|
MUERE JOSE LUIS CUEVAS |
03 de julio de 2017 |
Quería que sus cenizas reposaran en La Catedral Metropolitana
y que hasta ahí lo acompañara su amada esposa Beatriz del Carmen
El artista autodidacta José Luis Cuevas, nacido en la Ciudad de México el 26 de febrero de 1934, murió este 3 de julio de 2017, dejando un vacío en la pintura mexicana contemporánea. Considerado un enfant terrible (niño terrible) del arte de los años cincuenta, Cuevas destacó en el arte como pintor, dibujante, escritor, grabador, escultor e ilustrador mexicano. Fue uno de los representantes del Movimiento la Ruptura, que rompió canones estéticos del arte.
La muerte del atista “Cuevario” causó conmoción entre la comunidad artística e intelectual.
El presidente Enrique Peña Nieto dio las condolencias a su familia y a México por la sentida pérdida.
Cuevas recibirá, este martes, un merecido homenaje de cuerpo presente en Bellas Arte
Sobre José Luis Cuevas, Wikipedia informa:
Su formación artística fue prácticamente autodidacta. Cuevas fue una de las principales figuras de la Generación de la Ruptura con el muralismo mexicano y uno de los más destacados representantes del neofigurativismo.
Mediante el trabajo con la línea de gran ferocidad gestual, desnuda las almas de sus personajes retratando la magnificencia de la degradación humana en el mundo de la prostitución y el despotismo.
Antes de cumplir los 10 años, Cuevas se inscribió como alumno irregular a la Escuela de la Esmeralda; continúa su formación artística en el México City College (ahora llamado Universidad de las Américas Puebla), tomando clases de grabado con Lola Cueto.
Entabló amistad con el poeta y crítico Rafael Squirru dedicándole una serie de serigrafias a su poema "El rey", luego aparecieron en forma de carpeta.
Cuevas adquiere notoriedad por sus constantes exposiciones, tanto en Estados Unidos como en México, el resto de Latinoamérica y en Europa, incluso en la Galería Edouar Loeb de París, donde Pablo Picasso compró obra de Cuevas.
Se le atribuye el haber "bautizado" como Zona Rosa al corredor turístico del Paseo de Reforma, como un homenaje y muestra de gran admiración por la artista cubano-mexicana Rosa Carmina, a la que entonces era una importante área de promoción cultural, intelectual y de la moda de la Ciudad de México.
En dicho lugar expuso lo que tituló como "Mural Efímero" en 1967, mismo que vuelve a montar al año siguiente en la Ciudad Universitaria, como muestra de apoyo a los movimientos estudiantiles que se desarrollaron ese año en la Ciudad de México.
Cabe agregar que dos años después se manifestó en San Francisco, California, en contra de la guerra de Vietnam, organizando happenings (espectáculos que exigen la participación del público) y elaborando carteles.
Su intención inicial era mostrar la angustia y la soledad del hombre y eligió para ello las escenas que encontró en hospitales y prostíbulos; sus modelos fueron y siguen siendo la prostituta, el pordiosero, el loco y el enfermo.
A pesar de la recurrencia de los temas, de Cuevas se puede decir que en su obra existen diferentes variantes protagonizados por seres deformes, bellas imágenes de personajes casi monstruosos.
A mediados de la década de los 50, la obra de Cuevas comienza a ser reconocida por coleccionistas y críticos especializados, entre ellos José Gómez-Sicre, quien lo invita a exponer en la Unión Panamericana (Washington, DC).
La Figura Obscena de José Luis Cuevas en la ciudad de Colima.
Pintor, escritor y político, en su momento se le conoció como el "enfant terrible" (traducido del francés, la expresión sería "niño terrible") de una generación de artistas que se manifestaron contra la expresión del arte arraigada en programas políticos enfocados en alimentar ideas nacionalistas.
De tal postura es célebre su escrito "la cortina del nopal", historia donde critica que la idea de educar a los pueblos mediante el arte no había logrado de ninguna manera su cometido.
Su postura no fue sólo un ataque constante contra la cultura oficial, sino también contra la enseñanza académica –motivada por su formación autodidacta- y contra el muralismo, en especial contra la figura de Siqueiros, quien había hecho célebre la frase "no hay más ruta que la nuestra".
