* En su primer año de gobierno asesinaron a 34,583 personas
* Resultado de desaparecer la PF y operativos, que no cubre la GN
* Crimen Organizado "apachado". Ciudadanía a la buena de Dios
Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
CIUDAD DE MEXICO, Estados Unidos Mexicanos, 21 de enero de 2020.- Con la desaparición de la Policía Federal, cuya liquidación inició el 1 de octubre de 2019 y se oficializó el 31 de diciembre de 2019, so pretexto de que era una corporación “altamente corrupta”, el presidente Andrés Manuel López Obrador entregó al crimen organizado el control de las carreteras del país y de los estados más violentos, obteniendo una cifra récord de 34,582 asesinatos en su primer año de gobierno, la más alta desde que se inició un registro oficial de éstos en 1997, lo que pone en entredicho sus políticas de seguridad.
Ante el nefasto resultado en materia de seguridad, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el izquierdista sostiene:
“No hay protección y no hay acuerdo con las organizaciones criminales. Nosotros no establecemos relaciones de complicidad con nadie, no hay acuerdo, no hay pacto”, dijo hoy López Obrador al referirse al crimen organizado.
Sin embargo, ha dejado a la población a la buena de Dios, y su política de “Abrazos, no balazos” ha provocado que México caiga en la impunidad total, en deterioro de la seguridad de cualquier ciudadano.
En 2018, los asesinatos ya habían llegado a su nivel más alto con un total de 33.743 homicidios.
Pero el conteo de 2019 representa un nuevo máximo histórico.
De acuerdo con las cifras reportadas, en 2019 fueron asesinadas 95 personas por día.
"Si se mantiene este ritmo, se va a rebasar el total sexenal de (el expresidente Felipe) Calderón en febrero de 2022 y el total sexenal de (el expresidente Enrique) Peña en enero de 2023", escribió el analista de seguridad Alejandro Hope en su cuenta de Twitter.
El gobierno del panista Felipe Calderón, 2006-2012, quien sostuvo la “guerra contra el narcotráfico” alcanzó picos de violencia alrededor de 2011.
Desde que se militarizó la guerra contra las drogas han desaparecido 61.000.
Su sucesor, el priísta Enrique Peña Nieto (2012-2018) bajo la tendencia delictiva hasta 2014, pero a partir de ese año, la criminalidad volvió a repuntar con asesinatos cada vez más crueles y sanguinarios.
Desde que se militarizó la guerra contra las drogas, el número de desaparecidos también se multiplicó de forma virulenta. Según el último reporte oficial suman más de 61.000 personas desaparecidas en México, con casi 98% de los casos ocurridos desde 2006.
López Obrador enarboló la bandera de la anticorrupción y prometió a los mexicanos que pacificaría el país, lo que no ha logrado, coronándose con un gran fracaso, que le es increpado por la población y activistas como los Lebarón y Javier Sicilia, quienes marchan desde Morelos hasta Palacio Nacional, para exigirle un alto a la violencia en México.
López Obrador ya dijo que no los recibirá, porque no quiere hacer un show, pero esto es un gran error, porque evidencia de qué lado esta.
Desde que estaba en campaña sus políticas de seguridad han sido en favor del crimen organizado y no de la ciudadanía, a la que ha dicho reiteradamente que no perseguirá a los narcos, porque su gobierno no hará una guerra contra ellos.
Reitera que quiere paz.
Pero sólo él la tiene, por eso se ríe de todo, mientras los mexicanos están en peligro a causa de sus políticas proteccionistas a la delincuencia.
Desapareció la cárcel Islas Marías, excarceló a los presos, y envió al Congreso una iniciativa de Ley de Amnistía, con las que miles de presos por delitos “menores” serán liberados.
La Ley de Amnistía fue aprobada por los diputados y pasó al Senado para su revisión.
