* Iría por la gloria, no por los intereses: Cuauhtémoc Cárdenas

Mario Andrés Campa Landeros

Con modestia, Cuauhtémoc Cárdenas revira: “Si fuera el candidato a la Presidencia de la República, iría por la gloria, no por los intereses”.

Con toda humidad, sencillez, sin aspavientos y sin subir el tono de voz, el líder izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas Solózano, insiste en que no busca la candidatura a la Presidencia de la República, “pero tampoco la descarto si existen las fuerzas mayoritarias que me impulsen.

Además, no veo condiciones adecuadas. Meterse a una campaña sin recursos, no es posible”. Sobre Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador está de acuerdo en que no hay ruptura. “Pueden dialogar, hacer una encuesta para sacar candidato”. Y pone en duda cómo se daría esa votación... Sonríe el hombre serio. Y sentencia: “Así como está el partido (PRD) no se gana”.

Cárdenas es un hombre polémico. Agradable para muchos y enemigo para otros. Sin embargo, tiene casa llena en el hotel María Cristina. Habla ante periodistas, empresarios, analistas políticos, simpatizantes, amigos, y admiradores sin medida.

Inicia la plática presentando un panorama negro del país y, principalmente del gobierno panista de Felipe Calderón Hinojosa. Es irónico. “Se nos presenta una realidad que no es. Es posible, dice, cambiar al país”. Y enlista los males que aquejan a la Nación: Hay violencia, pobreza, falta de crecimiento económico.

No debemos estar condenados a que el país viva así”. Pero también propone. Urge poner en práctica una política económica adecuada. Existen los recursos. Hay que reactivar la economía. Es posible evitar que haya rechazados en las universidades. Pero también hace falta el respaldo de una política mayoritaria. Es posible cambiar la política sobre seguridad pública.

Cárdenas está de acuerdo en que no es momento de retirar de las calles a las fuerzas armadas. “Eso sí, hay que suplirlas con otras fuerzas que estén preparadas y con el armamento adecuado. En ese momento pueden regresar a los cuarteles”.

El gurú mayor de la izquierda hace ver que no hay propuestas integrales para el país. Los partidos políticos, todos, debían dar a conocer sus propuestas. Pero como no las hay, pues la ciudadanía no tiene puntos de comparación. Nada distingue a un partido de otro.

Y la pregunta surge: ¿Cómo confiar en la izquierda si está dividida?

Cárdenas reconoce que hay muchas izquierdas, no hay propuestas y hay mucha gente extraña que nada tiene qué hacer en este ámbito. “Apoyaré sólo a los que coincidan con mis principios. No sólo porque se digan de izquierda. Muchos lo dicen, pero no todos lo son”.

Durante la comida dirigida por columnista, Guillermo Fárber, se le preguntó a Cuauhtémoc Cárdenas su opinión sobre el arribo de una mujer a la Presidencia de la República. De inmediato, respondió: Lo que debemos pensar primero es en que la elección sea clara y se respete, sea hombre o mujer quien gane. Que haya respeto. El solo hecho de ser mujer no le da la categoría de un ser especial.

-¿Cómo no, la honradez, grita uno de los comensales. Y las carcajadas estallan… Ah, sí… ajá…

Ya repuesto, Cárdenas recibe la siguiente pregunta. Cuántos años llevaría la transformación que todo mexicano desea?

Analiza. Es difícil decirlo. El cambio no puede empezar a darse de un día para otro. Son necesarios programas básicos donde todos participen. Hay que ser perseverantes y tercos en nuestro empeño. Todavía hay tiempo de hacerlo.

¿Y sobre Michoacán?

Responde. No está en una situación difícil como estado. No hay riesgo para la elección a gobernador. La verdad no sé cómo se vaya a dar. De lo que sí estoy seguro es que el PRD será competitivo. Hay confianza. No digo que va a ganar, pero tengo confianza que será competitivo.

Y vinieron las especulaciones. ¿Qué hubiera pasado…? ¿Si AMLO hubiera ganado…? ¿Si su padre hubiera…? ¿Si hubieran hecho?... Ya para finalizar, uno de los comensales mira Cárdenas de frente y le lanza a boca jarro. “Usted representa, la integridad y el liderazgo, grandioso y congruente… Con modestia, Cuauhtémoc revira: “Si fuera el candidato a la Presidencia de la República, iría por la gloria, no por los intereses”.

En la mesa, frente a Cárdenas, quedaba el libro que le había obsequiado Guillermo Fárber al llegar a la reunión: ¡Déjate de pendejadas!