Salen los poemas del útero del alma
a su debido tiempo.
Jaime Sabines
Por Octaviano Lozano Tinoco
El útero es lo poco privado en el mundo y pertenece a la mujer como sus sueños, su vida, el caminar de sus pies en los llanos, andurriales, esteros y plazas alumbradas, oscuras o semioscuras.
Como su amor a lo lejano, a lo cerca, a lo que permanece quieto, a lo veloz como los neutrinos, al silencio, al ruido, al estertor del olvido, a la mirada que estalla en fuegos de artificio.
Es su útero como el desparpajo de su desenredo, la sombra que deja su cuerpo en la playa, el olor de la piel empapada por los recovecos de la historia y los deshilvanados matices de su voz alabastrina.
Suyo es el útero como la nube a los ojos que la observa, el paisaje de lo mirado, el polvo que paraliza lo deseado y cae en la noche de la vuelta en U.
Es suyo, pese a su martirio “hijos de puta” en los llanos de Juárez o en cualquier otra destierro de la muerte, por asunto de crueldad idolatrada de sexo.
El útero es suyo desde tiempos remotos, pero parece que nadie lo quiere entender y se le castiga con la cárcel y el descrédito público por ejercer el derecho de usar su útero como quiera.
Y ahora existe el desprecio de Suprema Corte de Justicia de México que, el pasado 28 de septiembre, aprobó la ley antiaborto en Baja California y analizará ahora una reforma similar de San Luis Potosí, que protege la vida desde la concepción.
Sin duda los altos magistrados proceden como en Arabia Saudita, donde una corte sentenció a una mujer a 10 azotes por desafiar una prohibición de manejo para las mujeres en el conservador reino.
La sentencia fue pública dos días después de que el rey saudita Abdulá otorgó a las mujeres el derecho a votar y a presentarse en elecciones municipales. De igual manera, prometió incluirlas en el próximo consejo consultivo de la Shura, asamblea elegida por su majestad, en 2013.
Aunque esa sentencia fue levantada por el rey, las mujeres son nada en Arabia Saudita y en México se les expropia su cuerpo para beneficios religiosos y políticos.
miro mi corazón hinchado de desgracias
tanto lugar como tendría para las bellas aventuras
Juan Gelman
Por Octaviano Lozano Tinoco
El asunto es oír la radio, ver la televisión o leer el periódico para comprender que México se encuentra en el umbral del infierno, sino es que desde hace diez años camina ya sobre sus llamas y atrocidades. Es un andar por el desierto incandescente sin horizonte feliz al final del camino, porque no hay nada más que saqueo nacional y componendas en lo oscurito en el día con día del país.
Hoy leo en la prensa, el diario El País, que la policía encontró el cuerpo decapitado de María Elizabeth Macías, redactora jefe del diario Primera Hora de Nuevo Laredo, Tamaulipas, asesinada por denunciar a los criminales en las redes sociales, según un mensaje dejado por sus asesinos.
La Fiscalía General del Estado informó que el cuerpo sin vida de la redactora, de 39 años, fue localizado el sábado pasado en un barrio de Nuevo Laredo. El cuerpo desmembrado fue hallado en el monumento a Cristóbal Colón, ubicado en las principales avenidas de esa ciudad fronteriza, con las piernas y el tronco arrojados en el césped, mientras que la cabeza fue colocada en un macetero junto con un teclado de computadora, el ratón, cables, audífonos y altavoces.
En la medida en que el país se acerque al inicio del proceso electoral, en la primera semana de octubre próximo, que definirá quién será el presidente para el sexenio 2012-2018, la violencia y la desestabilización del país se incrementará.
Porque la disputa por el poder no tendrá moral ni ética para el grupo que intente lograr ese objetivo.
Además en un mar de políticos “liliputienses” ambiciosos, sin respeto a los mexicanos ni visión de estadistas, lo hace presa de todo lo ilegal para alcanzar su ambición de formar parte del grupo que logre la presidencia del país.
En estas horas aciagas, donde es difícil comprender la situación nacional y sobre todo qué hacer para remediarla, desde mi modesta postura creo que la poesía es el camino y ella nos debe decir qué hacer.