La ley contempla liberar a personas que hayan sido procesadas en el fuero federal por delitos contra la salud, como portación de drogas, aborto y robo simple y sin violencia ni armas de fuego.
También contempla a los presos políticos e indígenas que no hayan tenido un juicio justo por falta de intérprete, entre otros puntos.
Entre los oponentes a la aprobación de la ley, estuvo el diputado federal priísta, Enrique Ochoa, ex líder del PRI, quien aseguró que, si el presidente quiere indultar a los más pobres y víctimas de la justicia, podría hacerlo apoyado en el artículo 89 de la Constitución mexicana, fracción 14, que refiere indultos a los reos sentenciados por delitos de competencia en tribunales federales.
Sin embargo, en su necedad, López Obrador quiere una ley de Amnistía con la consolidará su política de abrazos y no balazos con el crimen organizado.
López Obrador, que cumplió en diciembre el primero de seis años de mandato constitucional, sostiene que la violencia será menor si se combaten sus causas -a su juicio, la pobreza, la exclusión y la falta de oportunidades-, y se disminuye el uso de la fuerza contra los criminales.
En 2019, el mes más violento fue junio con 2.993 víctimas, detalló el reporte
De acuerdo a esas cifras, en México han sido asesinada 275.817 desde 2006, pero no detallan cuántos de estos casos estuvieron ligados al crimen organizado.
Desde 2015, además, los asesinatos tipificados como feminicidio no se incluyen en el conteo global de homicidios dolosos.
Los estados más violentos son Guanajuato (centro), uno de los polos industriales más importantes de México que concentra a grandes fabricantes mundiales de automóviles, aviones y manufacturas pesadas, fue el estado donde más asesinatos intencionales se cometieron en 2019: 3.540.
Baja California, donde se encuentra Tijuana, fronteriza con San Diego, en California, Estados Unidos, se ubicó en segundo lugar con 2.859 homicidios,.
El Estado de México, obtuvo el tercer lugar en violencia con 2.856 personas asesinadas, de acuerdo con el reporte.
Jalisco -bastión del poderoso cartel Jalisco Nueva Generación- y Chihuahua, que limita con la estadounidense Texas, también figuraron entre las regiones con más alto número de asesinatos.
Entre los asesinatos de 2019 figuran los de periodistas y activistas críticos de la inseguridad y las malas políticsa de la actual administración.
Unos de los crímenes más escandalosos de 2019, fue el de la familia LeBarón, en noviembre, cuando sicarios acribillaron e incendiaron en la camioneta que viajaban a tres mujeres y seis niños de una comunidad mormona mexicano-estadounidense, en el norte del país.
La crueldad y saña con que fue asesinada esa familia indignó al mundo y provocó que el presidente estadounidense amenazara con designar terrorista a los narcotraficantes Mexicanos, a fin de entrar a México y atacarlos, como lo hizo Estados Unidos en el Medio Oriente tras el atentado de las Torres Gemelas.
Tras esos hechos era de esperarse que López Obrador actuara con firmeza contra el crimen organizado, pero todo sigue igual o peor.
Los crímenes no paran. Ahora asesinan niños y mujeres.
Por doquier se encuentran bolsas negras con cuerpos descuartizados, a diario desaparecen menores y rafagean pueblos, como ocurrió recientemente en Las Pomas de Abajo, municipio de Madera, Chihuahua, ubicado cerca de Largo Maderal, donde se han enfrentado carteles del narcotráfico que se disputan la zona.
Ahí, un grupo armado de 150 sicarios a bordo de 50 camionetas, llegaron al pueblo como lo hacen los Maras en Honduras o el Salvador, y quemaron 22 casas y una decena de vehículos.
Estas olas de violencia se replican por todo el país y no hay policía que los contenga, porque operan como lo hacen los centroamericanos, lo que confirma las versiones de que el crimen organizado ha contratado indocumentados para fortalecer sus “ejércitos”.
