PATA DE PERRO
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Columna por un Momento
ParadigMas



 



Post mortem
noviembre 02 , 2011

Por Ramiro Gómez-Luengo

-- 1a. parte ---

Fanático de la lucha libre, deporte al cual es adicto desde que tiene uso de razón y a cuyas funciones acude cada vez que hay oportunidad, tanto en la Arena Coliseo como la México, Pablo revela que a sus escasos 20 años de edad ya tiene el privilegio de poder asegurar que si bien la vida es hermosa, “la muerte es lo único seguro que tenemos”.

Aficionado al dibujo, la música heavy metalera y la filosofía, este muchacho que siempre viste de riguroso negro vio torcido su destino cuando la falta de dinero que amenazaba la estabilidad familiar lo obligó a dejar sus estudios para buscar empleo de lo que fuera, por lo que decidió aceptar la oferta que le hiciera un tío para que lo ayudara con la administración de la funeraria Los Olivos, situada en pleno corazón del Campamento 2 de octubre.

“Hubieras visto la cara de mi jefa cuando le dije que me iba a trabajar con el pariente muertero. Al principio creyó       que le estaba haciendo una broma, pero cuando se dio cuenta que iba en serio, lo primero que me dijo fue: ‘Te hubieras buscado una chamba más bonita’”.

“Y sí -agrega Pablo- el negocio de los muertos, es decir, ir por ellos, preparar sus cuerpos, así como ponerlos muy guapos para la velación y, finalmente, llevarlos al panteón, ya sea para enterrarlos o incinerarlos, es considerado por muchos como algo feo, desagradable e incluso de mal agüero, o peor aún, de pánico, ya que algunos creen que en  cualquier momento algún cadáver se va a levantar para comerte los sesos”.

Botado de la risa tras su último comentario, el darqueto de la muerte, quien fue entrevistado por el reporperro mientras hacía la guardia de la noche del sábado en la sucursal Iztacalco de Los Olivos, “el cual es un día bastante movido”, precisa que, efectivamente, de vez en cuando le toca algún cuerpo que exhala un ruido o segrega alguna excrecencia, ya sea por vía nasal o rectal, “pero esto es normal, puesto que el cadáver entra después de 3 a 4 horas en proceso de rígor mortis”.

“El rígor mortis o rigor mortis es un signo reconocible de muerte (del latín mortis) que es causado por un cambio químico en los músculos que causa un estado de rigidez (del latín rigor) e inflexibilidad en las extremidades y una dificultad para mover o manipular el cadáver. A una temperatura normal el rígor mortis suele aparecer a las 3-4 horas después de la muerte clínica y suele tener un efecto completo sobre las 12 horas.

“Finalmente, el rígor mortis se relaja y cede cuando los músculos se descomponen, proceso que es acelerado por el ácido láctico residual de la obtención de ATP; el término tieso que se les da a los muertos proviene de este fenómeno”.

Al ver el rostro de asombro del perro tras su sesuda explicación, el hombre de negro agrega que el color pálido, e incluso a veces amarillento del cadáver, es producto de que la sangre, al dejar de circular, tiende a irse a la parte más profunda, “así es que si volteas el cuerpo, te encontrarás con que su espalda tiene un color rojo violáceo difícil de olvidar”.

-Entonces… ¿No hay cadáveres que caminan mientras emiten gemidos y claman por comer sesos humanos para sobrellevar el dolor de estar muertos?

-Eso solo pasa en una película muy cagada  que fue filmada en 1968 por George C. Romero y que se llamó en español La noche de los muertos vivientes, y a la cual, por cierto, le han hecho miles de secuelas, así como imitaciones y parodias. Pero en la vida real es imposible, ya que sólo son cuerpos de personas que, por una u otra razón, cumplieron su ciclo vital y ahora descansan para siempre. 

“Cuando estaba niño y entré por primera vez a la funeraria de mi tío, también le pregunté si no le daba miedo manipular los cadáveres, y él me dijo algo que hasta la fecha no puedo olvidar: ‘ya los muertos están tranquilos; de los que te tienes que cuidar es de los vivos, porque esos sí andan por ahí haciendo chingadera y media’”.

-¿Se pierde el miedo y se vuelve un oficio como cualquier otro?

-El miedo se va en las primeras semanas, pero no puedes decir que sea un oficio como cualquier otro, porque, mal que mal, las pompas fúnebres sigue siendo vistas por muchos como algo feo, o digno de gente morbosa, lo cual es completamente falso. Somos necesarios en los momentos más difíciles de las personas y nuestro deber es ayudarles a que puedan despedir con dignidad a sus parientes.

-Pero se habla mucho de los abusos con los dolientes por parte de las funerarias.