Dejó tres poemas a su consideración
Destino alegre
Nos han abandonado en medio del camino.
Entre la luz íbamos ciegos.
Somos aves de paso, nubes altas de estío,
vagabundos eternos.
Mala gente que pasa cantando por los campos.
Aunque el camino es áspero y son duros los tiempos,
cantamos con el alma. Y no hay un hombre solo
que comprenda la viva razón del canto nuestro.
Vivimos y morimos muertes y vidas de otros.
Sobre nuestras espaldas pesan mucho los muertos.
Su hondo grito nos pide que muramos un poco,
como murieron todos ellos,
que vivamos deprisa, quemando locamente
la vida que ellos no vivieron.
Ríos furiosos, ríos turbios, ríos veloces,
(Pero nadie nos mide lo hondo, sino lo estrecho.)
Mordemos las orillas, derribamos los puentes.
Dicen que vamos ciegos.
Pero vivimos. Llevan nuestras ,aguas la esencia
de las muertes y vidas de vivos y de muertos.
Ya veis si es bien alegre saber a ciencia cierta
que hemos nacido para esto.
José Hierro
DEFENSA DE LA ALEGRÍA
a trini
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría
Mario Benedetti
Confianzas
se sienta a la mesa y escribe
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
y más: esos versos no han de servirle para
que peones maestros hacheros vivan mejor
coman mejor o él mismo coma viva mejor
ni para enamorar a una le servirán
no ganará plata con ellos
no entrará al cine gratis con ellos
no le darán ropa por ellos
no conseguirá tabaco o vino por ellos
ni papagayos ni bufandas ni barcos
ni toros ni paraguas conseguirá por ellos
si por ellos fuera la lluvia lo mojará
no alcanzará perdón o gracia por ellos
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
se sienta a la mesa y escribe
Dos hechos se contraponen en la historia reciente de México, el del 11 de diciembre de 2006, en Apatzingán, Michoacán, cuando el presidente Felipe Calderón, con gorra y camisola del ejército, daba el banderazo de salida a la guerra contra el narcotráfico, y otra el del 21 de septiembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, donde el mismo personaje, de traje y corbata, demandaba a las naciones consumidoras de droga reducir la demanda y adoptar mecanismos que lleven a bajar las exorbitantes ganancias que deja el narcotráfico en las redes criminales.
Entre uno y otro hecho histórico en México hay más de 50 mil muertos, 250 mil desplazados de sus lugares de origen, cientos de huérfanos y viudas, otros tantos desparecidos, se dice que 10 mil, desquiciamiento social por el miedo y llamados a hacer a un lado la democracia por mejorar la seguridad en el país.
Esa mañana de diciembre del 2006, la nación vio como tanques militares y batallones del Ejército abandonaban los cuarteles y avanzaban rumbo al estado de Michoacán, entidad controlada por el grupo criminal de “La Familia Michoacana”. Era el inicio de los operativos antidrogas de Calderón que, apenas unos días después de su accidentada toma de protesta, decidía lanzarse a una precipitada, pero “urgente y necesaria”, ofensiva de fuerza contra el crimen organizado.
La búsqueda apremiante de legitimación también estaba presente en aquella decisión que se proponía recuperar el control del Estado en áreas de Michoacán, y a la postre de otras zonas del país, donde los criminales habían impuesto su ley bajo el descontrol que privó en el sexenio del panista de Vicente Fox.
El 5 de diciembre de 2006, Felipe Calderón dijo: “Trabajamos para ganar la guerra a la delincuencia…”. El 20 de diciembre de 2007, durante un desayuno con personal naval, utilizó hasta en cuatro ocasiones en un sólo discurso, el término guerra. Dijo: “La sociedad reconoce de manera especial el importante papel de nuestros marinos en la guerra que mi Gobierno encabeza contra la inseguridad…”, “La lealtad y la eficacia de las Fuerzas Armadas, son una de las más poderosas armas en la guerra que libramos contra ella…”, “Al iniciar esta guerra frontal contra la delincuencia señalé que esta sería una lucha de largo aliento”, “…así son, precisamente, las guerras…”.
