.

Varias organizaciones gremiales celebraron este 4 de enero el Día del Periodista en México en memoria de Manuel Caballero, considerado el iniciador del reporterismo en el país y fallecido el 4 de enero de 1926.

Otras agrupaciones festejan en cambio el Día de la Libertad de Expresión el 3 de mayo, el Día de la Libertad de Prensa el 7 de junio y ojalá que también el 10 de abril se acuerden del Día Nacional del Redactor de Medios de Comunicación, ya que son igualmente periodistas profesionales.

Hace tres décadas, los corresponsales extranjeros y enviados especiales de la hoy agonizante (tras diez meses de huelga) agencia mexicana de noticias Notimex, dieron cuenta de la censura impuesta por Estados Unidos e Irak a la prensa internacional y las dificultades financieras de los medios estadunidenses durante la Guerra del Golfo Pérsico.

Aquella guerra duró del 16 de enero al 28 de febrero de 1991, tiempo durante el cual Estados Unidos y otros países aliados atacaron a Irak por haberse anexado el emirato de Kuwait en agosto anterior.

Dejemos al experto en la materia José Antonio Aspiros Villagómez, explicarlo mejor.

Porque fue testigo.

El suceso ocurrió en tiempos de crisis financiera para los medios de Estados Unidos porque la publicidad “está en decaimiento”, según informó Notimex el 17 de febrero. Como la cobertura no comenzó con la intervención de los aliados, sino con la decisión iraquí de anexarse Kuwait, para esa fecha ya los medios trabajaban en la información correspondiente.

Pero, según reportó Notimex, un estudio indicaba que “el mantenimiento de corresponsales en Irak, Arabia Saudita, Jordania, Egipto y los Emiratos Árabes”, era insostenible y fue necesario para los medios estadunidenses recortar gastos, despedir personal y pasar a la cobertura de noticias menos costosas.

Para la agencia mexicana, entre tanto, el conflicto en la región árabe representó la gran oportunidad de tener mayor presencia internacional y demostrar el profesionalismo de su equipo periodístico. Para ello envió a reporteros y corresponsales a los países donde emanaba información, incluido el propio Irak.

Quien primero fijó reglas para limitar el trabajo de los periodistas en el campo de batalla, fue el gobierno saudita. El 18 de febrero Notimex informó desde Riad que la autoridad local había emitido “nuevas reglas” para evitar que los informadores “se acerquen a la frontera de Arabia Saudita con Irak y Kuwait”, si bien algunos ya habían llegado sin escolta a ese punto, y puesto con ello “en peligro su vida y la de los soldados”.

Según la nota, “las nuevas medidas tratan de evitar que los comunicadores extranjeros llamen la atención de sus posiciones”, y Arabia amenazó con retirar acreditaciones o incluso expulsar del país a quienes no las respetaran.

Así, el Ministerio Saudita de Información limitó el acceso a las bases militares a un “pool de prensa británica, estadunidense y francesa” y los demás informadores extranjeros deberían mantenerse a cien kilómetros de Jafyi, una ciudad distante 12 kilómetros de la frontera.

También se les prohibió utilizar teléfonos portátiles vía satélite y circular sin acompañamiento por determinadas carreteras. Y no podían “llevar equipos antigases químicos o ropas militares”, salvo que fueran acompañados por miembros del ejército o “durante una llamada de alerta”.

Notimex informó desde Washington que el secretario de la Defensa, Dick Cheney, había cancelado las ruedas de prensa y dicho que “no revelaría un solo detalle sobe la masiva operación terrestre ordenada por el presidente estadunidense George Bush para expulsar a Irak de Kuwait”.

Mauro Espinoza Fernández, amplió el mismo día una información de la NBC y dijo que se trataba de “una censura total de prensa”. Y dio otras informaciones que estuvieron basadas en versiones de otras fuentes, pero no confirmadas por el Pentágono.

A Cheney le atribuyó haber impuesto “la más estricta censura de prensa en Estados Unidos desde la era de la II Guerra Mundial” y suspender “las sesiones informativas, tanto en el Pentágono como en el comando central aliado en Riad (Arabia Saudí) hasta nuevo aviso”.

En esa ocasión el jefe del Pentágono “eludió repetidas interrogantes” y adujo que “las vidas de miles de nuestros soldados” dependen de la reserva estadunidense en la divulgación de detalles, por lo cual “a partir de este momento, debemos limitar lo que decimos”.

Finalmente, dijo “comprender la solemne obligación” del gobierno con sus ciudadanos y confió “en que ellos comprendan que nuestra política (de censura) es necesaria para salvar vidas”.