-Eso es muy relativo, ya que tanto Gayosso como la más pequeña de las funerarias de barrio se ajustan siempre al presupuesto del cliente. Ora que te confieso que si hay algo que he notado es que mientras más querido era el muerto entre sus parientes y conocidos, más humilde y, sobre todo, armonioso es el velorio y posterior entierro o cremación.

-¿Cómo está eso?

-Pues será el cargo de consciencia, pero tras cinco años en este oficio notas en el acto que los dolientes y el finado no se llevaban muy bien porque los primeros, sin preguntar siquiera por las tarifas, te salen de inmediato con su cantaleta de que quieren el ataúd más caro, la sala de velación más grande, la carroza más ostentosa y el panteón más famoso. Como si así fueran a reponerle al fallecido todo el amor y la atención que no le dispensaron en vida.

.(rluengo4@hotmail.com)



Rencontrando al campeón

-- 1a. y 2 Partes --



Rencontrando al campeón

-- 3a. Parte --




El Nivel
--1a. parte ---

El Nivel
--2a. parte ---



El Nivel
--3a. parte ---



Todo menos placer



¡Hasta siempre negro!



Delfines, Cocodrilos y Ballenas



Heráclito

 
 

Post mortem
noviembre 02 , 2011

Por RAMIRO GÓMEZ-LUENGO

-- 2ª parte --

-¿La muerte ya te es indiferente?

-Para nada, la señora de negro siempre será la única y poderosa, y ante ella siempre hay por lo menos un resquicio de respeto, ya que tiene un lugar reservado para ti, el cual habrás de ocupar tarde o temprano. Porque lo único seguro en esta vida, pues es la muerte, aunque nos hagamos los tontos y creamos que siempre estaremos aquí.

-¿Y qué dicen las chavas que salen contigo cuando se enteran de tu chamba?

 -Pues a mi novia no le da ni frío ni calor, ya que ella también trabaja conmigo maquillando los cuerpos. Bueno, espero que siga trabajando con nosotros, porque ayer se enojó mucho con mi tío luego de que éste le recriminó un maquillaje que le hizo a una difunta.

“Ella estudió cultura de belleza, así es que sabe peinar y maquillar muy bien, pero como no le pagaban lo suficiente en el salón de belleza donde labora, pues decidió echarme la mano en la funeraria. Recuerdo que se pulió en serio con la difunta, ya que le colocó peluca larga castaña, le pintó los labios de magenta y le puso mucho colorete en las mejillas, e incluso le rizó las pestañas para que se viera mucho más joven y bella”.

-Y si quedó tan bien, ¿por qué hubo drama?

-Es que cuando mi tío le recriminó que la hubiera pintado casi, casi, como una señora de esas que andan en las calles de noche buscando clientes, mi novia le reviró que lo hizo precisamente porque la señora parecía maestra de primaria.

“Lo increíble fue que mi tío le comentó a mi novia que, efectivamente, la difunta era la maestra Guadalupe, la cual le dio clases cuando iba a la primaria de la colonia y que, obviamente, toda su vida había sido una señora muy conservadora”.
-Esa sí que es una anécdota.
-Ni tanto, mira que a mí me pasó algo que casi me obligó a retirarme de la profesión.
-Caray. ¿Te tocó atender el cadáver de algún amigo muy querido?
-Peor que eso. Yo tuve que abandonar mis estudios y entrarle a esta chamba porque mi pobre madre, después de más de 15 años de haberse hecho cargo de nosotros, una vez que el cabrón de mi padre nos abandonó, cayó muy enferma. Te darás  cuenta del coraje que sentía yo hacia ese hombre que era mi padre y te confieso que más de una vez tuve la idea de averiguar donde vivía para ir a matarlo.
“Pero el tiempo pasó y conforme me iba especializando en mi nuevo trabajo dejé de pensar en venganzas y llegó un momento en que lo único que me preocupaba era hacer mi chamba lo mejor posible.
“Aún recuerdo, como si fuera ayer,  cuando llegó el cadáver de ese hombre a la funeraria. Era un tipo que había sido asesinado por un padre rabioso que no soportó enterarse de que no sólo había seducido a su hija, que trabajaba para él como secretaria, sino que además la había despedido en cuanto se enteró de que estaba embarazada.
“No sé porque, pero no pude evitar un sentimiento de honda lástima hacia el difunto, por lo que me tomé todo el tiempo del mundo para dejarlo lo mejor presentable, ya que le habían dado dos balazos en el rostro.
“Te juro que en cuanto terminé el trabajo de inmediato me puse a leer los papeles para saber quién era aquel desgraciado que había pagado tan caro su osadía de seducir a una mujer a la que le llevaba más de 25 años de edad. Fue sólo saber su nombre y apellidos para darme cuenta de que acababa de arreglar al hombre que durante tantos años pensé en asesinar”.
-Qué impresión Dios mío.

