Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
CIUDAD DE MEXICO, Estados Unidos Mexicanos, 02 de septiembre de 2021.- Las remesas no son logro del gobierno. Son el esfuerzo de millones de migrantes mexicanos expulsados a Estados Unidos por la pobreza y falta de oportunidades en México, evidenciando los malos gobiernos que lo han dirigido, incluyendo el del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se agarra de lo que sea para presumir y tapar el fracaso de su cuarta transformación, que es tan corrupta e impune como lo que dice combatir, con el resultado de que a la mitad de su gobierno la economía está estancada y la narco violencia al alza.
Sin embargo, en su Tercer Informe de Gobierno que rindió, por segundo año consecutivo, en medio de una crisis de salud a causa de la pandemia de Covid-19, que mantiene a México en el cuarto lugar mundial de muertes por este virus, el tabasqueño llega a la mitad de su gobierno repitiéndose que es el mejor y que lo que ha hecho, muy poco, es único.
Hoy dijo que rompió récords históricos en todo: remesas, inversión extranjera, incremento al salario mínimo, no devaluación del peso, no incremento de deuda, aumento del índice de la Bolsa de Valores y en las reservas del Banco de México.
Todo fue cuestionado, pero lo del envío de remesas, le valió criticas y burlas por su ignorancia o abuso al presumir, igual que el expresidente panista Vicente Fox Quezada, algo en lo que ni él ni su gobierno tienen que ver, es un esfuerzo de millones de mexicanos que trabajan en Estados Unidos y mandan dinero a sus familiares.
En lo que sí rompió récord, y no lo dijo, fue en nepotismo (Trato de favor hacia familiares o amigos, a los que se otorgan cargos o empleos públicos por el mero hecho de serlo, sin tener en cuenta otros méritos), al nombrar a su primo hermano Adán Augusto López Hernández, quien fuera gobernador de Tabasco, como secretario de Gobernación en sustitución de Olga Sánchez Cordero, a quien regresó al Senado de la República, para presidir la Mesa Directiva del Senado de la República, y servirle como “para rayos” de todos los problemas que se vienen encima.
La primera encomienda que tiene la ex secretaria de la SEGOB es la Ley de Revocación de Mandato, de la que tiene la orden de sacarla por consenso.
Este 1 de septiembre es un día muy importante para la vida política de López Obrador, no sólo porque llegó a la mitad de su Mandato, sino porque a partir de hoy todo cambiará.
Empiezan los tiempos adversos para él.
Por eso esta haciendo tantos movimientos, pero algunos de ellos torpes, como poner a un político de poca monta y experiencia política en una Secretaría tan importante como Gobernación y creer que Sánchez Cordero logrará consensar con sus adversarios para que las leyes se sigan haciendo a su medida.
Esos ya quedó atrás. Los títeres fracasarán.
Por ello, ahora busca congraciase con los priístas a los que cree que tiene agarrados de las orejas con tantas amenazas que no cumple y cometiendo una serie de irregularidades en la aplicación de la ley.
A la mitad del camino, como tituló a su último libro, López Obrador empieza a contemplar la posibilidad de que podría ser el primer presidente del México moderno que concluya su mandato por revocación de la ciudadanía, por lo que en su informe dijo que hoy podría dejar el cargo y sentirse satisfecho de lo que ha hecho.
Pero, su desempeño como presidente de México ha sido mediocre y no se acercó ni poco a lo que prometió, principalmente en seguridad, economía, salud, obras públicas, políticas públicas, migración y muchos otros rubros en los que hay un gran vacío.
En su afán por crear una cuarta transformación y trascender en la historia como un reformador, ha desmantelado al país de instituciones muy importantes y necesarias.
En Seguridad Pública desapareció a la Policía Federal, dejando las carreteras del país en manos del narcotráfico y organizaciones criminales que se han fortalecido como nunca en su gobierno, al grado que han orillado a miles de mexicanos a desplazarse de sus tierras natales o crear grupos de autodefensa armando incluso a los niños, para defenderse de los narcos que toman pueblos sin la oposición de ninguna autoridad.
Al Ejército lo ha convertido en el mil usos.
Lo mismo están en las vacunas, que de albañiles construyendo un aeropuerto o haciendo cualquier otra cosa, menos preparándose tácticamente para enfrentar a los carteles de las drogas, cuyos miembros están mejor armados que los uniformados y se desplazan por el país como si fueran sus dueños, extendiendo sus “negocios” por todo el mundo y sentando sus reales en Centro y Sur América.