El periodista mexicano José López Zamorano, a quien en 2019 se pretendía inculpar por gastos excesivos como corresponsal de Notimex en Washington, en 1991 estaba destacado en Miami, Florida, cuando se produjo la Guerra del Golfo Pérsico, y desde ahí anunció el 24 de febrero el inicio en Estados Unidos de “una etapa de mayor control en la inédita política de restricción informativa y censura impuesta a la prensa”.

El mismo día 24, el también corresponsal de Notimex Gerardo Cárdenas informó desde Washington que la cadena CNN, “que ha estado a la vanguardia de la cobertura televisiva de la guerra, es la única que se ha acercado a milímetros de romper las reglas del juego al afirmar … que las fuerzas aliadas están ‘a pocos kilómetros’ de la capital de Kuwait”.

Según el propio Cárdenas, el Pentágono buscaba ya no caer en el error del 16 de enero anterior (insistimos: 1991), cuando tras el bombardeo masivo sobre Irak “autorizó a reporteros a revelar detalles” y eso alentó la euforia del público, que esperaba ver el final de la guerra en unas cuantas horas y fue necesario que, al día siguiente, el presidente George Bush pidiera a la nación tener “frialdad de mente”. A partir de ese momento, estimó el corresponsal de Notimex, “la prensa entró en una difícil relación con las autoridades militares”.

Aparte de las complicaciones de los enviados a la guerra para obtener información, dos de ellos estuvieron a punto de ser linchados por soldados iraquíes, según reportó López Zamorano desde Miami.

También ese 10 de marzo, el periódico Dallas Times Herald publicó en su primera plana que los medios de comunicación -excepto la cadena independiente CNN- habían sido “los grandes perdedores de la operación Tormenta del Desierto”, pues la mayor parte de la información sobre la guerra había sido “producida y dirigida por personal militar”, según la opinión de Everett Dennis, director del Centro Ganett para Estudios de los Medios de Comunicación.

El recuento de toda la censura informativa impuesta por el Pentágono estuvo a cargo de Rafael Croda, uno de los enviados de Notimex a cubrir el conflicto. El 10 de marzo escribió desde Amman, Jordania, que “una espesa cortina de humo” había cubierto la guerra, “pese a que los medios de comunicación hicieron un despliegue tecnológico sin precedentes”.

Explicó con detalle cómo las cadenas informativas que operaban desde el hotel Al-Rasheed de Bagdad, pudieron trasmitir con equipos portátiles luego que “fueron destruidas por los bombardeos todas las telecomunicaciones”.

Lo que el periodista de Notimex llamó entonces “una primicia en las coberteras informativas” y “un lujo sin duda imprescindible de hoy en adelante para cualquier empresa informativa”, consistía en un equipo portátil que “consta de una pequeña antena parabólica de un metro de diámetro que sube la señal al satélite, una caja transmisora que lo mismo envía imagen que enlaza un teléfono o un fax, y un generador de electricidad portátil para hacer funcionar los aparatos”.

En diciembre de 1991 fue presentado en México el libro La guerra sin censura, en coedición de Notimex y el periódico El Nacional que cerró Ernesto Zedillo, con testimonios de Rafael Croda, Rubén Álvarez, Gerardo Arreola y Miguel Ángel Velázquez, quienes -con el apoyo de Gerardo Cárdenas desde Jordania- fueron los enviados de la Agencia a cubrir la que el presidente iraquí Saddam Hussein llamó ‘La madre de todas las batallas’. “Notimex fue el primer medio latinoamericano en entrar a cubrir aquella zona”, dijo entonces el director de la agencia Pablo Hiriart.

Este relato se ha limitado a tratar el tema de la censura informativa y no la información específica que, sobre la Guerra del Golfo Pérsico, hayan podido difundir en esas condiciones los cientos de periodistas enviados a la zona en conflicto.

Para la historia universal fue una guerra más. Para la historia del periodismo y de las libertades y derechos humanos, se trató de uno de los acontecimientos mundiales que más reporteros convocó, pero donde menos facilidades hubo para que hicieran su trabajo. Y para Notimex, una época gloriosa que contrasta con el panorama desde 2019, cuando la empresa prescindió de sus competentes corresponsales y comenzó a despedir y reemplazar a su personal de la sede central.

Hoy, a más de diez meses en huelga, esa agencia ya parece tener futuro.

craveloygalindo@gmail.com

 


De mis bendiciones 14
03 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Lo vimos caminar por los salones de Palacio Nacional. Nada de fragilidad o atibo de debilidad. Contra al mal de decir de algunos, Andrés Manuel López Obrador, encarna la fortaleza de la nación.

