La música en tiempos de Don Porfirio
Mario Andrés Campa Landeros
Retrocedemos en el tiempo.
La imaginación vuela por un instante. El México de 1900 invade a los presentes a través de la música. Toda una época de romanticismo, creatividad e historia. El Alcázar del Castillo de Chapultepec se convierte de pronto en una sala de concierto. El piso de cuadros blancos y negros asemeja un gigantesco tablero de ajedrez en donde participan las diversas piezas de la Orquesta Clásica de México, el Quinteto de Salterios y el coro “Amigas de la Música”, en un encuentro que nos hace vivir y revivir la música y el ambiente en tiempos de don Porfirio.
Momento de esplendor sublime.
Son dos celebraciones en un mismo evento. Una conferencia sobre el héroe del 2 de abril, don Porfirio Díaz, en el Centenario de su fallecimiento y el 70 Aniversario del Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec. Cada uno en su tiempo y en sus respectivos lugares.
El director de la Orquesta Clásica de México, Carlos Esteva Loyola inicia el concierto con una breve explicación: Vamos a interpretar la Marcha “Porfirio Díaz”, de Genaro Codina Fernández. Nació en la ciudad de Zacatecas, el 10 de septiembre de 1852. En agradecimiento, el entonces presidente Díaz lo nombró contador de la Jefatura de Hacienda de Zacatecas. Fue un destacado compositor y músico virtuoso del arpa y creador también de la popularmente famosa “Marcha de Zacatecas”, considerado como el segundo Himnno Nacional de México. Es la segunda pieza que interpretan .
Seguidamente, con la participación del Coro “Amigas de la Música”, que dirige Lucero Prado de Esteva, la Orquesta Clásica de México y el “Quinteto de Salterios, interpretan el vals “Sobre las Olas” del joven compositor, de origen otomí, José Juventino Policarpo Rosas, que en vida nunca tuvo fama ni riqueza.
Cuenta el director Carlos Esteva que Juventino nació el 25 de enero de 1868, en Santa Cruz de Galeana, Guanajuato. Su padre fue un músico militar que le enseñó a tocar diversos instrumentos a él, a su hermano Manuel y a su hermano Patrocinio. Realizó el vals “Carmen” para la señora Carmen Romero Rubio, esposa del presidente Díaz, quien en agradecimiento le regaló un piano de cola. En 1888 compuso la marcha “Cuauhtémoc” y la obra que lo llevaría a la inmortalidad, “Junto al manantial”, que fue rebautizada como “Sobre las olas”, inspirada en un río de la Magdalena Contreras, de la ciudad de México.
“En Cuba, ingresó en una clínica debido a una mielitis aguda que le ocasionó la muerte, el 9 de julio de 1894, a la edad de 26 años”.
La interpretación de “Sobre las Olas” y “Carmen” impactó al público que aplaudió por varios minutos.
Nueva ovación recibieron la Orquesta Clásica de México, el Quinteto de Salterios y el Coro “Amigas de la Música” al interpretar en forma magistral la obra cumbre de Macedonio Alcalá, “Dios Nunca muere”.
La melodía “Lindas mexicanas” contagió al público de tal manera que acompañó con sus palmas a la orquesta.
El coro cerró su participación con la interpretación del vals “Alma Zapoteca” y la composición “Tehuantepec” de Pepe Guízar...
“... Tropico cálido y bello/ Istmo de Tehuantepec/ música de una marimba/ maderas que canta/ con voz de mujer./ Música de una marimba/ maderas que cantan con voz de mujer...”
Había tiempo para dos melodías más.
El director Esteva Loyola con su estílo único levantó la batuta.
Anuncia:
Marcha “¡Viva México!” y marcha “Porfirio Díaz”...
Aplausos, aplausos y más aplausos. Se despide el director y con más aplausos se regresa dos veces...
Afuera en la ciudad, la tormenta había pasado. Eran más de las 10 de la noche. Había que bajar la rampa del Castillo de Chapultepec en medio de la oscuridad. Otros abordarían los vehículos gratuitos...
Queda en la mente de los asistentes al concierto que México es, en música, Primer Mundo.
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