* Centroamericanos desplazados por la violencia de la Mara   Salvatrucha piden limosna para llegar a Estados Unidos
*Miles protestan en Ecatepec para exigir seguridad y no terminar como Honduras
*Honduras, país líder en asesinatos y violencia en el mundo
*México, entre los más violentos: UNODC

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
--texto y fotos –

Exclusivo de RM
Reportajesmetropolitanos.com.mx
--- II parte --

ECATEPEC DE MORELOS, ESTADO DE MEXICO, 08 de junio de 2014.- Mientras miles de ecatepenses claman cese a la violencia e inseguridad en el municipio más poblado de Latinoamérica, a diario llegan decenas de centroamericanos en busca de paz, marcados por el dolor y el hambre que los expulsó de sus pueblos. Son desplazados por la crueldad  y “el renteo” de la Mara Salvatrucha y de organizaciones de  narcotraficantes mexicanas y colombianas, que convirtieron a Honduras en su base de operaciones, ubicándolo como el país líder en asesinatos y violencia en el mundo.

Atraviesan ilícitamente la frontera de Guatemala con México, para llegar a Estados Unidos, en busca de una vida tranquila y un trabajo honesto,  pero en su largo camino muchos de los cerca de 400 mil migrantes centroamericanos que cruzan el país, mueren asesinados, mientras unos 20 mil son secuestrados y extorsionados por la Mara, según estimativo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Por ello, el padre Alejandro Solalinde encabezó la nueva Caravana Migrante de Ixtepec, Oaxaca, el 1 de junio, hacia Los Pinos, para entre otros puntos, solicitar el libre tránsito de los centroamericanos por México, para llegar a Estados Unidos, sin ser víctimas de más atropellos de los que han vivido en sus países de origen, sin que su demanda fuera aceptada, porque la violencia y la criminalidad no son exclusivas de Centroamérica.

Ha llegado a México.

Azota casi todas sus poblaciones, entre ellos Ecatepec, el municipio mexiquense más poblado de Latinoamérica, donde este domingo miles de habitantes salieron a las calles vestidos de blanco para exigir al presidente municipal Pablo Bedolla López refuerce la estrategia de seguridad, para recuperar la tranquilidad perdida en el municipio, donde a diario se dan hechos delictivos, pese a la intervención del Ejército y la Policía Federal.

Le exigieron disminuir la inseguridad, que ubica este municipio en los primeros lugares a nivel nacional en robo a transeúnte, casa habitación, vehículos, extorsión, “renteo” a comercios, secuestro, feminicidios y ejecuciones, entre otros delitos.

"La policía no se dedica a vigilar sino a extorsionar” y "Ecatepec igual a muerte”, fueron algunas de las pancartas que llevaron los inconformes, encabezados por el diputado local perredista Octavio Martínez Vargas, quien enarbola la bandera de la inseguridad en Ecatepec, para ganar adeptos en su lucha por conquistar la presidencia municipal en las elecciones locales del 2015.

Y, mientras los habitantes de este populoso municipio se  inconformaban contra la inseguridad y la alta criminalidad en la explanada del palacio Municipal, reclamando una vida en paz, en las avenidas paralelas a “La Bestia”, los migrantes centroamericanos claman por una moneda para continuar su viaje hacia el norte y alejarse de la violencia y el terror que los expulso de sus países natales.

Vienen sólo con una mochila y una cobija enrollada sobre la espalda, chamarras y gorras, para cubrirse del sol, la lluvia y el viento.

Con un brazo cargan a un niño y con la otra mano piden dinero a los automovilistas, para comer.

En Ecatepec, se ven rostros y cuerpos diferentes todos los días en las avenidas contiguas al tren.  Siempre están en grupos de tres: el padre, la madre y un niño, dormido o a veces lloroso.

“Torean” a los automovilistas, y cuando uno de ellos les pregunta de dónde vienen contestan:

“De Hondura, madre”, la mayoría; “de El Salvador, madre”, “de Nicaragua”…

“Qué Dios la bendiga madre” o un “gracias”, es la respuesta inmediata al recibir una moneda o algún alimento, que les dan los automovilistas.

“La Bestia” es el tren de carga al que se suben los migrantes llegados de Centroamérica con rumbo a los Estados Unidos.

“Viajamos en el techo y en los huecos que hay entre los vagones. Días y noches recorremos un camino de miles de kilómetros zigzagueantes, durante muchas semanas o meses, en los que muchos han sido víctimas de secuestrado, extorsión, violación o han sido asesinados”, relató Juan José, un migrante de 22 años, del Departamento Olancho de Honduras.

Algunos muestran billetes, preferentemente de Honduras y El Salvador, que ocupa el cuarto lugar en el ránking mundial de homicidios en 2012, que ubica a Latinoamérica como el continente con más asesinatos en el mundo, encabezando la lista Honduras con 90.4 crímenes por cada 100.000 habitantes; seguido de Venezuela con 53.7;  Belice 44.7, El Salvador 41.2,  Guatemala 39.9, Colombia 30.8 y México con 21.5 homicidios por cada 100.000 habitantes.

Según un estudio de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre homicidios en 2012, Latinoamérica fue escenario de 157.000 homicidios, cerca de un tercio de los 437.000 que se cometieron en el mundo, mientras en Europa se perpetraron 22.000, según el informe de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), resaltó el delegado regional de esa organización, Antonio Mazzitelli.

Los Centroamericanos, la mayoría de Honduras, entran a México ilegalmente por la frontera de Guatemala, para subir a “la Bestia” en Chiapas con destino a Estados Unidos.

“Para entrar a México rodeamos unos 10 kilómetros de la Garita de Guatemala, en Corinto, y ahí es donde están los “mareros”;  nos quitan nuestras pertenencias.  Nos roban. Nos extorsionan o matan”, relata Juan José.

Con Información de Wikipedia.

eab_elya@yahoo.com.mx