No dudamos que el próximo lunes reanude sus mañaneras, después de que doña Olga María Sánchez Cordero cumplió, con su tono apaciguador y profundo conocimiento de los temas, la encomienda.

Feliz día de la Candelaria. Hay que comer tamales, beber atole. Y a la una, una, con respeto al tiempo inexorable.

Por cierto, el médico geriatra Miguel Angel Ceñal pudo reducir medicamentos. Pero no la edad. Seguimos entrados a 92. Y atentos al acontecer nacional, sentaditos.

Sigamos, pues con lo nuestro.

Benditos a los que de la Rosa de Reyes les tocó el niño.

Mejor hablemos de las cuerdas a las islas marías, tal como lo escribió el colega Borbolla.

Nuevamente inmerso en los recuerdos de sus años de reportero, Carlos Ravelo Galindo (padre de cinco hombres, todos ellos con título universitario y doctorado y feliz abuelo, con nueve nietos hasta la fecha), vuelve a su relato de la vida penitenciaria:

“Me tocó trabajar dos “cuerdas” a Las Islas Marías (el entonces horrendo, pavoroso penal del Pacífico, obra del gobierno de Porfirio Díaz). Acuérdate. Las vías del ferrocarril llegaban hasta el interior de la penitenciaría. Los trenes, con sus ventanillas tapiadas, llegaban en la madrugada, ya cuando todos los reos estaban dormidos. Hasta entonces se daba a conocer la lista de los reos que iban a ser trasladados a las islas (a trabajar en las salinas, bajo los rayos del sol, la muerte en ese tiempo). Todos los reos les temían. Los elegidos eran sacados de sus celdas poco a poco. Al subir al convoy, se les daban dos tortas, una cajetilla de cigarros Alas y una caja de cerillos. Era todo. Pero había algunos que antes de abordar el tren atacaban a cualquiera de sus compañeros. Los “picaban” con las puntas que fabricaban en la prisión. Lo hacían para evitar ser llevados a las islas Marías. Al cometer un nuevo delito tenían que ser puestos a disposición del Ministerio Público, para que un juez les abriera un

nuevo proceso. Así evitaban ser trasladados a las islas. Lo preferían. Tal era el pánico que les producía el penal del Pacífico”.

Hoy, las Islas Marías, son prácticamente un “centro vacacional”. A los reos se les permite incluso vivir allí con sus familias. Antes, era un lugar de castigo máximo para los delincuentes más peligrosos, incorregibles. Esa prisión estaba bajo custodia militar. Y más de un reo fue fusilado allí mismo, en presencia de todos los demás reclusos, por disposición del director de ese presidio. Oficialmente los fusilados “escapaban”. Muy pocos en realidad lograban fugarse y llegar con vida al continente.

En aquellos días, y de madrugada, aquí, en el DF, el Servicio Secreto hacía razias de delincuentes conocidos. Los agentes hacían visitas sorpresivas a los centros de vicio nocturnos y detenían a todos los profesionales del crimen que encontraban. A todos ellos los enviaban, en aviones militares, a las Islas Marías, para que la ciudad se liberara de su presencia y sus fechorías por lo menos dos o tres meses, tiempo en el que sus abogados obtenían su libertad.

En la memoria de Carlos Ravelo aparece Paco Sierra, el barítono que fue esposo de la actriz Esperanza Iris. ¿Te acuerdas de él? En complicidad con el ingeniero Emilio Arellano Schetelige, ambos colocaron una bomba en el interior de un avión de Mexicana de Aviación con destino a Oaxaca. En ese vuelo iban dieciséis hombres y mujeres, con seguros de vida que supuestamente cobraría la pareja de criminales cuando el avión, por la explosión, se desplomara y todos murieran. A todos ellos les habían regalado esclavas de oro, con sus nombres grabados, para que los cuerpos pudieran ser identificados. Afortunadamente les falló su plan. El piloto pudo controlar la aeronave, después del estallido a bordo, y logró aterrizar en el aeropuerto militar de Santa Lucía.

“Pues Paco Sierra se dedicó a trabajar en la cárcel (estuvo preso 19 años) en beneficio de los reclusos. Daba clases a los analfabetos. Sacó a mucha gente letrada. Decir letrada es que ya sabían leer y escribir”.

-¿Conociste Las tres Marías? -¿Las celdas de castigo? Sí”

-El Apando de José Revueltas.

“Sí, inclusive se hizo una película: El Apando. José Revueltas estuvo preso, pero también un pintor muy famoso… Lozano ¿cuál era su nombre completo? ¿Manuel Rodríguez Lozano? Sí, el pintó un mural en la enfermería del penal, donde aparecía una mujer clamando

justicia divina. No sé si ese mural exista ahora que el edificio de Lecumberri es el Archivo General de la Nación”.

