Una exposición Incongruente

Mario Andrés Campa Landeros

Es una exposición incongruente. El senado me censura 140 cartones de crítica política. Sólo me deja exhibir 60 de 200 que les entregué. Se escogieron los festivos, familiares, los de temas urbanos y los que estaban a modo para ellos. No soportan la crítica en un lugar, donde se presume de libertad y democracia. Es que están “muy fuertes”, me dijeron y me pregunto, ¿dónde queda la libertad de prensa y expresión?, explica el caricaturista Raúl Moysen Ortiz. Todos los partidos opinaron y no respetaron mi trabajo. Es una burla a mi profesión, aseguró.

La Comisión de Cultura de la Cámara de Senadores, inauguró la Exposición de Cartón Político,”Monerías Políticas” del maestro Raúl Moysen Ortiz, en el patio del Federalismo del Senado de la República, con casi tres horas de retraso. Mismo tiempo que el maestro Raúl  aprovechó para saludar a sus amigos e invitados. Y charlar un poco.

Los senadores traicionan lo que dicen cuando hablan de democracia. No me dejaron exponer los cartones que traían nombre y apellido. Eso sí es un ataque a la libertad de expresión, pero qué puedo hacer. Aquí es la exposición y es su casa, aseguró.

Moysen retoma el tema.

Entre los cartones censurados está uno que hices sobre  un diputado que va entrando al Senado, junto con su ayudante. A su espalda se ven decenas de manifestantes que les gritan: ¡ladrones!, ¡inútiles!, ¡flojos!, ¡buenos para nada!... Entonces, el ayudante le indica al senador:  señor, hay que apurarnos, camine más rápido que parece que están pasando lista...

La invitación a la inauguración de la Exposición de Cartón Político de Raúl Moysen expecificaba las 10.30 de la mañana. Sin embargo, sin que nadie explicará el por qué, el evento comenzó a las 12:48, ante la desesperación y malestar de invitados y amigos del caricaturista
El Senado en ese momento era un caos.

Desorganización por todos lados, mientras el maestro Moysen aguardaba a los representantes de la Comisión de Cultura de la Cámara que ya no sabían qué hacer. Si atender a grupos de niños, jóvenes, visitantes, senadores, o las diversas exposiciones de pintura que también esperaban ser inauguradas.

Afuera de la Cámara, cientos y cientos de manifestantes de diversas corrientes tenían copado el edificio con pancartas y mantas. Los líderes arengaban a sus seguidores a mantenerse firmes en su lucha. 

Los Senadores después de su sesión salieron al patio del Federalismo para tomerse la foto oficial del recuerdo, en una terraza, donde estaban colocadas sillas para tal suceso. Mientras, abajo, los visitantes no sabía qué hacer ni a quién dirigirse. Un grupo de niños indígenas se paseaban con una lotería de cartón en sus manos que al final le obsequiaron una al coordinador, Emilio Gamboa Pascoe, quien también tenía que estar como invitado especial en la inauguración de la exposición del caricaturista Moysen.

Al mismo tiempo, en un salón contiguo se llevaba a cabo una muestra pictórica a la que asitió Manuel Bartlet como figura principal.

Y el caos seguía.

Las fotografías oficiales ahora por bancadas... Y el tiempo pasaba. Y el maestro Moysen, esperaba. Mucha gente se retiró ante la informalidad de las representantes de la Comisión de Cultura, quienes al disculparse con el maestro Moysen sólo le expresaron: “se nos pasaron los tiempos”.

Es una falta de respeto a la gente, diría minutos antes el reconocido caricaturista. No entiendo. Ellos escogieron el día, la hora y el lugar.
En fin, después de tres horas de retraso, el coordinador Emilio Gamboa Pascoe y las organizadoras cortaron el listón inagural de la  exposición. Como si no hubiera pasado nada.

DATOS DEL CARICATURISTA
 
Raúl Moysen nació en el Distrito Federal, estudio la primaria en su colonia natal, la Guerrero. Luego ingreso a la “Universidad de la Vida”. A la edad de 15 años se metió de canchanchan al estudio de Gabriel Vargas (La Familia Burrón) de donde aprendió el oficio de monero.