Asimismo el 12 de septiembre de 2008, durante la Ceremonia de Clausura y Apertura de Cursos del Sistema Educativo Militar, dijo “hoy nuestro país libra una guerra muy distinta a la que afrontaron los insurgentes en el 1810, una guerra distinta a la que afrontaron los cadetes del Colegio Militar hace 161 años…” “…todos los mexicanos de nuestra generación tenemos el deber de declarar la guerra a los enemigos de México… Por eso, en esta guerra contra la delincuencia…” “Es imprescindible que todos los que nos sumamos a ese frente común pasemos de la palabra a los hechos y que declaremos, verdaderamente, la guerra a los enemigos de México…” “Estoy convencido que esta guerra la vamos a ganar…”.
Cinco años después, cuando los platos están rotos y se esparcen cadáveres en cualquier vía rápida del país, como en Boca del Río, Veracruz, Calderón, en la Asamblea General de la ONU, demandó a los países consumidoras de droga a reducir la demanda y a adoptar mecanismos que lleven a bajar las exorbitantes ganancias que deja el narcotráfico en las redes criminales.
También urgió a la ONU a hacer valer el tratado internacional que pugna por controles para frenar la venta ilícita de armas.
Dijo que México está haciendo su parte y combatiendo al crimen organizado en todas sus manifestaciones con la energía debida.
Alertó que el poder de la delincuencia supera muchos gobiernos, salvo el de México (sic), pero deriva de dos factores fundamentales: las rentas
exorbitantes que arroja el tráfico de drogas y el acceso ilimitado a la compra de armas de alto poder.
Para Calderón, el crimen organizado se alimenta de las exorbitantes ganancias que genera le venta de drogas ilícitas en el mundo.
Señaló que la demanda de drogas sigue creciendo, escenario que significa que mientras sigan existiendo consumidores de drogas dispuestos a pagar decenas de miles de millones de dólares por sus adicciones, el financiamiento a la actividad criminal seguirá teniendo ahí su principal fuente.
Y para los que piden mano dura, menos democracia y libertad, por seguridad a cualquier precio, Calderón les aventón un dulce envenenado, al decir que el crimen mata más gente que todos los regímenes dictatoriales juntos. "A todos sorprenden las docenas o cientos o los miles de muertos que genera un régimen Y autoritario y represor y por supuesto que nosotros también lo repudiamos, pero hoy debemos tener conciencia, amigas y amigos, de que el crimen organizado, hoy en día, está matando más gente y más jóvenes que todos los regímenes dictatoriales juntos en este momento", advirtió.
Priva en Calderón la confusión por esta guerra cruel que se perdió cuando fue anunciada, porque no es nuestra, la diseñan las grandes potencias y los mercados hambrientos de dinero y sangre.
Y pues es quien hace iguales
Al rico y al pordiosero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.
Francisco de Quevedo y Villegas
Por Octaviano Lozano Tinoco
Warren Buffet, el tercer hombre más rico del mundo, cuya fortuna personal sumas 52 mil millones de dólares, sólo superado por Carlos Slim y Bill Gates, según la lista Forbes de 2011, le puso el cascabel al gato al proponer que los millonarios en Estados Unidos paguen más impuestos para intentar así salir de la crisis económica, porque entiende que el crack del neoliberalismo ya dejó de barrer y empobrecer a los suburbios y ahora golpea a las metrópolis.
“Dejen de mimar a los millonarios", escribió recientemente Buffet en un artículo en el diario The New York Times.
“Mientras las clases pobre y media luchan por nosotros en Afganistán, la mayoría de los estadounidenses trabajan para ganarse la vida, nosotros, los millonarios, continuamos teniendo nuestras extraordinarias exenciones fiscales", afirmó.
El presidente del fondo Berkshire Hathaway, dice que pagó en 2010 cerca de 6.9 millones de dólares en impuestos.
"Suena a mucho dinero. Pero lo que pagué sólo fue 17.4% de mis ingresos gravables, y ese es un porcentaje realmente más bajo del que pagó cualquiera de las otras 20 personas en nuestro despacho. Su carga fiscal varió del 33% al 41% y de media fue del 36%", agregó.
