al dar el primer paso la mañana,ya miraría en mi sangreel negro navegar,
la noche incierta,el pájaro que sufre sin sus alasy la más rave lentitud: la muerte.
Alí Chumacero
Por Octaviano Lozano Tinoco
Ante el bajo perfil que está adoptando José Antonio Meade en su precampaña y la frialdad con que los posibles electores reciben su propaganda, dizque de un candidato ciudadano y no priísta, que nadie cree, la nomenklatura tricolor pide que los funcionarios del gobierno difundan los éxitos que ha tenido la presidencia de Enrique Peña Nieto para relanzar su campaña.
Sería la tumba de Meade intentar cubrirse con los supuestos logros de Peña Nieto, porque se ataría una ancla en los pies y después se lanzaría al mar para hundirse en las profundidades del olvido de la historia, donde se irá el llamado “Golden Boy” cuando termine su sexenio.
El de la brillante idea fue el coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa Patrón, quien pidió al gobierno federal y a todos los integrantes del gabinete hacer mejor su trabajo para difundir los grandes logros de la administración de Peña Nieto, como parte de la estrategia para impulsar la candidatura de Meade.
Habló de un crecimiento económico de 2.3 por ciento, inversiones millonarias en el sector energético y 2.2 millones de mexicanos que salieron de la pobreza.
¿Pero lo otro, qué. Uno se pregunta? La impunidad y la galopante corrupción en la que vive el país, así como la violencia y sus grupos, los cuales controlan a su antojo grandes franjas del territorio nacional, sin que nadie pueda hacerle frente.
Las maravillosas reformas que impuso el gobierno, gracias al pacto por México, sólo beneficiaron a los mismo de siempre, que al día de hoy sin más ricos.
Sus cambios realizados, con los que Peña Nieto veía su paso a la historia, a la altura de un Benito Juárez o Lázaro Cárdenas, pues no le alcanzaron por la gran cola de corrupción e impunidad que deja su gobierno.
Su reforma laboral solo contuvo los salarios; su reforma en competencia económica dejó todo a sus cuates; la reforma energética entregó los recursos al capital privado y los precios se incrementaría si parar: la reforma político sigue siendo caro el voto y el poder de los partidos; la reforma de transparencia vive en el valle de los dormidos; la reforma educativo sigue sin dar frutos.
Y ahora se nos dice que estos cambios se verán dentro de 50 años, cuando ya nadie de nosotros exista.
En su informe 'México Justo: propuestas de políticas públicas contra la desigualdad”, la organización internacional Oxfam, afirma que entre 1996 y 2016, los niveles de pobreza y desigualdad en México han sido constantes.
“La pobreza se ha reducido a la mitad en el periodo de 1995-2016, aunque muchas de las personas que han salido de esta condición se encuentran todavía en riesgo de volver a caer en ella", detalla el documento.
Por ello, se explica que México forme parte del 25 por ciento de los países más desiguales del mundo.
La organización reclama que las brechas entre ricos y pobres son tan marcadas, que en México vive el hombre más rico de América Latina junto con más de 50 millones de personas pobres.
Sobre corrupción, México es uno de los países con los peores niveles de este problema en el gobierno, que incluye el pago de sobornos, las influencias indebidas de ciertos intereses políticos o empresariales o el desvío de recursos públicos: según un informe del Proyecto Mundial para la Justicia (WJP, por sus siglas en inglés), el país se colocó en el lugar 102 de 113 países evaluados, con una calificación apenas superior a la de Venezuela.
El Índice sobre Estado de Derecho, que publicó la organización, señala algunas fallas graves de la democracia mexicana, entre otras, por la corrupción que impera en los poderes ejecutivo, legislativo, judicial y militar, así como por las carencias del sistema judicial.
Al cierre de 2017, México sumó 29.168 homicidios intencionales, la cifra más alta desde que se informa oficialmente el número hace 20 años y que representan un incremento del 27% respecto de 2016, de acuerdo con los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En promedio, el país reportó 80 asesinatos al día y la cifra total rebasó 13% el número de homicidios de 2011, que hasta ahora había registrado el número más alto de homicidios dolosos, con 22.409.
La Secretaría de Gobernación, que publicó las cifras, reportó que la tasa de homicidios en el país en 2017 fue de 20,5 por cada 100.000
habitantes, en comparación con la tasa de 19,4 en 2011.
Esos son a grandes rasgos, los logros de EPN. |