La libertad es como la mañana. Hay quienes esperan dormidos a que llegue, pero hay quienes desvelan y caminan la noche para alcanzarla.

 Subcomandante Marcos

Por Octaviano Lozano Tinoco

La baja en los precios internacionales del petróleo en 80 dólares por barril, con lo que el gobierno dejará de percibir en 2015 cerca de 8 mil 300 millones de pesos, la devaluación ante el dólar que fluctúa ya arriba de los 13 pesos por divisa verde y la revuelta social que estalló por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, derrumbó el llamado “Momento México” y crece en la calle el grito para que renuncie el presidente Enrique Peña Nieto y su gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Las once reformas constitucionales aprobada en el Congreso en los primeros años de Peña Nieto, catapultó a su gobierno a la estratósfera de los mercados neoliberales y la aceptación internacional, y se decía que ahora si México saldría de las garras de la miseria y la criminalidad.

Sin embargo, la desaparición de los 43 normalistas y el pésimo manejo del gobierno sobre esa tragedia terminó por derrumbar el espejismo y el país volvió a su realidad: ser coctel de impunidad, corrupción y delincuencia.

Para el PRI y a su gobierno todo acabó en sus primeros dos años en Los Pinos; por lo que hoy están cuesta arriba y sin crecimiento económico en México sus próximos cuatro años serán complicados.

La sociedad mexicana no es la misma a la del  año 2000 cuando el PRI dejó el poder en manos del Partido Acción Nacional (PAN), en el mal llamado periodo de transición. Hoy el mexicano usa las redes sociales y la información es horizontal para organizarse y tener más presencia política.

Esos medios no son una panacea, es claro que también existe mucho ruido y desinformación por esa vía, pero las redes sociales permites romper el control de la información de las grandes empresas de comunicación que, por ejemplo, en 1968 su silencio permitió que cientos de estudiantes murieran el 2 de octubre en Tlatelolco.

Aquí el asunto es que el PRI sigue siendo el mismo partido creado por Plutarco Elías Calles, el 4 de marzo de 1929, con el Partido Nacional Revolucionario (PNR) antecesor del PRI, donde la corrupción y la impunidad son el engrudo y lubricante que le permiten sistema y al partido funcionar.

En cambio, el pueblo mexicano es otro y no se traga  la historia macabra de mentiras con la que el gobierno intenta “resolver” la trágica noche del 26 y madrugada del 27 en Iguala, Guerrero, donde 43 normalistas fueron desaparecidos por grupos paramilitares ligados al poder.

La novela que presentan el gobierno que podría llamarse “Los Abarca de Iguala” ha terminado por crear un movimiento en todo el país y en el mundo entero, que demanda la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto; hecho nunca antes visto en la historia reciente del país.

En otras naciones de América Latina han existido movimientos que han derrumbado presidencias, como por ejemplo, Brasil, Argentina y Ecuador, por citar unos ejemplos.

En Brasil, el presidente Fernando Collor de Mello fue el primer mandatario latinoamericano destituido por corrupción  en diciembre de 1992. Acusado por la Cámara de Diputados, cedió su puesto al vicepresidente Itamar Franco. Una vez iniciado el juicio, dimitió como presidente del país y fue inhabilitado para el ejercicio de cualquier cargo público durante ocho años.

El mismo hermano del mandatario, Pedro Collor de Mello, fue quien abrió la atención con un listado de denuncias que contenía una red de tráfico de prebendas, contratos ilícitos, negocios ilícitos por parte de testaferros, desvíos de fondos, presiones non santas contra el Presidente de Petrobrás, coimas en la privatización de la compañía aérea VASP, y enriquecimiento ostentoso de amigos y colaboradores que habían sido colocados en lugares claves del gobierno, incluido el Banco Central, coordinados por Paulo César Farías.

La primera dama, Rosane Malta, fue acusada de apropiarse de fondos públicos de la Legión Brasileña de Asistencia.

La Cámara de Diputados inició una investigación y confirmó las irregularidades e ilegalidades. Se probaron sobornos a empresarios por favores políticos, depósitos de sumas enormes de dinero negro a nombre de empresas ficticias en paraísos fiscales y transferencias regulares a las cuentas bancarias de testaferros y amigos del poder.