La debilidad o complicidad del presidente López Obrador es evidente, incluso la Prensa extranjera ya le hace estos señalamientos.
Y, lo más grave es que en todas las carreteras del país no hay seguridad, lo que representa un grave peligro para cualquier viajero.
Con la desaparición de la PF, que integraban 40,503 elementos operativos y administrativos, de cuales muchos siguen protestando en las calles porque aún no los liquidan, despareció las Divisiones de Inteligencia, Investigación, Seguridad Regional, Científica, Antidrogas y Fuerzas Federales.
También desapareció los Operativos que eran permanentes:
- PAISANO; cuyo fin es el de asegurar un trato digno y conforme a derecho para los usuarios de carreteras, aeropuertos y centros turísticos, que ingresan, transitan o salgan de México.
- ASIENTO SEGURO; revisión del uso correcto del cinturón de seguridad.
- 30-DELTA: revisión de estado físico y mental de conductores de vehículos en general.
- CARRUSEL: control de velocidad con auto-patrullas guías.
- LINCE CON RADAR: para control de velocidad.
- TELURIO Y ANTI ASALTOS: vigilancia y seguridad en zonas de alta incidencia delictiva.
- REVISIÓN EN TERMINALES AÉREAS Y DE AUTOBUSES: con arcos y dispositivos manuales detectores de metales para evitar la presencia de armas.
Ahora la carreteras de los estados más peligrosos como Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Zacatecas y Estado de México, recorridas por RM, están sin seguridad.
Sólo hay uno o tres elementos de la Guardia Nacional en algunas casetas de peaje, donde siempre había vigilancia y revisión de vehículos para evitar el trasiego de droga, armas e incluso para el servicio de la ciudadanía en caso de accidente o falla mecánica.
Ahora no hay policías ni ambulancias, ni nada.
El crimen organizado controla las carreteras y entra a los pueblos que quiere.
En Jalisco es grotesco e intimidante ver como han incendiado todos los negocios que estaban sobre las carreteras.
Ya no hay ningún lugar para comer, incluso, los traileros se estacionan juntos cerca de las casetas de cobro, para evitar ser víctimas de la delincuencia, pero eso no les garantiza su seguridad, como los grupos de carteles ya se mueven como los Maras, en grupos de más de 100 personas, contra los que nadie puede hacer nada.
Este es el resultado de quitar a la PF y no sustituirla con la Guardia Nacional en las carreteras y pueblos de paso.
Ahora, los sicarios “cobren la cuota” a los automovilistas, como ha ocurrido en Nuevo Laredo, Michoacán, Zacatecas y Jalisco, donde los narcotraficantes andan en grupos de más de 100 personas, armados con rifles de alto poder y en camionetas descubiertas, y algunas veces camuflajeados.
Esto no es nuevo, ha ocurrido en estos estados desde hace tiempo, pero con López Obrador la se ha agravado, porque los delincuentes se sienten amigos del presidente, que los “apapacha” y defiende a capa y espada.
Y, si esto ocurre en público, ¿ qué pasará en privado?...
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ELVIA ANDRADE BARAJAS *
Egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septien García.
Corresponsal del Estado de México y reportera de Asuntos Especiales del periodico El Universal
Reportera de Asuntos Especiales y editora de la Sección Metropolitana del Periódico Excelsior.
Escribió las columnas Pecera Política del Edomex y Distrito Federal en Excelsior
Escribe la columna Por mis Plumas y es reportera de Asuntos Especiales en Reportajes Metropolitanos
Miembro activo del Club Primera Plana, de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos A. C. (FAPERMEX) y de la Federación de Periodistas Latinoamericanos (FELAP)
Mienbro activo de Compañeros Internacionales Periodistas y Editores AC (CONAPE)
Primer lugar en REPORTAJE EDOMEX en 1991
Premio México 2007 en la categoría ENTREVISTA
Premio México 2014 en ARTICULO DE FONDO
Fundadora y Directora General del sitio web
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