Manuel Rodríguez Lozano fue encarcelado en 1941. Era director de la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Allí fueron hurtados tres grabados de Durero, el pintor alemán, y uno de Guido, italiano. Se le hizo responsable, pero finalmente salió libre. Las obras robadas fueron devueltas anónimamente. En Lecumberri pintó el mural La Piedad en el Desierto, trasladados a El Palacio de Bellas Artes en 1966.

La justicia en Lecumberri

El edificio de la Penitenciaría era un cuerpo único, cárcel exclusivamente. Hasta 1966 se construyó un inmueble anexo, para los juzgados penales, eran quince.

“Allí conocí al después senador Roberto Casillas. era secretario del juzgado tercero penal del fuero común. Entonces era un joven inexperto. Así lo escribí yo en mi columna Tras Las Rejas que escribía para Excélsior. Sin embargo, por eso me tomó cierta animadversión, yo no lo sabía. Con el tiempo llegó a ser secretario particular del presidente José López Portillo. Lo encontré entonces en una boda. Lo saludé: Cómo le va licenciado Casillas. Ahora ya no soy el joven Casillas, me contestó en tono airado. Obviamente ya era un profesional que había asimilado todo lo que aprendió (ríe Ravelo). Bueno, desde entonces el licenciado Casillas y yo nos hicimos amigos.

¿Conociste al licenciado Carlos Franco Sodi? (fue director de la Penitenciaría y después, en el sexenio alemanista, procurador de justicia del Distrito. Era un jurista respetado, muy moralista. En 1952 consignó a los directores de varias revistas semanarias que él consideró publicaban material pornográfico, entre ellas a Vea, que se leía en todas las peluquerías de la ciudad, famoso porque en sus páginas se publicaban fotos de mujeres… en traje de baño. Eso era pornografía en aquellos tiempos.

Ravelo no conoció a Franco Sodi como director de Lecumberri, en donde, por cierto, trató de imponer orden, disciplina y honestidad. Fracasó. Esto se comentó siempre entre penalistas que litigaban en los juzgados anexos al penal. Pero, ¿sabes por qué el licenciado Franco Sodi amenazó a nuestro compañero Bertillón Jr., con expulsarlo del país?

“Tengo entendido que Bertillón hizo algunas críticas a las consignaciones que hacía la Procuraduría de Justicia del Distrito. Pedro Pagés Elías, ese era su nombre, fue abogado, estudió en España, era un hombre conocedor de las leyes mexicanas, muy

preparado. Él criticaba y fustigaba fuertemente al Ministerio Público por sus fallas en las consignaciones. No era nada del otro mundo, como la crítica que se hace ahora, sin mayores consecuencias. Lo amenazó con expulsarlo del país. Bertillón habló con don Rodrigo del Llano y fue cuando a él le dieron otras fuentes de información y a mí las judiciales. Uno de los hijos del licenciado Franco Sodi, ahora ya jubilado, es Carlos Franco. Fue magistrado de Tribunal Fiscal de la Federación hasta hace dos o tres año cuando se retiró.

Carlos Ravelo tiene muchas anécdotas, dice, pero las guarda para sus libros. Pero relata: “Yo entraba a la Penitenciaría como a mi casa, pero llegaba a trabajar de verdad, como reportero, hacía entrevistas a los reos, a los celadores. Nunca ofendí a nadie. Salvo aquel incidente que tuve con Linares Tejeda y con el gitano Miguel Yancovich Parascovia, nunca ningún otro problema. Los reos me buscaban para que los ayudara, porque todos, todos en la cárcel son inocentes, no hay culpables. Pero había uno: Antonio Ortega, recuerdo su nombre por Toño Ortega, mi compañero de Excélsior. Me suplicó que viera su expediente, me aseguró que ya debía estar libre.

“Fui a ver el expediente. Ya había sido archivado. El secretario era Fernando Solís Cámara, yucateco. Los abogados llegaban a verlo y le daban la “mordida” en un sobre. ‘A ver, ¿qué quieres?’, preguntaba con el acento que delataba su origen. ¿Qué quieres? Le decían cuál era el servicio que deseaban y entonces él abría el sobre y exclamaba: “Esto debe llevar triplicado”.

Ríe de buena gana el reportero entrevistado. Pero prosigue: “Era el secretario del juez Eduardo Urzaiz Jiménez, a quien acusaban de estar loco y así le decían. Como se llevaba muy bien conmigo, un día le pregunté: Señor, ¿por qué le dicen El Loco? Porque están locos, me contestó. Mire… Y me mostró un certificado médico que avalaba ciento por ciento su salud mental. Lo publiqué y siempre el juez Urzaiz me trató con mucho respeto. Pidió el expediente de Antonio Ortega y me dice: tiene razón, este hombre ya debe estar libre. Y en ese momento firmó la boleta de libertad. Hubieras visto a Antonio Ortega. Casi me besa al salir de la cárcel.