Por esta postura, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, propuso crear el “impuesto Buffet” para los ricos.
En su argumentación dijo lo siguiente: “no hablamos de lucha de clases. Esto son matemáticas", en su plan que combina subida de impuestos más recortes en el gasto público con el objetivo de reducir en tres billones de dólares el déficit en los próximos 10 años.
Es injusto, dijo, reducir el déficit “a costa de los pobres y los trabajadores”.
El plan de Obama incluye un nuevo impuesto para ingresos individuales por encima de un millón de dólares. Esta propuesta es conocida como “Ley Buffett”.
En Francia sucede lo mismo, dieciséis de las mayores fortunas del país quieren que se les imponga un impuesto especial para contribuir a salir de la crisis.
En una carta dirigida a Le Nouvel Observateur, afirman ser «conscientes de habernos beneficiado plenamente de un modelo francés y de un contexto europeo a los que nos sentimos muy unidos y que queremos contribuir a preservar».
Tampoco es que quieran compartir sus riquezas con los pobres, de hecho piden que ese impuesto tenga proporciones razonables y, conscientes de que no es la solución, quieren que se inscriba en un esfuerzo más global de reforma, tanto de los gastos como de los ingresos.
Entre los firmantes, están los dirigentes de L’Oreal, Total, el grupo Accor, Danone, Société Générale, Orange, Air France-KLM o Peugeot-Citroen.
En Alemania, la iniciativa es similar. Aquí sin difundir grandes nombres, cincuenta millonarios han formado la plataforma Ricos por una tasa para los ricos. Su propuesta es que aquellos que tengan ingresos de más de medio millón de euros paguen un 10% más. Calculan que de esta forma el gobierno de Berlín podría recaudar más de cien mil millones de euros anuales.
Algunos de sus protagonistas han declarado que la propuesta demuestra la incapacidad de la clase política alemana para dar soluciones, mientras se está hipotecando el futuro de próximas generaciones.
En España, no hubo un pronunciamiento de los millonarios, pero el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero emprendió una línea parecida al anunciar el restablecimiento del impuesto sobre el patrimonio.
La media, para quienes declaren un patrimonio neto de un millón de dólares, calculan las autoridades, afectará a unos 160.000 contribuyentes.
En el Reino Unido no se han subido los impuestos pero el gobierno anunció que reclutará más de 2.000 inspectores de impuestos para evitar la evasión fiscal entre las grandes fortunas.
Así lo anunció el viceministro de Finanzas, Danny Alexander, que especificó que el nuevo cuerpo de inspectores se centrará en los poco más de 3.000 contribuyentes de más altas rentas.
Sin duda los multimillonarios no lo hacen por caridad, sino porque saben que la única manera de conservar su fortuna inmoral –toda vez que no la necesitan para vivir-, es rescatando al sistema que tanto los ha beneficiado. Porque si éste cae su dinero estaría en riesgo.
Devolver la esperanza a la gente es tarea de los gobiernos y la economía, porque en caso contrario surgirá un movimiento mundial contra el neoliberalismo que divide a la sociedad entre multimillonarios y pobres.
¿Y en México, no se ha escuchado la mea culpa de los ultramillonarios por la gran crisis nacional?
“La patria son un hombre, una mujer
y la lengua que hablan”.
Harold Alvarado Tenorio
Por Octaviano Lozano Tinoco
La noche del 15 del septiembre siempre ha sido un estallido de júbilo entre los mexicanos, que se desbordan de nacionalismo y pasión por el festejó de la independencia de México.
Sin embargo, parece que ese país celebrado, se va alejando día con día de los intereses de los mexicanos y se enfrenta al pueblo, desde sus estructuras políticas y económicas.
Hay un divorcio entre ese México y su gente, que va hacia Estados Unidos, en calidad de migrante, se hunde en la tierra por la injusticia, nuestro pan de cada día, o se suma a la ola del despiporre criminal.
¿Pero qué es la patria, tan celebrada la noche del 15 de septiembre? ¿Qué hace
a los mexicanos gritar ¡Viva México!, con ese fervor nacionalista tan exaltado, sobre todo cuando el país va de tumbo en tumbo?.
