Por Irene Arceo *
CIUDAD DE MEXICO, DISTRITO FEDERAL, 20 de mayo de 2015.- El Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, quiere ser presidente de México, y en ese propósito, sustenta su propuesta de Reforma Política del Distrito Federal que busca la creación de una Constitución Política local que otorgue a la Ciudad de México mayor autonomía jurídica en su régimen interior, y establezca un punto de competencia entre los estados de la república y el Distrito Federal. CDMX es una marca que indica que a nivel internacional nos conocen como la Ciudad de México y esto ,dicen, es una realidad internacional de desarrollo político y comercial.
La reforma política de la Ciudad de México es un tema muy técnico que implica la autonomía constitucional para convertirla en una entidad independiente, sin dejar de ser la capital, tal como sucede con Buenos Aires o Madrid.
La propuesta, que fue entregada inicialmente al Consejo Rector del Pacto por México, encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto, establece que la Constitución Política de la Ciudad de México será la Ley Suprema, por lo que el Poder Legislativo de la capital tendrá la facultad exclusiva de aprobar las adiciones o reformas a la Constitución local; en tanto, al Congreso de la Unión le corresponderá legislar en materia de coordinación metropolitana de la zona conurbada de la Ciudad de México y de deuda pública, de conformidad con lo que establezca la Constitución Política local. Además podrá dictar disposiciones generales a los poderes de la Unión en la capital, en los casos en los que sean necesarias para el ejercicio de alguna facultad constitucional de los poderes federales ya que actualmente, la asamblea del DF está excluida del Congreso de la Unión en cuanto a lo parlamentario.
Según el planteamiento, corresponde al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, participar en los mecanismos de coordinación del desarrollo de la zona metropolitana de la Ciudad de México en los términos que establezca la Constitución local y las leyes en la materia; asegurar el debido, oportuno y eficaz funcionamiento de los poderes de la Unión en la Ciudad de México e intervenir en el proceso de aprobación de la deuda pública de esta capital en los términos que disponga la Ley Suprema de la capital de México.
El Poder Legislativo se integrará en los términos que establezca la Constitución Política de la Ciudad de México, sus integrantes serán electos mediante sufragio universal, libre, secreto y directo, según los principios de mayoría relativa y de representación proporcional.
Asimismo, el Poder Judicial se ejercerá por los tribunales que establezca la Constitución Política de la Ciudad de México; la independencia de los magistrados y jueces en el ejercicio de sus funciones deberá estar garantizada por la Constitución y las leyes locales establecerán las condiciones para el ingreso, formación, permanencia y especialización de quienes sirvan a este Poder.
Los Magistrados integrantes del Supremo Tribunal de Justicia de la Ciudad de México deberán reunir como mínimo los requisitos señalados por las fracciones I a V del Artículo 95 de la Constitución del DF. No podrán ser Magistrados las personas que hayan ocupado el cargo de secretario o equivalente; o de procurador General de Justicia en el Gobierno de la Ciudad de México o integrante del Poder Legislativo local, durante el año previo al día de la designación.
Respecto a las demarcaciones políticas, se propone que su Gobierno estará a cargo de un titular electo por votación universal, libre, secreta y directa, y de un órgano colegiado de elección popular directa; la Constitución Política de la Ciudad de México establecerá las facultades de los titulares del Gobierno y de los órganos colegiados de las demarcaciones territoriales y los requisitos que deberán reunir quienes aspiren a la titularidad de las demarcaciones territoriales.
Entrevistado en la reunión del Club Primera Plana de la Ciudad de México, el joven diputado Manuel Granados Covarrubias, presidente de la comisión de gobierno de la Asamblea legislativa del DF (quien junto con Alejandro Fernández, jefe de la delegación Cuauhtémoc, son las 0gentes mas cercanas de Mancera), argumenta que si bien para este año e l jefe de gobierno del DF gestionó 3 mil millones de pesos como presupuesto, el gobierno federal le regatea presupuesto al DF y apunta: “No tenemos fondo metropolitano, ni fondo de Calidad. Desde hace 40 años no hay un fondo de inversión en el Metro, la electricidad y todo el alumbrado público se tiene que pagar aparte con e l presupuesto local, el 40 por ciento del agua de la ciudad se pierde en fugas y esto es debido a que no ha habido una visión estadista”.