Otras facetas del pintor dan a comentar que en teatro elabora la escenografía para la obra "La noche de los asesinos" -que en México es premiada por la crítica especializada-, así como para el "The American Ballet Company" en Estados Unidos; monta junto con Alfonso Arau y el escritor Carlos Monsiváis el espectáculo "El Quid" en 1965.
En cine se autointerpreta en la película mexicana "Los amigos". Han sido diferentes los premios y reconocimientos que Cuevas ha recibido a lo largo de su carrera, por ejemplo, en 1967 la exposición "Rosk 67" lo presenta como uno de los 50 pintores más importantes del momento.
Ese mismo año, el New York Times -uno de los más importantes periódicos estadounidenses-, lo ubica entre los más grandes dibujantes del siglo XX.
Entre sus numerosas exposiciones individuales y colectivas se destacan las realizadas en Washington DC (1954), París (1955) y Nueva York (1957).
Obtuvo, entre otros, los siguientes reconocimientos:
Primer Premio Internacional de Dibujo, Bienal de São Paulo (1959).
Primer Premio Internacional de Grabado, I Trienal de Nueva Delhi (1968).
Premio Nacional de Bellas Artes, por el gobierno de México (1981).3
Doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Sinaloa (1984).4
Premio Internacional del Consejo Mundial del Grabado, San Francisco (1984).
Recibió la Orden de Caballero de las Artes y de las Letras de la República Francesa (1991).
Fue nombrado Artista de la Ciudad por el Gobierno del Distrito Federal de México, ocasión en que también se inauguró el Museo José Luis Cuevas en 1992.
Libros escritos por José Luis Cuevas
Cuevas por Cuevas, Ediciones Era, México, D.F., 1965.
Cuevario, Editorial Grijalbo, México, D.F., 1973.
Cuevas contra Cuevas
El 26 febrero de 2013, Paris Alejandro Salazar Rodríguez escribió para Chilango
12 momentos de la vida de José Luis Cuevas
Extravagancias del artista plástico
Los trazos inigualables y la calidad excelsa de la obra de José Luis Cuevas lo hacen uno de los artistas mexicanos más reconocidos a nivel nacional e internacional. Cuevas pertenece a la generación de artistas plásticos conocida como La Ruptura, famosa por su distanciamiento radical del muralismo mexicano.
Su individualismo exacerbado ayudó a edificar su polémica personalidad artística, que provoca admiración y rechazo. Aquí te presentamos 12 extravagancias del pintor y escultor mexicano.
Destino de origen
Nació entre lápices y papeles, en los altos de una fábrica de lápices “El lápiz del águila”, ubicada en Guaymas número 12 en la colonia Roma, propiedad de su abuelo, con quienes vivió hasta los 8 años. A los 11 años a consecuencia de las fiebres reumáticas enfermó del corazón y encontró su vocación por la pintura, desarrolló una forma de encaminar la agonía que sentía, pintó uno de sus primero autorretratos con el corazón en un frasco. A los 14 años hizo unos dibujos para una revista en inglés que se llamaba Mexican Quaterly.
12 bodas
Mientras llegaba la anulación del matrimonio religioso de la pintora Beatriz del Carmen Bazán, efectuaron 12 bodas, contrajeron matrimonio civil, por el Rito Nacional Masónico, y por distintas culturas como maya, huichol, tarahumara, inca, tibetana. Quería aparecer en el libro de Records Guinness por el número de enlaces matrimoniales.
La unión huichol se efectuó en la explanada del Cerro de la Cruz en Nayarit en mayo de 2003, ataviados con bordados de venados y flores en tela de manta, sombreros de palma con adornos de plumas, los novios se dieron comida y agua en la boca, tomaron tejuino y en forma simbólica “pasarían una noche” acostados y abrazados sobre un petate. El enlace civil se realizó el julio de 2003 en el Museo José Luis Cuevas, el artista plástico portaba un traje negro con camisa blanca y corbata dorada, la contrayente un vestido en tono brilloso dorado con estampados florales.
Documenta el tiempo
Desde los años setentas, todos los días dibuja autorretratos y se toma fotografías, en los primeros intenta fijar momentos de su vida y en las segundas dejar constancia del paso de tiempo. Empieza el día dibujándose, observándose y sus hijas guardan sus libretas, después se toma una foto sin pose, como de pasaporte o presidiario sosteniendo un papel con la fecha, pues quiere documentar que el tiempo transcurre más rápido para él y más lento para los demás.