En 1978 empezó a hacer cartón político en la Organización Editorial Mexicana (OEM), línea donde encuentra su verdadera vocación, el periodismo gráfico. En 1989 y 2000 gana el Certamen Nacional de Periodismo que otorga el Club de Periodistas de México.
 En 1990 el gobierno de la republica lo elige como Premio Nacional de Periodismo. En 1988 obtiene “La estrella de Plata” por considerarlo el “Caricaturista del Año”, entre otros muchos premios y reconocimientos.

Alerta Isabel Miranda de Wallace

Por MARIO ANDRES CAMPA LANDEROS

Lo primero que tenemos que hacer es sentir orgullo de ser mexicanos. Y, segundo, tener el sentido de pertenencia. México ya no quiere gente de brazos caídos. Necesita ciudadanos que luchen constantemente. Cuando se aborde el tema de la tortura se va a colapsar el sistema. Tenemos una suprema Corte de Justicia super dividida que no nos permite tener justicia en el país, plantea Isabel Miranda de Wallace y exije, dejar ya de ser paternalistas con los delincuentes.

La reconocida luchadora social expresó lo anterior, durante la tradicional sesión-comida con periodistas asociados del club Primera Plana. En su intervención vaticinó que un día el país nos va a cobrar facturas por no actuar. Yo salí a la luz pública por el simple hecho de hacer... Se le había preguntado en qué momento había decidido emprender la lucha social. No pertenezco a ningún partido, asegura.

Cuenta que su padre le dio un consejo que se le quedó grabado: “No vas a encontrar en la vida un hombre que sea fiel...”, pero -me dije-el que busca encuentra...

Sobre el caso del secuestro de su hijo, la señora Miranda de Wallace admite que desde ese hecho, “la vida nos ha cambiado a toda la familia”. A raíz de ésto, fundó la Organización Alto al Secuestro A. C.

Isabel Miranda tiene formación en pedagogía, estudios en Desarrollo Humano, Programación Neurolingüística, ha sido docente, conferencista en diversos foros nacionales e internacionales en temas de prevención, seguridad, participación ciudadana, familia, entre otros.

Dentro de sus actividades, destaca la ayuda que brinda a familiares y víctimas de secuestro. Además Ha impulsado la creación de leyes como: Ley Antisecuestro y la recién aprobada Ley General de Víctimas. Colaboró en la Ley de Lavado de Dinero y la Ley de Amparo.

En la actualidad, doña Isabel Miranda se encuentra trabajando en el Código de Procedimientos Penales y la Reforma Judicial.

Sobre su objetivo principal en su lucha ciudadana de inmediato respondió: Buscar un México seguro, aunque en ello me vaya la vida.

Al referirse al gremio periodístico, sostuvo que hay que tener cuidado, porque con su trabajo pueden destruir o construir. Su verdadera actitud debe ser ni simular ni quedarse sin hacer nada. No deben dejarse seducir por la alfombra roja. Lo principal, ética y calidad moral. Tienen una gran responsabilidad apegada a la ética y a los principios que cada uno tiene. Su compromiso: hablar con verdad. Yo siempre he hablado con la verdad, concluyó.

Se le hizo ver que no debía generalizar y respetar a los verdaderos periodistas ahí reunidos. Se disculpó.

¡Cosas veredes, Chonito!

Mario Andrés Campa Landeros

Hay cosas que marcan nuestras
vidas desde la niñez y jamás se olvidan

“¡Métase a su casa, chamaco! Vienen los gitanos y se lo llevan...”.

Hay cosas que jamás se olvidan. Las amenazas. El grito de mi madre para que no saliéramos a la calle a jugar. Nos causaba miedo. Era casi idéntico a ¡Ahí viene el viejo! o ¡Se los va a llevar el hombre del costal!