En las calles se generó un movimiento permanente de repudio popular, grandes movilizaciones que exigían la inmediata renuncia del presidente. Collor respondía con discursos encendidos de soberbia. Decidió convocar la simpatía de los brasileños y no tuvo mayor éxito. Intentó organizar actos políticos de apoyo pagando tamboriles claque y fracasó rotundamente. Mientras tanto, la inflación crecía 991 por ciento en agosto de 1992.

La Comisión de Investigación de Diputados llegó a acumular un amplísimo expediente, de 3 mil páginas y concluyó acusando al Presidente con pruebas indiciarias de delitos suficientes para procesarlo. Entre los documentos, figuraban 40 mil cheques y trece colecciones de extractos bancarios.

En Argentina entre el 19 y 20 de diciembre de 2001 tras la violenta represión a los ciudadanos, el presidente Fernando de la Rúa presentó su renuncia y materialmente huye de la Casa Rosada en un helicóptero.

La crisis financiera y política generada por la restricción a la extracción de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorro denominada Corralito, causaron la dimisión del presidencia de De la Rúa el 20 de diciembre de 2001. La mayor parte de los participantes de dichas protestas se fueron generando de manera espontánea, que no respondían a partidos políticos o movimientos sociales concretos. Su lema popular fue: "¡Que se vayan todos!". En los hechos murieron 39 personas por las fuerzas policiales y de seguridad, entre ellos 9 menores.

Por último, hace quince años el Congreso Nacional de Ecuador destituyó al entonces presidente Abdalá Bucaram culminando una crisis política que dio paso a una nueva etapa de la historia del país, caracterizada por inestabilidad política y económica y nuevos levantamientos populares que culminaron con los derrocamientos de otros dos presidentes: Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez.

El viernes 7 de febrero de 1997 el Congreso aplicó el artículo 100, literal) de la Constitución vigente en ese entonces que señalaba la incapacidad física o mental declarada por el Congreso Nacional, entre las causales para que el Presidente de la República cese en sus funciones y deje vacante el cargo.

Ese día el Ecuador tuvo tres presidentes: Bucaram, la vicepresidenta Rosalía Arteaga, que debía sucederlo constitucionalmente y que se autoproclamó Presidenta, y Fabián Alarcón designado por el legislativo como mandatario interino.

 Finalmente Arteaga desistió y el 11 de febrero Alarcón fue proclamado como Presidente Constitucional hasta el 10 de agosto de 1998, designación que fue reconocida por las Fuerzas Armadas.

Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.
 
León Felipe

Por Octaviano Lozano Tinoco
 
La macabra opereta política del gobierno de alargar y alagara el final del caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos para centralizar así el objetivo de culpar a la izquierda en general y a la electoral, en este caso el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y su fracción Nueva Izquierda, de esa tragedia nacional, vivió el martes 4 de noviembre  un nuevo capítulo  de esa novela que podría titular “Los Abarca de Iguala”.

A más de un mes de los hechos trágicos en esa ciudad de Guerrero, donde la noche y madrugada del 26 y 27 de septiembre el grupo paramilitar “Guerreros Unidos” y policías atacaron con armas de fuego a los normalistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, no sabemos nada de los 43 estudiantes desaparecidos; tres de ellos murieron, así como una mujer que viajaba en un taxi y dos integrantes del equipo de futbol de tercera división Avispones de Chilpancingo.

Lo que sí sabemos es que las supuestas ligas de “Los Abarca de Iguala” con el PRD les permitió ir a salto de mata por el país, hasta llegar a la colonia a Santa María Aztahuacán, en la delegación Iztapalapa, donde por fin fueron detenido a las 2:30 de la madrugada de ese 4 de noviembre.

De acuerdo con reportes de prensa, los vecinos no escucharon nada anormal esa madrugada: como ruido de patrullas o entrada a tropel en alguna casa; el mismo delegado Iztapalapa,  Jesús Valencia, del PRD, demandó a las autoridades federales una explicación sobre el operativo.

"Si ahí se encontraron, que se compruebe, yo tengo algunas dudas, no tengo los elementos que tiene el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), que tiene la Procuraduría General de la República (PGR)”, dijo en entrevista con MVS Radio el delegado perredista.

 "Por qué no se aseguraron las casas, por qué catean una casa y no se asegura y dejan libremente que todo el mundo accese, se deben de dar muchas explicaciones", dijo el funcionario y exigió que el caso no sea ligado con un entorno político determinado.

