Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
Sinaloa, la cuna del narcotráfico, arde. Ya no hay abrazos solo balazos. La muerte y el miedo cabalgan desde Culiacán a todo México, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Venezuela y otros países que forman la ruta de producción y comercialización de la droga del poderoso Cartel Sinaloa, que se ha internacionalizado, tal como lo soñaba su ambicioso ex líder Joaquín El Chapo Guzmán, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.
El ambicioso sueño de El Chapo y del co fundador del Cartel Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, lo lograron con la ayuda de políticos, como el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien fue más lejos que sus antecesores, ya que desde un inició les ofreció y cumplió una política de “abrazos y no balazos”.
Empezó con la desaparición de la Policía Federal, retirándola de todas las carreteras del país, para dejarles libre el paso para transportar la droga, sin importarle dejar a la población a meced del crimen organizado, que hasta hoy asalta masivamente automovilistas, desaparece familias enteras, escenifica balaceras y bloquea cualquier vialidad, sin que ninguna autoridad lo impida, mostrando internacionalmente a México como uno de los países más peligrosos e inseguros.
El respaldo que López Obrador ha dado al Cartel Sinaloa es conocido por todos los mexicanos, que fueron testigos de como el 19 de octubre de 2019 ordenó que liberaran a Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo, a quien públicamente pidió perdón por decirle Chapo (chaparro) y dijo que se merecía que le hablaran con respeto, “porque el señor Guzmán es un ser un humano como cualquiera”.
Al ordenar la liberación de Ovidio cometió el delito federal de evasión de preso, que, según las leyes mexicanas, no prescribe, y debe ser juzgado por ello, pero por este y muchos otros detallitos urgió la Cuarta Transformación que incluye la modificación de la Carta Magna de México para anular el amparo, otorgar amnistía a presos, elegir por voto popular a jueces y magistrados de bajo perfil académico y judicial que garanticen sumisión al crimen organizado, que será el dedo elector del Poder Judicial, para obtener impunidad y control absoluto.
Además, también atiza la olla legislativa para militarizar México antes de que deje el poder el próximo 1 de octubre, y con ello habrá dado el tiro de gracia al país y, según él, habrá salvado el pellejo, pero, aunque se ría y su heredera Claudia Sheinbaum lo proteja, la DEA y el FBI le respiran en la nuca, y mínimo lo están haciendo sudar frío, y quizá eso de irse a vivir a Palenque es puro cuento.
Lo más seguro es que huya y por eso anticipa que su vida política ha llegado a su fin, que se retira y que ya no lo busquen, que no hablara de nada e incluso se va solo, sin esposa ni hijos.
Se ha burlado mucho de Estados Unidos y aunque clame a los cuatro vientos que le exhiban las pruebas de sus nexos con el narcotráfico, simulando una paz e inocencia difícil de creer.
Incluso ha minimizado la guerra interna que hay en Sinaloa, donde las células del Cartel del Chapo se pelean ferozmente la plaza, que no sólo abarca el estado sinaloense, sino todos sus socios en el mundo, donde también hay guerrillas intestinas por el control del narcotráfico.
López Obrador no esperaba el arresto de El Mayo Zambada, quien al igual que Genaro García Luna “ya soltó la sopa” y ahora el gobierno estadounidense tiene todas las pruebas para inculpar al presidente mexicano de nexos con el Cartel Sinaloa, que durante su gobierno se expandió a todo el mundo, comprando extensas propiedades en Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Guatemala y Ecuador, principalmente, donde la narcoviolencia tiene un sello mexicano.
Con esto, López Obrador consolidó a México como la eterna puerta del narcotráfico a Estados Unidos, desde donde ayer Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad en el sexenio del panista Felipe Calderón, envió una carta de cuatro hojas escritas a mano al periodista Keegan Hamilton, editor de Justicia Penal de Los Ángeles Times, para asegurar que es inocente de los cargos que le imputa el gobierno americano, sin pruebas, y acusar a López Obrador, a sus operadores y a su hijos de tener fuertes nexos con el narco, lo que asegura esta registrado en fotografías, videos y documentos conocidos por los gobiernos de Estados Unidos y México.
La acusación de García Luna no sorprendió a Hamilton ni a nadie, porque a López Obrador le han llovido denuncias al respecto, no sólo de políticos mexicanos, sino también del extranjero.
AMLO siempre ha calificado de calumnias las acusaciones de que el Cartel Sinaloa financió su campaña política en 2006, tiempo desde el que se le relaciona con el crimen organizado, según la periodista Anabel Hernández y una investigación de la Fiscalía de Nueva York y de agencia antidroga DEA.