Dejemos a los poetas que nos hablan de la patria, esa intangible sensación de memoria, olores, espacios, amigos, enemigos y sueños.
“Esta piedad profunda es tierra mía/ Aquí, si avanzo, lo que toco es patria:/ presencia donde siento a cada instante/ el acuerdo del cuerpo con el alma/. Esta voz es mi voz./ Pero la escucho/ en bocas diferentes. Y aunque nada/ de cuanto dice pueda /
sorprenderme,/ oírla me cautiva porque canta/ en ella un corazón siempre distinto
que nos lo explica todo sin palabras”. (Jaime Torres Bodet)
“Patria: tu mutilado territorio/ se viste de percal y de abalorio/ Suave Patria: tu casa todavía es tan grande, que el tren va por la vía/ como aguinaldo de juguetería/ Y en el barullo de las estaciones,/ con tu mirada de mestiza/, pones la inmensidad sobre los corazones". (Ramón López Velarde)
“Ya no puedo volver/ ¿cuál es mi patria?/ Me han pedido/ que descanse el corazón/
que resucite la insistencia lograda tenazmente/ que reitere mi atención por el perfume/ de las pálidas estrellas imprevistas/ (…) ¿Dónde está mi patria?/ No puedo ya volver: está conmigo”.
(Saúl Ibargoyen)
“Patria Traicionada/ Hilo tan delgado casi siempre se rompe./ Suelo tan ligero cualquier sobresalto devora./ Costra seca que sin desear anda desnuda./ Ombligo roto y vuelto a pegar”.
(Jaime Augusto Shelley).
“Tu patria son las verbales y pequeñas batallas de Bolívar,/ la culpa, el frío y el hambre de Vallejo, Neruda y su infinita colección de nombres y cosas,/ Los juegos memorables y eternos de tu maestro Borges y un laberinto de sangre llamado Macondo./ Tu patria serán los libros que des a la tierra y la felicidad que depares al lector./ No pierdas el tiempo buscando la patria,/ la llevas contigo./ Con ella morirás sin haberla pisado./ La patria son un hombre, una mujer y la lengua que hablan”.
(Harold Alvarado Tenorio).
“Cuerpo a la vista… Patria de sangre/ única tierra que conozco y me conoce,/ única patria en la que creo,/ única puerta al infinito”. (Octavio Paz).
“La patria/ Esta tierra sobre los ojos,/ este paño pegajoso negro de estrellas impasibles,
esta noche continua, esta distancia./ Te quiero, país tirado más abajo del mar, pez panza arriba,/ pobre sombra de país, lleno de vientos, / de monumentos y espamentos,
de orgullo sin objeto, sujeto para asaltos,/ escupido curdela. inofensivo puteando y sacudiendo banderitas,/ repartiendo escarapelas en la lluvia, salpicando
de babas y estupor canchas de fútbol y ringsides.”
(Julio Cortázar).
“México de mi vida. Yo te miro en un niño de la calle,/ cofre arriba limpiando un parabrisa con la carita ayuna de sonrisa,/ (ni una razón a que la risa estalle)./ El vidrio diáfano "¡qué no se raye!"./ Mientras el porvenir del sin camisa:/ violado por cualquiera, droga, prisa, ganador de la vida en bocacalle./ Oscura piel de mugre sin aseo,/ mirada con dureza que me embiste,/ un sólido rencor que deletreo,/ huesos al aire, niño que resiste./ Y ahí, aún en pie, ahí te veo México de mi vida, imagen triste”.
(Griselda Álvarez Ponce de León)Ç
Porque somos sombras
casi piedras
casi aire
casi nada
Porque somos sombras
no volveremos a ser-humanos nunca
Alessandra Tenorio Carranza (Lima, 1982)
Por Octaviano Lozano Tinoco
El domingo 11 de septiembre (11-S) se cumplieron diez años de los ataques terroristas en Washington, Pensilvania y Nueva York por parte de un comando de jóvenes musulmanes, que reivindicaba la yihad “la guerra santa” contra Estados Unidos, por sus ataques militares en el mundo árabe.