Y la novela “Los Abarca de Iguala” sigue en la televisión y los 43 normalistas desaparecidos, para el gobierno, encontrarlos parece que están en un segundo plano; porque ahora se filtra a la prensa  que al ser capturados, sin disparar un solo tiro,  José Luis Abarca y María de los Ángeles dormían en un colchón inflable. Junto a él estaban dos maletas –narraron funcionarios federales–; una grande, de color rosa, con la ropa y efectos personales de su esposa. La otra, pequeña, de color negro, que no pesaba ni 10 kilos, contenía las prendas del ex alcalde..

A gritos fueron despertados, y sobresaltados vieron que estaban rodeados por policías. . Además, Abarca vestía de traje cuando fue detenido por los uniformados.
Pineda Villa se levantó y nunca perdió lo altanera. Cuando los agentes la tomaron del brazo para sacarla de la vivienda de dos niveles, en la que solamente tenían una mesa de plástico para cuatro personas y encima de ella algunas manzanas, gritó: ¡ya déjenme, qué se creen!
 
Los policías la sometieron de inmediato y le colocaron un juego de esposas. Tomada de los brazos, fue llevada hasta una patrulla.

Los funcionarios entrevistados señalaron que José Luis Abarca se mostró pensativo. Ni opuso resistencia, dijeron.

Cuando ya estaban en la patrulla de la Policía Federal, Abarca Velázquez y su esposa estaban pálidos y asustados. Él dijo que ya estaba cansado de estarse escondiendo, que ya no aguantaba.

En el operativo en Iztapalapa también fue detenida por encubrimiento Noemí Berumen, licenciada de Diseño Gráfico por la Universidad Anáhuac, con experiencia en ventas, en la Importadora Exportadora Berumen, S.A. de C.V.

Aunque no se informó a la prensa de su captura, Yazareth Abarca Pineda, -hija de la Los Abarca de Iguala- fue apresada junto con Noemí,  en el operativo que realizaron fuerzas federales en el domicilio ubicado en Jalisco 27, en Iztapalapa.

Pero el gran escenario fue la delegación de Iztapalapa, reducto controlado por el PRD, donde en la conferencia del marte los silencios Jesús Murillo Karam, procurador General de la República (PGR), y    Monte Alejandro Rubido, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, lo dejaban ver en toda su expresión

No aceptaron ninguna pregunta, ni confirmaron la dirección de las casas donde fueron detenidos Los Abarca y la encubridora, lo que se prestó  a confusión en la prensa. Y la novela sigue su curso, mientras el país se moviliza contra “Los Abarca de Iguala” y demanda la presentación con vida de los normalistas.

En esta novela ya fueron detenidos los policías de Iguala y Cocula, quienes supuestamente rafaguearon a los normalistas y los detuvieron; está capturado también Sidronio Casarrubias Salgado, líder del grupo paramilitar Guerreros Unidos, en una revisión vehicular realizada en la carretera México-Toluca en el tramo México hacia Toluca. Sin disparar un sólo tiro

También están detenidos cuatro integrantes del grupo paramilitar  Guerreros Unidos, dos de los cuales son autores materiales de haber "recibido un amplio número de estudiantes" de Ayotzinapa. Y todavía las autoridades no saben dónde están los 43 normalistas desaparecidos.

Las elecciones del 2015 y asegurar el Congreso para el gobierno parece ser el objetivo de golpeado a todas las izquierdas la electoral y no electoral  con la novela de “Los Abarca de Iguala” y así no bloquear las once reformas aprobadas en los dos primeros años del presidente Enrique Peña Nieto, aunque el país esté por incendiarse y sigan desaparecidos lo normalistas.

Un obispo sigue diciendo a las ochenta años lo que le enseñaron a decir a los dieciocho
Oscar Wilde
 
Por Octaviano Lozano Tinoco
 
El papa Francisco, en una reunión que sostuvo en el Aula del Sínodo, con los participantes en el encuentro Mundial de los Movimientos Populares, que se realizó del 27 al 29 de octubre en el Vaticano, aseguró que el amor por los pobres está en el corazón del Evangelio y explicó que tener esa perspectiva de las cosas no es comunismo.

"Los comunistas nos han robado la bandera. La bandera de los pobres es cristiana (...). Los comunistas dicen que todo esto de la pobreza es algo comunista. Sí, claro, ¿cómo no?... Pero veinte siglos después (de la escritura del Evangelio). Cuando ellos hablan, nosotros podríamos decirles: ¡Pero si sois cristianos!", sobre el tema agregó en una entrevista publicada por el rotativo italiano Il Messaggero, en junio pasado.