Sin embargo, López Obrador mostró aplomó y exigió a García Luna que muestre las pruebas que tiene para señar sus nexos con el narcotráfico y aseguró que a lo largo de toda su carrera política lo han acusado de todo.
Fernando Villavicencio, periodista y político candidato a la presidencia de Ecuador, asesinado en Quito, el 9 de agosto de 2023, a unos días de que denunció en redes sociales que el presidente mexicano López Obrador y el Cartel Sinaloa metían las manos en las elecciones presidenciales de ese país, para favorecer el tráfico de drogas en ese país.
Villavicencio fue amenazado por “El Fito”, sicario del Cartel Sinaloa en Ecuador, con cuyo gobierno el tabasqueño rompió relaciones luego de que el presidente ecuatoriano Daniel Noboa ordenara allanar la embajada de México en ese país, para evitar que asilara al exvicepresidente Jorge Glas, condenado por corrupción, a quien las autoridades ecuatorianas habían citado para continuar su proceso judicial pese a que había logrado la libertad condicional.
Días antes de ser asesinado Villavicencio dijo:
“Nuestra patria es la mayor víctima de las operaciones criminales de las mayores mafias de narcotraficantes del mundo.
“Pero esas mafias y esos carteles no son ecuatorianos, no es que florecieron en el hermosísimo pueblo de Chone o en Esmeraldas.
“No señores, las mafias son de México, Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y ahora la mafia albanesa.
“Es decir, los grandes carteles no nacieron en este país de paz y algo mucho más grave, el 98% e l cultivo de la hoja de coca no está en Ecuador y el 98% de la industrialización de la cocaína no se produce en este país, es en Colombia.
“Es decir, ni la coca es nuestra ni las mafias son nuestras, pero utilizan a nuestra patria como territorio de tránsito, almacenamiento, exportación a través de nuestros puertos, y lavado de dinero sucio.
“Y algo más criminal, utilizan a nuestros niños a nuestros jóvenes con escuelas de sicarios, para defender esos negocios criminales.
“Nosotros no vamos a permitir que el crimen organizado manejado por estas escuelas de sicarios, de criminales de la droga de Colombia y México sigan cobrando víctimas inocentes en esta patria.
“Que el señor Manuel López Obrador encare su problema con las mafias, allá en ese país, donde gran parte de la clase política ha sido financiada por el narcotráfico y lo propio en Colombia, que el señor Gustavo Petro resuelva el problema de la cocaína, en un país también donde gran parte, de la clase política ha sido y es financiada con el dinero sucio del narcotráfico.
“Con nuestras fuerzas armadas vamos a impedir que la cocaína ingrese a nuestro territorio y vamos sin duda a instalar con nuestra policía los controles con escáneres en las principales vías, porque es por ahí por donde se transporta la cocaína ¡y, por dónde sale la droga?... sale por los puertos ecuatorianos en contenedores.
“Me comprometo a revisar las autorizaciones para operación ilegal de puertos privados, donde el estado no tiene ningún control.
“Vamos a dar la batalla definitiva en contra del crimen organizado, vamos a cortar la cabeza de la serpiente. Vamos a someter a la mafia política de este país que esta financiada por el narcotráfico.
“Vamos a construir la felicidad. Ningún niño nace para ser sicario. Vamos a devolver el empleo, educación y salud a sus padres, vamos a construir la nueva República”.
https://youtu.be/x1CjuAb4gpI?si=asZmopjGMpbztuOo
Este fue el duro mensaje que dijo Fernando Villavicencio contra López Obrador y Gustavo Petro, pero al que le cortaron la cabeza fue a él a los días de enfrentarse a las mafias mexicanas y colombianas.
Actualmente Ecuador vive una espiral de violencia sin precedente, provocada por las guerras entre los carteles Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y la albanesa, que han hecho de esta tierra andina una patria muy peligrosa, donde sus pobladores se meten a sus casas antes de que salga el sol y todos culpan de ello al Cartel Sinaloa, que se ha enseñoreado en todo Centro y Sur América, donde el nombre del presidente Andrés Manuel López Obrador es conocido como “El Padrino del cartel Sinaloa”.
Gustavo Petro, presidente de Colombia, también le echo piedras a López Obrador en una reunión internacional en la que lo incomoda visiblemente al hablar de la hipocresía de los políticos que por las noches hacen la listas de los que van a ordenar asesinar, por las mañanas hacen leyes, convierten poco a poco el Estado en Narco Estado, van a Estados Unidos y se saludan con el jefe antinarcóticos y regresan a sus países a la fiesta a abrazarse con las niñas al estilo de Pablo Escobar”.
https://youtu.be/Hae0IDtDVsM?si=f2ZpEDPwGxnd2MYS
19 de septiembre de 2024.
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