Desde que Francisco Villa atacó en 1916 el poblado de Columbus, Nuevo México, y en la Segunda Guerra Mundial el bombardeo de un despistado piloto japonés sobre los despoblados bosques de Oregón, Estados Unidos jamás había sido atacado en su territorio hasta ese 11-S.
Lo más parecido a los atentados fue el ataque japonés a la base naval de Pearl Harbor en 1941, localizado en Hawai, pero la isla está 3 mil 850 kilómetros de California.
Las víctimas del 11-S sumaron 2 mil 983 personas y lo más espectacular, porque todo el mundo lo vio, en vivo y a todo color, fueron los ataques a las Torres Gemelas, en Nueva York, que fueron derribas – aunque aún se duda si no fue una escena de Hollywood- por dos aviones jumbo que previamente fueron secuestrados por jóvenes árabes y después lanzados como misiles contra los edificios.
Sin duda esos actos fueron dramáticos y nefastos, porque fallecieron personas que “ni la debían ni la temían”. Gente inocente, alejada de la guerra y que hace malabares para sobrevivir en un sistema político que nos enfrenta a unos con otros, porque la guerra es el motor de la economía.
Pero hay que recordar que Estados Unidos es un imperio y como tal cometió el más grande de los atentados terroristas en la historia de la humanidad, con el lanzamiento en 1945 de los bombas nucleares en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, en el estertor de la segunda Guerra Mundial.
El bombardeo atómico fue ordenado por Harry Truman, presidente de Estados Unidos.
Se estima que hacia finales de 1945, las bombas habían matado a 140 mil personas en Hiroshima y 80 mil en Nagasaki, aunque sólo la mitad había fallecido los días de los bombardeos.
Entre las víctimas, del 15 al 20 por ciento murieron por lesiones o enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación. Desde entonces, algunas otras personas han fallecido de leucemia (231 casos) y distintos cánceres (334) atribuidos a la exposición a la radiación liberada por las bombas.
El pretexto era la guerra, pero en ambas ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles.
No olvidemos tampoco los últimos conflictos armados en Irak y Afganistán estructurados por Washington, el primero en la mentira, las supuestas armas de destrucción masiva en poder del presidente Saddam Husein, y el segundo para combatir al terrorismo, que ha violado derechos humanos y políticos en todo el planeta.
El terror está en todas partes, unos lo hace para mantener su hegemonía imperialista y otros como tabla de salvación antes de su muerte inevitable.
Vuelvo a mentir con gracia,
me inclino respetuoso ante el espejo
que refleja mi cuello y mi corbata.
Creo que soy ese señor que sale
todos los días a las nueve.
Julio Cortázar
Por Octaviano Lozano Tinoco
Los otros, no yo, sino los otros son los responsables de todo lo que pasa en México, de lo real o imaginado; porque yo impoluto, sin mancha, intento llevar este barco por los mares del progreso y desarrollo.
Esa es la cantaleta de Felipe Calderón Hinojosa, quien desde hace cinco años trabaja como presidente de México, y cuya gestión es nefasta, pero en su discurso es impoluto y fuera de autocrítica, donde los otros, los malos, los diputados, los jueces, la corrupción, la impunidad, Estados Unidos o la izquierda son los causantes de la paralización del país.
Calderón es un presidente que elude, que desde su visión cristiana de la vida su Dios lo puso en el camino del desierto, donde nadie lo entiende y todos lo atacan, pero sólo la perseverancia podrá al final del camino separar la yerba mala de la buena, con el golpe segador de un azadón. Sin importar que nada quede en el páramo.
Todo raya en el cinismo, aunque esa actitud es propia de los políticos, porque si de verdad Calderón respondiera a los intereses del pueblo y mandarán obedeciendo, no lo pudiera ver a los ojos por su actitud.
Dos perlas de lo antes dicho: al presentar un informe regional, en el marco de su V Informe de Gobierno, Calderón dijo en Jalisco que México de no haber emprendido la estrategia, las decisiones de la fuerza pública, aún a nivel de instancias federales, estaría carcomido por el poder devastador de la corrupción o la amenaza del crimen organizado.