-Estallé en llanto y me dieron ganas de salir corriendo de la funeraria para no regresar jamás. Pero guardé la calma y tras unos minutos que me parecieron eternos, opté por rezarle un padrenuestro y pedirle a Dios por su alma, ya que sólo él sabe por qué ocurren estas

.(rluengo4@hotmail.com)



Rencontrando al campeón

-- 1a. y 2 Partes --



Rencontrando al campeón

-- 3a. Parte --




El Nivel
--1a. parte ---

El Nivel
--2a. parte ---



El Nivel
--3a. parte ---



Todo menos placer

 
 

Post mortem
Diciembre 18, 2011

Por RAMIRO GÓMEZ-LUENGO

-- 3 ª parte --

Pablo se dice orgulloso de los niveles que su trabajo ha alcanzado, pero admite que una vez esa misma “soberbia”  estuvo muy cerca de meterlo en un problema de grandes dimensiones, puesto que rompió la regla de oro de todos los muerteros: la discreción.

“Resulta que un día nos llegó a la funeraria un conocido del barrio al cual, literalmente, lo cosieron a balazos tanto en la cara como en el cuerpo debido a que no había pagado unas deudas que tenía pendientes con un grupo de narcos del vecindario”.

El darketo de la muerte recuerda como la madre del finado, muy amiga de su mamá, le rogó que hiciera el mejor de los esfuerzos para que dejara a su hijo medianamente reconocible para el velorio.

“Fue una labor titánica debido a lo desfigurado que estaba del rostro, pero gracias al uso de unos botones especiales, algo de masa facial y maquillaje lo dejé bien bonito, bueno, con decirte que cuando lo vio su mamá poquito antes de ponerlo en el cajón hasta me comentó: ‘parece que mi niño esta dormidito’.

“Fue ahí cuando cometí el peor de mis errores en esta carrera, puesto que estaba tan orgulloso de mi trabajo que no me aguanté y le tomé varias fotos, e incluso película, con el celular. Hasta puse de pie el cadáver para retratar mejor el trabajo, porque de veraz que parecía que estaba vivo, pero ocurrió que por azares del destino se me perdió el celular.

“La cosa no hubiera pasado a mayores sino no fuera porque dos semanas después alguien me avisó que el video del finado estaba en You Tube, donde tenía ya más de 100 mil visitas”.

-¡Todo un éxito!

-¡Para nada! Toda una bronca, porque si se enteraba mi tío, o peor todavía, la mamá o los miembros de su pandilla, de seguro me iban a parar una chinga de perro bailarín. Pero lo raro fue que los amigos del finado me felicitaron, porque tenían en video una última imagen de su ex compañero de pillerías.

-¿Gente morbosa?

-No, gente común y corriente reviviendo una tradición que poco a poco se ha ido perdiendo en nuestro país.
-¿Tener fotos de muertos es una tradición?

-Cuando se trata de tener un último recuerdo de un pariente finado o un ser muy querido, sí. Aunque nunca falta alguien que tiene este tipo de retratos simplemente porque es un coleccionista

-¿Pero en dónde se da esto que yo no tenía ni la más perruna idea?

-Pues ahorita sobre todo en la provincia, pero no hace muchos años retratar a un pariente muerto antes de enterrarlo era un arte en todo el mundo que sólo lo podían desarrollar estudios fotográficos muy serios y profesionales.

“La fotografía de difuntos, o post mortem,  fue una práctica que nació poco después que la fotografía, un 19 de agosto de 1839, en París, Francia, y que luego se extendió rápidamente hacia otros países.

“La práctica consistía en vestir el cadáver de un difunto con sus ropas personales y participarlo de un último retrato grupal, con sus compañeros, familiares, amigos, o retratarlo individualmente”.

-Insisto, eso es puro morbo

- La fotografía mortuoria no era considerada morbosa, debido a la ideología social de la época, el llamado Romanticismo, cuando se tenía una visión nostálgica de los temas medievales y se concebía a la muerte con un aire mucho más sentimental, llegando algunos incluso a verla como un privilegio.

“El hecho de fotografiar muertos tiene antecedentes prefotográficos en el Renacimiento, donde la técnica era el retrato por medio de la pintura en el llamado memento mori, frase que deriva del latín, ‘recuerda que eres mortal’ y era utilizado, en lo que a historia de arte se refiere, para la representación de los difuntos.

A diferencia de los muertos “grandes”, explica Pablo, los retratos de los niños en cambio eran una forma de preservar la imagen de seres que se consideraban puros, llenos de belleza, “la prueba misma de que la familia del desafortunado chamaco había sido elegida para tener un angelito en el cielo, quien los iba a estar observando y cuidando”.