Francisco es un papa sino de izquierda o comunista si cercano a la gente más que la burocracia del vaticano. A contracorriente del Santo padre es lo que vemos en la jerarquía católica en México, que se lanza al ruedo desde el poder conservador y antihistórico para atacar a lo que llama “la falsa izquierda mexicana”, con la que suelta toda su jauría de descalificaciones.

En su editorial desde la Fe, que aparenta ser una crítica a todos los partidos, la iglesia dice: “la preocupante situación por la que atraviesa el país se debe a una profunda crisis provocada por la desigualdad social, la corrupción, la muy deficiente educación y la ausencia los valores. La situación económica nos hace ser una sociedad disfuncional, ya que mientras que un pequeño porcentaje de la población puede darse una vida de primer mundo, más del 50 por ciento de los mexicanos vive en los límites de la pobreza, con recursos de supervivencia, y una buena parte en la miseria extrema”.

Agrega que “Si  tomamos en cuenta que los partidos políticos tienen como única finalidad proponer programas para solucionar los problemas sociales y postular candidatos para acceder al ejercicio de gobierno y lograr los cambios necesarios, debemos decir que en México han fracasado todos los partidos políticos, porque no han buscado en el ejercicio de gobierno el bien de la sociedad, sino beneficios personales y de grupo a través de una insultante corrupción. No es gratuito el desprestigio que han alcanzado en la opinión pública porque una buena parte de la clase política ha traicionado a la ciudadanía, haciendo de sus campañas pura demagogia, y de sus responsabilidades de gobierno una mera frivolidad, cuidando más de su imagen que del bienestar social”.

 Pero después centra todo su ataque contra los partidos de izquierda, como si ellos fueran los grandes responsables de la crisis del país.

Y dice: “En este escenario han quedado al descubierto los partidos de la falsa izquierda mexicana, que deberían ser los primeros en estar comprometidos con las clases más desfavorecidas y que, sin embargo, son los que más daño le han hecho al país. Baste recordar la administración capitalina pasada, la más corrupta que haya sufrido la capital, y que en lugar de desarrollar políticas públicas para una superación económica y cultural de los más pobres –en coherencia con sus postulados ideológicos–, se dedicó a promover leyes inmorales contra la vida y la familia, presumiendo con ello de ser gobernantes modernos y de vanguardia.

A estos gobernantes les preocupaba más promover el uso de la bicicleta en una ciudad caótica, que solucionar el problema de seguridad y recuperar la dignidad en cientos de barrios olvidados y deprimidos de nuestra ciudad, que se han convertido en rehenes de una delincuencia que a la actual administración –también de izquierda–, le da miedo llamar por su nombre, cuando se trata de verdadera delincuencia organizada”.

En su editorial la iglesia no habla de los priístas que sexenio tras sexenio han desfalcado al país y no se ha robado México entero, porque no les cabe en la cartera. Ni de los panistas que en doce años de gobierno en Los Pinos llenaron el país de cementerios clandestinos  y una violencia generalizada en todo el territorio nacional.

Que salto histórico de los jerarcas de la iglesia, para focalizar todo su odio y resquemos con los partidos de izquierda, que elección tras elección se le ha impedido llegar a la presidencia, con fraudes como el de 1988. ¿Dónde estuvo la iglesia en ese año aciago para la historia del país? Lo más seguro departiendo el robo electoral con los priísta.

En el editorial desde la FE la iglesia agrega: “son los gobiernos estatales de esta falsa izquierda los que han entregado los peores resultados, ahí tenemos sus víctimas: Michoacán, Zacatecas, y ahora Guerrero y Morelos, territorios donde la izquierda corrupta, haciendo a un lado sus compromisos sociales, se ha distinguido por la total ineficiencia y, lo más grave, por sus alianzas con grupos criminales, sea por impotencia o por conveniencia”.

Vaya que odio tiene la iglesia por la izquierda  y hay que recordarles que mentir es pecado; y en este editorial lo están haciendo con toda saña.

Es claro que en México tenemos una jerarquía católica acomodaticia y cercana al poder; que miente y no está del lado del pueblo y la gente que dice cuidar sus almas.