“En pocas palabras -aseveró- México sería en este momento o estaría muy cerca de ser un país gobernado por criminales”, y garantizó que gracias a que esta lucha inició con fuerza “eso no ocurrirá en México, al menos mientras yo sea presidente de la República”.
Lo anterior quiere decir que Calderón nos salvó del fin del mundo, de la catástrofe, como el Moisés bíblico protege a su pueblo y realiza el éxodo del México malo al bueno, sin importar que todo se destruya a su paso. Que la droga siga su camino al mercado que lo reclama o el país sea un cementerio de personas sin identificar.
En otra perla de su camino impoluto como presidente de México, Calderón afirmó, al explicar los beneficios de su reforma política, que incluye la reelección de presidentes municipales y legisladores, que si un edil es "malo", deben correrlo.
"Si un alcalde o un diputado es bueno tiene que seguir porque la gente lo reconoce como bueno y tiene que seguir con el voto", señaló Calderón, al tiempo que afirmaba:
"Y si es malo, ahí tiene que acabar su carrera política. Punto. Que lo corran. Así ocurre en muchas democracias".
El presidente agregó que lo que verdaderamente daña la estabilidad del país es la impunidad, e insistió en que cada quien debe asumir su responsabilidad como ciudadano.
Si con esas declaraciones hechas por el propio Calderón puede seguirse peinando frente al espejo, sin inmutarse, demuestra que es un maestro del cinismo.
La televisión lo protege y lo ampara, pero los datos de sus cinco años de gobierno están ahí: cero crecimiento económico, un mar de muertos, desaparecidos, huérfanos, viudas, desplazados, entrega del país a los servicios secretos de Estados Unidos, eclosión de las instituciones, desesperanza y depreciación de la política. Además de corrupción, injusticia y negligencia en las estructuras de gobierno.
México necesita democracia, respeto a la ley, un estado social fuerte, educación, salud, distribución justa de la riqueza, acabar con los monopolios, respetar los derechos humanos y el medio ambiente. También seguridad y devolver la esperanza a los ciudadanos. Lo demás son mentiras y cinismo
Sé que me acordaré de un cielo raso
donde las manchas de humedad eran un gato, un número, una mano cortada.
Julio Cortázar
Por Octaviano Lozano Tinoco
Si no hubiera violencia ni narcotraficantes persiguiéndose unos a otros para pelear y ocupar las plazas (territorio), tampoco pobres que suman más de 50 millones de ciudadanos, ni jóvenes sin futuro ni esperanza (cerca de 7 millones).
Menos diputados o senadores que trabajan sólo para sus intereses pecuniarios o la penosa proximidad geográfica con Estados Unidos y sus adictos dromedarios y vendedores de armas.
Si tampoco existiera la crisis económica del neoliberalismo, cuya etapa superior es el “gangsterismo criminal”, para someter a los pueblos y evitar, a través del miedo, cualquier acto de resistencia a la expoliación de sus recursos y derechos sociales.
Sin duda otro gallo nos cantaría, de no haber también una crisis ambiental y las inundaciones que año con año acaban con las viviendas de colonias ubicadas cerca de ríos atiborrados de basura.
Si al igual que todo lo anterior tampoco hubiera
corrupción e impunidad galopante, denlo por seguro que todo fuera tan claro como el agua. Pero esos dos brazos son el aceite y el engrudo que le da movilidad y firmeza al régimen de la transición y de la anterior dictadura perfecta.
Si el país no fuera también corredor para la migración procedente de Centroamérica, con su jugosa bolsa de 6 mil 600 millones de dólares en ganancias para los gángster “hijos de puta”, de los que habla en la prensa, este país fuera una nirvana de progreso y paz.
Si este país no fuera México, si este país no fuera lo que es, ni la gente tirara basura en la calle, ni sobreviviera corrompiendo a los policías y a autoridades, ni soñara irse vivir a Estados Unidos huyendo de la miseria.
Si fuera así, sin duda Felipe Calderón fuera el mejor presidente de México en la época reciente.
En su Quinto Informe de Gobierno, afirmó que fue un año de contrastes, pues mientras se celebraron el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, y México gozó de una buena situación económica, la violencia aumentó, a tal grado que los logros de su gobierno no se perciben.