“También hice muy buena amistad con Jacques Mornard. “Ramón Mercader del Río, el español, comunista fanático, que mató a León Trotsky con un piolet, por orden de Stalin”.“El nunca aceptó ser Ramón Mercader del Río. En la cárcel siempre fue Jacques Mornard. No hablaba con ningún periodista, únicamente conmigo y hay muchos

reporteros que pueden confirmarlo. Platicaba conmigo, pero cuando yo le hablaba de León Trotsky decía: Es un tema que ya murió”.

“En Lecumberri, Mornard se convirtió en un buen electricista y carpintero. Cuando fallaba el sistema de alumbrado exterior de la cárcel, a él lo sacaban a la calle, imagínate, para que hiciera las reparaciones. Y solamente lo custodiaba un celador. Pudo fugarse.

Una vez me dijo: Carlos, ¿no te hace falta un ropero? Sí, contesté, me gustaría tener uno, cómo no. Bueno, compra la madera y yo te lo hago”. ¿Cómo lo quieres? Él mismo diseñó el mueble y me hizo el ropero. Después se lo regalé a una hermana mía y no supe dónde quedó”. El ropero, aclaré.

Luego seguimos. craveloygalindo@gmail.com

 


Sálvese el que pueda
02 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma.

Don Domingo Beltrán, desde Iguala, Guerrero, grita:

Benditas todas las mujeres por ser, porque sin ellas el hombre tiende a desaparecer.

Añade:

Aun cuando las damas han sido reprimidas, ocultadas y limitadas en su haber, por parte del género opuesto, reconozco y respeto la injerencia ancestral de la misma, engañosamente reconocida por la frase, "detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer".

Que es lo mismo, o casi, que "al lado de un gran hombre esta una gran mujer".

Aprovechamos, tras coincidir con nuestro lector, para compartir lo que nos platica, desde la Perla Tapatía, donde radica, escribe y ejerce su profesión médica la también poeta, doña Rosa Chávez Cárdenas:

Pasarán muchos años para volver al consumismo en el que estuvimos inmersos.

La crisis del Covid echó fuera a millones de seres humanos.

El desempleo masivo será un problema peor que el causado por la crisis sanitaria.

El capitalismo de libre mercado parecía destinado a conquistar el mundo, pero, la historia dio un giro inesperado, estamos en un momento crucial, sálvese quien pueda ¿Hacia dónde nos dirigimos?

El crecimiento de China es sorprendente, el gigante asiático es como una aspiradora, se llevó a las empresas: por su forma de trabajo, los bajos salarios y la disciplina de la gente; retos que otros países no han podido superar.

Occidente ya no existe como bloque, ha dejado de operar al perder el liderazgo norteamericano.

Asia crece, mientras Occidente se debilita como unidad política, la democracia nos ha decepcionado, el populismo de sus líderes decepciona, Trump, Bolzonaro, Maduro, López Obrador, Daniel Ortega, Nayib Bukele, hasta Boris Johnson y la salida del Brexit.

El dragón asiático estornuda y a los occidentales nos da pulmonía.

No es casualidad que el Covid19 inició en China y se expandió por el mundo como sus productos de bajo costo.

La crisis que ha desatado la pandemia es una oportunidad para iniciar un capitalismo diferente, el consumismo de las tarjetas de crédito es muy tentador, pero ahorca con altos intereses.

La economista Mariana Mazzucato, cree que el capitalismo se puede orientar hacia un futuro innovador y sostenible que funcione para todos.

“No podemos volver a la normalidad” advierte, estamos ante una crisis climática y financiera.

América Latina lucha con la desigualdad y la pobreza, muchas regiones son golpeadas por la crisis económica.

En México el presidente López Obrador, tiene el virus, del que dicen se recupera.

Sufrimos una economía de posguerra, la corona crisis mandó a bancarrota a millones de empresas.

La crisis de educación es otro tema que preocupa, la educación privada está en la cuerda floja, escuelas con años de prestigio han tenido que cerrar sus planteles, al quedarse sin trabajo, los alumnos emigraron a la educación pública.

Los gobiernos enfrentan la crisis, apagan el incendio con baldes de agua, pero no se han enfocado en las causas.

La economista Mazzucato, está trabajando con el Vaticano sobre el concepto del “bien común” como valor público para estructurar la forma de inversión y colaboración pública y privada.