Eran gente rara los gitanos. Vestían en forma extraña. No sabíamos de dónde venían ni a dónde iban. Llegaban al barrio, principalmente las mujeres, con sus largas y amplias faldas. Usaban unas sandalias y cubrían sus cabezas con una especie de paliacates, adornados con varias monedas que colgaban sobre su frente... Recuerdo sus cinturones anchos. Se metían en las vecindades y trataban de hablar con las jóvencitas para leerles la palma de la mano -la cercana al corazón-. “¡Chula, ven, te diré tu presente, tu pasado y tu futuro!  ¿El costo?, “lo que tu mano santa quiera darme y lo que tu corazón te permita”.

Las gitanas siempre andaban de dos en dos y con sus barajas listas para ocuparlas en cualquier momento... Eran hermosas, fuertes, altas, muy altas... ¿o nosotros eramos chiquitos, muy chiquitos?

Sus trajes multicolores nos llamaban mucho la atención. Su sonrisa era bella y atraía a la gente. Siempre había una o dos muchachitas que querían saber lo que les deparaba el destino.

Cerca de la vecindad tenían su casa las gitanas. Era una accesoría que alguien les alquilaba y ahí estaban con sus esposos y sus hijos, muchos hijos. Eran un clan.

La gente aseguraba que los gitanos hombres eran ladrones o personas que ganaban dinero en forma deshonesta. Nuestros padres nos llenaban la cabeza con ideas, según, para que no tuvieramos jamás trato con ellos. Se les veía como apestados.

Las gitanas tocaban sus panderos y bailaban en los patios de las vecindades para atraer a la gente. Recibían unas cuantas monedas. No tenían trabajo fijo. Hablaban diferente a toda la gente.

Era el inicio de 1950.

Los clanes de gitanos también vivían en circos y viajaban por todo el país para proyectar películas en los pueblos.

(Una leyenda cuenta que una mujer gitana robó el cuarto clavo de la crucifixión y, con este acto, le evitó mayor sufrimiento a Cristo. En agradecimiento, Dios los hizo su pueblo favorito y les permitió las andanzas libres por el mundo).

Recuerdo también que había un gitano famoso en el barrio. A los chiquillos nos gustaba rodearlo para ver su espectáculo. Andaba con un oso gigantes y lo hacía bailar al ritmo de un pandero muy grande... le hablaba en no sé qué idioma y el animal parado en sus patas traseras se movía y los niños aplaudíamos... gozábamos, reíamos... Corríamos al lado de nuestras mamás para pedirles dinero y entregárselo al hombre que vestía una chamarra de cuero ya muy herida por el tiempo, atada a su cintura con una cinta de cuero. Su pantalón era color café y mostraba signos de pobreza extrema... Ah, y su sombrero de cuero con unos cascabeles colgados alrededor del ala le daban un aire de hermitaño de la vieja Rusia.

Luego, pasado el tiempo, disfruté viendo en un cine, una película que me gustó mucho. El galán era Pedro Infante; la primera actriz, Sarita Montiel, “Gitana tenías que ser”.

Tiempo después, viajé a Rusia y me impresionó ver que las telenovelas mexicanas eran todo un éxito en ese lugar. Comprobé, además, que una de esas series mexicanas paralizaba totalmente la ciudad. La gente paraba de trabajar y de hacer cualquier cosa por ver: “Yesenia”.

El argumento: La vida de una gitana, protagonizada por la consagradísima actriz de la época Fanny Cano y el reconocido primer actor Jorge Lavat, junto a las actuaciones estelares de Irma Lozano, Alicia Rodríguez, Augusto Benedicto, María Douglas, Magda Guzmán, María Teresa Rivas, Raúl “Chato” Padilla, Juan Ferrara, entre otros.

Me decían los rusos: ¿Méxicano? ¡Yesenia! ¡Yesenia!. Tal vez pensaban que los mexicanos eramos gitanos.

Los gitanos han desaparecido. Sus descendientes ya no sienten orgullo de serlo. La historia de ellos, en mi mundo, aquí queda. Los recuerdos nos mueven sentimientos. 

Ahora sólo hay mexicanos y mexicanas tarotistas farsantes.

¡Cosas veredes, Chonito!