Puso como ejemplo, el incendio del Casino Royale en Monterrey, Nuevo León, ocurrido el pasado 25 de agosto, donde murieron 52 personas.
Los logros de Calderón no se perciben, porque de seguro vive en México y el país no es como lo imagina.
Negro el cielo
Amarilla la tierra
El gallo desgarra la noche
El agua se levanta y pregunta la hora
Octavio Paz
Por Octaviano Lozano Tinoco
En un lejano lugar retacado de nopales, osease México (utilizando palabras del maestro Rodrigo González) el primero de septiembre de todos los años era el día del Presidente y se festejaba el patriota liderazgo del residente de Los Pinos al frente del timón del país en el proceloso mar de un mundo convulso.
Todo el día eran parabienes y lo que “usted ordene, ¡señor presidente!” era una sordera; además, del confeti tricolor en su caminar, aplausos atronadores en el Congreso y toda la miel para “el jefe de jefes”.
Hoy las cosas son distintas, no porque los presidentes lo quisieran, más bien se debe a que en algo ha cambiado el pueblo y ahora ve al presidente “como el rey desnudo” caminando por la pasarela de la historia.
Aunque se encuentra arropado por la televisión, que lo sostiene en el limbo, el presidente es una veleta que se mueve entre la mentira que se mide por medio de las encuestas, que si lo aprueban por arriba del 50 por ciento, los analistas de la política nacional afirman que el jefe del ejecutivo es aprobado en su gestión por la sociedad.
Hoy Felipe Calderón está en ese intríngulis y entregará por escrito al Congreso este primero de setiembre su quinto informe de gobierno y el día siguiente lo presentará de viva voz a sus allegados en el Museo Nacional de Antropología.
El inicio del sexto año de gobierno es el fin del poder presidencial, porque se va diluyendo y el “jefe de jefes” se queda sólo, mientras sus huestes buscan subirse al barco de quien podría ser el ungido.
¿Pero qué dirá Calderón en Antropología este 2 de septiembre? ¿en qué tono será su discurso? ¿qué podrá decir a sus allegados?
No creo que diga nada excepcional, como todos los mandatarios anteriores, desde Gustavo Díaz Ordaz hasta Vicente Fox –éste el más estúpido de todos-, Calderón se atragantará con sus mentiras y buscará escapar como el responsable de la destrucción de la nación durante su sexenio, porque serán los otros los causantes de todos los males.
Entonces, eludir su responsabilidad será una constante en el quinto informe de Calderón, porque son los malos autóctonos, la crisis mundial, los desastres naturales y ahora la venta de armas y los drogadictos en Estados Unidos los perversos que han hundido a México en sus problemas.
Otra será llenar de optimismo a sus oyentes, porque si bien el país tiene broncas, México es más grande que sus problemas y saldrá fortalecido por esta crisis institucional, donde poco importa que haya 50 mil muertos, 250 mil desplazados de sus lugares de origen y cerca de 10 mil desaparecidos. De seguro, Calderón dirá, quizá con otras palabras, “lo que no te mata te hará más fuerte”.
Sin duda también focalizará al Congreso y el PRI como las trancas en la puerta, que impiden al país avanzar en sus reformas estructurales (que no son otra cosa que privatizar todo lo que se tenga a la mano). Y conjurará a los dinosaurios del pasado y tratará de espantar con el petate del muerto, de que si regresan
los priístas al poder, el mismo partido que en el 2000 le abrió la puerta al PAN de Calderón para llegar a Los Pinos, la noche más oscura reinará en la nación.
En su discurso posesionará a Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, como su delfín para las elecciones presidenciales del 2012, vanagloriando de la estabilidad económica del México y metiendo bajo el tapete los 50 millones de pobres que tiene la nación. Le echará un lazo a Marcelo Ebrard para que no pierda las esperanzas de ser el candidato de una posible coalición PAN-PRD, de poncharse Cordero en el camino.
Este creo será el diseño del discurso de Calderón en Antropología, donde nada de lo que pasa en México es su responsabilidad, nada, como si él fuera un autista.