FUTBOL, POLITICA Y NARCO GENOCIDAS

El Fracaso de las Alianzas Electorales y la Contemplación del Narco Genocida

Por Alfonso Fernández de Córdova M.  
   
Pasó la euforia del Mundial de Futbol y viene ahora la reflexión. Observamos que la contienda futbolera atrajo la atención de millones de aficionados en los cinco continentes en torno al balón que iba de un lado a otro sin entrar a la portería como eran los deseos de unos y otros. El resultado fue una virtual unión de países que olvidaron durante un mes sus crisis y penurias, como México, España y Sudáfrica.

En España se volcó la población, incluida la reina Sofía y su familia, en alegrías y pasiones hacia su equipo, el campeón y poseedor de la famosa copa de oro. La nación en conjunto olvidó la extenuante situación económica, política y de desempleo, jamás registrada, como la que ahora los agobia en pleno 2010.       
     
En México, algo similar sucedió en condiciones muy parecidas a la de España, en cuanto a la decadente economía, la convulsionada política electoral, la escasez de valores morales y humanos, la inhumana y desesperante ola de violencia desatada por el narcotráfico, y para rematar: la furia de la naturaleza a través del huracán “Alex” que azotó a las entidades de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Inusitadamente, el río recobró su antiguo cauce, su propio terreno, en Monterrey, la Sultana del Norte.

Lo curioso es que al inicio del campeonato internacional se presentó una ficticia unidad global, conforme pasaron los primeros cinco días se tornó en una exaltación de los nacionalismos y empezaron a tomar partido las multitudes por sus respectivos equipos y después de quince días, conforme se presentaron las eliminatorias, las masas se inclinaron por tres continentes, ya no los cinco.

Los estadios vistieron colores europeos, pero al quedar fuera el otrora campeón (Italia), Francia, Inglaterra se pusieron a favor de Alemania. Lo mismo sucedió cuando se vistieron de Brasil y de México y de Uruguay y de Africa. El efecto naipes o dominó cayó poco a poco hasta que vino la final Holanda-España. Roto el protocolo de la monarquía española cuando la reina Sofía saludó en los vestidores a su equipo, para desearles suerte, no faltó el semidesnudo, sólo cubierto con una toalla, quien eufórico e intempestivo agradeció la deferencia de su reina. Y así pasó el espectáculo, pan y circo moderno, con toda la tecnología satelital, televisiva y de Internet que dispone y distingue al inicio del tercer milenio. 

Ahora, al pasar del espacio a poner los pies en la tierra volvemos a la realidad. La Naturaleza nos sacude y nos recuerda que antes que el hombre está ella, potente y con todo su esplendor. Hay miles de damnificados sin casa, vestido ni sustento y requieren de toda la ayuda para reiniciar una vida normal. Pero es inevitable referirnos a otra noticia que nos vuelve a sacudir, el cruel y artero ataque a 18 jóvenes, entre 20 y 38 años de edad, en Torreón, Coahuila. Nos recuerda cuando fueron abatidos 14 jóvenes, en Ciudad Juárez. Ambos casos fueron en domicilios particulares para festejar a uno de los anfitriones, coincidentemente los festejados resultaron muertos en las sorpresivas acciones de los criminales. Una noticia desplaza a otra.

Aquí un paréntesis para plantear a los juristas y a los defensores de los derechos humanos y, en general, a los jueces, procuradores, juristas, legisladores y estudiosos del Derecho: ¿Cabe aplicar a los presuntos narcodelincuentes responsables penas adicionales por genocidio contra la niñez y la juventud y por ataques de lesa humanidad, independientemente de los delitos tipificados específicos a que ha lugar en dichas situaciones de acuerdo a las averiguaciones de los ministerios públicos actuantes en cada localidad donde tienen lugar los hechos?      
 
