POR RAMSES MIRANDA
Ciudad Madero, Tamaulipas.- Los años no pasan a la ligera, sin embargo estos no impiden que la gente pierda el sentido de la vida como es el caso de Joaquín Hernández Galicia quien el pasado 12 de agosto cumplió 87 años de vida y 50 cuando tomo el mando del Sindicato más poderoso de México e incluso de América Latina y pese a su edad disfruto un año más de vida con sus seres querido y amigos.
Mejor conocido como “La Quina”, Hernández Galicia paso su 87 aniversario en su casa de Ciudad Madero, Tamaulipas reunidos con sus mejores amigos, entre ellos su fiel amigo Mauro Estrada quien el ex líder petrolero ha reconocido que es la persona que le salvo la vida de varios atentados dentro de la cárcel, así como Felipe Santos Quintero, Jesús Villegas Leyva, Felipe García Castro, Guillermo Díaz Vergara, Javier Rodríguez Uribe y Francisco Panamá González, quienes lo visitaron y le llevaban comida y medicamentos.
La Quina compartió entre sus amigos un pastel que una amiga de su familia le llevo y entre el pastel y refrescos habló para Reportajes Metropolitanos desde un sillón cuyo respaldo está orientado hacia la puerta por la que, la mañana del 10 de enero de 1989, “dos soldados de dos metros” lo sacaron de su casa, en San Luis número 106. La puerta, de dos hojas, está obstruida ahora por un mueble con veladoras y santos.
Desde esa posición, el otrora poderoso secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) expresó: Vi nacer a Pemex a los 16 años, cuando era aprendiz meritorio, y hoy lo estoy viendo morir”, resume después de diseccionar la forma en que, “Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Vicente Fox y el traidor de (Carlos) Romero Deschamps” han arruinado a la paraestatal.
Se declara nacionalista, triunfador en su particular forma de hacer empresa para ayudar, durante la era de su liderazgo, a los trabajadores con alimentos y ropa barata, a partir del porcentaje que el sindicato recibía de cada contrato con particulares.
Hernández Galicia aseguró que el pueblo no quiere privatizaciones, sino que prevalezcan las ideas de Lázaro Cárdenas, de López Mateos. Y aunque les pese, ni Luis Echeverría ni José López Portillo vendieron el país. Con todo y sus defectos, los dos. Uno enamorado de a madres, padrotón, y el otro que viró al izquierdismo.”
Joaquín Hernández Galicia, La Quina, nacido en 1922, fue por varias décadas el líder del sindicato petrolero (Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, STPRM) de la empresa estatal del petróleo de México PEMEX. El sindicato petrolero está integrado a la estructura corporativa dentro de la organización de sindicatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Dentro de ese marco fungió varias ocasiones como diputado federal y Senador por el estado de Tamaulipas.
El fin del poder e influencia del discutible líder sindical llegó el 10 de enero de 1989 por órdenes del entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, el que había asumido la presidencia apenas el 1 de diciembre de 1988 bajo fuertes sospechas de fraude electoral y por tanto de ílegitimidad. Este hecho de golpe de timón y de enviar la señal de quien tiene las riendas de mando se le conoce en el lenguaje político mexicano como quinazo.
Además de legitimar la presidencia, a ojos de la mayoría de la población, Salinas de Gortari obtuvo con el quinazo el control del sindicato petrolero.
Las causas para la persecución de Hernández Galicia se encuentran en que se oponía a las políticas de privatización del gobierno, calificado de neoliberal, pero sobre todo que en los distritos electorales habitados por trabajadores petroleros el opositor Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano obtuvo votaciones copiosas.
Se rumoraba también que Hernández Galicia había patrocinado la publicación de un libro ¿Un asesino en palacio?, el cuál relata el episodio donde uno de los miembros de la familia Salinas de Gortari (Raúl Salinas de Gortari o Carlos Salinas de Gortari) asesina con un rifle calibre 22 a una empleada doméstica en la residencia en la Ciudad de México, del entonces prominente político mexicano Raúl Salinas Lozano.
Sin embargo ante esto, La Quina respondió que en su momento a él le llego la proposición de patrocinar ese libro, pero nunca acepto, porque señaló que ese no era su estilo, que él pegaba de frente y aunque estaba en contra de Salinas, nunca patrocino ese libro, pese a lo que diga hoy la prensa.
Cierra fuerte La Quina: “aun jubilado sigo peleando, defendiendo mi país. Voy a dar mi vida por él. Sigo trabajando, con leucemia, con tifoidea y se que mi Virgencita de Guadalupe me sigue y me seguirá cuidado hasta el fin de mis días, porque nunca fui un traidor a mi país y mucho menos y ladrón, tuve mis defectos, pero nunca me metieron a la cárcel por ratero. |
EJECUTOR EN JEFE
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