De enero a octubre de 2020, han sido asesinados 247 policías municipales, 194 estatales y 23 federales (que incluyen a elementos de la Guardia Nacional), lo que arroja 464 agentes, contra los 446 policías asesinados en todo 2019 y los 452 en 2018, el último año del gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto, sin contar los que van en 2021, cuando han sido emboscados varios uniformados, entre ellos 13 en Coatepec Harinas, en el Estado de México.
En sus tres años de gobierno el número de asesinados podrían llegar a cien mil en diciembre de 2021, destacando la crueldad con que se realizan, así como el aumento del feminicidio y la tortura.
En Justicia, la impartición de esta ha sido parcial, ya que mientras a Rosario Robles, exsecretaria de Desarrollo Social en el gabinete de EPN, la mantienen presa, con débiles pruebas por la Estafa Maestra, al exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, le han dado todas las facilidades como testigo protegido y le creen todo lo que dice, sin presentar pruebas reveladoras y mucho menos contundentes.
Sus dizque revelaciones, que nadie a escuchado, son muy oportunas políticamente como cuando señaló a los expresidentes Enrique Peña Nieto (2012-2018), Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y Carlos Salinas de Gortari (1988-1994)de participar en la cadena de sobornos y entrega irregular de contratos a la constructora brasileña, justo antes de la ridícula e innecesaria Consulta Popular para llevarlos a Juicio Político.
En contraste, exoneró al general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional, acusado por Estados Unidos de cooperar con el cártel de los Beltrán Leyva, apoyados en investigaciones serias y profesionales, que López Obrador y el ex presidente americano Donald Trump desvirtuaron, pero las pruebas aún existen y a su expediente se anexo la complicidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien abiertamente sus detractores han acusado en Estados Unidos de tener nexos con el narcotráfico, el gran elector en la elecciones intermedias pasadas.
Sin embargo, pese a ese tenebroso apoyo MORENA perdió la mayoría relativa y se quedó con la simple que no le servirá de mucho.
En economía, López Obrador asegura que se rompió récord al no contraer deudas, pero eso es mentira, porque sí las ha contraído.
Su gobierno ha obtenido créditos por más de 3 mil 855 millones de dólares; 534 millones de dólares más que lo que pidió su antecesor el priista Enrique Peña Nieto.
En 2020, a causa de la pandemia, la tasa de desocupación, que a inicios del sexenio rondaba cuatro por ciento, se disparó a 5.4 por ciento en el segundo trimestre. Desde entonces ha descendido cada trimestre, pero sin recuperar aún los niveles de prepandemia.
El número de empleados permanentes registrados ante el IMSS (trabajadores formales) se ha mantenido casi igual, salvo por la reducción que se experimentó en 2020.
Lo mejor que ha ocurrido en economía fue el incremento del salario mínimo de 88 pesos a 141, pero el cierre de negocios no se ha frenado.
En 2020 el índice de pobreza aumento 2% con relación a 2018.
En Salud, desapareció el Seguro Popular dejando sin asistencia médica millones de mexicanos, so pretexto de que cualquier hospital esta obligado a atenderlos por decreto, pero en la realidad la gente que no tiene seguridad social gasta hasta lo que no tiene para tratarse una enfermedad, especialmente si es terminal como el cáncer y si se trata de niños a los que no apoya.
En este rubro los mexicanos están muy molestos con el presidente y más se enfurecen cuando el tabasqueño envía dinero a países socialistas para ayudarlos a resolver sus problemas, mientras que a los mexicanos les cancela programas sociales con el pretexto de que lo hace para evitar la corrupción, mientras que él la practica impune y públicamente.
Por ello, tras recibir el Tercer Informe de Gobierno del presidente López Obrador, de las manos de del primo incondicional, a quien impuso como nuevo secretario de Gobernación, los dirigentes de la alianza opositora PAN, PRI y PRD manifestaron sus diferencias con las cifras económicas y sociales presentadas por el jefe del Ejecutivo y ratificaron su distanciamiento a las propuestas de reformas que hará en esta LXV Legislatura.
En la sesión plenaria del Congreso de la Unión, el diputado Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, aseguró que los legisladores de su partido no reciben órdenes de ningún presidente, con lo que ratifico la postura del PRI de no ser su palero para perpetuar en el poder a su partido político, MORENA, que seguramente será derrotado en las presidenciales de 2024 gracias al rosario de errores y mentiras del que se cree el mecías de México.
Este sombrío panorama quizá le fue revelado a López Obrador antes de llegar al poder, y posiblemente por eso inició su mandato en el Zócalo capitalino con rituales mayas, que no ha dejado de hacer durante su gobierno.