Amores y odios
Una vez declaró lo que amaba de las mujeres: “Si la mujer es propia, amo ante todo la manera en que se entrega y expresa su amor. Si la mujer es ajena, odio ante todo su fidelidad”. También señaló: “la opinión de los hombres me importa menos, el enemigo es el hombre; la amiga es la mujer”. A Cuevas cuando un hombre no es su amigo le resulta estorboso, celaba a sus amigas y les encontraba defectos a sus pretendientes pues viciaban la relación con ellas, sin embargo, de Bertha no tiene celos, pues “la siento una posesión segura” y no permite intromisiones en su familia. En una ocasión golpeó a un amigo de su amigo que al despedirse de Bertha intentó besarla en la mejilla, dijo que no fue un arrebato de un esposo celoso sino “la actitud de quien no permite intromisiones dentro de sus posesiones”
Cinéfilo competitivo
Es un apasionado del cine, ha dicho que sus “conocimientos son amplísimos y cubren la producción de todo un siglo”. Carlos Fuentes y él se decían “campeones”, pasaban horas en matches de trivias, trataban de recordar los repartos completos de películas de diversos países, incluso la filmografía de actores muy secundarios así como la de los directores de diferente calidad y diversas versiones que se han hecho de novelas famosas. Es fiel al cine de antes, la producción actual le resulta aburrida. Detesta a Spielberg y a George Lucas.
Inseparable esposa
La presencia de su esposa es siempre es constante. Haga lo que haga la necesita cerca. Por ejemplo cuando da conferencias, pide que la sienten a su lado. Y le escribió cartas ilustradas que hoy son un libro “Cartas amorosas a Beatriz del Carmen” integrada por 187 misivas originales que expresan “el amor que nos profesamos Beatriz del Carmen y yo siga siendo tan intenso como ha sido desde el día que nos conocimos”.
Costumbre de enero
Beatriz del Carmen y José Luis Cuevas recorren la ciudad y se detienen en aquellos sitios que les traen algunos recuerdos. Siempre los primeros días de enero.
Pura disciplina
Nunca deja inconcluso ningún trabajo, todo lo que inicia lo termina. En 2007 realizó cinco pinturas de grandes dimensiones para celebrar los 15 años del museo que lleva su nombre en cinco días y en cada obra dedicó cinco horas. Cronometra lo que hace para que a la hora de la comida lo que trabajó ya este firmado y fechado, para así dedicarse a otras actividades por la tarde.
Devorador de libros
Ama los libros. Desde la infancia fue un lector compulsivo, todo el dinero que llegaba a sus manos lo utilizaba para comprar libros, el primer libro que leyó fue Un capitán de quince años de Julio Verne, después de interesó por Salgari, Dickens, Copperfield y Twist. Por las noches se entrega a la lectura porque en los libros encuentra la inspiración. Junto con su esposa Beatriz del Carmen han reunido más de mil ejemplares sobre los temas más diversos en su nueva casa, a estos hay que sumarle los que guarda en otra biblioteca. Le preocupa que la humedad haga estragos en los libros y los revisa periódicamente.
Personalidad irritante
Ante el menosprecio de los periódicos a la cultura decidió llevar a las primeras planas de los diarios el arte para que no quedara relegada como un hecho menor en la sección de sociales. Logró hacer publicidad de su persona, ya que al hacer publicidad a su persona también la hace a su obra. Ha reconocido que es ególatra y se califica como “el irritante público número uno”, y siempre buscará más el ataque que el elogio.
Angustia constante
Odia su salud precaria porque lo limita, si observa una mancha en la piel o nota una leve protuberanciase imagina un cáncer y el más ligero dolor en la zona del corazón lo lleva pensar que un infarto se anuncia. Vive en una constante agonía y ha dicho que sólo la muerte pondrá término a esta angustia de sentirse enfermo.
