MEXICO, DISTRITO FEDERAL, 27 de octubre.- Al buen jugador la pelota le llega sola y esa es la historia del niño que nació en el Distrito Federal el 30 de junio de 1937 en un hospital de la Avenida Chapultepec. Hijo de Fortino Rentería Meneses, un médico internista en la especialidad de Pediatría. Su madre era una mujer como las de antes, que estudio en la Escuela Nacional de Artes y oficios, y su héroe, su modelo a seguir fue su tío Fernando Zelada Miranda, periodista pre revolucionario, cantor de Xochimilco, autor del libro La Caída de las Hojas.
Su infancia fue tranquila hasta que sus padres cometieron el error de meterlo al kinder en una escuela de monjas, donde empezó a forjarse su carácter rebelde. Al darse cuenta que ahí no era feliz, su padre lo ingreso en la escuela pública Pedro María Anaya, en la colonia Portales, donde vivió los años de su niñez. Ahí se despertó su interés por el periodismo.
Tenía nueve años y cursaba el cuarto año de primaria, cuando empezó a colaborar en el periódico mural de la escuela, donde escribía sobre las materias escolares y los chismes del plantel, que era mixto. Tenía dos patios: uno para mujeres y otro para hombres. No debían mezclarse ni siquiera en el recreo, pero algunos, como Teodorito lo lograban y la experiencia servía para narrar inéditos comentarios.
Era un niño sui generis. A sus nueve años leía el periódico con gran interés y seriedad, algo poco usual en pequeños de su edad, pero él tenía un héroe: Fernando Zelada Miranda, periodista pre revolucionario, cantor de Xochimilco, autor del libro La Caída de las Hojas, su tío paterno, quien murió muy joven, a los 57 años, y fue atendido en los últimos días de su vida, por su padre.
“Mi tío paso la tercera parte de su vida en las cárceles. Escribía en periódicos clandestinos y ahí surgió su mayor obra poética. Era un periodista pre revolucionario, casi anarquista. En la casa hablaban de él como de un héroe y yo decidí emularlo. Me ayudo mucho el gusto por leer periódico, escuchar las noticias en la radio y comentarlas con mi padre, que se distinguía por su mente abierta y dispuesta al dialogo”, recordó Teodoro Rentería Arroyave, quien a sus 72 años luce pleno, realizado y feliz con lo que ha logrado hasta ahora.
Entrevistado en el Club Primera Plana, del cual es miembro honorario, Teodoro Rentería relató:
“En los tiempos de la Secundaria el Primer año lo estudie en la 13 y fue entonces cuando conocí el rostro de la pobreza. Andábamos como judíos errantes, porque no había dinero para pagar la renta y cada vez buscábamos una más modesta. El segundo año lo hice en la Secundaria 7, en la cinco de Febrero”.
Al pasar al Tercer Año de Secundaria su situación económica se había agravado, “porque mi papá nunca quiso entrar al burocratismo y cuando se inició el Seguro Social, su clientela se desplomo. Entonces me mis hermanos y yo tuvimos que trabajar, y entre a una escuela nocturna en un Hospicio en San Antonio Abad, creada por unos maestros que las llamaron Escuelas por Cooperación, en las que se pagaba una cuota muy baja.
“Mi infancia y adolescencia fue muy alegre, pero con muchos problemas económicos. No se comía en la casa hasta que llegaba mi papá con dinero para el guisado, pero nunca falto sopa, arroz y frijoles. Muchas veces el plato fuerte fueron quesadillas de la esquina, pero son las más ricas que he comido en mi vida”, asegura el ahora prospero empresario radiofónico.
Desde esos tiempos, Teodoro ya pintaba para líder. Opinaba, creaba y dirigía periódicos murales estudiantiles.
Al ingresar a la Preparatoria 1, en Donceles, en el primer día de clases, llegó dos minutos tardes y el director lo recibió con una grosería.
El rebelde Teodoro le respondió con cinco. ¿Consecuencia?... fue expulsado.
La única puerta que se abrió a su paso fue a lo que llamaban La Legión Extranjera, preparatoria donde iban los expulsados después del primer año de prepa, pero él lo fue el primer día del Primer año.
A Teodoro le toco ir a la Vasco de Quiroga, “una escuela estupenda, muy abierta, donde recibían a los muchachos problemas con los brazos abiertos. Nosotros la llamábamos la escuela Heroica de Chapultepec, porque ‘las pintas’ las hacíamos en El Lago de Chapultepec”.
Al concluir la Prepa, se inscribió en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, pero su padre se dio cuenta que esa no era su vocación, “decía que yo estaba enamorado del periodismo y prácticamente me tomo de la mano, me sacó de la Facultad y me llevó a inscribir a la Escuela de Periodismo Carlos Septién García”.