“Los gobiernos no están preparados para salir de la crisis”.

Agrega la terapeuta que se necesita inversión pública impulsada por el concepto del bien común y relaciones público-privadas que se estructuren.

Crear un sistema en el que hagan sinergia empresa-gobierno.

Advierte que no se puede sostener un sistema parasitario de dádivas que los lleve a la quiebra.

Para evitar que los virus se conviertan en pandemia debemos cambiar los patrones de consumo.

El modelo de desarrollo capitalista es una especie de virus para el planeta. Consumimos demasiada proteína de animales estresados en cautiverio.

Es necesario impulsar el proyecto Eco salud, que sirva para atacar las causas de las pandemias.

Fomentar la agricultura sostenible y la crianza de animales que puedan pastar como lo hacían antes de que todo se industrializara.

Si quieren cambios duraderos, inicien por el autocuidado, practiquen ejercicio, la paz mental es muy importante.

craveloygalindo@gmail.com

 


El consumador de la Independencia
01 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Y un apunte de una experta a mis bendiciones.

Nos dice doña Rusia Mc Gregor González: Que capítulo Carlos querido y con el número 13.


Te imaginas todo plasmado en una película.


De las buenas por supuesto.


 Te leo y en mi mente brotan de inmediato las imágenes como si las viera en una pantalla; siento la tensión


Eres bendecido y privilegiado.


Tu relato, lo sentí igual que si hubiera estado presente. Es una joya invaluable.


Gracias por citarme, como dice nuestro hermano José Antonio.


He tratado de recordar el nombre de quien dijo la frase, pero mi cerebro no me responde.


Algo sobre el Gitano antes de concluir.


Ese año mi padre, el poeta Carlos MacGregor, había sido el triunfador de los Juegos Florales que se habían llevado a cabo el día anterior al asesinato del gobernador.


Mi padre había ido a festejarlo con mi madre y algunos de sus amigos. Desvelada completa.


Recuerdo a mi madre despertar a mi padre porque tenía que estar en la comida con el gobernador y sentado a su diestra.


 Entre las carreras para tratar de llegar a tiempo, entró una llamada al teléfono de casa dándonos la noticia de que acababan de asesinar a Loayza.


Cada vez que lo recuerdo se me eriza la piel. Pudo haberle tocado también a mi padre.


 Y del escritor:                   

      
Desde el café de Londres, Inglaterra, donde espiaron a Iturbide nos platica don José Antonio Aspiros Villagómez, con el siguiente reclamo, al que nos unimos con fervor.


         Con mi mayor deseo de que la esperanza con que recibimos 2021, se traduzca en buenas noticias para la humanidad.


         Enhorabuena maestro.

Agustín de Iturbide fue el consumador de la independencia de México, y José de San Martín fue uno de los libertadores de Argentina, Chile y Perú.


Ambos personajes se conocieron -ya pasadas sus epopeyas- el 10 de mayo de 1824 en el Royal Coffe de Londres.


No existen noticias acerca de lo que conversaron, pero José Manuel Villalpando, divulgador de la historia de México, consultó fuentes primarias y numerosos libros, y con los datos obtenidos alimentó una versión imaginaria sobre aquel encuentro.


 Así, lo que él los hace decir en esa mañana de café, corresponde al pensamiento real de ambos personajes, sacado de tan diversos documentos.


         El de Villalpando es un libro de apenas -aunque sustanciosas- 180 páginas titulado Los libertadores toman café (Grijalbo, primera edición, 2020), donde este profesor de la Escuela Libre de Derecho recrea el ambiente político de los primeros lustros del siglo XIX, cuando las colonias -bueno, virreinatos- de España en América, alcanzaron su independencia en momentos propicios para ello tras la invasión napoleónica a la península ibérica.


         Como si fuera una obra de teatro, Los libertadores toman café no se divide en capítulos, sino en dos actos con un intermedio y un epílogo, y cuyo texto está constreñido a los parlamentos de los protagonistas, más algunos detalles -varios entre paréntesis- para referir el ambiente y los estados de ánimo de esos y otros personajes que también aparecen en la obra... y toman café o desayunan.


         En efecto, si bien Iturbide y San Martín platican a solas (al principio con poca empatía por parte del sudamericano hacia el mexicano), en otra mesa los esperan Agustín Jerónimo, hijo del primero, y Juan García del Río, acompañante del segundo.


Y en un entrepiso donde no pueden ser vistos, están Mariano Michelena y Carlos María Alvear, espías de México y España, respectivamente, quienes reportarán a sus gobiernos todo lo que escuchen. El camarero, quien a su vez espía a todos y gana muy bien por ello, fue quien los distribuyó así.