Última morada
Dejará una constancia notarial con su última voluntad: “cuando mi amada esposa y yo hayamos muerto nuestras cenizas sean colocadas en la misma urna. Esta deberá estar en la Catedral Metropolitana, donde llevamos a cabo nuestro matrimonio católico”. Y es que pensando en la eternidad, es la voluntad de los dos permanecer unidos. Y en el caso se pensara sepultarlo en la Rotonda de los Hombres Ilustres, también dejará constancia su rechazo a la decisión, “que me separaría de la mujer que tanto he amado. Con ella quiero estar por los siglos de los siglos. Amén”. |
PEPE MAYA |
20 de abril de 2017 |
* Obra Plástica de poesía, sueños y ausencias
Por IRENE ARCEO
Pepe Maya habita en un bello espacio donde diseñó su taller-estudio bordeado por un jardín con naranjales, yucas, cactus, acuyo y papiros, ubicado en un pequeñísimo e inesperado callejón atrás y a la derecha de la catedral de Santa María Magdalena en el pueblo Mágico de Xico. Dice el maestro pintor que el terreno donde hoy habita, era parte de un cafetal por eso, desde ahí se mira a lo lejos el verde monte coronado de cerros y nubes.
Maya adora el orden reflejado en su entorno y en su obra, motivos esenciales que hablan de su vida y sus sueños capturados por etapas y caprichos. Sus libros, sus objetos, sus recuerdos, sus amistades entrañables o sus amores han marcado todos los instantes de sus dibujos, acuarelas, tintas, témperas, óleos, grabados y esculturas que nos hablan de muerte, soledad y ausencias; pero también de juegos, amor, sueños y poesía.
José Maya se levanta temprano, entra y sale de sus diferentes compartimentos que integran su enrejada guarida. Se baña alegremente, muele su propio café orgánico y se prepara una jarrita de expreso tipo italiano que tomará durante su jornada matutina de trabajo en su taller. Dice ser un buen cocinero, se alimenta con huevos orgánicos de rancho y verduras, creo que en realidad come poco. Eso sí, se toma sus tequilas al atardecer y cena una manzana con avena.
El maestro, se conserva, delgado y ágil y sin hacerle mella el paso de los años, aun recurre a sus desplantes juveniles que lo caracterizan, como ese movimiento inusitado de acariciarse su pelo largo, cano y rizado en sus ímpetus; o llevar sus pañuelos anudados al cuello y esa voz potente y estentórea que acostumbra matizar con frases o cantos a lo largo de una amena charla. Me dice que estuvo un poco mal y quedó como prendido con alfileres, pues en su último viaje a Hungría se cayó de un caballo. Adora montar, su talla es la de un jockey.
Maya es pintor, dibujante, grabador, escultor, escenógrafo, escritor, poeta, actor, diseñador, investigador, arquitecto, y un lector apasionado de literatura que inició sus primeros pasos como artista, con el apoyo y la amistad entrañable del brillante escritor veracruzano Juan Vicente Melo quien lo introdujo en el mundo intelectual de los años setentas en la Ciudad de México, donde Maya realizó estudios de cine en la UNAM.
Juan Vicente Melo, al comentar la colección de tintas de Pepe Maya llamada las Troyanas, dijo que Maya, además de pintor, se suma a la lista de grandes recreadores, verdaderos creadores del mito primero y universal de la palabra única y narró que “en una ocasión Juan García Ponce invitó a Pepe Maya a colaborar en un número de la Revista de la Universidad de México dedicada a Malcom Lory. Pepe Maya atento a García Ponce y a la obra de este, tuvo el acierto de reconstruir la iglesia de la virgen de la Soledad. Era el tiempo en que Jaime García Térres era el director de Difusión Cultural de la UNAM menos burocrático que ha existido; era el tiempo de la rectoría del Dr. Ignacio Chávez…”
Pepe Maya nos muestra un tesoro que ha conseguido en La Lagunilla y Librerías de Viejo: un valioso compendio de la obra plástica del maestro dibujante y pintor Ernesto García Cabral «El Chango» Cabral nacido en Huatusco, Veracruz, 18 de diciembre de 1890 y fallecido en la Ciudad de México el 8 de agosto 1968, cuya obra abarca casi 25 mil documentos, entre ellos, las primeras imágenes conocidas de la Revolución Mexicana con fuerte tono antimaderista. Maya dice que escribirá un libro acerca de este ilustre personaje que realizó caricaturas de Francisco I. Madero, Pancho Villa, María Conesa y Emiliano Zapata entre otros muchos personajes de su época.
Cabral estudió dibujo y arte en Paris, gracias a una beca que el otorgó el presidente Madero en un intento por callar su trabajo crítico. Al retornar a México en 1918, Ernesto García Cabral se convirtió en caricaturista de importantes periódicos Nacionales e ilustrador de portadas de revistas, además con su dibujo perfecto y fluido dio a conocer el Art Decó en el Continente Americano.