En opinión del darketo mortal, quizá la verdadera magia de la foto post mortem consiste en el cúmulo de artilugios de que se servían los fotógrafos para embellecer la imagen y despojarla de la crudeza de la muerte, intentando siempre algún tipo de arreglo para mejorar la estética del retrato, “ya fuera maquillar al difunto o colorear luego la copia a mano”.

“Los difuntos, por otra parte, eran sujetos ideales para el retrato fotográfico debido a los largos tiempos de exposición que requerían las técnicas del siglo XIX, por lo que se construían soportes disimulados para sostener la cabeza y el resto de los miembros de la persona que posaba, evitando así que ésta se moviera.

“Las fotografías de difuntos los muestran cenando en la misma mesa con sus familiares vivos, o bebés difuntos en sus carros junto a sus padres, en su regazo, o con sus juguetes; abuelos fallecidos con sus trajes elegantes sostenidos por su bastón. A veces agregaban elementos icónicos, como por ejemplo una rosa con el tallo corto dada vuelta hacia abajo, para señalar la muerte de una persona joven, o relojes de mano que mostraban la hora de la muerte. Los deudos que posaban junto al muerto lo hacían de manera solemne, sin demostración de dolor en su rostro”.

El hombre de Los Olivos precisa que los retratos mortuorios privados podían encuadrarse en tres posibles categorías según la manera en que se retrataba al sujeto:

“Simulando vida, es decir, se los fotografiaba con los ojos abiertos y posando como si se tratara de una fotografía común, por lo general junto con sus familiares, siendo muy difícil notar cuál es la persona sin vida, ya que al no tener movimiento alguno, sale muy nítida en la imagen y no así sus familiares.

“Además, las tomas se solían retocar a mano usando coloretes o pintando los ojos sobre los parpados cerrados.

“Simulando estar dormido: por lo general se realizaba con los niños; se les toma como si estuvieran descansando en un dulce sueño del cual se supone que despertarían.

“En algunos casos los padres los acunaban para aportar naturalidad a la toma.

“Sin simular nada: se les fotografiaba en su lecho de muerte. En este tipo de tomas se agregaban flores como elemento ornamental, que no existían en el resto de las fotografías post mortem”.

Acota que por los años 20 o 30 del siglo XX comenzaron a adoptarse nuevas tendencias que alcanzaron incluso a la fotografía post mortem, “ya que los fotógrafos comenzaron a presentar a los muertos bajo nuevos ángulos y perspectivas, con detalles de las manos o de otras partes del cuerpo, desenfoques selectivos muy controlados, primerísimos planos de ciertas zonas del fallecido, o bien imágenes muy cercanas al fotoperiodismo actual”.

Según Pablo, en el siglo XIX era una práctica tan común la fotografía post mortem, “que los fotógrafos que se especializaban en este tipo de trabajo se anunciaban en periódicos de gran circulación utilizando frases como: ‘se retratan cadáveres a domicilio a precios acomodados’, e ‘inmortalice a  su ser querido’”.

“En el caso de México hubo varios fotógrafos que obtuvieron importantes colecciones fotográficas de difuntos, uno de ellos fue Juan de Dios Machain, fotógrafo jalisciense de quien se conocen más de 100 fotografías de este tipo, así como su contemporáneo guanajuatense, Romualdo García, sin olvidar a los hermanos Casasola.

“Había una importante cantidad de fotografías de angelitos debido el alto índice de mortalidad infantil en dicha época, en que la mayoría de los fallecimientos se debieron a los escasos recursos médicos, así como a la pobreza, ya que una familia común sumaba entre 8 y 10 hijos, de los cuales solían fallecer la mitad”.

El admirador de la lucha libre revela que también hubo un tiempo en que se retrataba a los difuntos mayores, principalmente en la tierra de sus antepasados, Michoacán, en el patio de su casa o en el panteón, al lado de sus familiares, “pero a diferencia de las fotografías en que se trata de simular vida, en éstas el muerto reposaba en su caja, pero parada de tal forma que parecía que el finado estaba de pie”.

-¿Y por qué la mayoría de la gente no tiene idea de esto?

-La práctica de retratar angelitos comenzó a desaparecer en distintos momentos de la segunda mitad del siglo XX.

“Es muy probable que el desvanecimiento de dicha práctica se deba a los sacerdotes, cuya influencia en la sociedad era decisiva, y otros agentes modernizadores, como maestros, médicos y autoridades sanitarias.(



Rencontrando al campeón

-- 1a. y 2 Partes --



Rencontrando al campeón

-- 3a. Parte --




El Nivel
--1a. parte ---

El Nivel
--2a. parte ---



El Nivel
--3a. parte ---



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