MEXICO, DISTRITO FEDERAL, 28 de octubre.- En aquéllos tiempos, la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, era un brazo de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana, y era el único plantel mixto que existía en México, para estudiar esa carrera, que lo emocionó y enamoró por siempre, pero un día lo expulsaron, tras involucrarlo en un chisme comunista, y en respuesta a la actitud malsana de las autoridades educativas del plantel creó la Revista Libertas.
En su primer número publicó el artículo: Los Rusos no son Imbeciles, con lo que refutó la tesis de la Arquidiócesis de México, que en su periódico vocero, hoy Fe, sostenía que los rusos eran imbeciles, porque eran comunistas.
Eso ocurrió en septiembre de 1956. Hace 53 años.
En ese entonces también le llega la oportunidad en radio, cuando la XEDF, convoca a los periodistas jóvenes a hacer una prueba para formar la primera redacción radiofónica. Participan 204, de los cuales sólo contrataron a cuatro, entre ellos a Teodoro Rentería Arroyáve, a quien le pagaban dos pesos por nota transmitida, no trabajada.
“Esa situación sigue prevaleciendo en la actualidad”, espeta Teorodo Rentería, al lamentar que en México el 95% de los periodistas no tienen un sueldo seguro ni prestaciones laborales, lo que no ocurre en Centroamérica ni en el Caribe.
La semana de la Comunicación la inventaron en 1956 Teodoro y otros compañeros en la Carlos Septién García, durante el Primer Año. Entre los invitados fue un catedrático de la UNAM que puso una serie de líneas en el pizarrón, con lo que dijo con eso demostraba que Cristo sólo tenía dos gotas de sangre judía para que se cumpliera la profecía, lo cual fue motivo de que los expulsaran del plantel bajo la acusación de comunistas, lo que los impulso a crear Libertas.
El escándalo fue tan grande que el Arzobispo Primado de México, Darío Miranda, pretendió regañarlos, pero los muchachos no lo aceptaron y se quejaron de haber sido expulsados por el asunto.
El arzobispo les ofreció un intercambio: “ustedes no se meten con la Iglesia y yo los regreso a la escuela”, a donde volvió para terminar la carrera de Licenciado en Periodismo.
Emilio Azcarraga Milmo tuvo la visión de crear la primera redacción periodística radiofónica con toda la infraestructura: reporteros, fotógrafos, patrullas informativas con torretas y logos informativos en carros último modelo Ford, en cuya gran cajuela cabía un gigante aparato Motorola, para transmitir desde el lugar de los hechos.
Ahí se inició Teodoro como reportero de Policía e hizo celebre el saludo final: “les informó su amigo y servidor Teodoro Rentería”, quien era el que más tiempo salía al aire.
La XEDF triunfó y empezó a ampliarse hasta llegar a ser Televisa Radio, entonces era Noticiarios Radiopolis.
En 1969 se crea la primera Agencia de Servicios Informativos Mexicanos (SIME), Emilio Azacarraga, nombra a Lalo Orvállanos, publicista y un gran cronista de béisbol, como director de la Agencia. Al año lo sustituyó por Alvaro Gálvez y Fuentes y le cambio el nombre a Informex, La primera agencia noticiosa mexicana.
Teodoro convenció con su trabajo y a los 26 años lo nombra director periodístico y administrativo de la agencia, cargo en el que estuvo por cinco años, con número negros.
Ganar la primicia de una noticia era y es muy importante para los medios periodísticos, por ello, Teodoro tenía acostumbrada a la gente de servicios de Informex a que cada que tocara una campana del Teletipo, una maquina por la que llegaban las noticias a golpe a tecla de cualquier parte del mundo, debían cortar la nota y llevársela, porque era un cable muy importante.
Así ocurrió el día del atentado y asesinato de John F. Kennedy, y al leer el primer cable de la UP, abrió el micrófono de la XEW y de radio Mil y soltó la noticia al medio y ahí se quedo ocho días hasta las exequias del ex presidente de Estados Unidos.
Su apasionada entrega al diarismo subió su prestigio y empezaron a lloverle propuestas de trabajo por todos lados, uno de ellos en Televisión Independiente de México (TIM), pero cuando iba a firmar un convenio con esta empresa le llamaron de Televisa.
“Empecé a platicar con mucha gente, entre ellas mi secretaria Sandra Ramírez, que lo había sido de uno de los más importantes ejecutivos de Televisa, quien me hizo entender que me estaban llamando para entrar por la puerta grande a Televisa, y acepte su propuesta: ser el primer director de la Primera redacción periodística de Televisión”.