Es una noche fresca y perfumada de azahares en Xico. Después de estar un rato en su estudio- taller viendo y comentando su obra, donde cantamos y vimos como se encendieron de pronto las luces sin que nadie las prendiera, nos fuimos a sentar a su mesa del comedor.
Sacó su tequila del refrigerador y con pequeños sorbos y trozos de manzana verde que cortaba con un cuchillo, hizo aparecer en su rostro una tristeza profunda que ha marcado su vida y su obra y que se asoma inevitablemente en los tonos oscuros de sus lienzos, o en sus lágrimas nocturnas para recordar la desaparición de sus dos hermanos que participaron en el movimiento estudiantil de 1968, pues ellos, incluido Pepe pertenecían al Partido Comunista Mexicano. Junto a este dolor fraternal se agolpa de pronto el recuerdo dulce de su venerado padre, quien ya muy anciano, vendía libros en el área de Humanidades de la UV y le contaron que, cansado, se quedaba dormido en una banca del campus, mientras algunos estudiantes por maldad, le robaban los libros.
Enseguida, recupera su sonrisa: “Te doy una naranja guapa de mi huerto” y abrió la jugosa, ombligona y agridulce fruta en varios gajos mientras yo pensaba que la evasión en los espacios de la vida, ya sea por los juegos, el amor o la muerte, son las constantes en su bella obra pictórica que va desde los trazos dramáticos, fuertes y determinantes, hasta las pinceladas más sutiles, suaves y poéticas con aves de alas agresivas y fugaces; altos faros, barcos encallados, rostros de seres apasionados, o esos sencillos y la vez sorprendentes juguetes que vuelan y giran en cielos rosa- azul y que le recuerdan al artista sus años de infancia en el puerto de Veracruz, o quizá, sus ausencias.
En la tarde, porque él tenía mucha hambre, fuimos a comer al centro de Xico, y como se sabe los platillos de la región son deliciosos: enmoladas, longaniza, cecina, costillas de cerdo en salsa de molcajete, tortillas de mano untadas con manteca y queso fresco, higos en almíbar, nieve de sorbete y pan horneado con leña…
Estuvimos sentados platicando alegremente en su restaurante favorito ubicado enfrente del costado de una iglesia y al fondo veíamos una larga calle empedrada con una tienda, y casas sencillas y amplias, algunas con jardines pletóricos de flores y platanares. Hablamos del sentido estético, de la amistad, de la vocación y el talento; ahí cupieron los nombres de artistas de excepción en nuestro Estado como: Fernando Vilchis, Leticia Tarragó, José García Ocejo, Guillermo Barclay , Manuel Montoro...
-“Mira en la puerta, a esa pareja inmóvil desde hace un rato, acompañados de su perro y de su sombrilla. Parecen una fotografía”, observó Maya. De repente se escuchó el insistente pregón de un tamalero: “Es un joven muy trabajador pese a que está algo mal de su cabeza, puntualmente sale a gritar por todo Xico en la mañana y en la tarde; todos lo conocen”.
Lucero, la muchacha que nos atendió en el restaurante, nos confesó que dibujaba y no sabía que en Xico tienen como vecino al gran maestro pintor. Ella, ha sido cortadora de café cereza como muchas de las gentes que viven en esta zona que Pepe Maya ha convertido en hogar y centro de su creación. A ratos se le ve al volante de su guayin recorriendo el pueblo y asomando la cabeza para saludar con amistosos gritos a sus ayudantes o trabajadores lugareños.
Xico y la región cercana, como todo el Estado de Veracruz, ya no son tan seguros como lo fueron antes. La gente anda con precaución y se encierra temprano en sus viviendas. Cuando regresamos de la comida Pepe manejaba su guayin por las empedradas y angostas calles y de pronto se le apareció enfrente un imponente Jeep negro último modelo conducido por un hombre rudo y bigotudo. José Maya Sandoval, delgadito y frágil le espetó con una potentísima voz: “Fíjate como manejas, vas en sentido contrario”… yo que iba de copiloto del maestro, apenas alcancé a asomarme a esperar, vaya a saber, que cosa. Para nuestra fortuna el “bato” (como dicen por acá), decidió solamente replicar a voz en cuello: “ Voy en sentido contrario y qué, hay algún problema”… y, se siguió de largo….
|
|