Circo, sainete y mutis la función fiscal del Congreso. Aprobaron privilegios fiscales a los grandes consorcios, dispendio obsceno para la alta burocracia, ley del embudo para los ciudadanos. Con razón tanta alharaca por la toma de la tribuna, como si fuere la Toma de la Bastilla.
Mientras lo que los partidos nacionales llaman democracia harto ya que huele a podrido, entre otros el problema de las inundaciones se acrecienta. Pretextos abundan. Que la basura, que la falta de mantenimiento, que los asentamientos irregulares.
Pero el Congreso debió legislar entre otras cosas en el rubro de envases desechables, y por supuesto, no lo hizo; los gobiernos deben recolectar la basura, cosa que tampoco hacen y los asentamientos irregulares son permitidos y muchas veces autorizados por las autoridades. Resultado: Los ciudadanos se friegan, sus casas se inundan, pierden sus pertenencias y a las enfermedades del hambre agregan las causadas por drenajes colapsados, previa corrupción e ineficiencia de las autoridades electas. Y claro, exigen que los ciudadanos paguen impuestos excesivos para que tales sinvergüenzas vivan como príncipes, zánganos en un gobierno inepto, corrupto e impune.
Los daños inocultables. El Ejército, heroico y solidario. Los culpables, de plácemes. No recibirán pena alguna, no serán molestados ni con el pétalo de una rosa. Para que las cosas sigan como están. Mentecatos.
Mejor a otra cosa lector, y comparto con usted dos graffitis latinoamericanos:
“Invierta en impuestos…
seguro que suben”
“La verdadera regla de oro…
quien tiene el oro hace las reglas”
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