Granados dice: “Lo que se pide con la reforma política es una autonomía constitucional y no ser una entidad más; no ser el estado 32 que tendría que ver con el tema municipal y lejos de fortalecer e l desarrollo constitucional lo frenaría. Se busca que haya un equilibrio en la toma decisiones, y la función del delegado”
Como se recuerda, El 28 de abril de este año, tras un anhelo de más de 15 años, la Cámara de Senadores dio a conocer la aprobación de la iniciativa de Reforma Política del DF; ahora, corresponde a la Cámara de Diputados, el análisis, la discusión y aprobación de la reforma que, al parecer, encontrará piedras en el camino, toda vez que el senado aprobó la iniciativa , por compromisos políticos tal como lo declaró el 15 de abril el coordinador del PRI en el Senado de la República, Emilio Gamboa, cuando reveló: “Va a salir la reforma del Distrito Federal, es un compromiso del PRI, con el PRD”.
Por su parte, el coordinador del Partido Acción Nacional (PAN) en la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya asegura que sería irresponsable votar la reforma política del Distrito Federal, “al vapor”, debido a que se discutió durante casi tres años en el Senado de la República, finalmente se construye un acuerdo en el Senado, la votan y llega casi al terminar el periodo legislativo en la Cámara de Diputados. Explicó que existe la posibilidad de crear un período extraordinario o que sea el primer tema que se esté abordando a partir del periodo que inicia en septiembre, con la nueva legislatura, dependiendo del consenso entre las fuerzas políticas.
El panista destacó que existen dos puntos que deben ser discutidos: El primero referente a la integración del constituyente: “lo que se está proponiendo en la minuta que nos llega del senado es que si bien el 60 por ciento sería elegido por los ciudadanos el otro 40 por ciento sería designado de manera directa por el presidente de la República, el jefe de Gobierno, los diputados y senadores, lo cual, no nos parece lo más conveniente. Además, en la elección de los titulares de las demarcaciones y de los órganos colegiados podrán participar los ciudadanos en forma independiente y los partidos políticos con registro local en la Ciudad de México.
Respecto a que las delegaciones se convertirán en ayuntamientos señaló: “Va a costar más caro porque habrá que pagar una serie de sueldos, crea más burocracia y no necesariamente se vuelve la delegación más eficiente, para resolver los problemas cotidianos”.
Sin tregua, el proyecto Mancera, lucha a diario internamente con las tribus perredistas; saca raja del resquebrajamiento del Partido del Sol Azteca con la salida de Marcelo Ebrard que no comparan con la de Cuauhtémoc Cárdenas pues, aclaran, “Hay mucha distancia”. Esta nueva estirpe sin bandera visible, teje y fomenta el cabildeo con las organizaciones políticas empeñadas en regenerarse y replantear una nueva ideología que convenza a los votantes porque –aseguran-el PRD ya no lo tiene.
A Mancera y sus allegados les toca construir la parte programática en los cuadros básicos de los grupos políticos centro- izquierda que ven con futurismo la sucesión presidencial. Apasionado y disfrutando de su papel protagónico en esta gran capital , e l asambleísta “ciudadano” Granados Covarrubias que saluda descuidadamente y se ufana de que en este periodo electoral, no buscó un cargo nuevo, porque “sería un descrédito no concluir su periodo como diputado ya que está seguro de que cuando se hace su trabajo bien , las recompensas vienen luego”, repite de memoria el postulado de Mancera de que la mencionada reforma significa una “línea para que en un momento dado se le reconozca al DF no solo su autonomía, sino también su capitalidad”, de ahí su marca: CDMX.
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