Expliquemos. Los narcodelincuentes llevan más de 24 mil 580 víctimas, principalmente de 15 a 30 años de edad, muchos de ellos en el cumplimiento de su deber en labores de seguridad pública y los más jóvenes en forma inocente, incluidos niños y mujeres. Esto significa un genocidio en contra de la niñez y la juventud, cometidos por dos vías, drogadicción y ejecuciones colectivas. Como la sociedad está secuestrada por el temor, amenazas, adiciones a las drogas y la violencia en muchas ciudades del país, aquí se configura el delito que daña y lesiona a todos los habitantes en general, por tanto es de lesa humanidad. ¿Qué espera el Congreso de la Unión para restablecer la pena de muerte o el Artículo 22 Constitucional?

FRACASO DE LAS ALIANZAS PAN-PRD Y SATELITES

Pasamos ahora a otro tema, el de los recientes procesos electorales de los cuales ya hubo información abundante, sin embargo, no observamos ningún comentario respecto al “ideal” de las alianzas entre partidos políticos divulgado antes de que empezaran las campañas formales. 

Se dijo a principios del año en curso que habría elecciones para gobernadores, congresos locales y ayuntamientos en 12 entidades del país, en las cuales los partidos políticos PAN, PRD, PT, Convergencia y Panal formarían alianzas para derrotar al PRI y el PVEM. Pero dicha alianza acomodaticia de la izquierda y derecha abortó en cinco entidades, donde los aliancistas no se pusieron de acuerdo y echaron abajo dicho “ideal”. De doce sueños guajiros sólo tres se concretaron con votos en las urnas.

Al efectuarse las elecciones el 4 de julio, las alianzas figuraron en siete entidades y los resultados indicaron que solamente en tres obtuvieron el triunfo los partidos en coalición o alianza, en Oaxaca, Puebla y Sinaloa. En cuatro fracasaron, a saber: Durango, Hidalgo, Quintana Roo y Veracruz. Si a ello se descuenta el caso Oaxaca, donde el triunfo estuvo cantado desde antes de iniciar las campañas, pues Gabino Cué contó con amplio apoyo popular a través del PRD, el PT, Convergencia y un partido local, por lo que la alianza con el PAN fue simbólica o relativa, ya que éste no figura en los anales electorales oaxaqueños. Al PRI le dolió la pérdida de los tres estados históricamente suyos, pero la derrota se vislumbró tiempo atrás por la cuestionada actuación de los gobernadores priístas, que salieron muy manchados por escándalos políticos (Ulises Ruiz, Mario Marín y anteriormente Eduardo Bours). De hecho los electores decidieron con su voto cobrar los agravios y afrentas de los abusadores del poder y autoridad, sólo tres alianzas ganaron a buena ley, Oaxaca, Puebla y Sinaloa.
     
A la inversa, los electores castigaron las divisiones promovidas por el PRD en Zacatecas y el PAN en Aguascalientes y Tlaxcala, mismas que ganó el PRI. De tal forma que la balanza electoral quedó así: de 12 entidades, nueve son para el PRI y tres para las alianzas PAN-PRD. El resumen político da un total de 19 estados al PRI, 5 al PAN, 5 al PRD y 3 en coalición.

Está por verse cómo van a cogobernar los tres representantes de las alianzas, porque a decir de los políticos y analistas del panorama nacional, las alianzas son y serán una vergüenza para los panistas conservadores y apegados a sus cánones partidistas, y quienes están sumamente divididos por los reformistas y el artífice de ellas, César Nava pagará la factura en diciembre próximo cuando se renovará el Comité Ejecutivo Nacional del PAN. Acerca del papel del PT, Convergencia y Panal fue irrelevante, pues como independientes en una contienda no alcanzarían ni una curul y hasta perderían su registro. De tal forma que para los optimistas el vaso está medio lleno y para los inconformes está medio vacío.

“No cabe duda, dijo Beatriz Paredes, el PRI se sitúa como la primera fuerza política del país, nuestro triunfo fue contundente de acuerdo a las cifras del conteo electoral del 4 de Julio de 2010”. En tanto, el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, afirmó: “No tememos a las alianzas para el 2012. El balance a fin de cuentas es positivo. El PRI obtuvo nueve de las 12 gubernaturas en disputa. Lo más importante es que triunfa la democracia”.