         Entre lo mucho que comentan Iturbide y San Martín, están las diversas coincidencias que tuvieron sus respectivas gestiones como libertadores: ambos propusieron la independencia a los virreyes de cada lugar, quisieron un gobierno monárquico encabezado por un príncipe europeo, fracasaron en ese empeño.


Pensaron en el Duque de Luca (Carlos Luis de Borbón-Parma) para emperador, y fueron acusados de ambiciosos, supieron de la distribución en México y Perú de la constitución (republicana) de la Gran Colombia y vieron por ello la interferencia de Simón Bolívar como el origen de sus reveses y descalabros.


         Los libertadores también comentan sobre su escasez de recursos, la intención británica de crear un protectorado en América, el espionaje a que están sometidos y, lo que nos parece medular en Los libertadores toman café, el propósito de Iturbide de regresar a México al día siguiente de ese encuentro, para “contribuir a establecer un gobierno que haga feliz a la gente”.


         San Martín trata de convencer a Iturbide de no emprender ese viaje, pero éste rechaza todas las advertencias que le hace su interlocutor y asegura tener cartas de mexicanos que dicen necesitarlo. En su obsesión, le indica al prócer sudamericano que con su espada acabará con sus enemigos y con las logias masónicas, y que, si es necesario su sacrificio, “así será”.


         Por su parte, entre los muchos comentarios que intercambian Alvear y Michelena, está que ya sabían del regreso de Iturbide a México, pues incluso había ofrecido sus servicios al Congreso para luchar contra la invasión de la Santa Alianza (que en el libro alguien explica por qué es improbable), y mencionan también que fue obra de masones la promulgación de la ley que declaró traidor y reo de muerte al consumador, si volvía al país.


         Precisamente por ser masón (el mexicano no lo sabe), San Martín no puede ir más lejos en su empeño de frenar el plan de Iturbide, pues no puede informarle sobre el acuerdo de las logias, de impulsar en México un sistema republicano.


         En el epílogo de Los libertadores toman café, se produce cinco años después un nuevo encuentro de García del Río con el hijo de Iturbide, éste ya como capitán al servicio de Simón Bolívar, a quien el primero visita para rogarle que se corone emperador, cuando lo que buscaba el militar venezolano era ser presidente vitalicio de la Gran Colombia, pero falleció al año siguiente.


         Este epílogo es propicio para que Agustín Jerónimo le informe a García del Río sobre los sucesos familiares tras el fusilamiento de su padre.


Y en una interesante “nota final” de diez páginas, Villalpando narra cómo documentó todos los sucesos y las ideas de sus personajes y menciona el destino final de ellos, sin olvidar al imaginario camarero del Royal Coffe, quien “continuó, por toda su vida, de espía y servidor de café”.     
craveloygalindo@gmail.com

craveloygalindo@gmail.com

 
El consumador de la Independencia
01 de febrero de 2020

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Y un apunte de una experta a mis bendiciones.

Nos dice doña Rusia Mc Gregor González: Que capítulo Carlos querido y con el número 13.


Te imaginas todo plasmado en una película.


De las buenas por supuesto.


 Te leo y en mi mente brotan de inmediato las imágenes como si las viera en una pantalla; siento la tensión


Eres bendecido y privilegiado.


Tu relato, lo sentí igual que si hubiera estado presente. Es una joya invaluable.


Gracias por citarme, como dice nuestro hermano José Antonio.


He tratado de recordar el nombre de quien dijo la frase, pero mi cerebro no me responde.


Algo sobre el Gitano antes de concluir.


Ese año mi padre, el poeta Carlos MacGregor, había sido el triunfador de los Juegos Florales que se habían llevado a cabo el día anterior al asesinato del gobernador.


Mi padre había ido a festejarlo con mi madre y algunos de sus amigos. Desvelada completa.


Recuerdo a mi madre despertar a mi padre porque tenía que estar en la comida con el gobernador y sentado a su diestra.


 Entre las carreras para tratar de llegar a tiempo, entró una llamada al teléfono de casa dándonos la noticia de que acababan de asesinar a Loayza.


Cada vez que lo recuerdo se me eriza la piel. Pudo haberle tocado también a mi padre.


 Y del escritor:                   

      
Desde el café de Londres, Inglaterra, donde espiaron a Iturbide nos platica don José Antonio Aspiros Villagómez, con el siguiente reclamo, al que nos unimos con fervor.


         Con mi mayor deseo de que la esperanza con que recibimos 2021, se traduzca en buenas noticias para la humanidad.


         Enhorabuena maestro.

Agustín de Iturbide fue el consumador de la independencia de México, y José de San Martín fue uno de los libertadores de Argentina, Chile y Perú.