“Pero empezaron las envidias, aunque hubo gente muy disciplinada como Pedro Ferriz Santacruz. Los problemas fueron con Jacobo Zabludovsky Kraveski, y un día tomaron la decisión de que tenía que irse de Telesistema, donde estuvo de 1968 a 1970, de donde se fue a Televisión Independiente de México, donde marcó un record que nadie ha superado.
Lo nombraron gerente de Noticias especiales, porque no podía ser director, ya que ese cargo lo ocupaba un sobrino del presidente Luis Echeverría, pero ganaba lo mismo que un director y aparecía a todas horas en pantalla, lo que lo convierte en el locutor que ha tenido más tiempo al aire en la historia de la televisión mexicana.
El ejemplo a seguir de Teodoro Rentería, fue Anselmo Villegas Rentería, el primer locutor de la Televisión en México cuando se hicieron las primeras pruebas de la televisión. .
No había asistido a la presentación de un libro de tales dimensiones, con tantas personalidades del mundo de la comunicación, que en verdad justificaron el subtítulo de la publicación: Una historia de los noticiarios en México
El jueves 15 se paralizó el Distrito Federal, pues el Sindicato de trabajadores de la compañía de Luz y Fuerza del Centro, convocó a los demás gremios para reclamar e impugnar, el decreto que firmó el Presidente Calderón, para desaparecer esa empresa Estatal. Se escuchaban versiones encontradas, ya que calculaban desde 30,000 marchistas, hasta 200,000 los que caminaron sobre Reforma, sin mayores incidentes, para concluir hasta el zócalo capitalino.
Milagrosamente rápido llegué hasta la colonia Juárez, para estacionarme y subir al piso 51 de la Torre Mayor, elegante y funcional, abarrotado de personalidades. Casi puntualmente declararon iniciado el evento, que en el presídium tuvo a Félix Fuentes Medina que habló de la etapa relativa a Informex, Eduardo Andrade, la de Telesistema y TIM, Amalia Frías Santillán, la época de Radio Mil, Grupo Acir, RASA y Radiorama, Mónica Ramírez, instituto Mexicano de la Radio, Roberto Piñón Olivas del Club Primera Plana, Fapermex y Felap, Oscar Mario Beteta por Radio Fórmula y el mismo Teodoro Rentería ArróyaveM; todos ellos hablaron después de la fase introductoria que correspondió a Teodoro y Gustavo Rentería Villa, hijos del autor.
Escuchamos la gran noticia del mismo día: En la 51 Comida de la Radiodifusión, recibió Teodoro Rentería Arróyave el premio Antena, máximo galardón de la industria, después de eso, se movilizó hacia Reforma para encabezar el evento literario.
Empezamos por disfrutar un video con entrevistas a Miguel Alemán hijo, Miguel de la Madrid, entre otras personalidades que fueron sus amigos, jefes o compañeros, tanto en la vida cotidiana como dentro de la radio, televisión y medios escritos. Escuchamos los testimonios de su trabajo fecundo y cordial, ha enarboló los valores máximos del periodista: libertad y derechos sociales.
Asegura: Recibiré muchos ataques por lo que revela este libro, pero no importa, porque sé que he publicado exclusivamente la verdad
¿Cómo son las entrañas del cuarto poder? ¿Cómo se vive y trabaja en radio, televisión, periódicos, revistas y todo tipo de actividades del comunicador? De la misma forma se revela cómo los hombres del poder lo ejercen para subordinar a los periodistas, se aclara en el libro que “cualquier parecido con la realidad actual es mera coincidencia”
Son casi cuatrocientas páginas llenas de información verdadera, no hay desperdicio, con fotografías aquí y allá: Azcárraga Milmo “El Tigre”, su paso por el arte taurino, Gustavo Díaz Ordáz, Sobera de la Flor, Salvador Allende, el Tigre de Tacubaya; salpimentada con fechas, lugares y hechos, para dar paso a frases por demás famosas, como: “Amistad que no se ve reflejada en la nómina, es pura demagogia”
Este libro es producto de charlas de cantina, mucho sudor y tinta, que sirve para conocer el punto de vista de quienes hicieron este país, ya que los comunicadores han exhibido unos, ocultado otros, las realidades del siglo XX y ahora el XXI; es un instrumento básico, central, para los jóvenes comunicadores, para que se queden en esta actividad o emigren a otras, porque muchos son los convocados y… pocos los que permanecen.
Felicitamos a Teodoro Rentería por el éxito que vivió la tarde del 15 de octubre del 2009, mientras en las avenidas que llevan hacia el Zócalo capitalino se escribía una nueva página de la historia contemporánea, ¿hacia dónde nos llevarán las decisiones que se toman en los Pinos? No lo sabemos, no se les ve claridad de ideas; en tanto resuelven su crucigrama los Panistas, nosotros ya tenemos ocupación, leer “Mi vida son mis amigos”