Ambos personajes se conocieron -ya pasadas sus epopeyas- el 10 de mayo de 1824 en el Royal Coffe de Londres.


No existen noticias acerca de lo que conversaron, pero José Manuel Villalpando, divulgador de la historia de México, consultó fuentes primarias y numerosos libros, y con los datos obtenidos alimentó una versión imaginaria sobre aquel encuentro.


 Así, lo que él los hace decir en esa mañana de café, corresponde al pensamiento real de ambos personajes, sacado de tan diversos documentos.


         El de Villalpando es un libro de apenas -aunque sustanciosas- 180 páginas titulado Los libertadores toman café (Grijalbo, primera edición, 2020), donde este profesor de la Escuela Libre de Derecho recrea el ambiente político de los primeros lustros del siglo XIX, cuando las colonias -bueno, virreinatos- de España en América, alcanzaron su independencia en momentos propicios para ello tras la invasión napoleónica a la península ibérica.


         Como si fuera una obra de teatro, Los libertadores toman café no se divide en capítulos, sino en dos actos con un intermedio y un epílogo, y cuyo texto está constreñido a los parlamentos de los protagonistas, más algunos detalles -varios entre paréntesis- para referir el ambiente y los estados de ánimo de esos y otros personajes que también aparecen en la obra... y toman café o desayunan.


         En efecto, si bien Iturbide y San Martín platican a solas (al principio con poca empatía por parte del sudamericano hacia el mexicano), en otra mesa los esperan Agustín Jerónimo, hijo del primero, y Juan García del Río, acompañante del segundo.


Y en un entrepiso donde no pueden ser vistos, están Mariano Michelena y Carlos María Alvear, espías de México y España, respectivamente, quienes reportarán a sus gobiernos todo lo que escuchen. El camarero, quien a su vez espía a todos y gana muy bien por ello, fue quien los distribuyó así.


         Entre lo mucho que comentan Iturbide y San Martín, están las diversas coincidencias que tuvieron sus respectivas gestiones como libertadores: ambos propusieron la independencia a los virreyes de cada lugar, quisieron un gobierno monárquico encabezado por un príncipe europeo, fracasaron en ese empeño.


Pensaron en el Duque de Luca (Carlos Luis de Borbón-Parma) para emperador, y fueron acusados de ambiciosos, supieron de la distribución en México y Perú de la constitución (republicana) de la Gran Colombia y vieron por ello la interferencia de Simón Bolívar como el origen de sus reveses y descalabros.


         Los libertadores también comentan sobre su escasez de recursos, la intención británica de crear un protectorado en América, el espionaje a que están sometidos y, lo que nos parece medular en Los libertadores toman café, el propósito de Iturbide de regresar a México al día siguiente de ese encuentro, para “contribuir a establecer un gobierno que haga feliz a la gente”.


         San Martín trata de convencer a Iturbide de no emprender ese viaje, pero éste rechaza todas las advertencias que le hace su interlocutor y asegura tener cartas de mexicanos que dicen necesitarlo. En su obsesión, le indica al prócer sudamericano que con su espada acabará con sus enemigos y con las logias masónicas, y que, si es necesario su sacrificio, “así será”.


         Por su parte, entre los muchos comentarios que intercambian Alvear y Michelena, está que ya sabían del regreso de Iturbide a México, pues incluso había ofrecido sus servicios al Congreso para luchar contra la invasión de la Santa Alianza (que en el libro alguien explica por qué es improbable), y mencionan también que fue obra de masones la promulgación de la ley que declaró traidor y reo de muerte al consumador, si volvía al país.


         Precisamente por ser masón (el mexicano no lo sabe), San Martín no puede ir más lejos en su empeño de frenar el plan de Iturbide, pues no puede informarle sobre el acuerdo de las logias, de impulsar en México un sistema republicano.


         En el epílogo de Los libertadores toman café, se produce cinco años después un nuevo encuentro de García del Río con el hijo de Iturbide, éste ya como capitán al servicio de Simón Bolívar, a quien el primero visita para rogarle que se corone emperador, cuando lo que buscaba el militar venezolano era ser presidente vitalicio de la Gran Colombia, pero falleció al año siguiente.


         Este epílogo es propicio para que Agustín Jerónimo le informe a García del Río sobre los sucesos familiares tras el fusilamiento de su padre.


Y en una interesante “nota final” de diez páginas, Villalpando narra cómo documentó todos los sucesos y las ideas de sus personajes y menciona el destino final de ellos, sin olvidar al imaginario camarero del Royal Coffe, quien “continuó, por toda su vida, de espía y servidor de café”.     
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